Mirando al porvenir con confianza
‘Tengamos fuertemente asida la confianza que tuvimos al principio firme hasta el fin.’—Heb. 3:14.
1. ¿Tienen todas las personas el mismo punto de vista en cuanto al porvenir? Explique.
LA MAYORÍA de la gente rechaza de plano toda descripción que se intenta dar de un porvenir que cuente con la luz y alegría de un justo “nuevo orden” con la declaración: “¡Eso jamás será!” Puesto que carecen de toda confianza en el futuro, no sorprende que la mayoría de la gente se haga egocéntrica y opte por vivir solo para “hoy.” Sin embargo, los testigos cristianos de Jehová no comparten esa desalentadora manera de ver el futuro. En cambio, su corazón rebosa de confianza mientras con anhelo intenso esperan un futuro que estará controlado, no por naciones egoístas ni codiciosos bloques de poder, sino por el Dios vivo, Jehová. Sin embargo, la vista que una persona tuviera del futuro podría empañarse. ¿Pero cómo?
2. ¿Qué peligro hay para el punto de vista de confianza en cuanto al porvenir, y qué advertencia nos da el apóstol Pablo a este respecto?
2 El peligro está en llegar a estar demasiado envuelto en el sistema de cosas actual. Sin embargo, es posible que usted haya oído a alguien defender ese envolvimiento, con estas palabras: “Mire, después de todo, uno tiene que ser práctico.” ¿Se inclinó usted a convenir con esa persona? Sin embargo, ¿qué pudiera suceder si la gente continuara ensanchando su envolvimiento? Quizás usted mismo haya visto los resultados. Quizás una familia entera —padres e hijos— lleguen a estar tan envueltos en las cosas que la gente busca actualmente que su visión del futuro ya no sea real para ellos. Solo lo que hayan ganado por los llamados medios “prácticos” tiene alguna realidad a sus ojos. Sin saberlo han dejado que sus corazones hayan sido cambiados a corazones sin fe que desean cosas inicuas. ¿Una declaración fuerte? Bueno, así es como lo expresó el apóstol Pablo: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo.” (Heb. 3:12) ¿Notó usted lo omnímoda o abarcadora que es la declaración de Pablo? Dice que puede sucederle a “alguno” de nosotros, ¡sí, aun a alguno de nosotros que haya servido fielmente a Dios por años! Sin embargo, para que no suceda eso repasemos lo que en el futuro nos espera con el propósito de confirmar en nuestros corazones que lo que Jehová ha prometido realmente sucederá. Con nuestra confianza en el futuro reforzada así, tendremos “fuertemente asida la confianza que tuvimos al principio firme hasta el fin.”—Heb. 3:14.
POR QUÉ SE NECESITA CONFIANZA PARA EL PORVENIR
3. ¿Cómo describe la Biblia el inminente encuentro decisivo mundial, y qué proclamación jactanciosa acompañará a esto?
3 ¿Qué revela esa guía infalible, la Biblia, tocante a nuestro futuro inmediato? Pinta el cuadro de que se atrae a las naciones, embaucadas por demonios, a formación de batalla contra Dios. Se nos dice: “Salen [expresiones inspiradas por demonios] a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” al lugar que se llama “Har-Magedón.” (Rev. 16:14, 16) Tan cabalmente se engaña a las naciones que éstas, en vez de manifestar alarma ante este inminente encuentro decisivo con Dios, confiando en sí mismas proclaman un porvenir seguro, clamando “¡Paz y seguridad!” Sin embargo, tan pronto como se profiere esta proclamación jactanciosa “destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.” (1 Tes. 5:3) ¿Está esto, quizás, todavía en el futuro lejano? No si los movimientos actuales de las naciones hacia la paz indican algo. Sin embargo, desenvolvimientos todavía más pasmosos están por suceder. ¿Cuáles son?
4. (a) ¿Cómo empieza la “grande tribulación”? (b) ¿Qué ataque sobre Su pueblo mueve a Jehová a rescatarlos?
4 Con sorprendente rapidez el elemento político bestial se volverá contra “Babilonia la Grande,” el imperio mundial de la religión falsa. Sus tácticas repugnantes finalmente se les hacen demasiado a los gobernantes políticos y ni siquiera sus servicios meretricios la salvan de la ira de ellos. El desdén de ellos a la supuesta dignidad de ella se revela por la fiereza con que la desenmascaran y la devoran y la queman. (Rev. 17:5, 16; 18:8, 21) Así empieza la “grande tribulación” sobre el sistema de cosas visible del Diablo sobre la Tierra. En cuanto a los adoradores de Jehová, aparentemente están en una posición sin protección, “morando sin muro, y no tienen siquiera barra y puertas.” (Eze. 38:11) Pero dicen “a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte.’” (Sal. 91:2) Esta es una oportunidad demasiado grande para que la pase por alto el diabólico “Gog de la tierra de Magog.” Con una horda grande, “como nubes para cubrir el país,” ataca a estos aparentemente indefensos siervos de Dios. (Eze. 38:2, 16) Este ataque cobarde, no provocado, hace que Jehová se indigne justamente, y se levanta al rescate de sus siervos con las más poderosas armas de ataque que se han forjado: un derramamiento de peste, lluvia inundadora, piedras de granizo, fuego y azufre sobre las hordas enemigas visibles. (Eze. 38:18, 21, 22) Debido a que las fuerzas enemigas niegan la existencia de todo dios, ansiosamente atacan al pueblo de Jehová. ¡Demasiado tarde, se dan cuenta de que están peleando contra el Dios vivo!
5. ¿Qué alcance tiene la victoria de Jehová sobre sus adversarios?
5 ¿Qué alcance tiene la victoria? ¿Es simplemente un diezmar? ¡Mucho peor que eso para estos odiadores de los siervos de Dios! Ni siquiera una décima parte queda. ¡La victoria es total! Jehová ha preservado a sus adoradores fieles a través de la parte final de la “grande tribulación” y éstos ahora se encuentran en una Tierra que ha sido depurada de todos los opositores. Ni una sola vez han tenido que alzar una mano en su propia defensa. ¡Por medio del reino mesiánico y las fuerzas angelicales bajo el mandato de su Hijo, Jehová se ha encargado de ello!—Rev. 19:11-15, 19-21.
6. ¿Qué acción final contra Satanás y sus demonios acontecerá entonces, y qué condiciones señalarán el régimen del reino mesiánico?
6 ¡Una cosa todavía queda por hacerse después de la guerra en Armagedón, y se efectúa con rapidez! Los que pensaban que rapiñarían, Satanás el Diablo y las legiones de sus hordas demoníacas invisibles, son abismados; ¡se les echa en el abismo y se asegura y sella la tapa de éste por mil años! (Rev. 20:1-3) Ahora el reino mesiánico bajo Cristo empieza un régimen ininterrumpido sobre los que pasan vivos a través de esa gran devastación, y al debido tiempo de Dios una gran multitud de resucitados se les une para llenar la Tierra. Aplicando las mismas facultades de causar recuperación que usó mientras estuvo en la Tierra para curar a los enfermos y levantar a los muertos, el glorificado Cristo llevará a la humanidad obediente a la perfección durante ese reinado de justicia de mil años.
7. ¿Por qué no nos debe preocupar el no tener todo detalle en cuanto al porvenir, y sin embargo qué ventaja sí tenemos?
7 ¡Qué conmovedor es el relato del porvenir! Es verdad que no tenemos todos los detalles, pero tampoco los necesitamos. Lo que tenemos es más que suficiente para ir siguiendo los acontecimientos de acelerado movimiento que, aun ahora, están comenzando a desplegarse alrededor de nosotros. Pudiera ser que algunos se preocuparan en cuanto a preguntas como las de si todo el clero religioso morirá con Babilonia la Grande o si todas las partes de ese gran imperio religioso se vendrán abajo simultáneamente por toda la Tierra. Sin embargo, no hay necesidad de que esas cosas nos preocupen, como si esa clase de información fuese necesaria para que mantengamos nuestra fe en las magníficas promesas de Dios. ¡En cambio, debemos pensar en la ventaja que le llevamos a un mundo que ni siquiera tiene un solo detalle de lo que el mañana traerá, mucho menos una visión que se extienda mil años en el futuro! ¡Qué agradecidos debemos estar de que, si confiamos plenamente en Jehová, tenemos toda razón para esperar con deleite lo que el futuro encierra! Como Él mismo lo expresó: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que cifra su fiada expectativa en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser.” (Jer. 17:7) Además, todavía hay otra magnífica razón para que ejerzamos confianza.
CONFIADOS DEBIDO A LA PROTECCIÓN DE JEHOVÁ
8, 9. (a) ¿Cuál es otra razón sobresaliente para mostrarnos confiados en cuanto al futuro? (b) ¿Por qué sabemos que las cosas sucederán como lo ha declarado Jehová?
8 De lo que ya hemos considerado debe ser patente que una razón preeminente para que mostremos confianza es el conocimiento de que Jehová está respaldando a los cristianos fieles. A diferencia de los espías pusilánimes que regresaron con un informe desalentador en cuanto a la tierra que Jehová les había prometido a los israelitas, Josué y Caleb confiaban en que Él los conduciría a la victoria, pues declararon: “No teman a la gente de la tierra, porque son pan para nosotros. El amparo de ellos se ha apartado de sobre ellos, y Jehová está con nosotros. No los teman.” (Núm. 14:9) Hoy los cristianos, también, deben compartir esa misma confianza, puesto que está escrito: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom. 8:31) De hecho, el escritor Pablo está tan convencido de lo inquebrantable que es el vínculo de amor entre Jehová Dios y sus adoradores fieles que declara que nada ni nadie puede separarlos del amor de Dios. (Rom. 8:35-39) ¡Qué sobresaliente razón para confianza!
9 De modo que los siervos de Dios tienen amplia razón para estar a la expectativa de un futuro brillante y atractivo. No tienen razón alguna para creer que las cosas se desarrollarán de manera diferente de lo que Jehová ha declarado en Su Palabra. Él no es como los hombres que no cumplen su palabra, sino que siempre ha resultado leal a sus amigos. Pablo creía eso, y su confianza en Dios y el futuro prometido no estaba colocada en lo que no debería. Si él estuviera en la Tierra hoy estaría esperando con vehemente anhelo el cumplimiento de las promesas de Dios. Lo mismo deberíamos hacer nosotros.
10. (a) ¿Apoya Salmo 91 la idea de protección individual durante la “grande tribulación”? (b) ¿Qué clase de protección proveerá Dios?
10 ¿Deberíamos esperar, además, que porque Jehová está de parte de nosotros él haya de intervenir milagrosamente para proteger a cada uno de nosotros personalmente de muerte o daño durante la “grande tribulación”? Algunos han citado erróneamente tanto Salmo 91:7-12 como Proverbios 3:25, 26 como apoyo para este punto de vista. Ese salmo dice: “Mil caerán a tu lado mismo y diez mil a tu diestra; a ti no se acercará.”a Para que no leamos en este texto más de lo que declara, tenemos que preguntarnos si Moisés está hablando aquí en cuanto a la venidera “grande tribulación” y está declarando una protección absoluta para los siervos individuales de Dios entonces. Esto difícilmente sería así cuando recordamos que siglos después Pablo mostró que hasta su tiempo los seguidores devotos de Jehová habían sufrido burlas, azotes, prisiones, tribulaciones y muchas otras persecuciones, hasta muerte violenta. Sin embargo, podemos estar seguros de que, como grupo, Jehová los protegerá de ser exterminados por sus enemigos durante la “grande tribulación,” y Él, él mismo, no los tocará durante la ejecución de sus juicios adversos.—Heb. 11:36-38.
11. (a) ¿Prueba Proverbios 3:25, 26 que ningún seguidor leal de Dios será individualmente secuestrado o arrestado? (b) Al respecto, ¿qué ejemplos tenemos?
11 ¿Nos da razón Salomón, el escritor del proverbio susodicho, para esperar protección divina de todo daño físico? Él dijo; “No tendrás que temer ninguna cosa pavorosa repentina, ni la tempestad sobre los inicuos, porque viene. Pues Jehová mismo resultará ser, de hecho, tu confianza, y él ciertamente guardará tu pie de captura.” ¿No parece ser evidencia eso de que Jehová Dios no permitirá que sus seguidores leales sean secuestrados o arrestados durante la “grande tribulación”? No hemos de olvidar que Salomón escribió lo que escribió, no teniéndonos presentes a nosotros los de hoy día, sino más pertinentemente para provecho de los que vivían bajo su reino. (Pro. 1:1-4; 3:25, 26) Considerando sus palabras de esa manera, comprendemos que estaba dando a los israelitas consejo que los ayudaría a llevar vidas rectas y les beneficiaría en la vida cotidiana. De esta manera serían guardados de “captura.” ¿Qué clase de captura? Bueno, por ejemplo, de las tentaciones de una prostituta que anduviera por las calles en busca de una víctima. (Pro. 5:3-14) Podemos ver que sus palabras son excelente consejo para nosotros también. Pero no son una seguridad de que no se nos arrestará, de la misma manera que el fiel Jeremías no estuvo inmune de arresto en el “tiempo del fin” de Jerusalén. (Jer. 37:15, 21) Tampoco podemos esperar que durante la “grande tribulación” no haya quienes tengan que perder la vida por sostener lealmente su integridad cristiana, aun como el apóstol Santiago perdió la vida. (Hech. 12:1, 2) No obstante, sí tenemos protección divina. ¿Como?
12. (a) ¿Cómo sabemos que estamos siendo protegidos como clase? (b) ¿Olvidará Jehová a los que, aunque fieles, pierden la vida? ¿Qué provisión ha hecho?
12 Tenemos evidencia de que Dios nos está protegiendo ahora como clase. Por ejemplo, si así no fuera, habríamos sido borrados de la faz de la Tierra por Satanás desde hace mucho tiempo. Sin embargo, individualmente, quizás algunos mueran de vejez y enfermedad durante la “grande tribulación” o, como nuestros hermanos de Malawi, debido a persecuciones. ¿Podemos nosotros, ante esas posibilidades, todavía mirar al porvenir con confianza? ¡Ciertamente que sí! Jesús declaró que los muertos oirán su voz y saldrán en una resurrección. (Juan 5:25-29) Esto, entonces, anula, cancela, los efectos de la muerte. No, la Biblia no promete que Satanás cesará de someternos a prueba a cada uno de nosotros durante la venidera “tribulación,” pero ¿no nos conforta el saber que Jehová Dios no nos olvidará si caemos en la muerte debido a nuestro servicio fiel a él entonces?
13. (a) Al tiempo de la destrucción de Babilonia la Grande, ¿será destruido también el pueblo de Dios en conjunto? (b) ¿Qué respuesta requiere esto por parte de los siervos de Dios?
13 La protección de nosotros, como grupo, continuará a través de la destrucción de Babilonia la Grande y la guerra en Har-Magedón y hasta el entrar en el Nuevo Orden. ¡Qué razón para confiar en Jehová Dios como cumplidor de sus promesas habrá cuando Babilonia yazga impotente, cuando haya sido reducido a nada su poder de controlar los asuntos mundiales! Con razón se les dice a los siervos de Dios que se alborocen cuando ella es derribada, al salir el grito: “¡Alégrate sobre ella, oh cielo, también ustedes los santos y los apóstoles y los profetas, porque judicialmente Dios le ha impuesto castigo a ella por ustedes!” (Rev. 18:20) De modo que éstos pueden confiar en que recibirán protección durante la ejecución de los inicuos por Dios y que serán introducidos en su nuevo orden de justicia.—Mat. 25:46.
AJUSTÁNDONOS AHORA PARA LAS CONDICIONES DEL NUEVO ORDEN
14. ¿Qué posibilidad se les presenta a los que desatienden el efectuar cambios necesarios a fin de amoldarse a las normas justas ahora?
14 Sin embargo, para tener un punto de vista de confianza en cuanto al futuro también tenemos que comenzar ahora a ajustar nuestra vida y pensamientos a las normas que Jehová Dios nos está revelando por medio de su Palabra y organización. Es cierto que es difícil corregir hábitos y actitudes malos que por largo tiempo han estado arraigados, pero no tenemos que excusarnos diciendo: ‘Bueno, esperaré hasta que llegue el nuevo orden para cambiar mi proceder. Será más fácil entonces.’ Ese menosprecio voluntarioso de los propósitos de Dios podría constituir un pecado a vista de él y podría resultar en que perdiéramos totalmente nuestro derecho de entrada a su nuevo orden.—Sant. 4:17.
15. ¿Es solo en las zonas de los entendimientos de doctrina y profecía que tenemos que hacer ajustes? ¿Qué ayuda se nos da para efectuar ajustes en nuestro modo de pensar y nuestras acciones?
15 Esos ajustes no necesariamente se circunscriben a sencillamente aceptar intelectualmente entendimientos de doctrina o profecía como los explica el “esclavo fiel.” Quizás envuelvan un cambio de corazón, que requiera, por ejemplo, que desarraiguemos prejuicios o actitudes que obran como restricciones con relación a que amemos de todo corazón a toda persona sin importar su raza o condición social. (Hech. 10:34) O pudiera ser alguna mancha del viejo mundo que haya sido puesta de manifiesto como repugnante a la vista de Dios y que tenga que ser corregida. Por su ilimitado amor para con nosotros, Jehová Dios nos ha dado capacitados superintendentes de congregación para ayudarnos a efectuar estos ajustes necesarios. Pablo nos estimula a aceptar anuentemente la ayuda de éstos, al escribir: “Respeten a los que están trabajando duro entre ustedes y presidiéndolos en el Señor y amonestándolos; . . . [denles] consideración más que extraordinaria en amor por causa de su trabajo.” (1 Tes. 5:12, 13) Una respuesta positiva a la considerada dirección de ellos no solo les hará más fácil el trabajo, sino que también servirá para que amoldemos nuestra vida en armonía con el arreglo de Dios para el modo de vivir del nuevo orden, haciendo que anhelemos intensamente el porvenir debido a que reconocemos la superioridad de la manera en que Jehová trata con Su pueblo.
16. Como ejemplificaron Isaías y Cristo Jesús, ¿qué actitud debemos mostrar en cuanto a las asignaciones de trabajo?
16 Tampoco hay duda alguna de que en el Nuevo Orden habrá que efectuar bastante trabajo de toda clase. ¿Será la nuestra una actitud de estar dispuestos a servir, trabajar, en cualquier cosa que se nos asigne hacer? Los siervos de Dios del pasado mostraron esa clase de disposición, prescindiendo de si la responsabilidad que se les dio fue eminente o humilde. Isaías convino de muy buena gana en aceptar el trabajo difícil de profeta, declarando: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Jesús, aunque sus discípulos lo reconocían como “Señor,” mostró su anuencia a servir aun en la posición de esclavo al lavarles los pies. (Juan 13:3-17) ¡Qué excelente ejemplo nos puso!
17. ¿Qué se requerirá de nuestra parte para cumplir asignaciones que no son lo que preferiríamos? ¿Qué otros reajustes es posible que tengamos que hacer?
17 Es verdad que quizás la asignación de trabajo que se nos dé sea una que personalmente no habríamos escogido. Quizás, por lo menos inicialmente, no disfrutemos del trabajo duro que será necesario para llevar la Tierra a una condición paradisíaca. Se requerirá altruismo de nuestra parte, también, puesto que gran parte de nuestro esfuerzo no estará dirigido hacia nuestros intereses personales, sino hacia el prepararse para, y el cuidado de, una multitud de resucitados, la mayor parte de los cuales no tendrá conocimiento alguno de Jehová Dios. ¿Puede usted imaginarse la magnitud del trabajo que habrá envuelto en solo transformar la mente y el corazón de estas personas al modo de pensar del nuevo orden? A cualquiera con tendencias hacia la pereza no le irá bien entonces, porque la advertencia del proverbio es: “El mismísimo deseo vehemente del perezoso le dará muerte, pues sus manos han rehusado trabajar.” (Pro. 21:25) De modo que quizás se requiera que reajustemos nuestro modo de pensar ahora, tocante a nuestra actitud para con el trabajo que Jehová nos da en la actualidad y en el futuro. De esa manera podemos mirar al porvenir con gozo.
18, 19. (a) ¿Qué posibilidad existe en cuanto al lugar donde uno haya de vivir en la Tierra paradisíaca? (b) ¿Cómo debemos considerar la ubicación que se nos asigne en el Nuevo Orden, y por qué no se nos dejará por nuestra propia cuenta allí?
18 En cuanto a dónde viviremos en el paraíso futuro, es muy posible que se nos asignen lugares donde vivir más bien que el que se nos deje que los escojamos nosotros mismos. Lo bien que hayamos de ajustarnos a ese arreglo se puede indicar por si en la actualidad estamos anuentes a ir a la congregación o al estudio de libro al que se nos pide que asistamos. Si nos adaptamos a la ubicación que se nos asigne en el Nuevo Orden, rápidamente llegará a ser nuestro “hogar” y aprenderemos a amarla. Así es como los misioneros han llegado a sentirse en cuanto a sus asignaciones de predicación aun hoy día.
19 Es confortante saber, también, que Jehová Dios atenderá a la selección de “príncipes” para que nos sirvan y nos guíen. De nuevo, demuestra que comprende nuestras necesidades verdaderas, lo que es mejor para nosotros, y ésta es otra razón para que ejerzamos confianza, porque sabemos que no se nos dejará por nuestra propia cuenta, sino que tendremos hombres fieles y probados que mirarán por nuestros intereses.
EXPECTATIVAS CONMOVEDORAS PARA EL PORVENIR
20, 21. (a) ¿Por qué no hay para qué conjeturar en cuanto al futuro? (b) ¿Cuáles son algunas de las cosas conmovedoras que la Biblia sí nos dice en cuanto al futuro?
20 Cuando miramos al porvenir tenemos muchas expectativas atractivas ante nosotros. Por lo tanto, no hay para qué conjeturar en cuanto a los detalles que las Escrituras no suministran; más bien, estamos dispuestos a esperar en Jehová en vez de impacientarnos o perturbarnos por tales asuntos. Por qué conjeturar en cuanto a quienes serán resucitados, cómo se atenderá a los niños, qué clase de casas se construirán, si usaremos máquinas, y preguntas semejantes. Si realmente necesitáramos saber estas cosas, Jehová habría provisto las respuestas.
21 En vez de conjeturar sobre lo desconocido, ¡cuánto mejor es concentrarse en las cosas conmovedoras que sí dice la Biblia! La principal de éstas es la expectativa de vida con la aprobación de Dios. Una Tierra rebosante de vida es lo que visualiza la Biblia. ¡Qué gozo será extender la bienvenida a los que regresan de la muerte! ¡Cómo fluirán lágrimas de felicidad a medida que los amados se reúnan! ¡E imagínese el conocer en persona a los fieles siervos de Dios que la Biblia menciona! ¡Qué conmovedor, también, ver a nuestros cuerpos ‘volver a los días de nuestro vigor juvenil’! (Job 33:25) ¡Qué placer será vivir en el paraíso con alimento perfecto, trabajo satisfaciente, compañeros con quienes nos deleitamos en asociarnos y, lo mejor de todo, libertad completa para adorar a nuestro Dios, Jehová!
22. ¿Qué seguridad tenemos de que podemos esperar con confianza el futuro?
22 ¿Podemos estar seguros en realidad de que así es como será el futuro? Ciertamente podemos estar seguros, porque Jehová Dios lo ha prometido. Él no dejará de cumplirlo, pues “es imposible que Dios mienta.” (Heb. 6:18) ¡Anhelantemente, pues, esperamos los acontecimientos futuros con plena confianza en Aquel que está plasmando el porvenir!
[Nota]
a Vea La Atalaya con fecha del 1 de marzo de 1975, páginas 149, 150.
[Ilustración de la página 665]
A diferencia de los pusilánimes, Josué y Caleb trajeron un buen informe, con plena confianza en que Jehová les daría la Tierra Prometida