Las bodas cristianas deben reflejar racionalidad
“ESTO es lo que he deseado desde que era niña,” dijo una novia en perspectiva en Florida en cuanto a su boda.
Estaba emocionada a causa de lo que se había planeado, incluso su costoso vestido nupcial de encaje y perlas, con su cola de nueve metros. La tradicional marcha nupcial fluiría de una orquesta de diez músicos cuando ella entrara. ¡Y cómo entraría! Surgiendo de en medio de una “nube” artificial emitida por un dispositivo oculto, descendería por una escalera de veintiún escalones. Bajaría entre jaulas doradas de palomas, hacia su novio que estaría esperándola.
Después de la ceremonia, la recepción o banquete de bodas incluiría champaña y un pastel de bodas de casi dos metros y medio de alto. Cuando la novia comenzara a partir el pastel se soltarían dos periquitos para que revolotearan en el salón de baile. ¿Cómo reaccionó a todo esto el novio en perspectiva? Acobardado por los planes extravagantes de aquel asunto de 25.000 dólares, ¡huyó de la escena nueve horas antes de la boda!a
Es muy probable que usted jamás haya visto unas bodas tan pródigas como ésa. No obstante, es probable que usted sepa que las bodas y los acontecimientos asociados van de modestos a gigantescos, de sencillos a suntuosos, de sucesos que honran a Dios a sucesos impíos.
¿Cómo, entonces, ha de decidir qué arreglos hacer para su propia boda el cristiano que ama a Dios y desea guiarse por los principios de su Palabra? ¿Dónde pone él el límite? Complica más los asuntos esto que declaró un escritor: “Ninguna costumbre social está tan profundamente arraigada en la tradición y dominada por el formalismo como una boda.” ¿Debe tratar el cristiano de seguir todas las tradiciones, algunas de ellas, o ninguna de ellas? ¿Qué es, exactamente, una boda cristiana razonable?b
RACIONALIDAD CRISTIANA
Los cristianos verdaderos saben que, cuando se casan, la ceremonia tiene que cumplir los requisitos de la ley seglar, sea en un servicio religioso o en un servicio civil como en un tribunal o en una oficina del registro civil. (Luc. 20:25) En todas partes de la Tierra los testigos de Jehová reconocen esto y por eso cumplen con los requisitos locales. No obstante, quedan preguntas en cuanto a ciertas costumbres que se observan en la ceremonia nupcial. ¿Precisamente qué deben hacer los cristianos?
Una cualidad clave que se necesita para poder ver este tema del modo apropiado es la racionalidad. Esto es algo que los cristianos deben exhibir en todas sus actividades, pero especialmente se necesita en lo que tiene que ver con las funciones sociales que envuelven a tantas personas y tantas tradiciones. Bajo inspiración el apóstol Pablo escribió consejo excelente a los cristianos de su día, y recuerde, ellos también se casaban y tenían celebraciones de bodas. El aconsejó: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes.” (Fili. 4:5) Dando énfasis a esto, el discípulo Santiago dijo que la sabiduría de Jehová es “razonable.”—Sant. 3:17.
Los cristianos que son espiritualmente maduros y que reconocen la importancia de aplicar principios bíblicos lo patentizan por medio de manifestar racionalidad. Sin que necesiten una larga lista de reglas específicas, ejercen cuidado para que los aspectos espirituales de la boda no sean eclipsados por simples asuntos ceremoniales.
Sin embargo, no hace mucho tiempo una boda en el Brasil resultó ser un asunto sumamente elaborado al tomar en cuenta los recursos financieros de los que se casaron, y extraordinariamente opulento para el modesto Salón del Reino donde se pronunció la conferencia bíblica. Para muchos allí, el exceso de los arreglos, el vestido de boda lujoso, la abundancia de damas de honor y el séquito y otros detalles, atrajeron tanta atención que esas cosas eclipsaron el consejo excelente que se estaba ofreciendo de las Escrituras. Verdaderamente, cuando se pierde la racionalidad, muchas personas, incluso los novios, pierden otras cosas.
COSTUMBRES DE BODA
Puesto que hay tantas prácticas tradicionales, ¿debe el cristiano tratar de evitar todas las costumbres de boda de su región? No necesariamente. Puede escoger. A veces las costumbres de boda tienen una base práctica, como el casarse en el día cuando la mayoría de la gente está libre del trabajo seglar, o en la parte más fresca del día, después de la siesta. O es posible que una tradición sea un toque de matiz local; uno difícilmente esperaría que las personas en su población natal de Corea se vistieran como lo hacen los nativos del Líbano, Finlandia o Fidji.
Por supuesto, algunas costumbres son contrarias a la Biblia y por eso los cristianos se oponen a ellas. En muchos países se observan costumbres raras para que los novios o sus invitados tengan “buena suerte.” Los testigos de Jehová no adoran al dios de la Buena Suerte. (Isa. 65:11) Tampoco se apegan a tradiciones que harían pensar a los observadores que lo hacen. Otras costumbres claramente son actos de adoración falsa. Por eso la persona que planea una boda hace bien en examinar las prácticas comunes de su región y analizar cómo las considera localmente la gente. Si se reconoce que cierta costumbre está enlazada con la religión falsa o la “buena suerte,” entonces el cristiano la evitará.—2 Cor. 6:14-18.
Otras tradiciones son irrazonables o faltas de amor. En muchos países es común el arrojar arroz a los novios. ¿Cuál es el propósito de la costumbre? “Algunos pueblos creen que el arroz es alimento para alejar de los novios las influencias malas. Algunos dicen que asegura fertilidad a la pareja.” (Science News Letter, 8 de junio de 1963, pág. 357) Esto ilustra que a menudo hay varias opiniones en cuanto al origen de cierta costumbre. Pero sean cuales sean los antecedentes de ésta, ¿toman normalmente alimento los cristianos y se lo arrojan a sus amigos, ensuciando la calle mientras tanto? También, considere el asunto de amar a su prójimo como a usted mismo. ¿Impulsaría el amor cristiano a uno a jugar bromas para abochornar a los novios? Jesús dijo: “Así como quieren que los hombres les hagan a ustedes, hagan de igual manera a ellos.”—Luc. 6:31; 10:27.
También hay la tradición del anillo de bodas. Un estudio del tema probablemente lo dejaría a uno confuso en cuanto al origen y significado del anillo nupcial; se alegan muchas diferentes cosas, y los hechos no están claros. Aunque la Biblia no mencione directamente los anillos nupciales, es claro que los siervos de Jehová podían ponerse anillos. (Job 42:11, 12; Luc. 15:22) Pero, ¿qué hay si la gente del país de uno cree que un anillo nupcial simboliza la fe, el amor y la devoción inquebrantables de la pareja? Los cristianos no le atribuyen ningún significado simbólico a un anillo de bodas, aunque cultivan estas cualidades en el matrimonio, y aunque muchos en el mundo son hipócritas al afirmar que las manifiestan. Un anillo de bodas no asegura nada. Simplemente sirve de notificación pública del estado conyugal de uno. No es incorrecto el que un cristiano o cristiana haga manifiesto su estado conyugal poniéndose un anillo de boda, sea en la mano derecha, como en Alemania, o en la izquierda. No obstante, esto no se necesita donde no es un requisito legal. De modo que la pareja puede decidir qué hacer de acuerdo con su situación financiera y preferencias personales.
Por consiguiente, en lo que se refiere a costumbres de boda uno puede escoger, preguntándose: ¿Cuál es el significado de la costumbre en este lugar en la actualidad? ¿Ofenderá a otros? ¿Es amorosa? ¿Es razonable?
INDUMENTARIA DE CASAMIENTO
Una decisión que tendrá que tomar la pareja antes de la boda es qué se pondrán. La boda de uno es una ocasión especial, de modo que por lo común se da atención a verse uno gozoso y atractivo. No obstante, esto no significa que uno tiene que ponerse cierta clase de vestido o traje. Uno hace bien en considerar los estilos locales, el costo y los gustos personales.
En tiempos bíblicos los novios a menudo se ponían prendas de vestir muy finas. (Sal. 45:13, 14; Jer. 2:32) Aun a la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, se le describe como “preparada como novia adornada para su esposo.” (Rev. 21:2) Por eso prendas de vestir de bodas elegantes no son contrarias a la Biblia. No obstante, no se necesitan para una boda feliz. La indumentaria espiritual es más importante.—1 Ped. 3:3, 4.
Si una pareja comprometida deseara comprar un vestido de boda especial, por ejemplo, y las circunstancias se lo permitieran, les tocaría a ellos decidir. Sin embargo, ¿sería razonable comprar un vestido tan caro que causara una carga financiera para ellos mismos o para otros? Una cristiana del norte de Europa abandonó el tesoro de servir como ministra especial de tiempo cabal para trabajar en lo seglar a fin de conseguir un vestido de boda elegante. ¿Qué cree usted que hubiera sido de más valor duradero para ella? Y, ¿qué hay del séquito de la novia, si hay uno? ¿Se sentirán obligadas a comprar ropa cara debido a la suntuosidad del vestido de la novia?
El asunto de la indumentaria se puede resolver de varias maneras. Aunque muchos han comprado o alquilado prendas de vestir “nupciales,” algunas novias han disfrutado de usar el vestido de boda de una amiga estimada o pariente. Otras han recibido gran satisfacción al confeccionar su propio vestido de novia, posiblemente pudiendo tener así una prenda de vestir que podría usarse en otras ocasiones en el futuro.—Pro. 31:13, 22.
Y es perfectamente correcto el que una pareja se case llevando su ropa regular más atractiva, estando nítida y limpia para tal ocasión. Algunos han hecho esto para poder usar el dinero ahorrado de modo que les ayudara a emprender el ministerio de precursor o continuar en él. Otros que pudieran tener una boda elaborada quizás personalmente deseen tener una “boda sencilla” por estar tan críticos los tiempos, “teniendo muy presente la presencia del día de Jehová.”—2 Ped. 3:12.
Aunque amigos y parientes con buenas intenciones tengan ideas en cuanto a cómo ellos arreglarían la boda, y algunas de las sugerencias basadas en la experiencia pueden ser útiles, la pareja que se case debe dejar que su boda refleje sus propias preferencias y planes para el futuro. Y si hay diferencias pequeñas en las ideas, los novios pueden resolverlas de manera amorosa. Así debe hacerse en cuanto a los asuntos después de la boda, reconociendo ambos el arreglo de Dios de jefatura en la familia. De modo que esto sería una oportunidad para mostrar que pueden trabajar juntos en amor y de acuerdo con principios piadosos.—Efe. 5:22-33.
‘Pero, ¿qué hay en cuanto a ir de blanco y llevar velo?’ algunas personas desean saber. Como sucede con otras tradiciones, las ideas en cuanto al significado de éstas varían mucho. Para algunas personas en Alemania, un vestido nupcial blanco significa virginidad. Otras allí creen que impide que los espíritus malos reconozcan a la novia. En el Japón algunas consideran el vestido blanco de boda como símbolo de duelo; la novia ‘muere’ a sus padres y permanece con su esposo hasta la muerte. Sin embargo, para muchas personas en todas partes de la Tierra, el vestido blanco simplemente es una tradición de prístina belleza sin significado particular. No hay por qué una novia cristiana deba pensar que un vestido blanco de boda sea esencial, ni que se prohíbe universalmente.
Se puede considerar el velo de manera semejante. Las Escrituras no desaprueban que la mujer lleve cubierta la cabeza en presencia de su futuro esposo. (Gén. 24:63-67) De modo que no hay objeción a llevar un velo nupcial como un artículo atractivo. Sin embargo, si en la localidad hay opiniones definitivas en cuanto a un significado religioso falso o supersticioso de un velo nupcial, la pareja debe considerar eso.
No hay necesidad de considerar otros ejemplos que envuelvan prendas de vestir de casamiento. ¡Lo que ha de tenerse presente en cuanto a la indumentaria de casamiento, sea lujosa o sencilla, es que no es la cosa más importante! No debe permitirse que sea una fuente de tropiezo o infelicidad. (1 Cor. 8:13) Pronto se oscurecerá en la memoria de uno, pero la felicidad de una boda cristiana razonable durará a medida que el esposo y la esposa apliquen el consejo bíblico recibido.
LA CEREMONIA MISMA
Este modo maduro de dar énfasis a los aspectos espirituales remuneradores de la boda aplica especialmente a la ceremonia misma. No se necesita ninguna forma especial de ceremonia, más allá de lo que la ley del país requiera. De modo que la mayor parte de los detalles se puede resolver sobre una base personal. Esto incluye preguntas tales como si los novios y su séquito entrarán en el salón de cierta manera, si alguien ‘dará’ a la novia, si habrá una dama compañera de la novia y un amigo del novio o “caballero” u otros que participen en la ceremonia, y otros asuntos semejantes que realmente son tecnicismos menores. (Sal. 45:14; Juan 3:29) Si alguno de ellos, al agregarse, le robaría a la ocasión su gozo apropiado, ¿por qué incluirlo?
Antes de que tenga lugar una boda en un Salón del Reino de los testigos de Jehová, la pareja cristiana debe conseguir la aprobación de los ministros responsables del salón en cuanto a los arreglos. Estos hombres maduros no desean imponer sus gustos personales en la boda. Pero les interesa que no se haga nada en conexión con el Salón del Reino que estorbe las reuniones que se celebren allí o que haga tropezar o perturbe a los de la congregación o comunidad. Ellos tienen presente el consejo: “Que se aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no estén haciendo tropezar a otros.”— Fili. 1:10; Sal. 133:1.
Pero esto no debe causar dificultad, puesto que la pareja cristiana que se va a casar se esfuerza por aplicar ese mismo consejo bíblico. Por ejemplo, los novios pueden mostrar su amor basado en principios y consideración para los que asisten a la boda señalando una hora para la ceremonia y luego esforzándose por llegar a tiempo. Esta puntualidad, como se recomienda en la ilustración de Jesús acerca de las diez vírgenes (Mat. 25:10-12), señalará a la boda cristiana como diferente de muchas del mundo, donde la desatención para otros y el idolatrar a las mujeres a menudo se exhiben por el hecho de que la novia a propósito llega tarde.
Si ésta es la primera vez que parientes mundanos de la pareja asisten al Salón del Reino, es muy posible que queden impresionados por tales diferencias. Quizás noten que si se usa música ésta se basa en temas bíblicos, tomada del libro de cánticos que usan los testigos de Jehová, y no las marchas tradicionales que envuelven música seglar. Y especialmente deben quedar impresionados por el discurso provechoso sobre el matrimonio que se basa en la Palabra inspirada de Dios.
Sí, los testigos de Jehová están dispuestos a ser diferentes del mundo en muchos aspectos de la vida, de modo que no se sienten obligados a estudiar libros que bosquejan cómo “tienen” que llevarse a cabo las bodas. Comprenden que las bodas mundanas descritas a menudo resultan ser extravagantes, asuntos para ostentación y prestigio, que dejan a los implicados agotados, desilusionados y muy endeudados. Y en tal boda tanto tiempo y atención se dan a cosas materiales y a formalidades que se pierde el profundo significado espiritual de la boda. En contraste, en las bodas, como en otras cosas, los cristianos maduros manifiestan el equilibrio y la racionalidad que obtienen de estudiar la Palabra de Dios al ser moderados, considerados y amorosos. Así dejan que “llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son.”—Fili. 4:5.
[Notas]
a Saturday Evening Post, 13 de agosto de 1966, pág. 29.
b Los acontecimientos sociales conectados con las bodas, como el banquete de bodas, se considerarán en una ocasión posterior.