¿‘Envía usted su pan sobre la superficie de las aguas’?
COMO muchas familias típicas, una pareja de Testigos del sur del Brasil se mantenía ocupada ganándose la vida. Además de cuidar de sus tres hijos, todos menores de seis años de edad, también administraban una tienda de comestibles que pertenecía a la familia. No obstante, puesto que eran cristianos dedicados, se interesaban en el bienestar espiritual de sus hijos y de dos adolescentes que vivían en la casa, a quienes habían contratado como empleados. Eso fue allá en 1946, y aquello fue un verdadero desafío. No había disponible ninguna de las excelentes publicaciones para jóvenes que hay ahora, y solo había ocho Testigos en todo el estado de Santa Catarina, y solo tres de ellos vivían en la misma ciudad que la familia susodicha. ¿Qué podían hacer?
En armonía con el consejo del sabio rey Salomón de ‘enviar el pan de uno sobre la superficie de las aguas’ (Eclesiastés 11:1), decidieron ser generosos al distribuir pan espiritual mediante el buen uso del texto bíblico diario que proveía La Atalaya. (Esto fue antes de que el Anuario se publicara en el idioma de ellos.) Toda la familia, incluso los empleados, se reunían a la hora del almuerzo, y ésa era la ocasión de considerar el texto bíblico del día. Se asignaba a un miembro de la familia para que buscara la revista donde estaban los comentarios sobre el texto, y la información se leía en voz alta, después de lo cual cada uno podía hacer algún comentario. Al principio, a los ayudantes jóvenes les pareció extraña la costumbre, pero pronto se acostumbraron a ella y comenzaron a participar en las consideraciones diarias.
Resultados animadores
La pareja obtuvo muchas recompensas por los fieles esfuerzos que hicieron a través de los años. Su hija mayor, junto con el esposo de ella, sirvieron de precursores especiales (predicadores de tiempo completo) hasta que tuvieron un bebé, quien ahora tiene 20 años de edad y también ha emprendido el ministerio de tiempo completo. El segundo hijo, varón, ha estado sirviendo de tiempo completo a Jehová por casi 20 años. Ahora él y su esposa sirven en la oficina de sucursal brasileña de la Sociedad Watch Tower. El hijo menor es anciano de congregación y ahora está instruyendo a su propio hijo en el camino de la justicia.
Pero ¿qué hay de los empleados? Con el transcurso de los años, una docena de muchachos y muchachas trabajaron con la familia. Entre las muchachas, Ester aceptó inmediatamente la verdad y, junto con su esposo e hijos, continúa fiel en la predicación de las buenas nuevas. Su hija mayor ha servido por más de diez años de precursora especial. Vitalina era una católica acérrima cuando comenzó a trabajar para la familia de Testigos. Más tarde admitió: “Yo era un ‘hueso duro de roer’, pero ahora me siento muy feliz de servir a Jehová. He sido precursora especial por más de diez años”. Marta sirvió por un tiempo en la sucursal de la Sociedad Watch Tower en Rio de Janeiro. Ahora ella y su esposo se mantienen ocupados educando a sus propios hijos para que sirvan a Jehová. Otras dos muchachas, Nelci y Sueli, también aceptaron la verdad y siguieron sirviendo fielmente a Jehová.
¿Y qué hay de los muchachos? Tanto Rudibert como Pedro sirven actualmente de ancianos en sus respectivas congregaciones. Abrilino y su familia son también siervos fieles de Jehová.
Hoy, si se fuera a reunir a todos los miembros de la familia, habría un grupo de 40 alabadores felices de Jehová, muchos de los cuales están en el ministerio de tiempo completo. ¡Qué excelente registro de fe cristiana y denuedo! Y todo eso ha sido el resultado de una relación de familia feliz y afectuosa, y de haber dado buen uso a la excelente provisión del texto diario y los comentarios sobre el mismo. Esa familia realmente ha experimentado en su vida que el pan espiritual que se envía generosamente sobre la superficie de las aguas ha sido hallado otra vez “con el transcurso de muchos días”.