Uniéndose a la “grande muchedumbre” de “hombres de buena voluntad”
1. (a) ¿Por qué se les ha demostrado buena voluntad a los descendientes de Adán? (b) ¿Cómo expresó Jehová proféticamente su deseo de traer buena voluntad por medio de su Hijo?
CRISTO JESÚS fue el más grande ‘hombre de buena voluntad’ de Dios. Como Hijo unigénito de Dios enviado a la Tierra como hombre, Jesús disfrutó de la buena voluntad de su Padre más que cualquier otro humano que jamás haya vivido. Fue por amor de Dios a los muchos de la humanidad pecaminosa y moribunda que se inclinan a lo justo que Dios dio a su más favorecido Hijo como rescate. Dios tuvo presciencia de que no todos los de la prole de Adán compartirían la desatención de su primer padre a la obediencia y la justicia, sino que algunos cultivarían un amor a la piedad y la verdad y se esforzarían por recobrar Su favor. Fue para éstos que se suministró el rescate. Este sacrificio de Su compañero más amado y de mayor confianza fue un acto demasiado costoso, sí, demasiado precioso, para ser malgastado y desperdiciado en los que ni lo merecen ni lo aprecian. (Rom. 5:15, 18; 1 Juan 4:9, 10; Mat. 20:28) La presencia de Jesús en la Tierra hace mil novecientos años fue prueba de la buena voluntad de Dios, pues garantizó que Dios jamás olvidaría, ni dejaría de cumplir su pacto anunciado para traer bendiciones a las personas que lo merecieran de todas las familias de la Tierra. (Gén. 22:17, 18) Proféticamente, Dios expresó aquella promesa de su buena voluntad para con su Hijo fiel mucho antes de venir éste a la Tierra, pues dijo: “En un tiempo de buena voluntad te he respondido, y en día de salvación te he ayudado; y seguí salvaguardándote para darte como pacto para el pueblo, para rehabilitar la tierra, para efectuar el recobro de las posesiones hereditarias desoladas, para decir a los prisioneros: ‘¡Salgan!’ a los que están en la oscuridad: ‘¡Revélense!’”—Isa. 49:8, 9, New World Translation.
2. ¿Cuándo se cumple esta profecía, según lo muestra Pablo?
2 Siglos después el apóstol Pablo se basó en esta misma profecía para apoyar su estímulo a los cristianos del primer siglo que buscaban la buena voluntad de Dios. Pablo escribió: “Trabajando junto con él, nosotros también les suplicamos que no acepten la bondad inmerecida de Dios y dejen de cumplir su propósito. Porque él dice: ‘En un tiempo acepto te oí, y en un día de salvación te ayudé.’ ¡Miren! Ahora es el tiempo especialmente acepto. ¡Miren! Ahora es el día de salvación.” (2 Cor. 6:1, 2) ¡Qué tontería es usar incorrectamente la oportunidad, ‘dejar de cumplir su propósito’ cuando nos estamos acercando al fin del “tiempo especialmente acepto,” el “día de salvación,” y el fin del “año de la buena voluntad de parte de Jehová”!
3. ¿Qué ministerio especial ha autorizado Dios? ¿Por medio de quiénes?
3 Bien enterado de nuestra condición imperfecta y pecaminosa y de nuestra heredada enemistad con él, nos invita a buscar una reconciliación a amistad con él, si queremos conseguir su favor y buena voluntad mientras todavía puedan hallarse. Por medio de testigos fieles actualmente en la Tierra que ya han aceptado el privilegio de adorarlo como su Dios, y que ya han llegado a ser sus “hombres de buena voluntad,” Dios da a saber su súplica, su invitación, a todavía otros que desean la justicia y la verdad. Al hablar Pablo del privilegio de representar a Dios por medio de llevar este mensaje, dice que es el “ministerio de la reconciliación”: “Todas las cosas vienen de Dios, que nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación, a saber, que Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos por lo tanto embajadores sustituyendo por Cristo, como si Dios estuviera haciendo súplica por medio de nosotros. Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’”—2 Cor. 5:18-20.
4, 5. (a) ¿Por qué envía Dios a sus “embajadores” en la Tierra? (b) ¿Está teniendo éxito el “ministerio de la reconciliación”?
4 En el día de Pablo se enviaban embajadores a las naciones que estaban en guerra o que amenazaban con guerra para tratar de arreglar relaciones pacíficas entre las naciones en dificultad y así impedir derramamiento de sangre. (Luc. 14:31, 32) Toda la humanidad está en enemistad con Dios debido al pecado e imperfección que han heredado de Adán. Dios ya ha dado los pasos para hacer posible la remoción de esa enemistad, y amorosa y misericordiosamente envía a sus “embajadores” para mostrarles la manera de ‘reconciliarse con Dios’ y ser restaurados a su favor y buena voluntad. ¿Aceptará usted la invitación que le traen los “embajadores [de Dios] sustituyendo por Cristo,” y se pondrá en camino a la vida eterna por medio de la provisión que Dios ha hecho amorosamente por medio de su Hijo amado?
5 Millares de personas están aprovechándose cada mes del tiempo que queda del “año de la buena voluntad de parte de Jehová.” Reconocen la situación desesperanzada del presente sistema de cosas, y están optando por el derrotero que demuestra sabiduría práctica. Están dirigiendo su atención a la Palabra de Dios, las Santas Escrituras, para aprender allí que Dios tiene en reserva maravillosas bendiciones para sus “hombres de buena voluntad.” Son una “grande muchedumbre” que está creciendo constantemente y que están aceptando la invitación de Dios por medio de Sus siervos para ‘reconciliarse con Dios.’
6. ¿Cómo se predijo la creciente muchedumbre de creyentes, y qué característica se destaca en su adoración a Dios?
6 Sin embargo, la existencia de esta “grande muchedumbre” no sorprende a los que están familiarizados con la Palabra de Dios, porque hace mucho que fueron vistos en una visión profética de nuestro día dada al fiel apóstol Juan en la isla de Patmos y escrita en el libro de Revelación. Él los describió así: “Después de estas cosas vi, y, ¡miren! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había palmas en sus manos. Y siguen clamando con voz fuerte, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’” (Rev. 7:9, 10) Los de esta “grande muchedumbre,” que obviamente son “hombres de buena voluntad,” no están divididos por barreras raciales y nacionales, tampoco hay odio o desigualdad entre ellos debido al color de la piel o diferencias de lenguaje. Vienen de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, y están unidos, hombro a hombro, proclamando su alabanza y su adeudo a Dios y al Cordero.
7. ¿Cuándo se presenta la “grande muchedumbre” según la profecía?
7 ¿Cuándo se presentan éstos? Juan registra la respuesta: “Estos son los que salen de la grande tribulación.” Por lo tanto, su posición favorable con Dios les ha ganado su protección del airado “día de la venganza de parte de nuestro Dios,” pues la “grande tribulación” de la que salen no podría ser otra cosa que la ejecución de juicio de Dios contra este inicuo sistema de cosas. El hecho de que son sobrevivientes de la “grande tribulación” indica que han de haber sido recogidos durante el “año de la buena voluntad,” antes que estallara el “día de la venganza” de Dios con toda su furia en la grande tribulación que culmina en la batalla del Armagedón.—Rev. 7:14; Mat. 24:3, 21, 22.
8. ¿Qué pasos dan éstos para indicar su fe en las promesas de Dios?
8 ¿Han buscado estos favorecidos la reconciliación con Dios por medio de su provisión de vida mediante Cristo Jesús? Juan contesta: “Han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso es que están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo.” (Rev. 7:14, 15) Así reconocen su propia condición pecaminosa e inmunda, y disciernen la necesidad de tomar la iniciativa, de dar pasos positivos para demostrar que satisfacen los requisitos de Dios para recibir su favor y llegar a ser sus “hombres de buena voluntad.” Es por eso que al describirlos se dice que “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” Esto significa que se han arrepentido de su anterior proceder en la vida y han aceptado con fe el poder limpiador del sacrificio expiatorio de Jesús.
9. ¿Qué han hecho con su vida los de la “grande muchedumbre” para conseguir buena voluntad de Dios, y sobre qué base han hecho esta selección?
9 Esto también indica que han efectuado cambios importantes en su vida, pues han dado a conocer que han optado incondicionalmente por seguir el camino de vida que Dios aprueba. Su vivo deseo de estar limpios y puros a la vista de Dios muestra que han percibido claramente que Dios odia la iniquidad y la inmundicia, y aprueba la justicia, la integridad y la verdad. Adecuadamente se les ve delante del trono con largas ropas blancas, limpias y sin mancha del mundo. De modo que han hecho una dedicación incondicional de sí mismos a Dios. Su adoración es exclusivamente a Dios, porque es delante de su trono que se han colocado, y no delante de ningún otro. Esta dedicación no es un antojo emocional súbito o un acto aislado de devoción. Su dedicación es una dedicación irrevocable de toda la vida, una dedicación que han hecho voluntaria y libremente y eso sin coerción. Han tomado la iniciativa. Han escogido esto ellos mismos. Han reconocido de su estudio e investigación de la Palabra de Dios que Su camino es el camino de la sabiduría y que Sus recompensas y bendiciones son permanentes y seguras. Para obtener su buena voluntad tienen que hacer el esfuerzo y obedientemente dar los pasos que le agradan.—Hech. 3:19; Heb. 9:22; 1 Juan 1:9.
10. ¿A quiénes se ha unido ansiosamente la “grande muchedumbre,” y en qué beneficio ha redundado esto?
10 Como verdaderos cristianos y seguidores de Cristo feliz y ansiosamente se unen en adorar activamente a Dios junto con el resto del “rebaño pequeño” de israelitas espirituales, los 144.000 “sellados” de Dios mencionados antes en el capítulo siete de Revelación. (Luc. 12:32; Rev. 7:4; 14:1-5) Bajo la supervisión del resto ungido de engendrados por espíritu, esta “grande muchedumbre” de discípulos fieles ha aceptado el privilegio de participar en la obra que Dios ha asignado para este día, a saber, la predicación de “estas buenas nuevas del reino.” Sus esfuerzos celosos han ayudado mucho en hacer que el mensaje llegue a “toda la tierra habitada para testimonio” en cumplimiento de la profecía de Jesús. Dios les ha permitido que participen en el “ministerio de la reconciliación,” junto con el resto que actúa como “embajadores sustituyendo por Cristo.” Verdaderamente le han estado “rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo.”—Mat. 24:14; 2 Cor. 5:20.
11. ¿Qué indica acerca de estos “hombres de buena voluntad” la confesión pública de su fe?
11 Lo mismo que Jesús y su “rebaño pequeño,” éstos no esconden ni ocultan su decisión de adorar a Dios, ni se avergüenzan de ser conocidos como adoradores de Jehová, sus testigos fieles. Pues Juan los ve clamando con voz fuerte y confesando públicamente su fe en Dios y en el Cordero delante de todos los hombres. El hecho de que han declarado y afirmado públicamente su posición delante de Dios confirma más ampliamente el hecho de que están dedicados a Dios sin reserva. Han demostrado su plena fe y confianza en Jehová y en sus promesas de vida. Saben que Jehová es el único Dios verdadero, que él tiene razón, y que su causa saldrá victoriosa.
12. ¿Cómo se demuestra de manera tangible la buena voluntad de Dios para con la “grande muchedumbre”?
12 Dios no pasa por alto la aceptación humilde que han hecho de su provisión de vida. Él no deja de observar sus actos fieles y celosos de justicia. Antes bien, su sonrisa afectuosa de aprobación y buena voluntad irradia sobre ellos y él los remunera con bendiciones que hasta en sus más acariciados sueños no podrían haberse imaginado. Juan continúa: “Y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre, ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.”—Rev. 7:15-17, NW.
13. Para llegar a formar parte de la “grande muchedumbre” de “hombres de buena voluntad,” ¿qué se requiere de cada uno?
13 ¿Está usted entre esa “grande muchedumbre” que Juan el apóstol de Jesús acaba de describirnos? ¿Desea usted esta posición favorecida como adorador verdadero de Dios? ¿Está usted dispuesto a dar obedientemente los pasos que se requieren para que usted obtenga el favor y buena voluntad de Dios y así se coloque en camino a la salvación y la vida a manos de Jehová? Si ése es el caso, entonces usted discernirá la necesidad de hacer su dedicación personal a Jehová y entonces someterse obedientemente al acto cristiano del bautismo en agua en confirmación pública de esa dedicación.
14. (a) Según Romanos 10:1-3, ¿basta el celo y la sinceridad para conseguir la buena voluntad de Dios? (b) ¿Cuál es el requisito principal?
14 La piedad exterior y la repetición de oraciones y frases religiosas tradicionales no consiguen la aprobación de Dios. Aun el poseer cualidades tan admirables como celo y sinceridad no basta en sí para conseguir la buena voluntad de Dios. En los días del apóstol Pablo, sin duda había muchas personas devotas y sinceras entre los de su propia nación, sin embargo él se mostró muy preocupado por ellas debido a lo que les faltaba: “Hermanos, la buena voluntad de mi corazón y mi ruego a Dios por ellos son, en realidad, para su salvación. Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de ignorar la justicia de Dios pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios.” (Rom. 10:1-3) Para llegar a ser uno de los “hombres de buena voluntad” de Dios, es vital adquirir y ejercer fe verdadera basada en conocimiento exacto y someterse humildemente a la justicia de Dios. Esto requiere ante todo la lectura y el estudio de la Biblia, lo cual provee la instrucción y guía que llevan a la vida.—Juan 17:3; 2 Tim. 3:15-17.
15. Según Romanos 12:2, ¿qué cambios se necesitan?
15 De este estudio es posible que usted descubra que tiene que hacer algunos ajustes en su punto de vista. Quizás hasta tenga que alterar su modo de vivir. Pero éstos son cambios que vale la pena hacer cuando su vida está envuelta. El apóstol Pablo aconseja: “Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.”—Rom. 12:2; Efe. 4:22-24.
16. (a) ¿Qué comprensión mental y motivo preceden a la dedicación? (b) ¿Cómo hace uno confirmación pública de su dedicación?
16 Al adquirir conocimiento de la Palabra de Dios y razonar sobre estas verdades y principios, usted reconocerá la tontería y desesperanza del razonamiento humano sin Dios. Al meditar en la voluntad de Dios y sus propósitos para la Tierra y para la humanidad que fue creada sobre ella a fin de disfrutar de sus bendiciones y deleites, usted empezará a discernir su lugar en el arreglo de cosas de Dios. Pues hay oportunidades y privilegios maravillosos disponibles a los que sabiamente escogen hacer la voluntad de Dios y llegar a ser sus “hombres de buena voluntad.” Así demuestra usted su amor a Dios y su agradecimiento por su provisión de vida en un justo nuevo orden. Su deseo de adorar exclusivamente a Dios y ser recipiente de sus bendiciones se manifiesta cuando usted hace su dedicación a Dios y la confirma públicamente por su bautismo en agua.
17. ¿Qué lección aprendemos del ejemplo que Jesús nos puso del bautismo?
17 No podría haber ningún ejemplo mayor de este modelo justo aprobado por Dios que el de Jesús mismo. Cuando cumplió treinta años de edad y llegó el tiempo de que comenzara su ministerio terrestre, la Biblia registra que se presentó en el río Jordán para ser bautizado por Juan el Bautista. Mediante este acto humilde y voluntario, se presentó a su Padre Celestial para que se efectuara Su voluntad en la Tierra. Inmediatamente después de la inmersión o bautismo de Jesús en las aguas del Jordán, Dios expresó su deleite, sí, su aprobación de la obediencia voluntaria de su Hijo amado, como escribió Mateo: “Después que fue bautizado Jesús salió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos se abrieron, y vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’”—Mat. 3:13-17.
18. Según el mandato de Jesús en Mateo 28:19, 20, ¿por qué debe someterse todo creyente al acto cristiano del bautismo?
18 A los cristianos verdaderos les da gusto seguir este ejemplo que recibió la aprobación de Dios, pues Jesús nos dejó un ‘modelo para que sigamos sus pasos con sumo cuidado y atención.’ (1 Ped. 2:21) En el primer siglo del cristianismo, las Escrituras Griegas suministran un registro de literalmente millares de creyentes que fueron bautizados en símbolo de su decisión de hacerse discípulos de Cristo y adorar a Dios en espíritu y en verdad. Todo esto fue en obediencia al último mandato que Jesús dio a sus seguidores fieles: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Ese mandato no ha sido cambiado. Si verdaderamente deseamos llegar a ser los “hombres de buena voluntad” de Dios hoy día, tenemos que someternos humilde y obedientemente a ser bautizados en reconocimiento de nuestra dedicación personal incondicional a Dios, porque esto le agrada a nuestro Padre Celestial.
19. ¿Cómo ha resultado el “ministerio de la reconciliación” en bendición y beneficio para muchos hoy día?
19 Este “ministerio de la reconciliación” todavía continúa efectuándose sin disminución en toda la Tierra por los modernos “embajadores sustituyendo por Cristo.” En obediencia al mandato de Jesús, los testigos cristianos de Jehová han estado desempeñando fiel y celosamente la obra asignada a ellos, ‘haciendo discípulos, bautizándolos y enseñándoles.’ Tan solo durante 1971 se añadieron 149.808 discípulos bautizados a la creciente “grande muchedumbre” de “hombres de buena voluntad.” Estos 149.808 han buscado la buena voluntad de Dios y la han hallado. Se han unido a un millón cuatrocientos cuarenta mil “hombres de buena voluntad” fieles más en toda la Tierra para adorar unidamente a Dios y mostrar a otros el camino a la buena voluntad de Dios. Cumpliendo fielmente con su dedicación, disfrutarán para siempre del agrado y favor de Dios como sus “hombres de buena voluntad.”
20. (a) ¿Cómo demuestran su obediencia a Dios los “hombres de buena voluntad” de Dios? (b) ¿Qué perspectiva existe para otros mientras continúe el “año de la buena voluntad” de Dios?
20 Su dedicación y bautismo no es la conclusión o fin de su relación con Dios. Solo es el principio. Están dedicados a desempeñar obedientemente la voluntad divina de Dios para este día, la cual es predicar estas “buenas nuevas” de que el reino de Dios ha sido establecido en los cielos con su Rey nombrado, Cristo Jesús, en el trono, y esto “en toda la tierra habitada para testimonio.” El hecho de que han venido de toda raza y nacionalidad no produce división o problema alguno para ellos. Más bien es una bendición porque por medio de ellos el “ministerio de la reconciliación” llega a todas las naciones, prescindiendo de idioma o raza o color. Continuarán desempeñando fielmente este servicio a Dios ‘día y noche’ en toda la Tierra mientras el “año de la buena voluntad de parte de Jehová” lo permite. A medida que continúe su predicación y se esparza en la Tierra, cada vez más personas de todas las naciones oirán las “buenas nuevas” y se volverán y buscarán la buena voluntad de Dios, y él no las rechazará. Ellas también se unirán a la creciente muchedumbre de “hombres de buena voluntad” de Dios, pues se dedicarán a Dios y a su adoración, y simbolizarán esta dedicación por medio de bautismo en agua en obediencia a la voluntad divina. Aceptan al rey nombrado de Dios y así hacen que el corazón de éste sienta placer, como declara el proverbio: “El placer de un rey está con el siervo que está actuando con perspicacia.” “Los labios de la justicia son un placer a un rey magnífico; y al que habla cosas rectas él lo ama.”—Pro. 14:35; 16:13.
21. Describa la esperanza que aguarda a los que fielmente continúan siendo “hombres de buena voluntad” de Dios.
21 Debido a su perspicacia y entendimiento espirituales estos “hombres de buena voluntad” han aprendido y hablado cosas rectas. Junto al resto de discípulos ungidos del Cordero, Jesucristo, han rendido a Dios “servicio sagrado día y noche en su templo.” Permaneciendo leales y espiritualmente limpios siempre retendrán la buena voluntad de Dios, pues recibirán sustento y fuerza espirituales de parte de Dios, y protección del calor abrasador de su cólera cuando se expresa en aquel “día de la venganza de parte de nuestro Dios.” Entonces, “el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.” Esa es la expectativa gozosa de los que hoy, mientras todavía hay tiempo, se unen a la “grande muchedumbre” de “hombres de buena voluntad” de Dios.