La verdad bíblica alcanza a la gente de varias maneras
JEHOVÁ Dios se interesa intensamente en el bienestar eterno de la humanidad. Las Santas Escrituras nos aseguran que la voluntad de Dios es que “hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.” (1 Tim. 2:4) Y hoy el mensaje de la Biblia realmente está llegando a la gente, a veces de maneras muy insólitas.
● Una testigo del Canadá relata: “Una noche estaba trabajando en un café. Entre los del turno de la noche estaba una muchacha que no había conocido antes. Como era su hábito, uno de los trabajadores comenzó a contar un chiste inmoral. Di la vuelta y me alejé disgustada. Sin saberlo, la nueva muchacha preguntó a algunas de las otras muchachas: ‘¿Qué le pasa?’ Le dijeron que yo era testigo de Jehová. Aunque esta muchacha vivía en mi vecindario, no la vi de nuevo hasta que algún tiempo después nos encontramos en una tiendita de abarrotes.”
¿Cuál fue el resultado? Debido a haber observado que la Testigo se había adherido a principios correctos, la muchacha concordó en tener un estudio bíblico de casa y en el transcurso de un año llegó a ser una Testigo bautizada.
● En Italia, una testigo de Jehová que durante varios días de la semana ayuda a su esposo en el manejo de una tienda de aparatos eléctricos está alerta para familiarizar a otros con el mensaje de la Biblia. Un día un señor entró a comprar una lámpara de mesa. Después que se le mostraron varias lámparas, preguntó si podría probar las lámparas con algo que leer. La Testigo le entregó inmediatamente la ayuda para el estudio bíblico ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,’ abierto en el capítulo “El permitir Dios la iniquidad pronto terminará.” El señor comenzó a leer mientras la Testigo atendía a otro cliente.
Pasaron muchos minutos. Después de leer las primeras páginas del capítulo, el señor hizo algunas preguntas acerca de las cosas interesantes que había leído y pidió un ejemplar del libro. Al recibirlo, se dirigió hacia la puerta. “Pero ¿no quería usted comprar una lámpara?” le recordó la Testigo. Ya no le interesaba la lámpara, pero de buena gana concordó en tener un estudio bíblico de casa.
● Un matrimonio en Tahití obtuvo varias publicaciones de los testigos de Jehová cuando éstos visitaron su casa. Pero este matrimonio no se interesaba en leer la literatura. Más tarde compraron una nueva casa en una zona diferente. Allí los visitaron dos Testigos, solo para ser despedidos por el esposo. Después de este incidente la esposa le pidió a su esposo que arreglara los libros que tenían en el garaje, deshaciéndose de los que ya no se necesitaran. Mientras clasificaba los varios libros, se topó con la publicación ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta.’ Recordando la reciente visita de los Testigos, se dijo a sí mismo: “Éste es uno de sus libros.”
Cuando iba a desecharlo lo abrió y le echó un vistazo a un párrafo. Este atrajo su atención. De modo que se sentó allí mismo y leyó el libro de cubierta a cubierta, terminándolo ya muy noche.
Al día siguiente leyó en el periódico que los testigos de Jehová estaban celebrando una asamblea. Asistió a esta asamblea con su esposa. Impresionado por lo que oyó, obtuvo más literatura. Tres semanas más tarde se inició un estudio bíblico con él y su esposa. Pronto comenzó a compartir con otros las buenas cosas que estaba aprendiendo de la Palabra de Dios.
● A través de un período de varios años un señor en Alemania Occidental obtenía La Atalaya y ¡Despertad! de un testigo de Jehová. Un día el Testigo le preguntó si estaba leyendo las revistas. El señor le aseguró que sí y comentó que estaban interesantes. Sin embargo, realmente no había leído ni una de las revistas. Plagado por una mala conciencia debido a haber mentido, el señor se dirigió al montón de revistas y comenzó a leerlas. Empezó a darse cuenta de que estaba leyendo la verdad y le habló a su esposa acerca de ello. Puesto que el Testigo no los había visitado por algún tiempo, decidieron localizar el Salón del Reino de los testigos de Jehová. Después de localizarlo, fueron al Salón del Reino y pidieron un estudio bíblico de casa. No mucho después se bautizaron.
Así se puede ver que no solo la palabra hablada, sino también la conducta personal y la página impresa están desempeñando un papel vital en hacer que la verdad bíblica llegue a la gente.