Retenga el punto de vista correcto de la predicación del Reino
“Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14.
1. ¿Qué actitud para con su fe tuvieron los cristianos primitivos, y por lo tanto qué se sintieron impelidos a hacer?
LOS cristianos primitivos no pensaban en su religión como simplemente otra religión, la que sucedía que ellos preferían personalmente. ¡De ninguna manera! Firmemente creían poseer la verdad acerca de Jehová Dios y sus propósitos, y que otros necesitaban este conocimiento para la salvación. (Juan 17:3) Su convicción los impelía a vigorosa actividad de predicación. Dice el registro bíblico inspirado: “Todos los días en el templo y de casa en casa continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.” (Hech. 5:42) ¿Usted, también, dice ser cristiano? Si así es, ¿exhibe usted este mismo celo y entusiasmo por participar en la predicación? ¿Es la predicación del Reino realmente una actividad que se requiera de los cristianos verdaderos?
2, 3. ¿Cómo mostró Jesús su modo de ver la predicación?
2 El fundador del cristianismo, Jesucristo, veía la predicación de este modo; de hecho, como la razón principal de su venida a la Tierra. Explicó a sus seguidores: “Vamos a otra parte, a las villas cercanas, para que predique también allí, porque es con este propósito que he salido.” (Mar. 1:38) Y mostrando claramente qué mensaje fue el que vino a predicar, dijo: “Tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.”—Luc. 4:43; 8:1.
3 Sí, la predicación del Reino fue el trabajo principal de Jesús; el propósito de Dios era que él anunciara este gobierno celestial que con el tiempo librará a la Tierra de toda injusticia, y se encargará de que la voluntad de Dios se haga aquí. (Mat. 6:9, 10) Y Jesús siempre demostró el punto de vista correcto de la obra que su Padre le encomendó. En una ocasión Jesús ilustró lo importante que la consideraba al decir: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.”—Juan 4:34.
4, 5. (a) ¿Cómo mostró claramente Jesús que sus seguidores también tienen que ser predicadores del Reino? (b) ¿Hasta qué punto fue eficaz la predicación de los cristianos primitivos?
4 En la obra de Jesús se incluía el entrenamiento de sus seguidores para participar en la predicación del Reino. Esta, también, habría de ser la obra principal de ellos. Jesús indicó esto cuando mandó a doce de aquellos a quienes les había dado entrenamiento especial: “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’” Se podía decir que el Reino se había “acercado” porque el rey designado del reino celestial de Dios, Jesucristo, estaba entonces en medio de ellos. De modo que Jesús dijo a sus discípulos que visitaran los mismísimos hogares de la gente con este mensaje vital. Hasta les explicó la manera de saludar al amo de casa y de presentar el mensaje del Reino. Más tarde, envió a setenta discípulos entrenados con instrucciones similares. (Mat. 10:5-7, 11-14; Luc. 10:1-11) Aun después de su muerte y resurrección, Jesús se apareció a sus seguidores para instarlos a continuar con la predicación.
5 A “más de quinientos hermanos,” que evidentemente se habían reunido en Galilea cuando hubo una aparición posterior a la resurrección, Jesús dijo: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (1 Cor. 15:6; Mat. 28:10, 19, 20) Y finalmente a los discípulos que presenciaron su partida hacia el cielo, él dijo: “Serán testigos de mí . . . hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) ¡Cuán llenos de fervor y entusiasmo estuvieron aquellos cristianos primitivos después de ser estimulados por Cristo resucitado! Tenían el punto de vista correcto de la obra, y su celosa predicación del Reino produjo resultados notables. El historiador Edward Gibbon, que no era amigo del cristianismo, reconoció: El ‘celo de los cristianos . . . los esparció a través de toda provincia en casi toda ciudad del imperio [romano].”a
PREDICACIÓN DEL REINO HOY DÍA
6. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a la predicación del día moderno?
6 Pero, ¿qué hay del día actual? ¿Están los cristianos que viven ahora también bajo obligación de ser predicadores del Reino? ¿Hay algún arreglo para entrenarlos a fin de que continúen con la predicación, como lo hubo en el primer siglo? ¿Realmente traerá el reino de Dios condiciones justas a la Tierra?
7. ¿Cuáles son algunas de las evidencias que habrían de señalar la venida de Cristo en gloria del Reino?
7 Hace diecinueve siglos Jesucristo señaló hacia su segunda presencia invisible en gloria del Reino, y la “conclusión del sistema de cosas.” Entre otras cosas, predijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:3-13) Guerra sin paralelo en alcance y magnitud, seguida de escaseces de alimento, terremotos, desafuero en aumento, etc., estuvieron entre las evidencias que señalarían la segunda presencia celestial de Cristo y el tiempo del fin de este sistema de cosas.
8. (a) ¿Qué prueba hay de que hemos entrado en el tiempo de la segunda presencia de Cristo y en los “últimos días” de este sistema? (b) ¿Qué obra importante tiene que hacerse antes de que venga “el fin”?
8 ¿Hemos entrado en el tiempo trascendental de la historia del cual habló Jesús? ¿Hemos visto en nuestro día las cosas que predijo que señalarían su segunda presencia en gloria del Reino? ¡Sí! Los acontecimientos de la generación pasada desde 1914 son los mismísimos que Jesús y sus discípulos profetizaron que acontecerían. El cumplimiento de todas estas cosas en tales dosis sin precedente prueba fuera de duda que ahora vivimos durante la segunda presencia de Cristo y los “últimos días” de este sistema de cosas. (2 Tim. 3:1-5; 2 Ped. 3:3, 4) Por lo tanto, ahora tiene que predicarse un mensaje importante acerca del reino de Dios, como predijo Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Y “estas buenas nuevas” se están predicando.—Mat. 24:14.
9. ¿Cuáles son las “buenas nuevas” acerca del reino de Dios que ahora tienen que predicarse?
9 Las “buenas nuevas” del día actual acerca del reino de Dios son que éste ha sido establecido en el cielo en esta mismísima generación; sí, que Jesucristo ha sido entronizado allí y está gobernando en medio de sus enemigos. Esto significa que Satanás el Diablo ha sido arrojado del cielo a la proximidad de la Tierra, y que pronto será abismado y su entero sistema inicuo de cosas será destruido. ¡Qué buenas nuevas! (Sal. 110:1, 2; Rev. 12:7-12; 20:1-3) En las “buenas nuevas” se incluye también el hecho de que los que sirven a Dios sobrevivirán al fin de este sistema y disfrutarán de vida eterna y paz bajo el régimen del Reino. (1 Juan 2:17; Sal. 37:9-11, 29) Felizmente, hemos llegado a los días de los cuales habla la profecía bíblica: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. . . . Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Dan. 2:44.
10. (a) ¿Cuál es el punto de vista correcto respecto a la predicación del Reino? (b) ¿Cómo han demostrado los testigos de Jehová este punto de vista correcto?
10 ¿Cree usted que hemos llegado al día del cumplimiento de estas profecías bíblicas? ¿Realmente cree usted que se ha acercado el fin de la iniquidad y la introducción de un nuevo sistema de cosas bajo el reino de Dios? ¿Está usted confiadamente a la expectativa del cumplimiento de las promesas bíblicas en cuanto al fin de la enfermedad, del sufrimiento y de la muerte? (Rev. 21:3, 4) ¿Sí? ¡Bueno, ciertamente, entonces, usted querrá decir “estas buenas nuevas” a otros! Realmente, el punto de vista correcto es que no hay obra más importante en la Tierra que pudiera hacerse. La predicación del Reino es la obra que Jehová Dios, el Creador del hombre, ha mandado que se haga. Por esta razón los testigos de Jehová están dedicados a esta actividad; más de 1.250.000 de ellos están participando ahora con regularidad en dar “estas buenas nuevas” en 203 países. Y como los cristianos primitivos, están preparados para entrenar y ayudar a otros a predicar el mensaje del Reino. Sus reuniones de congregación están diseñadas con este mismísimo propósito.
OBSTÁCULOS AL MANTENIMIENTO DEL PUNTO DE VISTA CORRECTO
11, 12. (a) ¿Por qué se les ha hecho difícil a algunos continuar en la predicación? (b) Después de considerar la manera en que muchos respondieron a la predicación de Jesús, ¿debemos desanimarnos cuando no conseguimos que la gente escuche con interés?
11 Sin embargo, a algunos que han emprendido la predicación del Reino se les ha hecho difícil continuar. Los obstáculos les han impedido mantener un punto de vista correcto. ‘¿De qué sirve?’ han opinado algunos. ‘Nadie quiere prestarle atención al mensaje del reino de Dios.’ La indiferencia de la gente hacia las “buenas nuevas” los desanima. ¿Se desanima usted también a veces debido a que los amos de casa no responden al mensaje del Reino? Pero, realmente, ¿debería usted esperar que sucediera algo diferente? ¿Es lo acostumbrado el que la mayoría responda favorablemente al mensaje que llevan los ministros de Dios?
12 Por ejemplo, ¿cuál fue la actitud de la gente para con el mensaje del Reino en el día de Jesús? Pues, la inmensa mayoría no respondió aunque Jesús mismo les habló las buenas nuevas. De hecho, Jesús dijo: “Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos han oído con molestia, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón y se vuelvan, y yo los sane.” (Mat. 13:15) Sin embargo, a pesar de que la mayoría no escuchó con interés, Jesús mantuvo su celo por la obra que su Padre le asignó. Era la voluntad de Dios que él predicara el mensaje del Reino; de modo que Jesús estuvo resuelto a continuar sin importar cómo respondiera la gente. Necesitamos cultivar el mismo punto de vista correcto que demostró Jesús. Aunque nadie a quien prediquemos llegue a ser discípulo verdadero, eso no significa que nuestro ministerio haya fracasado o que Dios esté descontento con nosotros.
13. ¿Cómo demostró Jeremías el punto de vista correcto para con su asignación de predicar, y qué podemos aprender de su ejemplo?
13 Considere el ministerio del profeta Jeremías. Jehová Dios lo había comisionado para predicar a sus conciudadanos rebeldes, obstinados, que se habían apartado de la adoración verdadera de Dios. Jehová dijo: “Tienes que hablarles todas estas palabras, pero no te escucharán; y tienes que llamarlos, pero no te responderán.” (Jer. 7:27) ¿Realmente, podría haber personas a quienes les predicásemos que se mostraran más renuentes a oír? Sin embargo, aunque aquellos israelitas fueron sumamente insensibles para con Dios, Jeremías fielmente continuó predicándoles por unos cuarenta años. Cierto, se desanimó. (Jer. 20:9) No obstante, mantuvo el punto de vista correcto de la importancia de predicar, y su fiel aguante agradó a Jehová. Ahora Jehová Dios se propone que se dé un “testimonio a todas las naciones” antes de que venga el fin, y por eso también se complace si continuamos predicando en obediencia a Su mandato.
14, 15. (a) ¿Qué otro obstáculo puede impedir el que uno mantenga un punto de vista correcto de la predicación del Reino, y, como resultado, cuál pudiera uno pensar incorrectamente que es el punto de vista de Dios acerca del servicio de uno? (b) ¿Qué requiere Dios de sus siervos, y por lo tanto cuál es el punto de vista correcto?
14 Sin embargo, el que la gente responda con frialdad y no muestre interés no es lo único que hace que algunos que han emprendido la obra aflojen el paso o hasta dejen de predicar “estas buenas nuevas del reino.” También hay otros obstáculos que pueden impedir el que mantengan el punto de vista correcto de la importancia de predicar el Reino. Uno de ellos simplemente puede ser el aumento de la carga de lo que Jesús llamó las “inquietudes de la vida.”—Luc. 21:34.
15 En la sociedad actual de suma competencia quizás uno vea aumentadas sus responsabilidades y que continuamente se le exige dedicar más de su tiempo a las cosas. Quizás el patrono ejerza sobre uno presión adicional. También, puede haber gastos inesperados, y la inquietud de tratar de sufragarlos todos. Quizás el perder salud y energía acentúen las presiones. Por eso, tomando en cuenta todo esto, uno quizás crea que a Dios no le agrada el poco tiempo y esfuerzo que le quedan para dedicarlos al servicio de Dios. Sin embargo, las cosas no son así. Jehová Dios no requiere de sus siervos más de lo que puedan dar. Él se complace mucho aun con la ‘blanca de la viuda’ cuando esto es todo lo que uno puede ofrecer. (Luc. 21:1-4; Mat. 11:28, 29) De modo que el punto de vista correcto es que el cristiano debe hacer cuanto pueda en la predicación. Esto es todo lo que Dios requiere.
16. ¿Qué otros obstáculos hay que han impedido el que las personas mantengan un punto de vista correcto de la predicación del Reino?
16 La predicación del Reino es la obra más vital en la Tierra en la actualidad; sin embargo, hay todavía otros obstáculos que pueden impedir el que se mantenga este punto de vista correcto. Por ejemplo, los deseos o búsquedas materialistas pueden llegar a ser un verdadero estorbo. Esto es lo que pasó con el compañero misionero de Pablo, Demas, que dejó a Pablo “porque amó el presente sistema de cosas.” (2 Tim. 4:10) Quizás, también, algo o alguien haya entrado en su vida con una atracción tan fuerte que usted crea que simplemente no puede resistir. (1 Juan 2:15-17) Por otra parte, puede que el obstáculo al mantenimiento del punto de vista correcto sea la oposición de parientes o amigos en forma de mofa u ostracismo. (Mat. 10:33-38) O quizás la amenaza de fuerte abuso físico y persecución esté haciendo que pierda de vista la importancia de continuar fielmente en la predicación. (2 Tim. 3:12) O quizás el obstáculo al mantenimiento del punto de vista correcto sea que uno se haya ofendido personalmente por algo que alguien haya dicho o hecho. En vez de arreglar la dificultad de la manera que se ha prescrito bíblicamente, el ofendido permite que el asunto cobre tanta importancia en su mente que deje de mantener el punto de vista apropiado acerca de la predicación del Reino.—Mat. 18:15-17; Sal. 119:165.
FUENTE DE PUNTOS DE VISTA INCORRECTOS
17. ¿Por qué es tan difícil mantener un punto de vista correcto de la predicación?
17 ¿Por qué hay tantos obstáculos al mantenimiento del punto de vista correcto de esta obra importantísima en la Tierra? Un factor prominente es nuestras imperfecciones y debilidades innatas. Éstas obran contra el que obedientemente hagamos la voluntad de Dios. (Sal. 51:5; Rom. 7:18-21) Sin embargo, también hay fuerzas muy reales y poderosas cuyo propósito es hacer que desarrollemos un punto de vista incorrecto y dejemos de predicar acerca del reino de Dios. Describiendo a estos enemigos, el apóstol Pablo escribió a los cristianos: “[Estén] firmes contra las maquinaciones del Diablo; porque tenemos una pelea, no contra sangre y carne, sino contra . . . los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” (Efe. 6:11, 12) ¡Éstas son verdaderas personas espíritus! Lo que es más, han sido arrojadas del cielo por el rey de Dios, Jesucristo, en esta mismísima generación desde 1914, y ahora libran una desesperada lucha vengativa contra nosotros. La profecía bíblica señala hacia esta mismísima generación y dice: “Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:9, 12.
18. ¿Qué actitud es correcto que tengamos respecto a los esfuerzos del Diablo por hacer que dejemos de predicar?
18 Por eso, ¿qué va usted a hacer? ¿Ceder y rendirse? ¿Sucumbirá usted ante los esfuerzos del Diablo y sus demonios por hacer que usted deje de predicar, o peleará usted contra ellos con todo lo que tiene, no dejando que nada le impida continuar en la obra más importante que hay en la Tierra en la actualidad? El apóstol Pablo dijo que los cristianos tienen que librar tenaz guerra espiritual, “derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada levantada contra el conocimiento de Dios.” (2 Cor. 10:3-5) No podemos permitir que ningún punto de vista incorrecto que promueva el Diablo haga que aflojemos el paso o que dejemos de hacer la voluntad de Dios.
19. ¿Cómo debería afectarnos el saber que nuestros hermanos permanecen fieles a pesar de todo lo que el Diablo hace contra ellos?
19 El apóstol Pedro también señaló al Diablo como un enemigo verdadero, y dijo: “Pónganse en contra de él, sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo.” (1 Ped. 5:8, 9) ¿Cómo le afecta a usted saber que sus hermanos a través del mundo se enfrentan a las mismísimas dificultades que usted y permanecen fieles? ¿No es un verdadero estímulo? ¿No es una seguridad consoladora de que usted, también, puede continuar predicando fielmente a pesar de los obstáculos que afronte? ¡Sí, si ellos pueden permanecer fieles bajo prueba, usted también!
CÓMO MANTENER EL PUNTO DE VISTA CORRECTO
20, 21. Aunque uno pase por pruebas y dificultades, ¿cómo podrá el punto de vista apropiado de la dedicación a Dios ayudar a uno a encontrar felicidad en la predicación?
20 Pero, quizás pregunte usted, ¿cómo puede uno hallar felicidad y contentamiento en la predicación cuando pasa por pruebas y dificultades? ¡Oh, tal vez no haya mucha oposición verdadera, sino solo mucha apatía en el territorio donde usted trabaja, y se siente desanimado! En medio de esas circunstancias, ¿cómo puede uno retener el punto de vista correcto?
21 Lo que ayudará es considerar por qué usted está efectuando la predicación. ¿Dedicó usted su vida a una obra, sometiéndose al bautismo en agua como símbolo de su dedicación a la obra de predicar el Reino; o más bien dedicó usted su vida a una persona, La Persona, Jehová Dios, para hacer su voluntad, sin importar cuál resulte ser ésta? Pues, por supuesto, usted dedicó su vida a Jehová, y usted predica porque la voluntad de Dios es que ahora se proclame en toda la Tierra el mensaje de su reino establecido. (Mat. 24:14) ¿No le ayuda esto a usted a enfocar bien las cosas? Sí, porque si tenemos bien presente nuestra relación preciosa con Jehová verdaderamente podemos deleitarnos en hacer lo que Él diga. Es natural que disfrutemos de hacer lo que le agrade a una persona amada y resulte en provecho de ella, y puesto que Jehová Dios es aquel a quien amamos muchísimo, podemos deleitarnos en predicar acerca del reino que vindicará su nombre y propósitos.
22. ¿Qué se necesita además de predicar fielmente las buenas nuevas del Reino para agradar a Jehová?
22 El considerar nuestra dedicación a Jehová también nos hace recordar que en agradarle hay mucho más envuelto que solo predicar. Es preciso, también, que amoldemos nuestra vida de manera que esté de acuerdo con el ejemplo perfecto de Dios. Esto significa cultivar los frutos de Su espíritu, incluso amor, benignidad, apacibilidad y gobierno de uno mismo, siempre ejerciéndolos en nuestros tratos con otros. (Gál. 5:22, 23) También, tenemos que llevar una vida moral, no cometiendo fornicación ni adulterio, no emborrachándonos, no mintiendo ni hurtando, porque Jehová odia todas esas prácticas. (1 Cor. 6:9, 10) Por eso, aunque la predicación del Reino es la obra más importante en la Tierra, comprendemos, como resultado de un punto de vista apropiado de nuestra dedicación, que el participar en ella no tiene valor alguno a los ojos de Dios a menos que conservemos nuestra relación personal estrecha con él obedeciendo también sus otros requisitos.
23, 24. ¿Cómo puede una consideración de la relación de matrimonio ayudarnos a comprender la importancia relativa entre la obra de predicar el Reino y la relación de dedicación que tenemos con Jehová Dios?
23 Así, pues, es vital que retengamos en la perspectiva apropiada la predicación y la preciosa relación de dedicación que tenemos con Jehová Dios. Una ilustración puede ayudarnos a comprender la importancia relativa entre la relación y la obra. Considere: Cuando una mujer madura entra en la relación de matrimonio sabe que en el cuidado del hogar y la crianza de los hijos le espera trabajo importante y bastante del mismo. Pero se deleita en el trabajo, no necesariamente por el trabajo mismo, sino porque comprende que el efectuarlo fielmente desempeña un papel importante en la conservación y fortificación del vínculo estrecho que existe entre ella y su esposo.
24 Así mismo, nosotros, también, podemos deleitarnos en la predicación del Reino por una razón semejante. El placer, por supuesto, no se debe a la respuesta apática, desprovista de bondad o maligna que a veces se recibe en el ministerio. Más bien, se debe a que sabemos que la obediencia al mandato que Jehová ha dado de predicar vigoriza y fortalece nuestra relación estrecha con Él. Por eso al atesorar afectuosamente siempre nuestra preciosa relación de dedicación con Jehová mantendremos un punto de vista maduro de la predicación. Celosamente participaremos en ella con el motivo correcto, porque realmente amamos a Jehová y deseamos ensalzar su nombre.—1 Juan 5:2, 3.
25. (a) ¿Cómo pudo deleitarse Jesús en hacer la voluntad de Dios aunque el hacerla envolvió sufrimiento terrible para él? (b) ¿Qué grandioso privilegio tenemos hoy?
25 Sí, lo que nos ayudará a mantener un punto de vista correcto de la predicación del Reino es considerar esta obra como una oportunidad para demostrar nuestro amor y devoción a Jehová Dios. Así fue como Jesús vio las cosas. Dijo: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado.” (Sal. 40:7, 8; Heb. 10:5-10) Jesús dijo esto aunque el hacer la voluntad de Dios significó mofa, oprobio y finalmente la muerte para él en un madero de tormento. (Sal. 22:7, 8, 16; Isa. 53:5, 7) Se deleitó en la predicación porque ésta le suministró la oportunidad de demostrar su amor inquebrantable a Dios, y también porque al efectuar fielmente esta obra pudo proveerle a su Padre una respuesta al desafío escarnecedor que lanzó Satanás de que los humanos no servirían voluntariamente a Dios por amarlo. (Pro. 27:11; Job, capítulos 1 y 2) Nosotros, también, podemos deleitarnos en hacer la voluntad de Dios por las mismas razones. ¡De veras es un privilegio participar en la vindicación del nombre de Dios, y ocuparnos en la obra que verdaderamente regocija su corazón!
26. ¿Cómo puede el amor genuino al prójimo ayudarnos a mantener el punto de vista correcto acerca de la predicación del Reino?
26 Otra cosa que nos ayudará a mantener el punto de vista correcto acerca de la predicación del Reino es tenerle amor genuino a nuestro prójimo, recordar cómo es posible beneficiarlo por nuestra obra. ¡Piense en ello! Al predicar fielmente podemos participar en rescatar a personas que van con dirección a la muerte segura en el fin de este sistema de cosas que rápidamente se aproxima, así como estimula el proverbio bíblico: “Libra a los que están siendo llevados a la muerte; y a los que van bamboleando al degüello, ¡oh, que los retengas!” (Pro. 24:11) El apóstol Pablo, también, dio énfasis a la naturaleza salvavidas de nuestra obra, al decir: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:16) ¡El participar en salvar al prójimo ciertamente es una manera maravillosa de poder mostrar amor!
27. ¿Qué beneficios recibimos, tanto ahora como en el futuro, por servir fielmente a Dios y predicar las buenas nuevas de Su reino?
27 Realmente, el poder participar en la predicación del Reino es el más grandioso privilegio de que uno pudiera disfrutar ahora. El mantenernos ocupados en ello servirá de verdadera protección para nosotros. Nuestra mente estará enfocada en Dios y en hacer su voluntad, y así no será desviada a actividades que Dios condena. (Gál. 5:19-21) Además, estaremos trabajando estrechamente con Dios en Su obra, y ¡qué privilegio es éste! (1 Cor. 3:5-9) Y recuerde, también, el magnífico galardón con el cual Jehová Dios bendecirá a todos sus siervos fieles. La bendición que él ha prometido es la supervivencia a través del fin de este sistema de cosas y la vida eterna con salud perfecta en Su justo nuevo orden. (1 Juan 2:17; 2 Ped. 3:13; Rev. 21:3, 4) Verdaderamente, hay toda razón para querer servir a Jehová y llevar a cabo su voluntad de predicar estas buenas nuevas de Su reino antes de que venga “el fin.”—Mat. 24:14.
[Nota]
a The Decline and Fall of the Roman Empire, Edward Gibbon, Edición de Biblioteca Moderna, tomo 1, cap. 16, pág. 451.
[Ilustración de la página 491]
Los testigos de Jehová predican las buenas nuevas del reino de Dios en 203 países