¿Aprecia usted su herencia?
“Sigan tras la paz [...], mirando cuidadosamente [...] que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito.” (HEBREOS 12:14-16.)
1, 2. a) ¿Qué es una herencia? b) ¿Qué preguntas surgen respecto a una herencia superior?
PERSONAS han asesinado por ella. Otras han muerto sin nunca haberla recibido. Muchas, después de haberla recibido, la han despilfarrado. ¿De qué se trata? De una herencia. Y a menudo eso es lo que sucede cuando hay propiedades que se han de heredar.
2 La Biblia usa el término herencia(s) 229 veces, y en la mayoría de las ocasiones se refiere a un legado de tierra o propiedad. Pero la Palabra de Dios también habla de una herencia que es superiorísima a cualquier herencia que se legue en un testamento. Y dicha herencia superlativa está al alcance de usted, si usted no la desprecia. ¿En qué consiste esta herencia? ¿Quién la concede? ¿Cómo sucede que algunas personas la pierden? ¿Cómo podemos mostrar aprecio por ella?
¿En qué consiste la herencia?
3. ¿Qué es la herencia cristiana, y quién es el benefactor?
3 Cuando los judíos de Antioquía rechazaron el mensaje de salvación que les llevó el apóstol Pablo, éste se volvió a los no judíos, “los de las naciones”. Éstos “empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová, y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes.” (Hechos 13:45-48.) Sí, la herencia es vida eterna. Para unos pocos significa “una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible [...] en los cielos”. ¿Quién es el benefactor? “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”, dijo Pedro. (1 Pedro 1:3, 4.)
4. ¿Qué herencia está al alcance de la mayoría de la humanidad?
4 Pero ¿qué hay de la vasta mayoría de la humanidad que no tiene la esperanza celestial? Su herencia puede ser la de tener vida perfecta como parte de la “nueva tierra”, una nueva sociedad de personas redimidas por el sacrificio de Jesucristo. Esto ofrece la posibilidad de vida eterna en un planeta transformado y libre de contaminación (Revelación 11:18; 21:3, 4; Juan 17:3). ¿Le gustaría tener la perspectiva de una herencia como ésa? Si ya la tiene, ¿la aprecia realmente?
Desprecio y aprecio por una primogenitura
5, 6. a) ¿Quiénes fueron Esaú y Jacob? b) ¿Qué hacía que la herencia de ellos fuera especial, y quién se beneficiaría principalmente?
5 Para entender mejor este asunto de apreciar una herencia, repasemos brevemente el ejemplo de dos hermanos. Uno apreciaba muchísimo los valores espirituales, mientras que el otro perdió su aprecio por éstos y, por consiguiente, perdió una herencia muy valiosa. Nos referimos a Jacob y Esaú, los hijos gemelos del patriarca hebreo Isaac.
6 Su abuelo Abrahán murió cuando ellos tenían 15 años de edad. La herencia material que Abrahán dejó a su hijo Isaac incluía grandes rebaños de ganado y un campo donde estaba ubicada la cueva sepulcral de la familia (Génesis 25:5-10). Sin embargo, el aspecto más importante de la herencia no era alguna propiedad o cosa tangible. Era la promesa que Jehová había hecho a Abrahán y que luego había repetido a Isaac: “Por medio de tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:18; 25:24-26; 26:2-5). Esta promesa reveló que el Mesías, que de hecho es la “descendencia” prometida de Génesis 3:15, vendría mediante la línea de descendencia de Abrahán en alguna fecha futura. Puesto que Esaú era el primogénito de los gemelos, al morir su padre, Isaac, Esaú tendría el derecho legal a esta promesa, al igual que a una porción doble de la propiedad. Ahora bien, la pregunta es: ¿Apreció Esaú su herencia?
7. ¿Qué diferencia había entre Esaú y Jacob en cuanto a aprecio y personalidad? (Génesis 26:34, 35; 28:6-9.)
7 A medida que los gemelos crecían, la diferencia de personalidad entre ellos se hizo evidente. Esaú era un inquieto cazador, “hombre del campo”, mientras que Jacob era un “hombre sin culpa”, “del tipo de persona tranquila que le gusta permanecer en la casa” (Génesis 25:27, Reina-Valera, 1977; Traducción del Nuevo Mundo; La Biblia al Día). Cierto día en que Jacob preparaba un guisado de lentejas, Esaú llegó cansado y hambriento del campo. “De modo que Esaú le dijo a Jacob: ‘¡Aprisa, por favor, dame un bocado de lo rojo... lo rojo allí, porque estoy cansado!’.” (Génesis 25:30.)
8. ¿Qué proposición sorprendente hizo Jacob a su hermano, y cómo reaccionó Esaú?
8 Entonces Jacob le hizo una proposición poco común a su hermano gemelo, al decir: “¡Véndeme, ante todo, tu derecho de primogénito!” (Génesis 25:31). ¡Pedía la herencia de Esaú a cambio de un plato de guisado! ¿Cree usted que Jacob hubiera tenido mucha esperanza de lograr tal trueque? Parece que pensaba que sí. ¿Por qué? Porque estaba al tanto de las tendencias y del sentido de valores de su hermano. ¿Estaba equivocado Jacob? Esaú, obviamente exagerando su condición física, contestó: “Estoy que me muero. ¿De qué me servirá el derecho de primogenitura?”. (Génesis 25:32, Herder.)
9. ¿Qué contraste existía entre Esaú y su hermano en lo relacionado con la herencia?
9 El trato quedó sellado por un juramento, y Jacob sirvió pan y guisado de lentejas a su hermano. Esaú comió “y luego se marchó”. Entonces, el registro inspirado dice intencionadamente: “No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito” (Génesis 25:33, 34, La Nueva Biblia—Latinoamérica). En contraste, ¡cuánto estimaba Jacob la primogenitura! No estaba procurando propiedades... un campo de entierro y algunos animales. Él quería que la prometida descendencia mesiánica viniera por su linaje. Deseaba la herencia espiritual. (Compárese con Mateo 6:31-33.)
¿Trocaría usted su herencia?
10. a) ¿Qué comentario interesante hizo Pablo respecto a Esaú? b) ¿Qué relación existe entre la fornicación y el que Esaú trocara su primogenitura?
10 Unos 19 siglos después, el apóstol Pablo usó el ejemplo de Esaú para dar advertencia a los cristianos primitivos, al decir: “Sigan tras la paz con todos, [...] mirando cuidadosamente que nadie quede privado de la bondad inmerecida de Dios; [...] que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito”. ¿Por qué relaciona aquí Pablo las acciones de Esaú con un fornicador? Porque el tener la mentalidad de Esaú puede resultar en que no se aprecien las cosas sagradas, lo cual, a su vez, puede resultar en pecados más serios, como la fornicación. (Hebreos 12:14-16.)
11. ¿Qué les ha sucedido a algunos cristianos en tiempos modernos?
11 ¿Se siente usted a veces tentado a trocar su herencia cristiana, la vida eterna, por algo tan efímero como ‘un plato de guisado de lentejas’? ¿Desprecia usted, tal vez sin darse cuenta de ello, las “cosas sagradas”? Por ejemplo, en tiempos recientes algunos cristianos han llegado a ser víctimas de la permisividad moral del día moderno. Parece que tienen el mismo deseo impaciente de Esaú de satisfacer algún vehemente deseo físico. Tal como él dijo a Jacob: “¡Aprisa, por favor, dame un bocado de lo rojo!”, ¿no han dicho ellos, en efecto: ‘¡Aprisa! ¿Por qué esperar por un matrimonio honorable?’. (Génesis 25:30; compárese con Génesis 34:1-4.)
12. a) ¿Cómo es que algunos no han mostrado aprecio por las cosas sagradas? b) Sin embargo, ¿qué actitud han desplegado algunos?
12 Así, ¿qué ha llegado a suceder? El deseo de obtener gratificación sexual a cualquier precio ha llegado a ser su ‘plato de guisado de lentejas’. Como resultado, han despreciado las cosas sagradas, incluso su relación con Jehová Dios y Jesucristo. Han desdeñado la integridad, la fidelidad y la castidad. Han puesto en peligro su herencia. Sin embargo, algunos de ellos se han sentido movidos después a arrepentirse genuinamente, y parece que han vuelto a ganar su buena posición ante Dios. (Compárese con el Salmo 51.)
¿Por qué caen algunos?
13. ¿Qué factores pueden socavar nuestros valores espirituales?
13 ¿Qué causa tienen tales tendencias inmorales? ¿Pudiera ser que estas personas hayan permitido la socavación de sus valores espirituales? Muchos factores pueden afectar insidiosamente nuestra manera de pensar... amigos y parientes que no comparten nuestros principios, hasta personas espiritualmente débiles de la congregación, un ambiente de moral relajada en el empleo, entretenimiento y lectura de carácter dudoso y el procurar indebidamente el amor y el afecto de personas no creyentes. Todas estas cosas pueden conducir a la inmoralidad. ¿Pudiera ser que algunas de estas cosas estén afectando ahora mismo el sentido de valores morales de usted? (2 Corintios 6:14; 2 Tesalonicenses 3:6.)
14. ¿Qué peligro encierran ciertas formas de entretenimiento del día moderno?
14 Por ejemplo, ¿mira usted programas de televisión o películas que excusan o hasta promueven la inmoralidad? Hay que admitir que tales películas pueden ser fascinantes a la carne caída... como un remolino que se traga al que está desprevenido. Pueden afectar sutilmente su manera de pensar. Esto se puede ver claramente en la poderosa influencia que ejercen los homosexuales en el mundo del entretenimiento. Han promovido películas y obras teatrales que justifican la homosexualidad. Como consecuencia, lo que antes se consideraba una perversión sexual, ¡ahora se expresa mediante eufemismos, como “otro posible estilo de vida”! Se ha alcanzado la situación que el apóstol Pablo describió: “Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia”. (Efesios 4:19; 1 Corintios 6:9-11.)
15. ¿Cómo podemos evitar las trampas de la inmoralidad?
15 ¿Cuál es la solución? ¡Manténgase alejado del “bajo sumidero de disolución”! La Biblia aconseja: “Busquen lo que es bueno, y no lo que es malo [...] Odien lo que es malo, y amen lo que es bueno”. Ah, aquí está la verdadera prueba... odiar activamente lo que es malo. (1 Pedro 4:4; Amós 5:14, 15.)
16. ¿Qué norma dio Pablo para los cristianos?
16 Si tenemos la mente de Cristo, ¿no deberíamos tener escrúpulos respecto a la violencia injustificada, el sadismo morboso y la crasa inmoralidad que se presentan en la mayoría del entretenimiento hoy día? Realmente, ¿cuál debería ser nuestra norma? Pablo contesta: “Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas”. (Filipenses 4:8.)
17. a) ¿Qué es la pornografía? b) ¿Cómo han contaminado algunos su mente? c) ¿Cuál es el proceder sabio?
17 No hay duda de que es mejor y más seguro obedecer el mandato del apóstol. Lamentablemente, algunos han ‘continuado considerando’ programas de televisión, películas y literatura pornográficosa. Como resultado, han contaminado su mente y su corazón con inmoralidad y perversiones sexuales. ¡Cuánto mejor hubiera sido el que hubieran aplicado el consejo del apóstol: “Hermanos, no se hagan niñitos en facultades de entendimiento, antes sean pequeñuelos en cuanto a la maldad”! (1 Corintios 14:20.)
¿Cómo podemos aumentar nuestro aprecio?
18. ¿Qué puede servirnos de protección y ayudarnos a apreciar las cosas sagradas?
18 El tener una relación íntima con nuestros padres puede contribuir a que estemos sumamente conscientes del amor y de los principios que ellos despliegan, lo cual hace que haya menos probabilidades de que alguna vez decepcionemos a la familia. Lo mismo aplica en nuestra relación con Jehová. Pero ¿cómo podemos fortalecer esta relación? Por medio de llegar a conocer íntimamente a Dios. El que tengamos un estudio personal profundo de la Palabra de Dios nos ayudará a conocerlo y a amarlo tanto que podremos resistir cualquier tentación. Según lo expresó David en el Salmo 23, siempre sentiremos que nuestro Pastor, Jehová, está con nosotros. ¡Qué tonto sería que cometiéramos un error grave mientras tenemos a este pastor tan cerca de nosotros! (Hebreos 4:13.)
19, 20. a) ¿Qué dos problemas existen respecto al estudio personal? b) ¿Por qué parece que tenemos menos tiempo ahora para efectuar estudio personal?
19 No obstante, hay dos problemas básicos. Primero, para muchos el estudio personal es una carga. Debido a sistemas educativos deficientes, muchas personas hoy día leen con gran dificultad. Para ellas, el estudiar significa esfuerzo. Pero cualquier cosa en la vida que tiene valor permanente requiere esfuerzo. ¿No vale la pena el esforzarse por llegar a conocer a Jehová, el Señor Soberano del universo, nuestro Padre y el Dios de bondad inmerecida? (Mateo 6:9; Santiago 4:8.)
20 El segundo problema es que parece que hay poco tiempo para el estudio personal. Sin embargo, hace unos 30 ó 40 años parecía haber tiempo... tiempo para conversar, leer, escribir cartas, pasear con la familia y meditar. ¿Por qué ha cambiado la situación? Cierta forma de inflación ha afectado nuestro tiempo. En términos reales, un día ya no es de 24 horas. ¿Por qué? Porque cierto “ladrón” ha entrado en muchos hogares y ha robado mucho tiempo valioso. ¿Puede usted identificar a este “ladrón”? Sí, es la televisión, con su influencia paralizadora. Cierto estudio indica que “la familia estadounidense promedio mira la televisión durante 7 horas y 22 minutos cada día”. ¡Esto es casi la tercera parte de un día! Como promedio, ¿cuánto tiempo dedica usted a mirar la televisión cada día? Diariamente, en todo el mundo, se pierden miles de millones de horas valiosas de la vida mientras la gente vegeta enfrente de un aparato de televisión. Es cierto que algunos programas son limpios, entretenidos o educativos. Pero hasta éstos pueden consumir mucho tiempo. El atractivo de la televisión es muy seductor.
21. a) ¿Qué problema podrían tener algunos? b) ¿Cuál cree usted que es la solución?
21 ¿Cómo pueden los cristianos evitar que este “ladrón” les robe? Solo por medio de administrar el tiempo de manera estricta. Limite el tiempo que usted dedica a mirar la televisión. Establezca sus prioridades... la gente y su relación con ella son mucho más importantes que la televisión. Por ejemplo, ¿se resiente usted cuando alguien le visita mientras se está presentando su programa de televisión favorito? ¿Y halla usted que se le hace difícil apagar el televisor aunque el programa sea aburrido o malo? Entonces, usted tiene un problema. (1 Corintios 9:24-27.)
22. ¿Cómo podemos recomprar el tiempo que dedicamos a mirar la televisión, para emplearlo en otros menesteres?
22 ¿Qué pasos prácticos puede dar usted para recuperar esas preciosas horas para el estudio personal y cultivar su relación con otras personas? Tome nota de los programas que son apropiados para un cristiano y mire éstos solamente si no hay nada más importante que hacer. Algunos hasta han tomado una medida más extremada... ¡no tener un televisor en absoluto en el hogar! Éste es un asunto personal. Pero dichas personas ciertamente no se empobrecen espiritualmente debido a no tener un televisor. (Efesios 5:15, 16.)
23, 24. ¿Qué podemos hacer para mostrar verdadero aprecio por nuestra herencia? (Hebreos 11:26.)
23 Entonces, ¿qué podemos hacer si queremos conservar nuestra preciosa herencia y no venderla por un ‘plato de guisado de lentejas’? Tenemos que asegurarnos de las cosas más importantes en la vida cristiana. Es preciso que establezcamos nuestras prioridades y nos apeguemos a éstas. Debemos seguir adelante concienzudamente para recibir el don de la vida eterna, tal como el apóstol Pablo ‘prosiguió hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba’. Como Jacob, tenemos que demostrar aprecio profundo por la herencia. Al igual que Moisés, debemos ‘mirar atentamente hacia el pago del galardón’. (Filipenses 1:9, 10; 3:13, 14; Hebreos 11:24-26.)
24 ¿Cómo podemos desarrollar la motivación para hacer todo esto? Por estudiar diligentemente la Biblia. Póngala en práctica diariamente en su vida. Asista con regularidad a las reuniones cristianas y preste atención cuidadosa mientras esté presente en ellas. Ame lo que es justo y odie lo que es malo. No, no desprecie su herencia para satisfacer algún deseo ardiente de la carne. ¡Su herencia, la vida eterna, vale muchísimo más que cualquier ‘plato de guisado de lentejas’, sea cual sea la forma en que éste se manifieste hoy día! (Hebreos 10:24, 25; 12:12-16.)
[Nota a pie de página]
a La pornografía se define como “obscenidad manifestada en imágenes y palabras deshonestas” (Diccionario razonado de sinónimos y contrarios) que tienen el propósito de excitar sentimientos lascivos. [De la palabra griega pornographos, tratado sobre prostitutas].
¿Recuerda usted?
◻ ¿Qué es la herencia cristiana?
◻ ¿Cómo despreció Esaú su primogenitura?
◻ ¿Qué peligro existe para los cristianos hoy día respecto a su herencia?
◻ ¿De qué maneras diferentes podemos aumentar nuestro aprecio?
[Ilustración en la página 11]
¿Cambiaría usted su herencia por un ‘plato de guisado de lentejas’?