¿Recuerda usted?
¿Ha leído usted cuidadosamente los números recientes de La Atalaya? En tal caso, sin duda recordará los siguientes puntos:
● ¿Qué quiso decir el rey Salomón cuando dijo: “La tontedad ha sido colocada en muchos puestos encumbrados . . . He visto a siervos a caballo pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos”?—Ecl. 10:6, 7.
En este mundo, puede suceder que se coloque a personas ineptas en posición superior a la de hombres capacitados de disposición noble o principesca. Es posible que personas que tengan la autoridad, pero que en realidad no estén calificadas para ejercerla debidamente, no concedan ninguna dignidad a estos hombres principescos, sino que los traten como siervos.—Pág. 134.a
● ¿Por qué no sabemos cuándo empezó el “día de descanso” de Dios y cuándo terminará?
Aunque se puede determinar cuándo fue creado Adán, el principio del “día de descanso” de Dios no se puede determinar. Esto se debe a que hubo un lapso de duración no especificada entre la creación de Adán y la creación de Eva. No fue sino hasta después de la creación de Eva que empezó el “día de descanso” de Dios. Puesto que no se sabe cuándo empezó ese día, tampoco se sabe cuándo termina.—Pág. 163.
● ¿Por qué llaman las Escrituras “luz” y el “Padre de las luces celestiales” a Dios?—1 Juan 1:5; Sant. 1:17.
Jehová Dios es luz en el sentido de que es todo lo que es limpio, resplandeciente, claro e iluminador. Porque creó cuerpos que portan luz, o lumbreras —el Sol, la Luna y las estrellas— es el “Padre de las luces celestiales.”—Pág. 273.
● ¿Por qué se llama a Jesucristo correctamente el “Amén”?—Revelación 3:14.
Su derrotero de vida sin tacha en la Tierra, incluso su muerte en sacrificio, confirmó e hizo posible el cumplimiento de todas las promesas de Jehová Dios. Así Jesucristo vivió en armonía con el nombre “Amén,” que significa, literalmente, “seguro,” “verdaderamente,” “así sea,” “verdad.”—Pág. 317.
● ¿Cuándo puede un hombre de la congregación cristiana decir que ha sido ordenado?
Cuando recibe nombramiento como anciano o siervo ministerial en la congregación.—Pág. 349.
[Nota]
a Todas las páginas a las que se hace referencia son de La Atalaya de 1976.