Millones de personas adoran al recién nacido
EL 24 de diciembre de 1223 Francisco de Asís (quien más tarde fue canonizado por la Iglesia Católica Romana), a los 42 años de edad, construyó una maqueta del niño Jesús acostado en un pesebre o belén, en una iglesia de Greccio, Italia. Alrededor del pesebre colocó unas figurillas que representaban a José y a María, a los pastores que fueron a ver al niño Jesús, una mula y un buey. Algunas horas más tarde, a medianoche, la maqueta que hizo Francisco respecto a la escena de la natividad se convirtió en el foco de la misa de Navidad.
Desde entonces, el uso del belén o nacimiento en la celebración de la Navidad se ha esparcido por todo el mundo. Aún hoy día muchas personas, a pesar del mercantilismo absoluto de la Navidad, todavía se ponen sentimentales y nostálgicas durante la temporada navideña. Hallan algo bello en las miradas y las voces de los niños de apariencia inocente que cantan villancicos, en el árbol de Navidad adornado, en la emoción que resulta del intercambio de regalos, en el recuerdo del anuncio angelical: “Sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad,” y, en medio de todo esto, ese nene encantador e inofensivo que yace acostado tranquilamente en un pesebre.—Lucas 2:14, 16.
Claro, la mayoría de la gente ya sabe que los adornos de Navidad tienen más de pagano que de cristiano. En la mayoría de las bibliotecas públicas hay enciclopedias disponibles que muestran que el banquetear y el intercambiar regalos fueron heredados de las saturnales romanas, que eran fiestas paganas. La costumbre de adornar un árbol de Navidad y usar las ramas del acebo y el muérdago provienen del paganismo de la parte septentrional de Europa. Ni siquiera el 25 de diciembre fue la fecha en que nació Jesús. Más bien, ésa era la fecha en que los adoradores de Mitra celebraban el nacimiento del “Sol invicto.”
¿Pero qué hay de la escena de la natividad? Bueno, según la Biblia, los “tres reyes magos” o astrólogos orientales —a quienes a veces se les representa en las escenas de Navidad como que estaban presentes en el pesebre— nunca llegaron a ir al verdadero lugar donde nació Jesús. Ellos llegaron más tarde, cuando José y María ya vivían en una casa. (Mateo 2:1-11) Sin embargo, Jesús estuvo acostado en un pesebre después de nacer. Hubo pastores que sí fueron a verlo, y ángeles en los cielos que sí cantaron: “Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.”—Lucas 2:8-14.
Aquel niñito que nació en Belén hace casi 2.000 años se ha convertido en el bebé más famoso de la historia. El relato de su nacimiento, según se registra en la Biblia, se ha publicado por todo el mundo. Todavía millones de personas se imaginan a Jesús como bebé en un pesebre.
¿Cree usted que eso es correcto? ¿Deberíamos seguir pensando que Jesús es todavía un inofensivo bebé acostado en un pesebre? ¿Qué muestra la Biblia?