Bendiciones de tomar en serio el ministerio
SI USTED es ministro cristiano verdadero, está en una posición sumamente favorecida. Usted tiene una base firme para su fe en Jehová Dios. También tiene una esperanza brillante para el futuro, el reino de Dios.—Heb. 11:6; Rev. 21:3, 4.
Pero, ¿es intenso su interés en aquellos con quienes usted tiene el privilegio de compartir estas cosas buenas? ¿Se interesa usted realmente en el bienestar eterno de ellos? Si así es, usted prestará atención a estas instrucciones que Jesucristo dio a sus seguidores: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” Y tomará en serio este mandato de la Biblia: “Predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso.”—Mat. 28:19, 20; 2 Tim. 4:2.
SERIEDAD DEL MINISTERIO
Realmente, ¿cuán importante es que los siervos de Dios participen en esta obra de predicar y enseñar? ¿Es una obra que uno pueda desatender y todavía conseguir el favor de Dios?
El apóstol cristiano Pablo indicó la seriedad del ministerio cuando estimuló a su colaborador Timoteo diciendo: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.” ¡Así de importante es el ministerio realmente! El participar en él a conciencia puede significar la diferencia entre disfrutar eternamente de las bendiciones del reino de Dios y ser cortado de la vida para siempre.—1 Tim. 4:16.
Hoy los siervos de Jehová Dios se encuentran en una posición semejante a la de Ezequiel, profeta de Dios, hace unos 2.500 años. Ezequiel sirvió de atalaya para advertir a la gente en cuanto a los juicios venideros de Jehová. Por lo tanto Dios le dijo: “Oh hijo del hombre, atalaya es lo que te he hecho a la casa de Israel, y de mi boca tienes que oír la palabra y darles advertencia de mí. Cuando yo diga a alguien inicuo: ‘¡Oh inicuo, tú positivamente morirás!’ pero tú realmente no te expreses para advertir al inicuo en cuanto a su camino, él mismo como inicuo morirá en su propio error, pero su sangre la reclamaré de tu propia mano.”—Eze. 33:7, 8.
Hoy los cristianos también tienen que efectuar una obra de dar advertencia. Dios los ha comisionado para dar la advertencia acerca de la “tribulación grande” que se aproxima, la cual aniquilará a este entero sistema de cosas y a los que sigan formando parte de él. Por consiguiente hay vidas envueltas en el asunto. No solo está en juego la vida de los que reciben la advertencia, sino también la vida de los propios siervos de Dios que están comisionados para dar la advertencia.
Por eso, debido a la seriedad del asunto, es necesario que los ministros cristianos sean cabales en su ministerio. ¿Lo es usted? ¿Realmente toma usted en serio su ministerio?
VOLVIENDO A VISITAR A LOS “NO EN CASA”
Siguiendo el ejemplo de Jesús y sus apóstoles, los ministros cristianos de los testigos de Jehová visitan a la gente en sus hogares. Pero, ¿qué sucede si no hay nadie en casa? ¿Sería realmente tomar en serio el ministerio el olvidar a las personas que viven en esos hogares?
Para hallar a las personas en casa a menudo es necesario visitar a otra hora del día. ¿Por qué? Porque como hábito algunas personas no están en casa en ciertas horas, como sucede con las que quizás vayan a la iglesia todos los domingos por la mañana. De modo que se les tendrá que visitar los domingos por la tarde o en otra ocasión durante la semana. Si usted no puede hacer la visita a otra hora, puede hacer arreglos para que la haga un compañero ministro.
Sirve para ilustrar la importancia de tratar de hablar con las personas en cada hogar el caso en que no se halló a nadie durante tres años. Cuando finalmente se encontró a alguien resultó ser una señora que durante todo ese tiempo había estado esperando que la visitara un Testigo y reanudara el estudio bíblico que ella había tenido antes de mudarse a este lugar en particular.
En otro caso un ministro cristiano pensó en desatender cierta anotación de “no en casa” debido a que en visitas anteriores el ama de casa se había opuesto fuertemente al mensaje de la Biblia. Sin embargo, hizo el esfuerzo de hacer la visita, y para sorpresa del ministro una nueva familia se había mudado a la casa. El ministro informa:
“Ella me invitó a entrar. Le presenté el sermón bíblico y se suscribió a la revista ¡Despertad! Pude comenzar un estudio bíblico con ella en esta visita inicial. En el transcurso de tres semanas estaba asistiendo a las reuniones en el Salón del Reino. Después de ver la película de la Sociedad, ‘Proclamando “Buenas Nuevas Eternas,”’ discernió que los Testigos de veras tienen el entendimiento correcto de la Palabra de Dios. Comenzó a participar en predicar las buenas nuevas del Reino, y en el transcurso de seis meses desde mi primera visita a esta anotación de ‘no en casa’ simbolizó su dedicación para hacer la voluntad de Jehová bautizándose.”
Verdaderamente, los publicadores del Reino que son cabales en su ministerio han disfrutado de muchas bendiciones. ¿Puede usted ver posibilidades de lograr hablar con personas que anteriormente no hayan estado en casa?
VOLVIENDO A VISITAR
También hay la necesidad de preocuparse en cuanto a volver a visitar a todos los que manifiestan interés. La siguiente experiencia de la vida real subraya la necesidad de ser persistente en tratar de hallar a estas personas.
Un ministro cristiano le dejó dos revistas a un joven que acababa de ser dado de baja como soldado de la marina. Parecía que buscaba algo mejor. Debido a esto, el ministro que le colocó las revistas se propuso volver a visitarlo. Pero como no lo halló en casa, después de tratar varias veces tachó el nombre de su lista.
Entonces un día en una asamblea de circuito semestral de los testigos de Jehová este ministro encontró al hombre con otro ministro que lo había hallado y lo había traído a la asamblea. Por ser de la misma edad y tener otros intereses en común se tomó la decisión de que el primer ministro estudiara la Biblia con él.
El ex-soldado de la marina progresó rápidamente y pronto estuvo participando en el ministerio cristiano. Entonces un día, después que los dos habían participado en el ministerio de casa en casa, el ministro estaba repasando sus registros viejos y encontró el nombre de este hombre tachado de su lista como persona que no había mostrado interés porque no lo había encontrado en casa después de haber tratado unas cuantas veces. ¡Y aquí estaba él, sentado a su lado, él mismo ahora un testigo de Jehová!
Verdaderamente, esto grabó en el ministro joven la importancia de no desistir en volver a hacer visitas. ¡Piense en la bendición que casi perdió, de ayudar a esta persona a entrar en el camino que lleva a la vida eterna! ¿Está usted perdiendo bendiciones similares por no ser persistente en sus esfuerzos por hallar a las personas que han mostrado interés?
Recalca un punto similar —el de que a menudo se necesita persistencia cuando se encuentra a personas interesadas— ésta otra experiencia de la vida real.
Un ministro le dejó dos revistas a una familia. Deseoso de ayudarlos, hizo el esfuerzo de volver a visitarlos. En esta visita pudo obtener una suscripción a la revista ¡Despertad! Al persistir en hacer revisitas pudo, al fin de dos meses, iniciar un estudio bíblico en aquel hogar. Al empezar el estudio los padres pidieron a los niños que se fueran a la siguiente habitación para que no perturbaran el estudio. Sin embargo, el ministro cristiano, interesado también en el bienestar espiritual de los hijos, sugirió que se quedaran y participaran en el estudio; una sugerencia que los padres agradecieron mucho.
Además el ministro mostró su interés invitando a la familia a asistir a las reuniones de los Testigos en su Salón del Reino. Aceptaron de buena gana la invitación, y el que asistieran a estas reuniones resultó en que efectuaran todavía más progreso. Así sucedió que, en seis meses a partir del tiempo en que se inició el estudio de la Biblia con esta familia, ambos padres se pusieron de parte de Jehová Dios y de su reino y dedicaron su vida a servir a Jehová y se bautizaron.
Si usted es ministro cristiano, ¿vuelve siempre a visitar a las personas que muestran interés? ¿Persiste en sus esfuerzos por iniciar un estudio bíblico? Puede que disfrute de bendiciones como éstas si lo hace.
Por otra parte, el no volver a visitar a una persona cuando se le ha dicho que lo haría puede causar verdadera desilusión. Así sucede que un ministro le dejó dos ayudas para el estudio de la Biblia a una señora y prometió volverla a visitar. Pero por alguna razón él no tomó en serio sus propias palabras. Quizás pensó en las muchas veces que había vuelto a visitar a otros sin hallar interés alguno. Sin embargo, sea lo que fuere, sucedió que esta señora era diferente. Ella estaba interesada... sí, tan interesada que inmediatamente leyó los libros.
Desilusionada porque el ministro no había vuelto a visitarla como había prometido, esta señora escribió a los publicadores de los libros, la Sociedad Watch Tower, diciéndoles que estaba interesada y solicitando que alguien la visitara. La Sociedad envió la carta a la congregación en cuyo territorio asignado vivía el ama de casa. Cuando el ministro se enteró de la carta, y reconoció que la señora era una de las personas que había visitado, ¿qué sintió? ¡Bueno, ciertamente vio la necesidad de tomar más en serio su ministerio!
TESTIFICACIÓN INCIDENTAL
¿Y qué hay de la testificación incidental... el hablar a la gente acerca de los propósitos de Dios dondequiera y cuando quiera que uno se encuentre con alguien en su actividad cotidiana de la vida? Muchas veces los que están alertas para hacer esto disfrutan de muchos gozos y bendiciones sobresalientes. Ejemplo de esto es el caso de un misionero puertorriqueño que se puso a testificar a un estudiante de universidad mientras compartía con él un viaje en taxi. Ese testimonio incidental inició al joven en el camino a la vida. Hoy es siervo en una congregación.
Un día en su trabajo seglar una ministra cristiana oyó a una señora decir que el socialismo era la única respuesta a los problemas mundiales. Esto le dio a la Testigo la oportunidad de hablarle a la señora de la esperanza del Reino que ella tenía. Pronto estas conversaciones en el trabajo resultaron en un estudio bíblico que se celebró con regularidad en la casa de la señora. En unos cuantos meses la estudiante comenzó a testificar a otros y hoy ella misma es una celosa ministra cristiana, y también su esposo es ministro.
También hay el caso del muy sincero católico romano cuya profesión era la radiodifusión. Había pasado cuatro años estudiando matemática superior en una universidad, pero en el corazón estaba buscando la verdad bíblica. Un día entró en la oficina de uno de los ejecutivos donde trabajaba para hacerle unas preguntas acerca de ciertas declaraciones que se suponía que este ejecutivo había hecho. Sucedió que el ejecutivo era un testigo de Jehová que había estado efectuando alguna testificación incidental, pero lo que había dicho había sido citado incorrectamente por otros. Gustosamente dio a este católico romano que buscaba la verdad la información correcta. El testigo sugirió que sería mejor considerar estas cosas en casa en vez de usar tiempo de la compañía.
Unos cuantos días después el hombre volvió a visitarlo, preguntándole al Testigo cuándo podrían reunirse para considerar estas cosas. Por lo tanto se hicieron arreglos para una visita y el señor aceptó varias ayudas para el estudio de la Biblia.
Una semana después preguntó en cuanto a asistir a una de las reuniones, pero en vista de que su día de trabajo empezaba a las cuatro de la mañana, solo pudo estar presente en la primera reunión, la Escuela del Ministerio Teocrático. Se le hizo tan interesante que los estudiantes tuvieran tanta confianza y conocimiento y el siervo de escuela fuera tan apto para instruir que apenas podía creerlo. Cuando se le preguntó qué le había parecido, dijo: “Nunca he visto gente tan amigable, tan llena de confianza . . . hasta los niños.”
Preguntó en cuanto a la siguiente reunión y se le dijo que era el domingo por la mañana. Como la esposa de este señor no iba a estar en casa por varias semanas, el Testigo lo invitó a comer después de la reunión. El resultado fue que la consideración que iniciaron duró desde las 2 de la tarde hasta las 11:30 de la noche durante el cual tiempo también obtuvo más ayudas para el estudio de la Biblia así como el Anuario de los testigos de Jehová. Asistió a las reuniones de congregación del martes por la noche y jueves por la noche durante la siguiente semana; hasta participó en ellas.
El domingo siguiente sucedió casi lo mismo... reuniones y almuerzo, y después un estudio del libro La verdad que lleva a vida eterna desde las 2 de la tarde hasta las 11:30 de la noche. Ese miércoles terminaron el estudio del libro La verdad, y entonces él preguntó: “¿Qué impide que yo sea bautizado?” Se le sugirió que hablara con el superintendente de la congregación, lo cual hizo. Pronto terminó de leer los libros “Tu palabra es una lámpara para mi pie” y Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios. ¡En el transcurso de tres semanas desde que comenzó el estudio en el libro La verdad —no seis meses— se había bautizado!
Esta persona continúa siendo celoso testigo cristiano de Jehová; dedica como promedio de cuarenta a sesenta horas al mes, en su mayor parte en la predicación de casa en casa. Debido a las horas de su trabajo seglar puede tomar la delantera en el testimonio de mediados de semana. Cuando su esposa se ausentó por unas cuantas semanas él no había comenzado a estudiar. Cuando ella regresó él ya era un ministro cristiano dedicado de Dios, y esperaba la oportunidad de bautizarse. Esto fue casi demasiado para ella, pero después de unos cuantos estudios ella estaba hablando a sus parientes acerca de las cosas maravillosas que estaba aprendiendo de la Biblia. ¡Sí, qué maravillosas bendiciones pueden resultar de la testificación incidental!
Por eso, si usted es ministro cristiano, tome en serio su ministerio. Trate de visitar a todos los que no están en casa cuando usted efectúa las primeras visitas al ir de casa en casa con las buenas nuevas. Vuelva a visitar a todas las personas que muestren interés en los propósitos de Dios. Y no pase por alto las muchas oportunidades que se presentan para la testificación incidental. Recuerde que el que siembra liberalmente, también segará liberalmente.—2 Cor. 9:6.