Ponderando las noticias
La inmoralidad puede matar
● Al decir que “ningún acto sexual jamás mató a nadie,” el sacerdote católico Depaul Genska, de Chicago, cree que la Iglesia debe dejar de condenar a las rameras o prostitutas y los homosexuales. Él favorece la legalización de la prostitución, y declaró que “la prostitución es como cualquier otro negocio,” según informa “The News” de San Antonio, Texas.
Pero los actos sexuales incorrectos pueden matar, de varias maneras. En tiempos antiguos un sinnúmero de personas fueron exterminadas por enfermedades venéreas transmitidas por relaciones sexuales inmorales. Hoy, estas enfermedades todavía matan a muchas personas cada año, o resultan en inhabilitaciones como ceguera e hijos deformes. También, Dios destruyó a las ciudades antiguas de Sodoma y Gomorra porque los habitantes ‘habían cometido fornicación excesivamente e ido en pos de carne para uso contranatural,’ entre lo cual estaba la homosexualidad y sodomía. (Gén. 19:1-25; Jud. 7) Y las personas inmorales perderán la vida cuando Dios juzgue a este mundo porque su Palabra declara: “No se extravíen. Ni fornicadores . . . ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres . . . heredarán el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10.
El sacerdote se remitió a las palabras de Jesús que dijo que “las rameras van delante de” los hipócritas religiosos al reino de Dios. (Mat. 21:31) Pero lo que el sacerdote no mencionó fue que ni las rameras ni los hipócritas entrarán en el reino de Dios a menos que cambien de proceder. Es verdad que Jesús y sus seguidores llevaron su mensaje a toda clase de pecadores. Pero estos hombres de Dios enseñaron con claridad que para conseguir el favor de Dios el malhechor tendría que dejar de quebrantar las leyes de Dios.
Por eso, después de declarar que las personas inmorales no entrarían en el reino de Dios, la Biblia dice: “Sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados.” (1 Cor. 6:11) Aquellas personas anteriormente inmorales se hicieron aceptables a Dios después de abandonar su derrotero inmoral, y luego amoldaron su vida a la voluntad de Dios.