Lo valioso de la genealogía bíblica
USTED quizás haya empezado a leer la Biblia en su totalidad desde Génesis hasta Revelación (Apocalipsis) y la lectura le haya parecido muy interesante. Pero al llegar a los libros de Crónicas y ver en versículo tras versículo y capítulo tras capítulo una lista genealógica de nombres de difícil pronunciación y que no significaban nada para usted, quizás se haya dicho: ‘¿Por qué está esto aquí? ¿Por qué dar estos detalles que aburren?’
Es verdad que, para la simple lectura, una lista de esa índole es monótona. Sin embargo, estas listas genealógicas son muy valiosas. ¿Por qué? Para empezar, apoyan la autenticidad de la Biblia. Constituyen prueba de que Dios desea que los que lo adoran lo adoren con espíritu y VERDAD, no como si él fuera un dios ficticio o imaginario. (Juan 4:23, 24) ¿No es cierto que cuando usted oye o lee un relato de algún acontecimiento desea que se le den nombres y lugares? Usted inmediatamente pregunta: ¿Quién? ¿Dónde? Cuando usted sabe estos detalles, lo que se ha dicho o escrito le impresiona más como la verdad, y adquiere mucha más realidad. Además, con esta información a la mano usted puede investigar en busca de más detalles para verificar lo que se ha dicho, y consultar otras partes de la Biblia u obras históricas seglares. Si la Biblia fuera ficción o hubiera sido escrita por impostores, ciertamente evitaría tales detalles. Pero estos detalles que hay en la Biblia armonizan con otros relatos y ayudan a hacer de la Biblia un todo unido. Es una presentación honrada de hechos de la historia real.
Además, tenemos que tener presente que las Escrituras Hebreas eran la constitución, la ley y el libro de registros del pueblo hebreo. Formaban el archivo principal de la nación. Muchas de las listas genealógicas se compilaron de otros registros legales escritos, puesto que las ciudades guardaban un registro de las personas que nacían en su localidad. Son parte de la historia real.—Luc. 2:1-5.
AYUDA A IDENTIFICAR AL MESÍAS
Las genealogías son valiosas de otra manera muy importante. Es decir, nos ayudan a identificar al Mesías. Cuando Jesucristo se presentó, no anunció: ‘Yo soy el Mesías (o Cristo).’ (Juan 5:31-37) Muchas otras personas han hecho esto a través de las edades, pero no tenían credenciales. El que uno simplemente afirme algo no es suficiente para justificar la fe de otros en uno. Entre muchas pruebas de que Jesús es el Mesías, los registros genealógicos de los judíos, guardados en los registros de sus propias ciudades, daban testimonio de que él era de la línea de descendencia correcta... del rey David de la tribu de Judá. (Luc. 2:1-6) Jesús dijo que él era la VERDAD, que cumplía todas las cosas que las Escrituras Hebreas decían acerca de él, incluso su genealogía.—Juan 14:6.
El hecho de que se necesitaba llevar un registro de linaje se vio en la primera profecía, en la cual Dios predijo una “descendencia,” o prole, que libraría a la humanidad. (Gén. 3:15) Unos 2.000 años después, debido a la gran fe de Abrahán, Dios favoreció a Abrahán con la promesa de que la descendencia vendría en su línea genealógica. (Gén. 22:17, 18) Con el tiempo, la línea de la promesa se encentró en Judá, uno de los 12 hijos de Jacob y nieto de Abrahán, y después, más allá, en la línea del rey David. (Gén. 49:10; 2 Sam. 7:8, 12-16) El nacimiento humano de Jesús cumplió con todos estos requisitos, pues se le reconocía como de la tribu de Judá e hijo de David.—Mat. 9:27; 2 Tim. 2:8; Heb. 7:14.
IMPORTANTE EL REGISTRO DE LA LÍNEA SACERDOTAL
Además de guardar un registro de la línea real que descendía de David, los judíos tenían que llevar registros de los descendientes de Aarón, de la tribu de Leví. Esto se debía a que todo su sacerdocio tenía que ser de esa tribu. (Éxo. 28:1-3; Núm. 3:5-10) Una gran porción del registro genealógico de Crónicas cumple con este propósito. Antes de que David muriera, él hizo arreglos para el servicio del templo y asignó a los levitas a rendir servicios específicos. (1 Cró. caps. 24-27) Después que Israel regresó del exilio en Babilonia estos registros fueron muy importantes porque hubo que restaurar los servicios sacerdotales relacionados con el templo. Los libros de Crónicas dan un bosquejo de estos arreglos que hizo el rey David y, cuando se les combina con los libros de Esdras y Nehemías, se ve que después de la restauración la adoración se estableció de nuevo según el mismo patrón o modelo. Hubo estricta adherencia a las líneas de descendencia. Esto se ilustra por el hecho de que a algunos hombres que pensaban que eran de la familia sacerdotal, pero que no pudieron establecer su genealogía, se les excluyó de servir mientras no pudieron probar su linaje.—Neh. 7:64, 65.
De modo que estas genealogías sustentan la veracidad de la Biblia. Esdras, el escritor de Crónicas, alista unas 20 fuentes oficiales que usó para compilar su obra. Estos registros eran registros públicos, y no simplemente obras caprichosas de escritores que tuvieran motivos nacionalistas o egoístas. Pero ¿qué beneficios tienen para nosotros hoy estas genealogías?
MUESTRA QUE TODAS LAS NACIONES VINIERON DE UN SOLO HOMBRE
La genealogía bíblica nos ayuda de otras maneras. Sostiene la declaración del apóstol Pablo de que “[Dios] hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra.” (Hech. 17:26) El relato muestra claramente que Adán y Eva fueron los padres de la entera raza humana. (Gén. 1:28; 3:20) Sus descendientes por medio de su hijo Set se alistan hasta el Diluvio. (Gén., caps. 5, 7) Entonces la familia de Noé (ocho personas en total) sobrevivió, y se desarrolló en 70 familias, de las cuales la Tierra entera ha sido poblada.—Gén., cap. 10.
RESCATE POR UN SOLO HOMBRE
Esta información, a su vez, revela cómo fue posible que, puesto que un solo hombre fue padre de la raza humana, un solo hombre pudiera dar su vida como precio de rescate para la salvación de la humanidad. (Mat. 20:28; Juan 11:49-52) Pues, como el “último Adán,” Jesús puede comprar a la raza humana, para administrarle el mérito o valor de su sacrificio, por medio de lo cual llega a ser el “Padre Eterno” para todos cuantos aprovechan el rescate. Si hubiera habido muchos padres originales de la raza humana, un solo hombre no pudiera haber servido de precio de rescate.—1 Cor. 15:45; Isa. 9:6; 53:10.
PERÍODOS CRONOLÓGICOS
Otros beneficios del registro genealógico de la Biblia probablemente tengan menos importancia, pero así y todo son valiosos. En algunas partes de la Biblia, las genealogías son esenciales para establecer la duración de períodos cronológicos. Por ejemplo, en el capítulo 5 de Génesis y en Génesis 7:6, 11 se muestra que el tiempo que transcurrió desde la creación de Adán hasta el Diluvio fue de 1.656 años. Entonces, en el Gén. capítulo 11 se da cuenta del período de 427 años que transcurrió desde el Diluvio hasta el pacto abrahámico.—Gén. 12:4.
Sin estos registros sería imposible calcular por cuánto tiempo ha estado la humanidad en la Tierra. No se revela la duración del espacio de tiempo que tiene que ver con la creación animal, ni con las épocas creativas anteriores. Aunque los doctos bíblicos no pueden expresarse claramente en cuanto al tiempo que pasó antes de que el hombre apareciera en el escenario de los acontecimientos, pueden determinar con gran exactitud que el período de los tratos de Dios con la humanidad hasta la fecha es de aproximadamente 6.000 años.a
DISCREPANCIAS APARENTES
Además, las listas genealógicas nos ayudan a entender asuntos que de otro modo quedarían oscuros. Por ejemplo, en 1 Samuel 1:1 parece que Samuel era efraimita, pues a Elcana, el padre de Samuel, se le llama efraimita. Si así fuera, parecería que hay algo inexacto, porque Samuel sirvió en el tabernáculo ayudando a Elí el sumo sacerdote, y también llevó un efod, una prenda de vestir que señalaba que rendía servicio allí.—1 Sam. 2:11, 18.
En este problema la lista genealógica de 1 Crónicas 6:19-28 nos ayuda a aclarar las cosas. Aquí se alistan los descendientes de Leví, como lo muestra el 1 Cró. 6 versículo 19. En los 1 Cró. 6 versículos 27 y 28 se alista a Elcana y Samuel. Así que Samuel era realmente levita, y calificaba para el servicio en el tabernáculo. A su padre se le llamó efraimita porque vivía en Ramataim-zofim, o Ramá, en el territorio de la tribu de Efraín. Esto es semejante a la costumbre que tenemos hoy de llamar a alguien londinense porque ha residido en la ciudad de Londres por algún tiempo, aunque puede ser que esa persona haya nacido en otra localidad.
CUMPLIMIENTO PROFÉTICO
En cuanto a mostrar el cumplimiento de la profecía, se encuentra un caso con relación al pacto profético de Jehová con Finees, hijo de Eleazar el sumo sacerdote, según el cual habría “un sacerdocio hasta tiempo indefinido para él y su prole después de él.” (Núm. 25:13) ¿Cómo se cumplió esta promesa?
Aparentemente el sumo sacerdocio continuó en la línea de Finees hasta el tiempo del sumo sacerdote Elí, descendiente de Itamar el tío de Finees. Este cambio probablemente se debió a alguna descalificación temporánea en la línea de Finees. Pero el rey Salomón removió del sumo sacerdocio a Abiatar, el descendiente de Itamar, porque se había unido a Adonías el hijo de David en un intento por apoderarse del trono de Judá mientras el rey David estaba enfermo. (1 Rey. 1:1-14; 2:26, 27) Él hizo que Zadoc, descendiente de Finees, fuera sumo sacerdote en lugar de Abiatar. (1 Rey. 2:35) Hasta donde lo muestra el registro histórico, esta línea aparentemente continuó en el sumo sacerdocio por muchos años después.
IDENTIFICACIÓN DE INDIVIDUOS
Muchas veces el registro genealógico nos ayuda a establecer la relación que existía entre ciertas personas a quienes se menciona. (Gén. 35:21-26) También nos alegra saber que, cuando nos hallamos confundidos en cuanto a la identidad de alguna persona sobre la cual estamos leyendo, encontramos que podemos distinguir entre personas del mismo nombre debido a que la genealogía bíblica suele mencionar a un padre, o madre, hermano, o hijo, o designa la ciudad o localidad de la cual ha procedido un individuo.—Luc. 6:14; Hech. 12:12; Mat. 10:2-4; Mar. 15:43; Hech. 5:37; 1 Sam. 17:4, 58; Gén. 11:29; 28:9.
NECESITADA POR JUDÍOS PARA ASUNTOS LEGALES
Otros puntos de valor en las listas genealógicas son los siguientes: Los judíos las necesitaron para establecer las relaciones tribuales con relación a la división de la Tierra Prometida y para determinar las relaciones familiares con relación a herencias individuales de terreno. Las genealogías identifican al individuo de parentesco más cercano como el que tenía la responsabilidad legal de ejecutar matrimonio de levirato con la viuda de su hermano para transmitir el nombre de su hermano. Este pariente más cercano también era quien había de entrar en acción para recomprar a su pariente y sacarlo de la esclavitud, y para ser el vengador de la sangre con relación a un homicida.—Deu. 25:5, 6; Lev. 25:47-49; Núm. 35:19.
Por eso, aunque puede ser que las listas genealógicas parezcan complicadas, podemos estar agradecidos de que se les haya conservado y preservado con propósito, tanto para los que vivían en tiempos antiguos como para los que desean obtener un entendimiento de la Palabra de Dios hoy.
[Nota]
a Desde el tiempo del pacto abrahámico (unos 2.083 años después de la creación de Adán), las declaraciones de Éxodo 12:40, 41; 1 Reyes 6:1, el registro de los reyes de Judá e Israel y el exilio en Babilonia se nos lleva al tiempo de la cronología seglar confiable.