La amigabilidad genuina es poderosa
LA ADORACIÓN verdadera tiene un efecto saludable en la disposición del individuo. Induce en él interés en otros. A menudo esto se manifiesta en amigabilidad al hablar y tratar con extraños. A veces esa amigabilidad ha tenido un efecto saludable en enconados opositores del mensaje de la Biblia.
Eso fue lo que sucedió en una isla en el sur de Grecia. Cierto señor estudiaba la Biblia con un testigo de Jehová, pero su esposa se oponía con encono. Se acercó la celebración de la Cena del Señor y el esposo decidió asistir. Notando que su esposo se estaba preparando para salir, la esposa preguntó a dónde iba. “Escucha,” le dijo su esposo, “hoy los testigos de Jehová están observando una celebración singular que estableció Jesús, la Conmemoración o Memorial de su muerte. Voy a asistir. No sabes lo mucho que me gustaría que tú también vinieras.” La esposa se enfureció y empezó a maldecir a los Testigos y a insultar a su esposo.
Finalmente aquel señor se dispuso a ir solo. Mientras salía, la esposa súbitamente le gritó: “¡Espera! Yo también voy.” Al hombre sencillamente se le hacia imposible creer lo que había oído. Le brotaron lágrimas. Ambos asistieron a la reunión y la esposa escuchó en silencio. Al terminar el discurso, una Testigo conversó muy amigablemente con ella e hizo arreglos para visitarla en su casa. Se inició un estudio bíblico con la señora.
En el mismo primer mes esta señora le dijo a la Testigo: “Ahora yo también soy testigo de Jehová, hermana suya. Todavía no se lo he dicho a mi esposo. Ahora le voy a revelar algo que tenía intención de hacer. El día que mi esposo me habló acerca del Memorial, yo tenía un cuchillo escondido debajo de la almohada y estaba esperando la oportunidad de matarlo. Mientras yo estaba resuelta a hacer esto él me estaba invitando a ir a la reunión. Al fin decidí ir, y allí llamar a la policía para que todos fueran arrestados. Le debo a usted el haber llegado a conocer la verdad. Y es debido a la verdad que mi esposo está vivo y yo estoy libre y no en la prisión.”
¡Qué poder tuvo la amigabilidad de esa Testigo!