¿Por qué hay tantas sectas nuevas?
¡DIEZ religiones principales, pero 10.000 sectas! Éste es el último cálculo que se ha hecho de la cantidad de grupos religiosos en los que está dividida la humanidad. De éstos, según se informa, existen unos 6.000 en África, 1.200 en los Estados Unidos, 421 en Japón y 247 en Francia.
Algunas de estas sectas son grupos religiosos establecidos desde hace mucho tiempo y se consideran a sí mismas iglesias de pleno derecho. Ciertas religiones antiguas están divididas en sectas que están subdivididas en subsectas. En Japón el sintoísmo consiste en 153 sectas y subsectas, y el budismo está dividido en 171 sectas y subsectas. Es interesante que muchos japoneses pertenecen a más de una secta.
En Sudáfrica, el Departamento de Estadística tiene en sus registros más de 4.000 grupos religiosos, unos 500 de ellos entre la gente blanca y los demás entre los negros. Algunas de estas sectas segregadas afirman ser cristianas.
¿Iglesia, o secta?
La palabra “iglesia” no tiene la misma connotación en todos los países. En los países mayormente católicos “la Iglesia” significa la Iglesia Católica Romana. En Francia, por ejemplo, no se acostumbra acompañar la palabra Église (iglesia) con el adjetivo catholique y casi nunca se agrega la palabra romaine. Para los franceses la palabra Église (con E mayúscula) solo puede significar una cosa: la Iglesia Católica Romana. De igual manera, en países en los que predomina una de las iglesias ortodoxas orientales, la palabra “iglesia” significa la Iglesia Ortodoxa.
Pero en países mayormente protestantes casi siempre es necesario especificar a qué iglesia pertenece uno. Aun en dichos países, la persona generalmente no puede decir que pertenece a cierta iglesia a menos que sea miembro de una de las religiones protestantes principales establecidas desde hace mucho tiempo. A no ser así, se considera que la persona pertenece a alguna secta. Es cierto que en los Estados Unidos se honra con el nombre de iglesia aun a ciertas religiones pequeñas que son ramificaciones de otras. Pero en la mayor parte de los demás países tales religiones tendrían que conformarse con ser llamadas sectas.
¿Qué es una secta?
Se ha definido una secta como “un grupo religioso comparativamente pequeño y exclusivo, organizado recientemente; esp[ecialmente]: uno que se ha separado de una comunión establecida desde hace más tiempo”. De acuerdo con otra definición, una secta es “un cuerpo religioso disidente; esp[ecialmente]: uno que es herético a los ojos de otros miembros dentro de la misma comunión”.
Hay quienes afirman que la palabra “secta” se deriva del verbo latino secare (cortar) y definen una secta como un grupo que se ha separado de una iglesia establecida. Otros atribuyen la palabra “secta” al verbo latino sequi (seguir) y así aplican la palabra a un grupo que sigue a cierto caudillo o maestro humano.
El desdén de la Iglesia para con las sectas
Sea que se trate de un grupo disidente que se haya separado de una denominación más grande o de un grupo de discípulos que siguen a cierto hombre o mujer, una cosa es segura en cuanto a las sectas: desde hace mucho tiempo las iglesias establecidas las desprecian. Al explicar dicho desdén, la Grande Encyclopédie, en francés, declara que la palabra “secta” y su aplicación “están llenas de fuertes sentimientos y hasta de vehemencia”, y agrega: “En general, la comunidad de la cual el grupito se ha separado afirma ser auténtica y considera que tan solo ella posee plenamente la doctrina y los medios de recibir la gracia, de modo que hablan de los sectarios con cierta lástima y desdén. Esta actitud de superioridad frecuentemente va acompañada de mucha agresividad, y esto tanto más debido a que la secta es un recordatorio cruel de todo lo que la iglesia era, pero ya no es... una hermandad calurosa, entusiástica, dinámica y cautivadora”.
¿Por qué hay tantas sectas nuevas?
Las sectas que están recibiendo la mayor atención de los medios de publicidad hoy día —en muchos casos debido a sus actividades financieras y métodos de adoctrinamiento— han surgido durante los pasados 20 ó 30 años. Esto hace surgir preguntas respecto a por qué se ha visto la proliferación de tales grupos religiosos en nuestro tiempo. En el Supplément de 1981, la enciclopedia francesa citada arriba declara: “¿Por qué tienen tanto éxito dichas sectas? En primer lugar, el clima de crisis que ahora predomina en la civilización occidental (el poner en tela de juicio a todas las instituciones, como la de la familia, las escuelas, el ejército, las iglesias, etc.) proporciona un criadero apropiado. [...] En conclusión, las sectas son sobre todo una señal de los tiempos, un síntoma de la inquietud de los jóvenes que están sedientos por algo que difiera de nuestra ostentosa ‘sociedad de consumidores’”.
R. Quebedeaux, especialista en sectas, expresa un parecer similar al escribir: “La sociedad tolerante ha creado un poderoso deseo de que haya severidad, disciplina y autoridad. Ellos [los jóvenes] están aburridos con la sociedad materialista y de esto ha surgido una búsqueda de un nuevo significado para la vida”.
Ambas explicaciones muestran, por lo menos tácitamente, que las religiones que llevan mucho tiempo de establecidas no han logrado satisfacer a los millones de personas, tanto a jóvenes como a mayores, que han recurrido a tales sectas nuevas. El brote de nuevas sectas durante las pasadas décadas es prueba adicional de la “angustia de naciones” predicha por Jesucristo como parte de “la señal” que indicaría que este sistema de cosas está terminando y que “está cerca el reino de Dios”. (Mateo 24:3; Lucas 21:10, 11, 25-31.)
No obstante, estas sectas nuevas que están atrayendo a tantos miembros nuevos no enseñan que el Reino de Dios es la única esperanza para la humanidad. Más bien, lo que enseñan es una especie de filosofía de la vida que, en muchos casos, está basada en la religión oriental o en las enseñanzas de algún “guru” (guía espiritual). Cada uno de dichos “gurus”, cuando llega a tener cierta cantidad de seguidores, crea una secta nueva. Esto no es sorprendente en el caso de las religiones orientales, entre las cuales el principio del “guru” se acepta corrientemente.
En cambio, es sorprendente que de las aproximadamente 10.000 iglesias y sectas que, según se dice, existen por todo el mundo, muchos centenares de ellas, si no millares, afirman ser cristianas. ¿Por qué es esto tan sorprendente? Debido a que los miembros de muchas de estas sectas siguen a cierto líder humano, mientras que Jesucristo declaró: “Su Caudillo es uno, el Cristo” (Mateo 23:10). Es sorprendente también que estos llamados cristianos estén divididos en tantas iglesias, confesiones y sectas, mientras que Cristo, al orar a su Padre respecto a sus seguidores, pidió que ‘todos ellos fueran uno’. (Juan 17:20, 21.)
Entonces, ¿por qué hay tantas iglesias y sectas que afirman ser cristianas? Y ¿cómo llegó a existir esta confusión religiosa?