Argentina recibe las “buenas nuevas de la paz”
“Las cuestiones religiosas no son importantes ahora. Tenemos que dar más atención a problemas verdaderos como el de la beneficencia social.” Una respuesta de ese tipo es común cuando se trata el tema de la religión con muchos argentinos. Un abogado expresó el punto de vista más extremado que tienen algunos: “Soy comunista. ¡Cuando entremos en el poder vamos a suprimir la religión!”
Estos puntos de vista reflejan las cuestiones explosivas que están afectando profundamente la actitud de la gente en cuanto a lo que verdaderamente importa en la vida. Muchos tienden a la apatía religiosa o el ateísmo. Por otra parte, aumenta el interés en movimientos que prometen mejorar las condiciones materiales y sociales. Hasta algunos sacerdotes católicos se han apartado mucho de los deberes religiosos y han entrado en la esfera de los activistas sociales.
Sin embargo, también hay una influencia tranquilizante en acción. Muchos que habían sido comunistas, guerrilleros urbanos, hippies y otras clases de personas han efectuado cambios maravillosos en su vida inquieta después de oír las “buenas nuevas” en cuanto a la solución que Dios tiene para los problemas humanos. Al enterarse de cómo el gobierno de Su Reino resolverá permanentemente las injusticias sociales, muchas personas sinceras han reencausado sus energías de apoyar la violencia y la destrucción a apoyar actividad constructiva, de salvamento, a favor de las “buenas nuevas por la paz.”
A una joven de la provincia de Jujuy al noroeste, le pareció que no podía permanecer indiferente ante la pobreza, la miseria y la desigualdad, de modo que ingresó en un grupo político. Las marchas y manifestaciones de protesta se convirtieron en parte regular de su vida. Un grupo extremista armado la entrenó en diversas formas de violencia.
Pero entonces algo cambió todo esto... un estudio bíblico gratis que le ofrecieron los testigos de Jehová. “Pronto entendí lo que Jesús quiso decir con las palabras: ‘Mi reino no es parte de este mundo,’” relata ella, “de modo que rompí mis vínculos con la política. Cinco meses después estaba participando en actividad pacífica, hablando a otros en cuanto a cómo el reino de Dios puede traer y traerá justicia a la Tierra.”—Juan 18:36.
Marta Tortoni, de Bahía Blanca, quería promover la justicia por medio de una carrera de leyes. Pero cuando se enteró de una manera más práctica de rendir servicio a la justicia, renunció a sus estudios de derecho. Cuando su padre, preocupado, la criticó por haber procedido así, su respuesta amorosa fue: “Papá, tú querías que yo fuera buena abogada para que defendiera la justicia. Como testigo de Jehová, he llegado a conocer la justicia verdadera y estoy ayudando al mayor número de personas que puedo a aprender acerca de ello.” Unos 30.000 argentinos han emprendido esta misma actividad pacífica.
VIDAS QUE CAMBIAN
Más bien que tratar de mejorar al mundo, algunas personas pudieran desanimarse tanto que consideraran renunciar del todo a la vida. La señora Etelvina Nanni estaba a punto de suicidarse cuando una Testigo la visitó con las buenas nuevas acerca del reino de Dios. Al enterarse de las condiciones de justicia que pronto habrán de bendecir a la humanidad, su abatimiento fue reemplazado por el gozo. Ahora, en vez de estar a la expectativa de la muerte, espera la abundancia de vida del porvenir, y está ocupada hablando a otros en cuanto a la esperanza que halló recientemente.
Los principios bíblicos cambiaron la vida de un ex-jugador profesional de fútbol de Alemania. Después de estudiar la Biblia por tan solo corto tiempo, Cristian Rudsky decidió hacer un viaje de regreso a Alemania. ¿Por qué un viaje tan costoso? Porque algún tiempo antes había salido sin haber cumplido un contrato ya pagado que tenía con un club de fútbol allí. ¡Imagínese el asombro de ellos cuando Rudsky devolvió una cantidad de dinero que cubría el año que no había jugado! De vuelta en la Argentina, Cristian está enseñando ahora a otros los principios de la verdad y la honradez que cambiaron su vida.
Muchos judíos de la Argentina también han efectuado grandes cambios a fin de abrazar las buenas nuevas cristianas. De hecho, la congregación Parque Centenario de Buenos Aires disfruta del compañerismo de diecinueve personas de descendencia judía. Cuando el padre de Nora Cohen murió, la fe judía de Nora no pudo darle una respuesta satisfactoria a ella en cuanto a por qué muere el hombre, de modo que buscó la respuesta en el espiritismo y la astrología. Finalmente, los testigos de Jehová la visitaron con la respuesta razonable de la Biblia. Ahora, a pesar del ostracismo por parte de su familia, Nora se deleita públicamente en declarar que su esperanza está puesta en el reino de Dios.
LLEGANDO A LA GENTE
Los testigos de Jehová están determinados a llegar a toda la gente de la Argentina con las buenas nuevas. Gastan mucho de su propio tiempo, energía y recursos financieros en hacerlo. Por ejemplo, varias cristianas de la congregación Comodoro Rivadavia ahorraron dinero para poder llevar las buenas nuevas a cuatro pueblos aislados a los que se puede llegar mejor por avionetas. ¡Imagínese su deleite cuando un señor con el cual habían hablado allí viajó 3.000 kilómetros para asistir a una asamblea cristiana!
Predicadores de tiempo cabal también fueron a Río Grande y Ushuaia, en la punta lejana de la Argentina... dos de las ciudades más meridionales del mundo. ¡En el transcurso de solo unos cuantos meses algunas de las personas de aquella localidad estaban diciendo las buenas nuevas junto con sus visitantes!
APRECIANDO LA ASOCIACIÓN
En la Argentina, el congregarse para las reuniones cristianas no siempre es solo asunto de un recorrido corto en el auto de la familia o en transporte público. El andar por kilómetros en lodo profundo es una parte regular de llegar a las reuniones en los bosques de zonas de gran precipitación fluvial del nordeste extremado. Una familia que asiste con regularidad a las reuniones vive en un rancho de ganado vacuno y lanar. Tienen que caminar más de tres kilómetros y luego viajar en autobús durante los sesenta kilómetros restantes. ¡Para regresar a casa tienen que esperar hasta las 3:30 de la mañana para el autobús de regreso! Y en el sur, muchas personas apreciadoras cuyos recursos son limitados todavía viajan centenares de kilómetros desde las aldeas de los Andes hasta el valle del Río Negro para asambleas cristianas grandes. ¡Aquí en la Argentina hubo casi 50.000 personas en doce asambleas que se celebraron a fines de 1974!
Este aprecio se despliega, también, cuando los superintendentes de circuito viajeros, al visitar, hacen presentaciones especiales con el uso de transparencias o diapositivas. A menudo la concurrencia excede por mucho al número de Testigos locales. Una congregación de 167 tuvo una concurrencia de 432 personas. ¡Otra tuvo 98, cuando solo hay 11 Testigos en la localidad, y en otro lugar solo 16 dieron la bienvenida a 111 personas interesadas a este programa instructivo! El hecho de que muchos miles más se están esforzando por obtener estas buenas nuevas también se ve cuando se considera que 66.641 personas asistieron a la Cena del Señor que se celebró el 27 de marzo de 1975.
Así la obra pacífica de los testigos de Jehová está prosperando en la Argentina, llevando verdadera confianza y esperanza a la gente que está desilusionada por los fracasos de este mundo presente. Para esas personas, verdaderamente son “buenas nuevas de la paz” lo que ellos llevan.—Efe. 6:15.
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