Negocio eclesiástico
● El ex-comisionado de Rentas Internas Mortimer M. Caplin, testificando ante el Comité de Árbitros de la Cámara de los Estados Unidos en 1969, dijo: “Varias iglesias han entrado en empresas comerciales activas y agresivas. Una, por ejemplo, ha llegado a ser distribuidora al por mayor de grabaciones fonográficas populares. Otra ha adquirido por lo menos siete negocios de manufactura de ropa de deportes y ropa corriente. Otra produce casas ambulantes y opera un negocio de horadación. Otras dirigen negocios de desarrollo de bienes raíces, suministran comodidades para almacenamiento de petróleo y participan en una amplia variedad de empresas manufactureras.” Las iglesias participan en una sorprendente variedad de actividades, que oscilan desde la producción de vino hasta una pista de patinar, gimnasio y bolera bautista. Lo que poseen en los negocios incluye casas electrónicas, una compañía productora de fajas, suministros para supermercados, escuelas, hoteles, ropa, seguros, funerarias y cementerios. ¿Suena todo eso como el negocio del Señor... el curso y ejemplo que trazaron Jesucristo y sus apóstoles?