¿Cómo puede usted controlar sus emociones?
HOY día muchos anhelan estimular sus emociones. Buscan excitación al conducir a grandes velocidades, practicar deportes peligrosos, tener relaciones sexuales ilícitas y usar drogas estimulantes. En efecto, el mundo del comercio y del entretenimiento enfatiza la necesidad de tener experiencias emocionantes. Por eso, muchos no toleran la paz y la tranquilidad, piensan que merecen obtener mayor alegría emocional en la vida.
Por supuesto, todos tenemos emociones. Por ejemplo, cuando sonreímos, reímos o lloramos indicamos nuestro estado emocional en ese preciso momento. Pero, ¿sabía usted que las emociones pueden hasta afectar el organismo provocando cambios en la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y la transpiración? Pueden también causar malestares físicos como por ejemplo: dolores de cabeza, trastornos estomacales y problemas con la espalda. Por lo tanto, la gente por lo general busca las emociones placenteras y evita las desagradables. Algunas personas tratan de evadir las desagradables por medio de soñar despiertos, comer y beber en exceso. Por otra parte, un buen estado emocional promueve el bienestar físico. Proverbios 14:30 dice: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne”.
Es interesante el hecho de que la Palabra de Dios menciona toda clase de sentimientos humanos, por ejemplo, amor, odio, gozo, pesar, valor y temor. Quizás usted recuerde que en una ocasión “Jesús cedió a las lágrimas”, mostrando sus emociones por la muerte de un amigo. (Juan 11:35.) José luchó por aguantar las lágrimas “porque se le habían excitado sus emociones internas para con su hermano”, a quien no había visto hacía años. (Génesis 43:30.)
¿Por qué controlar sus emociones?
Puesto que vivimos en “tiempos peligrosos” y somos imperfectos, son más los sentimientos desagradables que afectan nuestra vida que los agradables. (2 Timoteo 3:1-5, Torres Amat.) Es tal como dice la Biblia: “La mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco”. (Eclesiastés 7:7.) Por eso, si no tratamos de controlar las emociones indeseables, podemos perjudicar nuestras relaciones con la familia, compañeros de clase, de trabajo y compañeros cristianos.
Naturalmente, a todos nos afecta emocionalmente lo que la Biblia llama “el tiempo y el suceso imprevisto”. (Eclesiastés 9:11.) Por ejemplo, un matrimonio que servía en el ministerio de tiempo completo descubrió al regresar a su apartamento que le habían robado la mayoría de sus posesiones. Esto los perturbó hasta el punto de sentirse enfermos. Les tomó varios días recobrar el control de sus emociones. Una vez que se recuperaron, continuaron en su obra de “consolar a todos los que están de duelo”. (Isaías 61:2.)
O quizás usted conozca a personas que se dejen excitar emocionalmente viendo telenovelas. Se identifican tanto con los personajes que a menudo lloran por una mera ficción. Considere, también, el caso de una mujer soltera que vive sola. Una noche comenzó a ver una película de horror. A pesar de que estaba “muerta de miedo”, no podía cesar de verla. Más tarde tuvo problemas para quedarse dormida. Finalmente, cuando cayó en un sueño irregular, se puede imaginar con qué soñó: con vampiros y monstruos. El punto es este: somos afectados emocionalmente por lo que sucede a nuestro alrededor. Por lo tanto, ciertamente tenemos que ser selectivos para evitar lo que sea perjudicial o lo que perturbe innecesariamente nuestro equilibrio emocional.
Dé énfasis a las emociones deseables
Por otra parte, la Palabra de Dios recomienda que ‘seamos moderados en los hábitos’, y usemos ‘nuestra facultad de raciocinio’. (Tito 2:2; Romanos 12:1.) Esto no significa que tenemos que refrenarnos hasta el punto de ser apáticos con relación a la vida. Las emociones, controladas apropiadamente, añaden sabor a la vida. La Biblia dice por ejemplo: “No hay nada mejor que el que el hombre se regocije en sus obras”. (Eclesiastés 3:22.)
Por lo tanto, para hacer que la vida sea verdaderamente gozosa, podemos aprender a cultivar las emociones positivas. Estas, más bien que el pensar negativo, pueden ayudarnos a estar “deseosos de hacer el bien”. (Tito 2:14, Versión Popular.) Los sentimientos intensos y sanos fortalecerán nuestra determinación y perseverancia para que podamos alcanzar lo que vale la pena. Por supuesto, los cristianos saben que el éxito que tienen en el servicio de Jehová no se debe puramente a que piensan de manera positiva. Más bien, reconocen la necesidad de confiar plenamente en el espíritu de Jehová para poder enfrentarse al futuro. (Lucas 11:13; Proverbios 19:21.) ¿Cómo, entonces, podemos controlar las emociones, dando énfasis a las que son beneficiosas?
“Dejen de estar en ansiedad y suspenso”
Debido a sus efectos perjudiciales, emociones tales como ira, celos, animosidad y temor deben ser controladas. Para ilustrar cómo podemos hacer esto, considere solo una emoción: la ansiedad.
La fuerza activa de Dios fortaleció en el pasado a sus siervos fieles y diligentes al igual que lo hace hoy día. Llevado por el espíritu santo, Jesús mantuvo un punto de vista positivo mediante el tener un interés intenso en los asuntos espirituales. Animó a sus seguidores a ‘dejar de estar en ansiedad y suspenso’. (Lucas 12:29.) Nunca dudó del cuidado amoroso de su Padre. (Juan 15:9, 10.) Su celo y entusiasmo no fueron obstaculizados por el aburrimiento y la frustración. De igual manera, si usted desea controlar la ansiedad excesiva, mantenga la mente ocupada con cosas ‘dignas de alabanza’. (Filipenses 4:8.) Sí, el confiar en Jehová puede disipar pensamientos negativos.
Por ejemplo, una joven incapacitada de São Paulo, Brasil, se preocupaba por su falta de habilidades y por su futuro. Ella cuidaba a los niños más pequeños de la familia mientras sus padres trabajaban. Sintiéndose inútil, escribió: “Temo que voy a terminar perdiendo la razón, haciendo algo tonto. Hasta he pensado en el suicidio. Me parece que nunca podré casarme”. Después de recibir una carta en la que se le instaba a aumentar su estudio de la Biblia, ella escribió: “Empecé a sentir que por fin alguien estaba interesado en analizar mis problemas. Ustedes me han mostrado lo vital que es vivir en el nuevo sistema de Jehová”. Por lo tanto, en vez de simplemente preocuparse, ¿por qué no ponerse metas definitivas, especialmente espirituales, tales como hacer más en la obra de esparcir las buenas nuevas del Reino o dedicar más tiempo a estudiar la Palabra de Dios?
Es cierto que se puede obtener algún alivio temporal mediante descansar, salir a dar una caminata, cambiar de rutina o de ambiente, o escuchar música suave. Sin embargo, quizás nos inclinemos al pensar negativo y a tener ansiedad, dependiendo de las cosas que se nos hayan enseñado o que hayamos experimentado. Por esta razón, la capacidad intelectual y la fuerza de voluntad no son suficientes para producir paz mental o conducirlo a uno al favor de Dios. Tenemos que aprender a ‘echar sobre Jehová todas nuestras inquietudes’. Podemos hacer eso ‘porque él se interesa en nosotros’. (1 Pedro 5:7.)
El interés personal que Dios tiene en usted
El Creador no tenía el propósito de que todos fuéramos iguales ni que reaccionáramos de la misma manera. En la Biblia, él proveyó principios guiadores que son adecuados y suficientes para todos. También nos dio ejemplos vívidos de la manera en que ha mostrado interés personal en el bienestar de sus siervos. “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón [...] Son muchas las calamidades del justo, pero de todas ellas lo libra Jehová.” (Salmo 34:18, 19.) De hecho, Jehová está al tanto de nuestras emociones más recónditas, aun de nuestras inquietudes y lágrimas. Salmo 56:8 lo expresa de esta manera: “Pon mis lágrimas, sí, en tu odre. ¿No están en tu libro?”. Por lo tanto, cuando estamos en gran necesidad, aun ‘afligidos y pobres’, Jehová puede ser nuestro “auxilio y el Proveedor de escape”. (Salmo 40:17.) ¿Pero qué se requiere de parte de uno para recibir esta ayuda?
El aprecio por las excelentes cualidades de Dios, sus “tiernas misericordias”, nos ayuda a evitar concentrarnos indebidamente en nosotros mismos. (2 Corintios 1:3, 4.) No podemos de manera egocéntrica obedecer ciegamente nuestras emociones, porque el corazón humano puede ser “traicionero” y llevarnos a cometer acciones imprudentes, incluso tener relaciones inmorales. (Jeremías 17:9.) Por ejemplo, una latinoamericana casada llegó a sentirse atraída a un hombre que vivía al lado de su casa. Motivada por sus emociones, buscó justificación a su deseo por “ayudarlo”. Afortunadamente, buscó consejo espiritual de cristianos maduros. Con un mayor aprecio por las cualidades de Dios, puso fin a esta relación. Ahora ella dice con alegría: “Se salvó mi matrimonio”. Ciertamente, todos hacemos bien en cultivar el deseo de ser enseñados por Jehová y acercarnos más a él. (Salmo 19:7-11.)
La fe fuerte, es decir, anticipación y esperanza seguras, contribuye a que se tenga una actitud positiva, mientras que lo desconocido estimula la ansiedad y el temor. (Hebreos 11:6.) En realidad, el pensar negativo o las dudas pueden hacer que fallemos donde pudiéramos haber tenido éxito. La falta de fe indica la necesidad que hay de que se desarrolle mayor confianza en la capacidad de Dios para actuar. (1 Juan 5:10.) ¡Cuán vital es, entonces, confiar en Dios, orando a menudo para que nos ayude a controlar nuestras emociones! (Santiago 1:5.)
El autodominio y la sensatez, también, son cualidades que tenemos que cultivar para poder promover relaciones placenteras con otros. “Un hombre de discernimiento es sereno de espíritu”, controla sus emociones. (Proverbios 17:27.) Aparte de esto, el apóstol Pablo escribió: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes”, contribuyendo así a una vida de orden y paz. (Filipenses 4:5.)
El amor por otros promueve sentimientos muy deleitables, el tener el deseo de animar a otros y hacerlos sentir cómodos. “En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera.” “Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor.” (Romanos 12:10; 1 Corintios 13:4, 5, Versión Popular.)
Si usted continúa cultivando estas cualidades, puede estar seguro de que tendrá la ayuda de Jehová. Como Pablo escribió: “La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. (Filipenses 4:7.)
¿Qué desea hacer usted?
Aunque cada uno de nosotros quizás reconozca que tiene que controlar ciertas emociones a mayor grado, podemos confiar en que el progreso y la felicidad están a nuestro alcance. Con ese fin, debemos esforzarnos mucho por cuidar de no soñar despiertos ni tampoco ceder a emociones fuera de control, como por ejemplo: el preocuparnos innecesariamente. Más bien, esforcémonos por cultivar emociones positivas y sanas para así estar en paz con nosotros mismos, con nuestros asociados y con Dios.
Sí, vale la pena determinarse a hacer eso, esperando con anhelo el día en que Jehová ‘satisfará el deseo de toda cosa viviente’. (Salmo 145:16.) Por lo tanto, esfuércese constantemente por llegar a disfrutar de la vida en el nuevo sistema de cosas pacífico de Dios. El hacer eso contribuirá a su felicidad ahora, lo cual es una emoción muy deseable.