“No olvides todos sus hechos”
1. ¿Qué nos dice el Salmo 103:3-5 acerca de la misericordia de Jehová Dios?
ACUDA a la Palabra de Dios y sea como el fiel rey David, un adorador verdadero de Jehová Dios. Dijo él: “Bendice a Jehová, oh alma mía, y no olvides todos sus hechos.” (Sal. 103:2) David, un hombre según el propio corazón de Dios, no quería olvidar nada de lo que Jehová había hecho para él. ¿Cuáles fueron algunas de las cosas que Jehová hizo para él? Él dijo que Jehová fue quien “está perdonando todo tu error, que está sanando todas tus dolencias, que está reclamando tu vida del mismísimo hoyo, que te está coronando con bondad amorosa y misericordias, que está satisfaciendo tu vida entera con lo que es bueno.” (Sal. 103:3-5) David comprendía a cabalidad que “con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5) Sabía que él cometía errores, pero se dirigía a Dios en oración y pedía perdón. Él confiaba plenamente en que Jehová lo perdonaría, porque él se apartaba del derrotero erróneo y tomaba el correcto. David no quería olvidar al que estaba perdonando todo su error.
2, 3. (a) Aunque quizás consigamos consejo en cuanto a cómo cuidar nuestra salud, ¿cómo es que se curan nuestras enfermedades? (b) ¿Qué bendiciones esperamos en cuanto a la salud, y cómo confirmó esto Jesús?
2 David no podía olvidar al Dios que está sanando todas las dolencias del hombre. El hombre verdaderamente está hecho de manera maravillosa. David reconoció esto. Él apreciaba el hecho de que podía ver, oír, hablar, sentir y oler. Quería usar estas facultades sabiamente. Le preocupaba la condición saludable de su corazón y sus riñones. (Sal. 26:2; 7:9) Cuando enfermaba, David sabía que esta condición se había heredado junto con el pecado de Adán. Pero, ¿cómo se efectúa la recuperación? Decimos: “Cuídate.” David hacía lo mismo cuando estaba enfermo; muy probablemente se iba a la cama, se mantenía caliente, bebía algunos jugos de frutas que ayudaran. Quizás recibía algún buen consejo de doctores de su tiempo. Pues bien, ¿qué consejo dan la mayoría de los doctores a los que tienen dolencias hoy? “Váyase a la cama.” “Descanse más.” “Tome unas vacaciones.” “Haga más ejercicio.” “Respire más profundamente.” Pero, ¿qué es lo que efectúa la curación? Pues, este maravilloso cuerpo nuestro. Jehová Dios lo hizo de tal manera que se restaura a sí mismo. El cuerpo efectúa la curación. (Sal. 30:2; 103:5) Si David no se olvidaba, entonces nosotros no deberíamos olvidarnos del que “está sanando todas tus dolencias.” ¡Qué gran día será aquél en el cual hasta la muerte ya no tenga dominio sobre la humanidad! Porque cuando los nuevos cielos y la nueva tierra queden plenamente establecidos, dice la Palabra de Dios, “él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:4.
3 David tampoco podía olvidar al que “está reclamando tu vida del mismísimo hoyo.” David sabía que la duración de vida del hombre era de setenta años y, debido a poderío especial, quizás ochenta. (Sal. 90:10) Entonces vendría la muerte y el alma de uno bajaría al hoyo. No obstante, David, como Job, tenía fe en la resurrección de los muertos, pues Job creía que Dios fijaría un límite de tiempo y lo recordaría. (Job 14:13) Jesucristo confirmo esta esperanza y dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29) David, con tal fe, no podía olvidar a Dios, quien lo reclamaría del hoyo. ¿Podría usted?
4. ¿De qué maneras fue David un ejemplo de una persona que no se olvidaba de los hechos de Jehová?
4 Tampoco podía David olvidar al Dios “que te está coronando con bondad amorosa y misericordias.” David tuvo una vida interesante. Era un buen pastorcito que cuidaba las ovejas de su padre. Cuando era muchacho fue ungido para ser rey de Israel por el profeta Samuel. Permaneció humilde y nunca trató de usurpar el trono del rey Saúl. David sabía que Dios había ungido a Saúl, y aunque David fue perseguido por Saúl, esperó hasta que Jehová hiciera un cambio. El reino de Israel creció bajo el reinado del rey David y Jehová le permitió a David hacer planes y recoger material para la construcción del gran templo de su hijo Salomón. David tuvo sus momentos de tristeza y pesar. Cometió errores, pero confió en la bondad amorosa y misericordia de Jehová su Dios. ¿Está la vida de usted coronada con la bondad amorosa y las misericordias de Dios también? ¿Hace usted como David, de modo que ‘no olvida todos sus hechos’?
5. ¿Cómo le ha suministrado Jehová ayuda a la humanidad para que los que lo aman no olviden?
5 Podemos estar seguros de ello... ¡Jehová Dios no olvidará! Aunque nosotros olvidemos, él no olvidará. Como ayuda para que no olvidemos, tenemos que repasar, seguir leyendo, seguir escuchando la Santa Palabra de Dios. ¡Esto es tan esencial para el vivir correcto! Todos los cristianos que han adquirido un conocimiento exacto de la verdad y han dedicado su vida a hacer la voluntad de Dios y que han sido bautizados en agua tienen que continuar estudiando la Biblia. Con el tiempo, habiendo estudiado sus decisiones judiciales escritas, podrán discernir entre lo correcto y lo incorrecto. La Biblia da con claridad los principios correctos y la senda correcta que debe seguir el hombre. Pero aun los cristianos que han servido bien a Dios por muchos años pueden olvidarse de Dios si dejan de estudiar la Palabra de Dios. Algunas personas deliberadamente quieren olvidar a Dios, y esto se marca en su conciencia como si fuera con hierro de marcar.—1 Tim. 4:2.
6. ¿De qué manera aplica en nuestro día el Salmo 50:16-18, y por qué no le han sido de ayuda a la gente las religiones de la cristiandad?
6 El escritor del salmo cincuenta dice: “Pero al inicuo Dios tendrá que decirle: ‘¿Qué derecho tienes tú de enumerar mis disposiciones reglamentarias, y para que lleves mi pacto en tu boca? ¡Si tú... tú has odiado la disciplina, y sigues arrojando mis palabras detrás de ti! Siempre que veías a un ladrón, hasta te complacías en él; y tu participación era con adúlteros.”’ (Sal. 50:16-18) Muchas personas afirman ser individuos cristianos, pero ¿tienen algún derecho de representar a Jehová Dios? Si están en el nuevo pacto con Dios, ¿por qué odian la disciplina de Dios y arrojan detrás de sí las palabras de Dios? Millones y millones de personas y su clero hipócrita en las organizaciones religiosas de la cristiandad hoy realmente han arrojado las palabras de Dios detrás de sí. Han mostrado que ya no quieren tener nada que ver con la Palabra de Dios, pero todavía se llaman cristianos. Saben, tan bien como cualquier otra persona, que no se debe robar, que los casados no deben cometer adulterio ni deben los solteros participar en fornicación. Pero bien los describen las palabras del salmista: ‘Cuando ven a un ladrón se complacen en él.’ En sus corazones quisieran poder cometer esos robos y salir impunes ellos mismos. ¿Ha notado usted que todas las organizaciones religiosas falsas hacen la vista gorda ante personas que son partícipes con adúlteros? No las censuran ni las expulsan de su organización religiosa. Continúan siendo “buenos” miembros en buena reputación en las organizaciones eclesiásticas de la cristiandad. ¿Cuántas veces ha leído usted en sus periódicos acerca del tercer, cuarto y quinto matrimonio de una persona mientras los que fueron sus cónyuges de matrimonios anteriores todavía están vivos? Para tales personas el matrimonio llega a ser adulterio legalizado. En muchos países bajo control católico la gente no puede conseguir divorcios de ningún modo y por lo tanto los adúlteros simplemente viven con sus queridas y continúan con buena reputación en sus sistemas religiosos inmorales. Ciertamente han arrojado la Palabra de Dios detrás de ellos. ¡No en balde al imperio mundial de religión falsa se le llama “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra”! (Rev. 17:5) ¿Quiere usted pertenecer a un sistema religioso de esa clase?
7, 8. ¿Qué pasan por alto los que se olvidan de Dios en cuanto al punto de vista de Dios sobre la inmoralidad y las personas inmorales?
7 El salmista pasa a decir a los que se olvidan de Dios: “Tu boca has dejado suelta a lo que es malo, y tu lengua mantienes apegada al engaño.” (Sal. 50:19) El mentir es cosa común. La mayoría de la gente considera el mentir como algo que no causa daño. Con esto es que empieza el desplome de la moralidad. La inmoralidad del sistema de cosas religioso, político y comercial es espantosa. La buena moralidad casi no existe. La mayoría de la gente de la cristiandad hoy día, y probablemente la mayoría de la gente de otras creencias religiosas, piensan que Dios no ve lo que está sucediendo y que de todos modos no está interesado. Jehová se expresa por medio de su Palabra escrita, y algún día hablará muy vigorosamente por medio de acciones. Jehová pasa a decir en este salmo cincuenta: “Tú te imaginaste que yo positivamente llegaría a ser como tú. Voy a censurarte, y ciertamente pondré en orden las cosas delante de tus ojos. Entiendan esto, por favor, olvidadores de Dios, para que yo no los despedace sin que haya libertador.”—Sal. 50:21, 22.
8 Uno puede decir que “no hay Dios,” si desea, y que “Dios está muerto.” El evolucionista dice: “He probado que no hay Dios,” pero eso no alterará los asuntos. Jehová habla denodadamente por medio de su Palabra a los inmorales y a todos los “olvidadores de Dios,” y les advierte que los despedazará. A pesar de todo su aullar cuando azote la guerra del Armagedón en el gran día de Dios el Todopoderoso, no habrá libertador. Entonces Jehová seguramente pondrá en orden las cosas para bendición de los que aman la justicia.
OFRECIENDO ACCIÓN DE GRACIAS
9. ¿Cómo describe el salmista al que no se olvida de Dios?
9 Quizás usted sea uno de los que verdaderamente aman a Dios y ponen en práctica sus dichos y que no han olvidado la Palabra de Dios. A éstos el salmista dice: “El que ofrece acción de gracias como su sacrificio es el que me glorifica; y en cuanto al que guarda un camino fijo, ciertamente le haré ver la salvación por Dios.” (Sal. 50:23) ¿Está usted guardando un camino fijo, junto con miles de personas que ofrecen acción de gracias a Jehová diariamente? Siga glorificando a Jehová por medio de predicar de casa en casa y animar a las personas que aman la justicia a estudiar su Palabra. El ‘guardar un camino fijo,’ el camino justo, hará que una muchedumbre todavía mayor de personas cante las alabanzas de Dios día y noche y vea la salvación.
10, 11. ¿De qué beneficio puede ser una persona a otras si no se olvida de Dios?
10 La mejor manera de evitar olvidarse de Dios es seguir pensando acerca de él. Familiarícese con lo que él quiere que se haga y entonces hágalo. Jehová dice por medio del salmista: “Presta oído, sí, oh pueblo mío, a mi ley; inclinen ustedes su oído a los dichos de mi boca.” (Sal. 78:1) ¿Hay algún valor en hacer esto? ¿Hay beneficios? ¿Se gana algo con esto? ¿Es recompensador inclinar sus oídos y escuchar lo que Dios dice y entonces hacerlo? ¡Ciertamente que sí! No solo recibirá usted provecho personalmente por inclinar sus oídos a las declaraciones, o dichos, de la boca de Jehová, sino que hay otro buen propósito, y es éste: “A fin de que la generación venidera, los hijos que habían de nacer, las conocieran, para que ellos se levantaran y se las contaran a sus hijos, y para que cifraran su confianza en Dios mismo y no olvidaran las prácticas de Dios, sino observasen sus propios mandamientos.”—Sal 78:6, 7.
11 ¿Cuántas personas de la cristiandad hoy día realmente quieren que sus hijos ‘cifren su confianza en Dios mismo’? Antes de que uno pueda infundir tal confianza en sus hijos, tiene que aprender acerca de Jehová y ‘no olvidar las prácticas de Dios.’ ¿Cómo pueden los hijos de uno saber algo acerca de Dios a menos que uno mismo observe los mandamientos de Dios y se los enseñe?
12. ¿De quién es la responsabilidad de enseñar a los niños los mandamientos de Dios, y por qué?
12 La humanidad es creación de Jehová Dios. Él sabe mejor que nadie cómo debemos dirigir nuestra vida y vivirla. Educadores y científicos creen que ellos saben mejor cómo enseñar y dirigir la vida de los niños. Sin embargo, los padres que creen en la Palabra de Dios y observan los mandamientos de Dios son los que tienen la responsabilidad. Esta no se puede dar al Estado. A los israelitas se les dio instrucciones de enseñar a sus hijos las cosas que habían visto y oído y de inculcar en la mente de sus hijos los principios de verdad y justicia. El Estado no está haciendo esto, y cada año menos personas enseñan a sus hijos lo que la Biblia aconseja. Toda persona que afirma ser verdadero cristiano debería decir: “En tus órdenes ciertamente me interesaré intensamente, y ciertamente miraré atento a tus sendas. En cuanto a tus estatutos, mostraré tenerles cariño. No olvidaré tu palabra.” (Sal. 119:15, 16) ¡Qué directo y al grano este consejo! ¿Se ha interesado usted intensamente en lo que son los estatutos de Jehová? ¿Quiere usted conocer las órdenes de Dios y sus disposiciones reglamentarias para el vivir correcto? Aun en los procesos normales de la vida la mayoría de las personas reconocen el orden y la ley y se familiarizan con las reglas del país, pero mucho más importantes son las leyes que Jehová ha hecho que se escriban. Estas tienen que ver con que nosotros vivamos, y con que nuestros hijos vivan, para siempre. Tenemos que mostrar tenerles cariño a Sus estatutos, y no debemos olvidar su Palabra, la Santa Biblia. Enséñelos a sus hijos.
13. ¿Cómo muestran los testigos de Jehová que están interesados en lo que Jehová dice?
13 Los testigos de Jehová están muy interesados en lo que Jehová Dios dice. Estudian la Biblia en cinco reuniones cada semana. Eso no quiere decir que ellos recordarán cada texto bíblico y podrán citar toda la Biblia versículo por versículo, pero al leer la Biblia con regularidad obtendrán el cuadro general de la manera en que Jehová quiere que viva la humanidad, lo que sus principios de verdad y justicia son; y comprenden la manera en que deben dirigir su vida en relación con otros, sus hijos y sus vecinos, y especialmente en relación con Dios.
14. ¿Por qué es importante saber lo que es la voluntad de Jehová para el hombre?
14 Es muy importante el que los cristianos sepan lo que es la voluntad de Jehová, porque cada uno tiene que tomar la decisión en cuanto a si va a adoptar el proceder correcto o el proceder incorrecto. Jehová no obliga a nadie a hacer nada. Verdaderamente la vida de uno, o la vida que uno vaya a tener en el futuro, depende de su propio proceder. Por lo tanto uno no se atreve a olvidar la ley de Dios. Uno tiene que saber la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Por medio de hablar la verdad uno confía en que Jehová se agradará en las ofrendas voluntarias de la boca de uno. A todo tiempo uno debe estar muy interesado en que Jehová Dios le enseñe a uno sus propias decisiones judiciales, es decir, las decisiones judiciales de Jehová. Uno no quiere ser el juez de lo que es correcto y lo que es incorrecto. Dios hace las decisiones judiciales. Nosotros tenemos que conformarnos a ellas para nuestro propio bien. Da buenos resultados hacer lo que es correcto. El cristiano desea que Jehová Dios declare cuál es la senda correcta, el proceder correcto que se debe seguir. El cristiano tiene que tomar la decisión. Nadie más puede tomarla, porque el cristiano sabe que él es personalmente responsable a Dios, el Dador de vida.
15. ¿Cómo fue que Adán y Eva siguieron un proceder de rebelión en Edén?
15 En el jardín de Edén, Adán y Eva tenían la vida en balanza. Jehová le dijo al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.” (Gén. 2:16, 17) Dios no estaba haciendo difícil el que el primer hombre que él había creado y puesto en el paraíso de Edén siguiera viviendo. De todos los árboles del jardín —y puede que haya habido millares de ellos— él podía comer libremente, pero había solo uno del cual no debería comer, por lo menos por el momento. Después que Dios creó a Adán creó una compañera y ayudante para él, a Eva. Él vio que no era bueno que el hombre continuara solo. Cuando Adán vio a Eva después que ésta fue creada de su costilla, Adán exclamó: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada ésta.” (Gén. 2:23) Adán le informó a Eva lo que Dios le había dicho directamente acerca de no comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo. Pero cierto día Satanás por la forma de la serpiente comenzó a decirle a la mujer: “‘¿Es realmente el caso que Dios dijo que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?’ Ante esto, la mujer le dijo a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No deben comer de él; no, no deben tocarlo para que no mueran.”’ Ante esto, la serpiente le dijo a la mujer: ‘Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo.’”—Gén. 3:1-5.
LA VIDA DEPENDE DE LA DECISIÓN
16, 17. ¿Qué proceder escogieron Adán y Eva en cuanto a escuchar el mandato de Dios, y con qué resultado?
16 Sabemos lo que pasó en el jardín de Edén. El registro está en el tercer capítulo del libro de Génesis. Eva comió del fruto del árbol porque quería ser quien decidiera lo que era bueno y lo que era malo. Quería ser como Dios, tomar decisiones judiciales, decidir lo que es bueno y malo. Escogió actuar contrario al estatuto ya establecido de Jehová. No quiso escuchar la ley de Jehová, y Dios no intervino para detenerla de tomar y comer del fruto de aquel árbol, porque cuando Jehová creo a Adán y Eva creó a ambos personas de libre albedrío. La vida de ellos dependía de sus propias decisiones. Podían hacer con su vida lo que quisieran y segar lo que sembraran. Jehová les dio sano consejo, buen consejo en cuanto a cómo proceder en su vida en armonía con la voluntad de Él, pero no los obligó a hacer Su voluntad. Ellos podían ir en oposición a ella si así escogían hacerlo. Él sí les dijo que no comieran de un árbol particular; pero si ellos querían ser desobedientes a su ley, entonces, como le dijo a Adán, estarían escogiendo la muerte.
17 De modo que quedaba con Adán y Eva tomar la decisión vital. Como personas con libre albedrío, hicieron con su vida lo que quisieron. Se acarrearon muerte y la acarrearon también a toda la familia humana.—Rom. 5:12.
18. Debido a que todos los hombres tienen libre albedrío, ¿qué selección también pueden hacer?
18 Pero aquella acción de parte de Adán no cambió la libertad del hombre para tomar decisiones por sí mismo. En lo que tiene que ver con toda persona en la Tierra, cada uno todavía es persona con libre albedrío y todavía puede hacer con su vida lo que quiera. Puede averiguar lo que es la ley de Dios y vivir según ella, o puede vivir en oposición a ella. Ciertamente es mucho más sabio el que un individuo escuche la Palabra del Dios omnisapiente y la siga y viva en conformidad con ella, más bien que oponerse a ella. ¿Por qué no ser como el salmista que dijo: “No olvidaré tu palabra”?
19. ¿Cómo justifica la cristiandad la conducta incorrecta, pero qué le ha suministrado Dios al hombre para ayudarle a caminar en rectitud?
19 Tanto Adán como Eva olvidaron rápidamente la ley de Dios en el jardín de Edén después que Satanás comenzó a hablar. Echaron a un lado el mandamiento de Dios de ‘no comer’ y comieron del fruto prohibido. ¿Hará usted lo mismo con las leyes de Dios hoy? Usted está tan libre para tomar sus propias decisiones como lo estaban Adán y Eva en el jardín de Edén. La cuestión es: ¿Tomará usted sus decisiones sin consultar la ley de Dios? Millones de personas así lo hacen. Para el resultado, mire la inmoralidad que hay por todo el mundo. Quizás usted diga: “No se les puede culpar.” Pero estas personas todavía apoyan a la cristiandad, que ya no enseña la ley de Dios sobre el adulterio, la fornicación y la homosexualidad, y no objeta a la conducta relajada. La cristiandad quizás trate de justificarse diciendo: “Estas leyes de Dios ya no aplican.” Eso es precisamente lo que Satanás le dijo a Eva. De modo que la gente hoy ha arrojado detrás de si los Diez Mandamientos y todas las otras leyes de Dios. Quieren libertad, transportarse de un punto a otro en la vida, pero sin postes indicadores en el camino. ¡Gústeles o no, los postes indicadores están allí! Las leyes de Dios permanecen y están allí para ayudar a la humanidad. ¿Quiere usted seguir las leyes y vivir por ellas? Usted puede, si usted lo desea. Su vida está en balanza.
20. (a) ¿Qué le está sucediendo al mundo de hoy, y a qué está llevando esto? (b) Por lo tanto, ¿de qué manera será diferente el proceder del cristiano?
20 Los gobiernos de la Tierra hacen leyes para que haya algún orden entre la gente. Pero mire lo que sucede cuando los niños de escuela se rebelan, los padres se rebelan, los que tienen que ver con el trabajo se rebelan, y las nacionalidades se rebelan. Toda la inquietud del mundo hoy día grita: “No nos gusta la ley.” ¿Adónde irá a parar todo este desorden mundial de las cosas? Irá a parar a la situación que la Biblia llama Armagedón. (Rev. 16:16) Es por eso que los verdaderos cristianos de hoy día que prestan atención a la ley de Dios y no la olvidan pueden regocijarse. Por lo que ven saben que éstos son los “últimos días” de este inicuo sistema de cosas. Por lo tanto, habiendo leído las Santas Escrituras, dicen a sus compañeros cristianos: “Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28) Saben que tiene que haber y habrá un cambio en los asuntos mundiales, y han estado orando a Dios: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” Creen esa oración, y por eso los testigos de Jehová siguen predicando que el reino de los cielos se ha acercado. Escuche y no se olvide.
21. ¿De qué manera puede ser útil al cristiano ahora y en el futuro el consejo de Proverbios 3:1, 2?
21 Mientras todavía tiene su vida en la balanza acepte el consejo de Proverbios 3:1, 2: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos.” Si Adán hubiera escuchado la ley de Dios y vivido en armonía con ella, su vida hubiera continuado hasta este mismo día. De hecho, tendría casi seis mil años de edad, según la cronología bíblica. Cuando el régimen del Reino de Dios quede establecido sin rival y la resurrección de los muertos acontezca y termine el reinado de mil años, ¿dependerá todavía de su propia decisión individual la vida de cada hombre? Sí, al fin del reinado milenario de Cristo Jesús la vida o alma del hombre todavía estará en la balanza, porque Revelación 20:7-10 muestra que Satanás será soltado de su prisión y saldrá para extraviar a las naciones. De modo que cada individuo o podrá irse con Satanás el Diablo o seguir las leyes de Dios. La vida eterna vendrá por ser uno obediente a las leyes de Dios para dirigir a la humanidad al fin de los mil años. Los que escojan ponerse de parte de Satanás morirán con el Diablo cuando éste sea arrojado en el lago de fuego, la muerte segunda. De modo que si uno quiere ‘alargar sus días y que se le añadan años de vida y paz,’ entonces lo mejor que puede hacer es escuchar y hacer lo que Dios dice. Jehová es el Dador de vida, y él sabe cómo extender la vida de usted. Si usted pone su confianza en Jehová y le cree y no olvida sus leyes, “largura de días y años de vida” serán suyos.
22. (a) ¿Por qué se escribió la Palabra de Dios, y por lo tanto cuál es nuestra responsabilidad? (b) ¿De qué manera puede sernos provechosa personalmente la Palabra de Dios?
22 Escuche al sabio: “Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento. No te olvides, y no te desvíes de los dichos de mi boca.” (Pro. 4:5) A veces la gente piensa que después de pasar unos cuantos años leyendo la Biblia ya sabe todo lo que Dios dice. Pero eso no es cierto. Mientras más viejos nos hacemos más conocimiento adquirimos y más sabiduría obtenemos. De modo que tenemos mejor entendimiento. Dios escribió su Palabra, la Biblia, con un propósito muy definido, “para nuestra instrucción.” (Rom. 15:4) Por lo tanto, debemos seguir leyéndola y verdaderamente estudiándola. Teniendo más conocimiento, los cristianos verdaderos pueden comprender y apreciar los principios de verdad y justicia. Un cristiano que sea instruido puede aguantar y perseverar y enfrentarse a las dificultades, persecuciones y penalidades mientras anda en su integridad. La Palabra de Dios lo fortalece para ser publicador del Reino, quizás misionero o precursor, o siervo de circuito o siervo de distrito en algún lugar en la organización visible de Jehová. Dios no está pasando por alto lo que los fieles cristianos están haciendo. Pablo comprendía esto y por lo tanto escribió: “Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo. Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.”—Heb. 6:10-12.
[Ilustración de la página 141]
¿Ayuda usted a sus hijos a recordar lo que Dios ha hecho?