Desde la antigua Babilonia hasta el siglo veinte en la profecía bíblica
PREDICCIONES bíblicas han tenido cumplimientos admirables en tiempos antiguos. ¿Sabe usted que las Escrituras también predicen asuntos que tienen que ver con el siglo veinte?
El libro bíblico de Daniel contiene visiones proféticas que abarcan la subida y caída de potencias mundiales principales desde la antigua Babilonia hasta la generación actual. Por ejemplo, durante el siglo sexto a. de la E.C. Daniel tuvo un sueño de cuatro bestias simbólicas. Según la descripción que Daniel suministra de estos animales simbólicos, eran:
(1) un león, que primero tenía alas de águila, entonces las perdió y asumió cualidades humanas; (2) un oso que devoraba mucha carne; (3) un leopardo que tenía cuatro alas (lo cual aumentaba su gran velocidad) y cuatro cabezas; y (4) una bestia salvaje “espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte” que no correspondía con ningún animal real. Esta cuarta bestia tenía dientes de hierro grandes, diez cuernos y otro, un cuerno “pequeño,” que se desarrolló con ojos y una “boca que estaba hablando cosas grandiosas.”—Dan. 7:3-8.
DESDE BABILONIA HASTA GOBERNACIÓN POR UN “HIJO DEL HOMBRE”
¿Qué representan estas cuatro bestias? El relato bíblico declara que simbolizan “reyes,” o reinos. (Dan. 7:17) El león representa a Babilonia, que era la potencia dominante en el Oriente Medio cuando se recibió la visión. (Jer. 4:5-7) El oso representa al reino que siguió a Babilonia como potencia mundial, que resultó ser Medo-Persia. El leopardo de cuatro cabezas con alas pinta al Imperio Griego. En cuanto a las cuatro cabezas del leopardo, después de la muerte de Alejandro Magno sus generales lucharon por el control del imperio, y al fin cuatro de ellos consiguieron la gobernación de diferentes secciones. La cuarta bestia simbólica de esta visión se refiere a la potencia mundial que se engulló al Imperio Griego, a saber, Roma.
¿Qué hay de los diez cuernos y el otro cuerno que tenía ojos y una “boca que estaba hablando cosas grandiosas” de esta cuarta bestia? (Dan. 7:8) A veces las Escrituras usan cuernos para simbolizar gobernantes y dinastías gobernantes. (Dan. 8:2-10, 20-22; Zac. 1:18-21; Luc. 1:69-71) El número diez denota plenitud, totalidad, la suma de todo lo que existe de algo. (Mat. 25:1; Luc. 15:8; 19:13, 16, 17) La historia muestra que el Imperio Romano con el tiempo se dividió en varias naciones. Los diez cuernos de esta cuarta bestia evidentemente representan a todos los reinos que se produjeron después de disolverse Roma.
En cuanto al cuerno “pequeño” que apareció entre los diez, durante el siglo dieciocho de la era común la Gran Bretaña, en un tiempo súbdita imperial inferior de Roma, subió a la prominencia como el poder comercial y político preeminente en el mundo. Debido a vínculos estrechos y unidad de acción general, hoy a la Gran Bretaña y los Estados Unidos a menudo se les llama la Potencia Mundial Angloamericana. Esta potencia encaja bien en la descripción bíblica del cuerno “pequeño.”
Puesto que la Potencia Mundial Angloamericana todavía existe, la visión de Daniel acerca de las cuatro bestias predice desenvolvimientos de la historia humana desde el tiempo de la antigua Babilonia hasta nuestro propio día. Pero ¿qué sucede después a medida que termina esta serie de reinos políticos humanos? Daniel agrega:
“Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea! con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquél. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación indefinidamente duradera que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas.”—Dan. 7:13, 14.
¡Qué emocionante el pensar que el “hijo del hombre,” Jesucristo, toma las riendas de la gobernación de ‘todos los pueblos, grupos nacionales y lenguajes,’ y eso en nuestro día! Las personas que viven en este espacio de tiempo pueden esperar bendiciones maravillosas en el futuro.
LA IMAGEN DEL SUEÑO DE NABUCODONOSOR
Un sueño profético que tuvo Nabucodonosor tiene significado similar. Este rey babilonio visualizó una colosal imagen metálica de forma humana. Daniel explica que la “cabeza [de la imagen] era de buen oro, sus pechos y sus brazos eran de plata, su vientre y sus muslos eran de cobre, sus piernas eran de hierro, sus pies eran en parte de hierro y en parte de barro moldeado.”—Dan. 2:31-33.
Daniel explicó que la cabeza de oro representaba a Nabucodonosor, o, por extensión, a la dinastía de gobernantes babilonios que comenzó con Nabucodonosor. (Dan. 2:37, 38) Los pechos y brazos de plata representaron a la subsiguiente potencia mundial de Medo-Persia. El vientre y los muslos de cobre representaron “otro reino, uno tercero [contando desde Babilonia].” (Dan. 2:39) Este fue la Potencia Mundial Griega. La siguiente parte de la imagen, las piernas de hierro, inicialmente representaron a Roma. Sin embargo Roma no puede satisfacer todos los requisitos para la parte de hierro de la imagen. ¿Por qué no?
Porque el hierro se extendía hasta los pies de la imagen, y allí se mezclaba con barro moldeado. Y en cuanto a los pies de esta imagen, la Biblia pasa a declarar: “Una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados.”—Dan. 2:34, 35.
¿Qué quiso decir esta parte del sueño de Nabucodonosor? Daniel explica: “El Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [representados por la imagen completa], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Dan. 2:44.
Esa eliminación por trituración y reemplazo de todos los reinos terrestres por gobernación divina no aconteció durante los días del Imperio Romano. Por lo tanto, el rasgo semejante a hierro de esta imagen se extiende hasta la potencia mundial que sucedió a Roma, la Angloamericana. Así, esta visión está en paralelo con la de las cuatro bestias al predecir desenvolvimientos principales en la historia humana desde la Babilonia antigua hasta cuando el reino de Dios en las manos del “hijo del hombre,” Cristo Jesús, toma las riendas de la gobernación terrestre.
¿Podemos esperar que eso suceda dentro de poco tiempo?
LA “SEÑAL” DE LA PRESENCIA DE CRISTO
Poco antes de que Jesús fuera ejecutado, sus discípulos le pidieron una “señal” de su “presencia y de la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 24:3) Por “presencia” quisieron decir la gobernación de él en el poder del Reino. ¿Cómo contestó Jesús a la pregunta de ellos? Usted sacará provecho de la lectura de la respuesta completa según se registra en los capítulos 24 y 25 de Mateo, y los relatos paralelos en Marcos 13 y Lucas 21. A continuación daremos solo unos aspectos notables.
Según el relato del Evangelio de Lucas, Jesús incluyó lo siguiente como parte de la señal de su presencia: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento.” (Luc. 21:10, 11) El libro de Revelación manifiesta las mismas evidencias de la presencia de Jesús como rey, pero en lenguaje simbólico. En una descripción de lo que sucede en la Tierra después que Jesucristo, como jinete sobre un “caballo blanco” simbólico, recibe la “corona” de gobernación real activa sobre el mundo de la humanidad, leemos:
“Y salió otro [caballo y jinete], un caballo de color de fuego; y al que iba sentado sobre él se le concedió quitar de la tierra la paz para que se mataran atrozmente los unos a los otros; y le fue dada una gran espada. [Compare con Lucas 21:10 con relación a ‘levantarse nación contra nación.’] . . .
“Y vi, y, ¡miren! un caballo negro; y el que iba sentado sobre él tenía en su mano una balanza. Y oí una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: ‘Un litro de trigo por un denario [el salario de todo un día en aquel tiempo], y tres litros de cebada por un denario; y no dañes el aceite de oliva ni el vino.’ [Compare con Lucas 21:11 con relación al hambre.] . . .
“Y vi, y, ¡miren! un caballo pálido; y el que iba sentado sobre el tenía el nombre Muerte. Y el Hades [el sepulcro común de la humanidad] venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra. [Note que Lucas 21:11 incluye pestes.]”—Rev. 6:1-8.
¿No ha experimentado usted personalmente estas cosas? ¿No ha sufrido la generación de las personas que viven hoy día de guerras, escaseces de alimento y enfermedades epidémicas sin precedente, empezando desde la I Guerra Mundial en 1914 E.C.? Y estas cosas no son todo lo que hay respecto de la señal de la presencia de Jesús en poder del Reino.
Jesús agregó esto como otro rasgo de esa señal: “Y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:12) ¿No está usted de acuerdo con que las proporciones del delito y el crimen en vertiginoso aumento en muchas partes de la Tierra durante esta generación han resultado en un enfriamiento general en el amor de la gente tanto a Dios como a su prójimo?—Compare con 2 Timoteo 3:1-5.
Sin importar lo funestas que sean estas condiciones mundiales, constituyen fuerte razón para que los que creen en la Biblia se regocijen, pues Jesús declaró además: “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” Eso significa que personas que vieron el principio de estos tiempos penosos todavía estarán vivas cuando el reino celestial de Dios le ponga fin al presente sistema de cosas.—Mat. 24:8, 34.
¿Qué lo reemplazará? Un nuevo sistema de cosas bajo gobierno divino. Describiendo condiciones en la Tierra en ese tiempo, el libro bíblico de Revelación declara: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.
¿Disfrutaría usted de vivir en ese nuevo sistema de cosas? Si así es, el cumplimiento de la “señal” que Jesús dio puede tener significado especial para usted. Jesús indicó esto, al decir: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.”—Luc. 21:28.
¡Que magnífica esperanza! Sin embargo Dios tiene requisitos, que no son difíciles de satisfacer, para todos los que hayan de sobrevivir y entrar en ese nuevo sistema de cosas. (1 Juan 5:3, 4) ¿Está usted dispuesto a estudiar la Biblia para aprender los requisitos de Dios? Debería serle un verdadero gozo el proceder así. Con gusto los testigos de Jehová conducirán un estudio bíblico gratuito con usted en su hogar. También, las reuniones en sus Salones del Reino son gratis y están abiertas al público. Comuníquese pronto con los testigos de Jehová, y consiga más discernimiento acerca del cumplimiento de la profecía bíblica en este siglo veinte.
LA GRAN PANDEMIA
COMO se hizo notar arriba, parte de la “señal” de la presencia de Cristo y “la conclusión del sistema de cosas” es “en un lugar tras otro pestes.” (Mat. 24:3; Luc. 21:11) Entre estas pestes estuvo la pandemia (epidemia mundial) llamada “gripe española” o “influenza española” de 1918 y 1919. Respecto a ella, Timothy Larkin escribe: “Cuando un transporte de tropas norteamericanas, el U.S.S. Otranto chocó con otro barco, se perdieron 431 vidas, muchas de ellas porque la tripulación del Otranto estaba tan debilitada por la influenza que no pudo abandonar el barco; y aunque 50.000 soldados norteamericanos fueron muertos en batalla en la I Guerra Mundial, otros 24.000 murieron de influenza o complicaciones de ella.” (FDA Consumer de mayo de 1976) En total, unos 20 millones de personas murieron en todo el mundo durante la “gripe española” de 1918 y 1919.