La adoración verdadera... un camino y modo de vivir
DELANTE de usted está la perspectiva de vivir eternamente bajo el reino de Dios. Esta perspectiva está basada sólidamente en la verdad de la propia Palabra de Dios, que dice: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” (Sal. 37:29) El ver realizada esta magnífica perspectiva está a su alcance si usted verdaderamente ama a Dios y lo adora por medio de ‘andar en la verdad.’—2 Juan 1-4.
La adoración verdadera significa más que solo conocer la verdad. Significa aun más que hablar y proclamar la verdad a otros. Significa creer la verdad y obrar de acuerdo con ella, ‘andar en la verdad’ por medio de ponerla en acción en nuestra vida cotidiana. (Sant. 1:22-25) La adoración verdadera influía tanto en la vida diaria de los cristianos primitivos que se le llegó a conocer como “el Camino” y “el camino de la verdad.” (Hech. 9:2; 2 Ped. 2:2) Es el “camino” marcado por Dios para que anden en él todos los adoradores verdaderos, la manera en que deben vivir su vida mientras se esfuerzan por alcanzar la meta de vida eterna.
En vista de eso, nuestra adoración a Jehová Dios no puede ser algo separado del resto de nuestra vida. Más bien, tenemos que aplicar la verdad de su Palabra en toda actividad de la vida. Como explica la Biblia: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.”—1 Cor. 10:31; vea también Colosenses 3:17.
Toda acción nuestra debe armonizar con la verdad de la Palabra de Dios, y así glorificar a Dios. Esto será para nuestra felicidad duradera. Los principios justos de su Palabra no cambian según el lugar donde uno vive o sus circunstancias personales. Siempre son verdaderos, siempre correctos.—Sal. 119:142.
Si usted realmente practica la adoración verdadera, ¿qué significará eso para usted ahora? Pondrá toda su vida en armonía con el camino de Dios. Su Palabra nos dice: “Desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior . . . que sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y se vistan de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.”—Efe. 4:22-24.
El ponerse la nueva personalidad significa desechar el habla obscena y mentirosa, a favor del lenguaje limpio y veraz. Significa quitar la borrachera y la inmoralidad sexual y reemplazarlas con conducta recta y honorable. Significa cultivar, no la codicia, sino el altruismo y la generosidad.—Col. 3:5-10.
¡Qué refrescante es la manifestación de cualidades piadosas en los tratos diarios de uno con la gente... con miembros de la familia, con los asociados en los negocios, con amigos íntimos y con extraños! Piense en el magnífico efecto que se logra cuando se aplica este consejo de la Palabra de Dios: “Vístanse de los tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:12-14.
Pero, ¿cree usted que es difícil hacer este cambio, y perseverar en él cada día? Con la ayuda del espíritu de Dios usted puede hacerlo. Por medio de la adoración verdadera usted puede producir el maravilloso fruto del espíritu de Dios en su vida. Ese “fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.”—Gál. 5:22, 23.
Cuando la adoración verdadera llegue a ser su modo de vivir, su camino en la vida, será su guía constante. Al tomar decisiones, grandes o pequeñas, usted aprenderá a preguntarse: “¿Qué le agradará a Jehová Dios? ¿Qué muestran los principios de su Palabra que es el proceder correcto y sabio?”—Sal. 119:105; Pro. 3:1-6.
Por ejemplo, el cristiano verdadero estará interesado en que su empleo seglar no estorbe su servicio a Jehová Dios, y en que no envuelva trabajo o prácticas que la Biblia condena. (Heb. 13:5, 18; Isa. 2:3, 4; Rev. 18:4) Aun en lo que tiene que ver con la diversión, la Palabra de Dios debe guiarnos a seleccionar algo edificante, saludable. (Fili. 4:8) No hay nada en su vida que no será influido de manera provechosa por la adoración verdadera.
RECOMPENSA FELIZ POR LA PERSEVERANCIA
No obstante, debido a las presiones que el mundo impone a los cristianos genuinos, quizás no sea fácil continuar andando fielmente en el “camino de la verdad.” Jesús advirtió que los verdaderos adoradores serían odiados y perseguidos, tal como lo fue él. (Juan 15:18-20; 2 Tim. 3:12) Puede que surjan circunstancias que amenacen estorbar su estudio regular de la Biblia o su asociación con los compañeros cristianos en las reuniones de congregación. A causa de la oposición quizás la predicación se haga difícil, hasta peligrosa. ¿Qué hará usted?
La Biblia aconseja: “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.” (Heb. 10:36) Por eso, el único proceder correcto es seguir adelante valerosamente en el servicio de Dios, confiando en Él. Dice la Palabra de Dios: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo.”—Sal. 55:22; Heb. 6:11, 12.
A los cristianos primitivos, el discípulo Santiago escribió: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante.” (Sant. 1:2, 3) Sí, podemos tener verdadero gozo si, en medio de oposición, nos encaramos resueltamente con la prueba de nuestra fe. ¿Por qué?
Porque por perseverancia y aguante sostenemos el lado de nuestro Padre celestial en la gran cuestión que está ante todo el universo. Además, el Hijo de Dios nos asegura: “Mediante la perseverancia de parte suya adquirirán sus almas.” Sí, por perseverancia usted obtendrá la recompensa de vida eterna.—Luc. 21:16-19; 1 Ped. 2:21-23; 2 Tes. 1:4, 5.
Vivimos en el más bendito tiempo de toda la historia humana. Ya pronto Jehová y su Hijo, Cristo Jesús, librarán al universo de todos los enemigos del reino de Dios. ¡Qué gozo será, después de esa guerra, vivir bajo condiciones justas en la Tierra paradisíaca, libres del sufrimiento, la tristeza y la muerte!
Usted puede cifrar toda su confianza en esa esperanza. ¿Por qué? Porque se nos asegura que “Dios . . . no puede mentir.” (Tito 1:2) Mire adelante a esa bendita perspectiva, entonces, y nunca abandone la adoración de Jehová el Dios verdadero. Siga adelante en el camino de la verdad, porque “el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:17.