Lo que escogemos: trabajar con Jehová Dios
“Escójanse hoy a quién quieren servir . . . Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová.”—Jos. 24:15.
1, 2. ¿A qué selección condujo Elías a su pueblo de Israel, y de qué manera?
LOS profetas y sacerdotes de Baal habían pasado todo el día cojeando alrededor de un altar sobre el cual yacía un sacrificio. Al implorar a su dios Baal que se diera a conocer por medio de consumir por fuego la ofrenda, hasta llegaron al extremo de abrirse heridas con cuchillos. ¡Pero de nada les valió todo aquello!
2 Entonces le llegó el turno a Elías el profeta, el vocero de Jehová Dios. Después de construir un altar y colocar sobre él madera y un animal degollado, Elías hizo que esto fuera empapado con agua, después de lo cual oró a su Dios Jehová. ¿Qué sucedió entonces? Cayó fuego del cielo y consumió, no solo la madera y el sacrificio, sino hasta las mismas piedras del altar. Al ver aquello, los observadores israelitas clamaron: “¡Jehová es el Dios verdadero! ¡Jehová es el Dios verdadero!” Por años habían estado “cojeando sobre dos opiniones diferentes,” pero ahora escogieron reconocer a Jehová el Dios verdadero como su Dios.—1 Rey. 18:21-40.
3. ¿Por qué se puede llamar al hombre una persona con “libre albedrío,” y por qué es singular el hombre en esto?
3 El que el hombre pueda escoger entre lo correcto y lo incorrecto, entre el servir al Dios verdadero o servirse a sí mismo y servir a dioses falsos muestra que tiene libre albedrío, pues fue creado a la imagen y semejanza de Jehová Dios. (Gén. 1:27) Los animales no tienen tal capacidad. A un perro se le puede enseñar a no apoderarse de algo, pero no se puede razonar con él en cuanto a por qué es incorrecto robar. Infortunadamente, por unos seis mil años los hombres han abusado de su libertad moral, y por eso el mundo está en su desorden actual.—Compare con Deuteronomio 32:5.
4. (a) ¿Quién fue el primero que abusó de esta libertad, y por qué hizo esto? (b) ¿Quiénes estuvieron entre los que siguieron su ejemplo?
4 El primero que abusó de esta facultad y libertad de opción fue nada menos que el que llegó a ser Satanás el Diablo. Él escogió seguir un deseo egoísta; esto hizo que naciera el pecado de la rebelión, y esto con el tiempo lo conducirá a ser destruido, aniquilado. (Juan 8:44; Sant. 1:14, 15) Adán y Eva, los individuos antediluvianos de los días de Noé, los ángeles que no se mantuvieron en su posición original, Nemrod y sus secuaces de después del Diluvio, los habitantes de Sodoma y Gomorra y muchísimas otras personas a través de los siglos hasta nuestro mismo día... éstos han escogido seguir el ejemplo de Satanás el Diablo al optar por hacer selecciones egoístas, incorrectas y malas.
LOS QUE ESCOGIERON CORRECTAMENTE
5. ¿Quiénes estuvieron entre los que hicieron la selección correcta?
5 Por otra parte, tenemos a Abel, quien escogió servir a Jehová Dios, y lo hizo a costa de su vida. Después de él vinieron Enoc, Noé y los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob. De lo que dice el apóstol Pablo en Hebreos 11:13-16, podemos ver que estos patriarcas hicieron la selección correcta. Hubo también el caso de Moisés. Criado en el palacio de Faraón, educado en toda la sabiduría y erudición de Egipto, un hombre de fama, poder y riquezas, se halló a los 40 años ante la necesidad de escoger. ¿Qué clase de selección hizo? Escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto.” (Heb. 11:25, 26; Hech. 7:20-29) ¿Hubiera hecho usted lo mismo?
6. ¿Qué oportunidad de escoger presentaron al pueblo (a) Moisés y (b) Josué?
6 Para el fin de su larga carrera como profeta de Jehová y líder o caudillo de Su pueblo, Moisés puso directamente delante de Su pueblo el asunto de hacer una selección: “De veras tomo yo los cielos y la tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación del mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él.” (Deu. 30:19, 20) Josué, el sucesor de Moisés, al fin de su larga carrera puso ante el pueblo de Israel la oportunidad de hacer una selección similar. Él mismo hizo la selección correcta, al igual que el profeta Elías siglos después.—Jos. 24:15; 1 Rey. 19:10.
7. (a) ¿Qué selección hizo Jesús cuando el Diablo lo tentó? (b) ¿Qué selección hicieron sus discípulos?
7 Jesucristo hombre tuvo que escoger cuando Satanás el Diablo le ofreció todos los reinos del mundo a cambio de un solo acto de adoración. Jesús escogió correctamente. (Mat. 4:10) De manera similar, los primeros discípulos de Jesús escogieron bien; lo reconocieron como el Mesías, el Hijo de Dios, y lo aceptaron como Caudillo y Rey de ellos. (Juan 1:49) Y lo mismo hizo Saulo de Tarso. Cuando Saulo se encaminaba a Damasco con la intención de perseguir a los cristianos, Jesucristo se le apareció milagrosamente. Saulo preguntó: “¿Qué haré, Señor?” Cuando se le dio la respuesta, escogió aceptar y seguir la dirección que se le dio y llegó a ser cristiano bautizado.—Hech. 22:10.
8. (a) ¿Qué clase de selección exige de la gente la predicación de las “buenas nuevas” del reino de Dios? (b) ¿Por qué hay urgencia en cuanto a esto?
8 Hoy, como resultado de la predicación de “estas buenas nuevas del reino,” todos los que oyen se encaran a una decisión. ¿Cuál es? Es decidir si van a emprender un curso o derrotero de justicia y servir a Jehová Dios, el Creador del universo, así como su Sustentador y Soberano, o continuar en un derrotero o curso de egoísmo bajo la dominación de Satanás el Diablo, el “dios de este sistema de cosas.” Esta oportunidad de seleccionar no va a continuar indefinidamente, porque vivimos en la ‘conclusión de este sistema de cosas,’ en los ‘tiempos críticos y difíciles de los últimos días,’ como claramente lo muestra el cumplimiento de la profecía bíblica. Sí, estamos envueltos en esta situación. Hay que hacer la selección, escoger, y no podemos evitarlo.—Mat. 24:14; 2 Cor. 4:4; Mat. 13:39; 2 Tim. 3:1.
¿POR QUÉ ESCOGEMOS TRABAJAR CON JEHOVÁ DIOS?
9, 10. El prestar atención a la predicación de las “buenas nuevas” debería resultar en que un individuo diera ¿qué pasos?
9 Cuando un individuo presta atención a la predicación de las “buenas nuevas” del reino de Dios, adquiere conocimiento exacto de la Palabra de Dios y ayuda para aplicarla en su vida. Esto, a su vez, puede resultar en arrepentimiento sincero de todo proceder incorrecto que haya estado siguiendo, y entonces un volverse o convertirse para adoptar un proceder que agrade a Jehová Dios. Como dijo el apóstol Pedro a los judíos de su día: “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados.”—Hech. 3:19.
10 Lógicamente, estos dos pasos deberían guiar a la persona a tomar la decisión de hacer la voluntad de Dios, trabajar con Él y seguir en los pasos de Jesucristo. Tal selección debe ser un paso formal claro, un paso que Jesús mismo tomó a la edad de 30 años, cuando, según el cuadro profético, dijo: “¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.” (Heb. 10:7; Sal. 40:7, 8) Seguir el ejemplo de Jesús en esto significa dedicarse a hacer la voluntad de Dios y simbolizar tal dedicación por medio del bautismo en agua. Dar este paso es hacer lo que verdaderamente es sabio, lo que verdaderamente es correcto y lo que verdaderamente es amoroso.
11-13. ¿Por qué decimos que el dar los pasos de dedicación y bautismo es algo (a) verdaderamente sabio? (b) ¿verdaderamente correcto y justo? (c) ¿verdaderamente amoroso y evidencia de gratitud?
11 ¿Lo que verdaderamente es sabio? Sí, Jehová Dios sabe lo que nos conviene. Su Palabra abunda en pruebas de la insensatez de seguir un curso egoísta, injusto. Por eso leemos que “la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8) Como lo expresó Jehová por medio de su profeta antiguo: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña a sacar provecho.” (Isa. 48:17) Como ayuda provechosa tenemos los “santos escritos,” las Escrituras inspiradas. (2 Tim. 3:15-17) Las Escrituras nos recuerdan que “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (Gál. 6:7) Sí, “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.” (Pro. 10:22) Como se ve, ciertamente se toma el proceder de la sabiduría cuando se escoge trabajar con Jehová Dios.
12 El tomar la decisión de dedicarnos a hacer la voluntad de Jehová es también lo justo, lo que correctamente debemos hacer. De hecho, consideramos que le debemos a Dios el hacer su voluntad. ¿Por qué? Porque Jehová Dios, por haber creado todas las cosas, es dueño de esta Tierra y de todas las cosas y criaturas que hay sobre ella. Él no nos hizo simplemente para que disfrutáramos de lo que nos complaciera, sino también para cumplir el propósito de Él para nosotros, hacer Su voluntad. Él no solo creó todas las cosas originalmente, sino que también sigue sosteniendo todas las cosas, al suministrar la luz solar y la lluvia. Por eso leemos: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.”—Rev. 4:11.
13 Además, el dedicarnos a hacer la voluntad de Jehová y bautizarnos en símbolo de ello es hacer lo que es amoroso, lo que muestra agradecimiento. Cuando pensamos en todo el amor que Jehová Dios ha mostrado a la humanidad para hacer posible y gozosa la vida (Hech. 14:17), cuando pensamos en la paciencia que ha ejercido al tratar con la humanidad durante los pasados 6.000 años (2 Ped. 3:8, 9), y cuando pensamos en que nos amó tanto que dio a su Hijo unigénito para que fuera nuestro Salvador y Redentor (Juan 3:16)... ¿a qué conclusión tenemos que llegar? Lo menos que podemos hacer para mantener nuestra dignidad personal es dedicarnos a nuestro amoroso Padre celestial para hacer su voluntad, y entonces simbolizar esa dedicación por medio de bautismo en agua.
LA DEDICACIÓN Y EL BAUTISMO SON NECESARIOS
14, 15. (a) ¿Qué preguntas pudieran presentar algunos en cuanto a que la dedicación y el bautismo sean cosas necesarias? (b) ¿Qué ilustración bíblica muestra que es necesario que nos dediquemos formalmente a hacer la voluntad de Dios?
14 Pero, ¿no pudiéramos agradar a Jehová Dios y ganar la recompensa de vida eterna por medio de simplemente llevar una vida limpia? ¿por creer en Dios y Jesucristo? ¿por asociarnos con el pueblo de Dios? ¿por anunciar a otros las “buenas nuevas”? ¿sin dedicarnos formalmente para hacer la voluntad de Dios y bautizarnos? Aparentemente hay personas que piensan que eso pudiera ser así, porque, aunque hacen estas otras cosas, no llegan a dedicarse y bautizarse. Pero en esto se equivocan.
15 Para que Jehová Dios nos recompense tenemos que ejercer fe en él y amarlo hasta el grado de dedicarnos a hacer la voluntad de Dios y seguir en los pasos de Jesucristo. Por ejemplo: En el monte Sinaí, Jehová Dios puso ante la nación de Israel sus leyes y las recompensas que ellos obtendrían si obedecían sus leyes. Los israelitas concordaron formalmente en hacer la voluntad de Dios para recibir la guía, protección y bendición de Dios. De manera similar, sus siervos hoy tienen que comprometerse a hacer lo mismo. (Éxo. 19:3-8) Es necesario que presten atención al mandato de Jesús de que los que quisieran observar sus mandamientos tendrían que empezar por bautizarse.—Mat. 28:19, 20.
16, 17. (a) Ilustre la inconsistencia que muestran los que desean servir a Dios sin bautizarse. (b) ¿Cómo puede aplicarse Romanos 10:9, 10 con relación a esto? (c) ¿Cómo pudiera ilustrarse la falta de sinceridad de algunas personas que se demoran en cuanto a bautizarse?
16 Pudiéramos ilustrar este asunto así: Cierto hombre que va por un camino del campo ve a muchas personas ayudando a recoger una cosecha. Se siente impelido a unírseles y, por eso, los ayuda por días hasta que la cosecha termina por completo. Sin embargo, cuando llega el tiempo para que los trabajadores reciban su paga, ¿puede ese hombre esperar legítimamente que se le dé un salario? No, porque no fue alquilado. No hizo ningún contrato con el amo de la cosecha para que se le pagara. No entró en el arreglo normal que le aseguraría la paga al trabajador. La situación es similar en el caso de los que llegan a ser siervos de Dios. Por eso Romanos 10:9, 10 no aplica sencillamente a cualquier declaración pública, sino que tiene aplicación particular a una declaración pública formal como la que se hace cuando el que se ha dedicado a hacer la voluntad de Dios se bautiza. “Porque si declaras públicamente aquella ‘palabra en tu propia boca,’ que Jesús es Señor, y ejerces fe en tu corazón en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.” Esa declaración pública notifica a todos que alguien ha escogido trabajar con Jehová Dios. Sí, no podemos esperar que Dios nos recompense con vida eterna si, por decirlo así, no firmamos para trabajar con él.
17 O, para usar otra ilustración: Un Joven sigue visitando a cierta jovencita. Él insiste en que la ama muchísimo. La lleva a cenar, al teatro y le compra regalos. Otras personas piensan que él la está cortejando, pero él evita cuidadosamente tratar el asunto del matrimonio. ¿Se pudiera decir que él ame a la jovencita? Lo más probable sería que ella estuviera pensando en casarse. Él, sin embargo, no quiere perder su libertad, no quiere estar “atado” a ella. Por eso, todas sus afirmaciones de que la ama son vanas, insinceras. Eso es similar a lo que sucede en el caso de cualquier persona que afirma que ama a Jehová Dios y que aprecia todo lo que Dios ha hecho por ella. Si dentro de cierto período de tiempo razonable no se dedica a hacer la voluntad de Dios por medio de seguir en los pasos de Jesús, sus afirmaciones suenan huecas, revelan falta de amor, confianza y fe en Jehová Dios y pudiera ser que en realidad fueran insinceras.
18. ¿Qué muestra 1 Pedro 3:21 en cuanto a que sea necesario que uno se bautice?
18 Además, el bautismo es esencial para adquirir una buena conciencia para con Dios. El apóstol Pedro muestra esto claramente en 1 Pedro 3:21: “Lo que corresponde a esto [es decir, el diluvio del día de Noé] ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo, (no el [simplemente] desechar la suciedad de la carne [aunque tal cosa es importante], sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia,) mediante la resurrección de Jesucristo.”
19. (a) ¿Cuán apropiado es el símbolo del bautismo? (b) ¿Qué aspectos prácticos tiene?
19 El bautismo es un símbolo muy apropiado de que hemos escogido trabajar con Jehová Dios por medio de dedicarnos a hacer su voluntad como seguidores de los pasos de Jesucristo. Al bajar al agua y ser cubiertos por ella es como si nos enterraran. Morimos en cuanto a nuestro curso de acción anterior; aquello marca la muerte de nuestro proceder egoísta, la selección de hacer lo que A NOSOTROS nos place. El ser levantados del agua representa bien el hecho de que se nos da vida o vivifica para hacer la voluntad de Dios, y andar ‘en novedad de vida.’ Bien se puede decir que el bautismo en agua tiene un aspecto muy práctico, puesto que pudiera suceder que uno se olvidara con facilidad de que oralmente hubiera concordado en hacer la voluntad de Dios, hasta que en cierta ocasión hubiera firmado un papel indicando que haría eso; porque ¡cuántas veces olvidamos lo que hemos dicho o hasta escrito! Pero ¿puede uno olvidar que en cierta ocasión, después de oír un discurso acerca del bautismo y orar junto con otros, se despojó de su ropa y se puso un traje de baño y se bautizó en la presencia de muchos testigos? ¡Difícilmente! Una vez que ha dado tal paso, uno tiene la obligación de seguir adelante por medio de ser un colaborador de Jehová Dios. Lo que todo esto envuelve lo consideraremos en el siguiente artículo.