Conserve su fe y su salud espiritual
“Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables que oíste de mí con la fe y el amor que hay en relación con Cristo Jesús.” (2 TIMOTEO 1:13.)
1. ¿Por qué es necesario conservar la buena salud física como algo valioso?
LA BUENA salud física es algo preciado. Si somos personas saludables, podemos realizar muchas cosas y disfrutar más de la vida. Pero cuando padecemos alguna enfermedad crónica o somos enfermizos, la vida es mucho más difícil. Por supuesto, es necesario conservar la buena salud. Muchas personas descuidan su salud o hacen cosas que les causan enfermedades. Sin embargo, las que se cuidan tienen generalmente buen grado de salud y vigor durante la mayor parte de su vida.
2. a) ¿Por qué es la salud espiritual más valiosa que la salud física? b) ¿Qué se requiere para permanecer saludable en la fe?
2 La salud espiritual es mucho más importante que la salud física. La salud física de grado óptimo no puede traer el don divino de la vida eterna. La buena salud espiritual es producto de la adoración limpia y la fe basada en conocimiento exacto. (Juan 17:3; Hebreos 11:6; Santiago 1:27.) El apóstol Pablo dijo: “Que los hombres de edad sean moderados en los hábitos, serios, de juicio sano, saludables en fe, en amor, en aguante”. (Tito 2:2.) Cualquiera que desee ser saludable en la fe tiene que esforzarse diligentemente y mantenerse en guardia de continuo. Las amenazas contra la buena salud espiritual pueden provenir de nuestro interior o de fuentes externas. Tenemos que estar en guardia contra esas amenazas para que podamos conservar la fe y la salud espiritual en este mundo enfermo.
¿Cuán enfermo está este mundo?
3, 4. ¿Cómo se refleja en este mundo y en las acciones de la gente la enfermedad moral?
3 No hay duda de que el mundo está muy enfermo en sentido moral. Vemos una enfermedad mortífera en todos los “órganos” de este mundo: sus religiones, sus sistemas políticos, sus instituciones comerciales, su entretenimiento. Pocas personas respetan a Dios y a las leyes que él ha dado para el bienestar de la humanidad. Y como muestra la historia, la decadencia moral lleva siempre a que aumenten las enfermedades y los problemas físicos. Es irónico que la mayoría de la gente no quiera hacer nada para curar esta condición moral enferma porque ama las cosas que la causan.
4 ¡Qué enfermo está este mundo! Al ir tras experiencias emocionantes o al tratar de escapar de la realidad, muchas personas han arruinado su vida mediante las bebidas alcohólicas y el abuso de las drogas. Hay violencia por todas partes, se tiene en poco la vida, y las cárceles están atestadas de delincuentes y criminales. En muchos países la mitad de todos los matrimonios terminan en divorcio. Los hijos que no tienen la debida supervisión de los padres se convierten en delincuentes a medida que crecen. Debido a la desenfrenada inmoralidad sexual, se esparcen rápidamente el SIDA y otras enfermedades que se transmiten mediante las relaciones sexuales.
5. ¿Cómo describió Isaías las condiciones de la antigua Judá?
5 Dios pudiera decir acerca de este mundo enfermo lo que dijo respecto a la Judá desobediente por medio de Isaías: “¡Ay de la nación pecadora, el pueblo cargado de error, descendencia malhechora, hijos ruinosos! Han dejado a Jehová, han tratado con falta de respeto al Santo de Israel, se han vuelto hacia atrás. ¿En qué otra parte se los golpeará aún más, puesto que añaden más sublevación? Toda la cabeza está en condición enferma, y todo el corazón está endeble. Desde la planta del pie hasta la cabeza misma no hay en él lugar sano”. (Isaías 1:4-6.)
6. En la antigua Judá y en nuestros días, ¿cómo ha respondido la gente al llamamiento de Jehová para aprender a hacer lo bueno?
6 Casi nadie en Judá prestó atención al llamamiento de Jehová para que se arrepintieran y ‘aprendieran a hacer lo bueno’. (Isaías 1:16-20.) Esto con el tiempo causó la destrucción de Jerusalén y el que los judíos fueran llevados cautivos a Babilonia. Solo unos cuantos fieles experimentaron la bendición y protección de Dios en medio de la enferma nación. De igual manera hoy día, en este mundo que está enfermo desde la cabeza hasta los pies, solo unos cuantos desean aprender a hacer lo bueno. Estos siervos fieles de Jehová se esfuerzan diligentemente por conservar la fe y la salud espiritual ahora, con la esperanza de alcanzar salud física perfecta y vida eterna en el nuevo mundo que Dios ha prometido. (2 Pedro 3:13; Revelación 21:1-4.)
Peligros espirituales en este mundo enfermo
7. a) ¿Qué peligros amenazan nuestra fe y nuestra salud espiritual? b) ¿Qué dicen las Escrituras acerca de hacer frente a los tres elementos principales que ponen en peligro la salud espiritual?
7 El conservar la fe y la salud espiritual es un desafío porque la enfermedad moral de este mundo es muy contagiosa. Los cristianos tienen también que luchar contra su propia imperfección heredada. (Romanos 7:21-25.) Además, Satanás, “el gobernante del mundo”, conoce las debilidades de la carne y es experto en la tentación. (Juan 14:30; 1 Juan 5:19.) Estos tres peligros principales que amenazan la fe y la salud espiritual —la carne, el mundo y el Diablo— son tremendos. Pero es posible ‘no ser parte del mundo’, aunque vivamos en él. Podemos ‘seguir andando por el espíritu de Dios y no llevar a cabo ningún deseo carnal’. Y con la ayuda de Dios podemos “estar firmes contra las maquinaciones del Diablo”. (Juan 17:15, 16; Gálatas 5:16; Efesios 6:11; 2 Corintios 2:11.) Pero consideremos ahora cómo podemos hacer frente a esos tres elementos principales que ponen en peligro la fe y la salud espiritual.
8. ¿Cómo describe Jesús las fuerzas dentro de nosotros que obran contra la salud espiritual?
8 Como parte de nuestra naturaleza humana imperfecta, hay fuerzas que pueden llevarnos al pecado y que pueden enfermarnos en sentido espiritual. (Santiago 1:14, 15.) Esto es así particularmente dentro del corazón figurativo. Jesús dijo: “De dentro, del corazón de los hombres, proceden razonamientos perjudiciales: fornicaciones, hurtos, asesinatos, adulterios, codicias, actos de iniquidad, engaño, conducta relajada, ojo envidioso, blasfemia, altanería, irracionalidad. Todas estas cosas inicuas proceden de dentro y contaminan al hombre”. (Marcos 7:21-23.)
9. a) ¿Qué deseos están arraigados en el corazón figurativo? b) Según Proverbios 4:20-23, ¿cómo podemos salvaguardar el corazón?
9 Aunque el corazón es la fuente de deseos malos, en el caso de las personas piadosas es también el centro de la reverencia a Jehová y el amor a lo que es correcto. (Mateo 22:37; Efesios 4:20-24.) El que el bien o el mal prevalezca en nuestro caso depende de lo que introducimos en el corazón. La Palabra de Dios aconseja: “Hijo mío, de veras presta atención a mis palabras. A mis dichos inclina tu oído. No se escapen de tus ojos. Guárdalos en medio de tu corazón. Porque son vida a los que los hallan y salud a toda su carne. Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida”. (Proverbios 4:20-23.)
10. ¿Cómo son afectados nuestros deseos y emociones por nuestras debilidades carnales?
10 Nuestras debilidades carnales afectan nuestras emociones y deseos. ¿A quién no atormentan de vez en cuando el desánimo, la impaciencia, el ofenderse? Si corregimos con prontitud estas tendencias carnales, podremos conservar nuestra salud espiritual. Pero el orgullo y la ambición pueden arraigarse rápidamente en el corazón. La avidez y el deseo de placeres en exceso y diversiones estrepitosas pueden asumir la dirección de nuestra vida. Y el deseo sexual, aunque es natural debido a la manera como Dios nos hizo, puede llevarnos sutilmente por mal camino. Para evitar que esa enfermedad espiritual se desarrolle dentro de nosotros, tenemos que cultivar los frutos del espíritu de Dios en nuestra vida todos los días, a la vez que nos educamos para ‘aborrecer lo que es inicuo’ y ‘adherirnos a lo que es bueno’. (Romanos 12:9; Gálatas 5:22, 23.)
Fuentes externas de enfermedad espiritual
11. a) ¿Qué actitudes y acciones mundanas son muy contagiosas? b) Según Jesús, ¿en qué sentido debemos prestar atención al corazón?
11 La contaminación espiritual puede provenir de fuentes externas. Podemos contagiarnos de los que están muertos en sentido espiritual. (Efesios 2:1-3.) Si somos muy allegados a ellos, pueden pegársenos sus actitudes y estilos de vida. Las cosas más importantes en la vida de la gente de este mundo son: adelantar en el trabajo seglar, tener dinero, poseer lo mejor en sentido material y divertirse. Pero el anhelar esas cosas es muy contagioso, y aunque estemos expuestos a ellas a grado limitado, esto puede hacernos perezosos en sentido espiritual. Jesús advirtió: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra”. (Lucas 21:34, 35.)
12. ¿Cómo pueden ser peligrosas para la salud espiritual las ideas y enseñanzas erróneas?
12 También las ideas y enseñanzas erróneas de este mundo pueden infectarnos. Pablo advirtió: “Habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos”. (2 Timoteo 4:3, 4.) Las enseñanzas falsas son como la gangrena. (2 Timoteo 2:16, 17.) Cuando empieza a desarrollarse, una porción de la carne muere porque se ha interrumpido el flujo de sangre dadora de vida a esa parte del cuerpo.
13. Si la enfermedad espiritual ha empezado a desarrollarse como la gangrena, ¿qué se debe hacer?
13 ¡Qué rápido se esparce la gangrena! Para evitar la muerte, el médico quizás tenga que amputar cierta parte del cuerpo. Por eso, si tiene dudas, quejas o ideas apóstatas que lo ponen en peligro de contaminarse en sentido espiritual, ¡extírpelas rápidamente! (Compárese con Mateo 5:29, 30.) Busque la ayuda de los ancianos de la congregación. No llegue a ser como aquellos de quienes Pablo dijo que estaban ‘mentalmente enfermos sobre cuestiones y debates acerca de palabras’ porque ‘no se avenían a palabras saludables’. (1 Timoteo 6:3, 4.)
14. ¿Qué pudiera ser necesario que los ancianos hicieran para proteger la salud espiritual de la congregación?
14 Para proteger la salud espiritual de la congregación los ancianos tienen que “exhortar por la enseñanza que es saludable y también censurar a los que contradicen”. (Tito 1:9, 13, 16; 2:1.) Tal vez a esas personas se les pueda restablecer a una condición saludable en sentido espiritual. (2 Timoteo 2:23-26.) Pero ¿qué hay si fomentan alguna enseñanza falsa y no se arrepienten de ello? Entonces, en efecto, hay que ponerlas en cuarentena. Se les expulsa, y nos mantenemos alejados de ellas para no contagiarnos de su contaminación espiritual. (Romanos 16:17, 18; 1 Corintios 5:9-13; Tito 3:9-11.)
15. Al tratar de socavar la salud espiritual del pueblo de Dios, ¿qué dos métodos principales ha usado el Diablo?
15 La tercera fuente de peligro para la fe y la salud espiritual es el Diablo. (Efesios 6:11, 12.) Hasta nuestros mismos días, él ha tratado de debilitar la fe del pueblo de Jehová mediante la persecución, que ha incluido ataques de chusmas, golpizas, encarcelamientos y amenazas de muerte. (Revelación 2:10.) Puesto que Satanás rara vez logra quebrantar la integridad de algún siervo de Dios mediante esas tácticas, se esfuerza por derribar a algunos mediante las atracciones de este mundo, del cual él es el dios. (2 Corintios 4:4; 11:3, 14.)
16. ¿Qué medidas defensivas debemos tomar para resistir los ataques del Diablo contra nuestra fe y nuestra salud espiritual?
16 ¿Cómo podemos resistir los ataques del Diablo? Poniéndonos toda la armadura espiritual que proviene de Dios. Especialmente tenemos que ‘tomar el escudo grande de la fe, con el cual podremos apagar todos los proyectiles encendidos’ que Satanás lance contra nosotros. También tenemos que orar en armonía con estas palabras de Jesús: “No nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo”. (Efesios 6:11-18; Mateo 6:13.) Si oramos así y obramos de acuerdo con nuestras oraciones, podemos confiar en que nuestro Padre celestial nos ayudará a apagar todos los proyectiles ardientes de Satanás.
Permanezca saludable en la fe
17. Para conservar la salud espiritual, ¿cuán importante es tomar “alimento al tiempo apropiado” y participar con regularidad en las actividades cristianas?
17 La prevención es un factor importante para conservar la buena salud física. El alimento nutritivo, el ejercicio apropiado y el cuidado general de la mente y el cuerpo son vitales. Los medios naturales de defensa contra las enfermedades son más fuertes en un cuerpo saludable. De igual manera, para conservar la salud espiritual, es vital seguir el régimen alimentario que Dios manda y apreciar el nutritivo “alimento [espiritual] al tiempo apropiado” que él provee mediante “el esclavo fiel y discreto”. A la vez que rechazamos los comestibles de este mundo que no son nutritivos en sentido espiritual, tenemos que estudiar la Biblia y las publicaciones cristianas y reunirnos regularmente con el pueblo de Dios. (Mateo 24:45-47; Hebreos 10:24, 25.) También necesitamos el ejercicio que resulta de ‘siempre tener mucho que hacer en la obra del Señor’ en el ministerio y en otras actividades cristianas. (1 Corintios 15:58.)
18. ¿Qué es “el modelo de palabras saludables”, y por qué tenemos que mantenerlo en el corazón y la mente?
18 Para permanecer saludable en la fe, utilice plenamente las provisiones espirituales de Dios. Como dijo Pablo a Timoteo: “Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables que oíste de mí con la fe y el amor que hay en relación con Cristo Jesús. Este excelente depósito a tu cuidado, guárdalo mediante el espíritu santo que mora en nosotros”. (2 Timoteo 1:13, 14.) Cada idioma tiene un modelo de palabras. De manera similar, el “lenguaje puro” de la verdad bíblica tiene un modelo que se basa principalmente en el tema de la vindicación de Jehová mediante el Reino. (Sofonías 3:9.) Tenemos que mantener este modelo de palabras saludables en el corazón y la mente para que podamos conservar la fe y la salud espiritual. De otro modo, decaerá la importancia que tiene para nosotros. Es patente que esto ocurrió en la congregación de Corinto, donde algunos eran “débiles y enfermizos” porque carecían de comprensión espiritual. (1 Corintios 11:29-32.)
19. a) Si en su caso se ha desarrollado una enfermedad espiritual, ¿qué debe hacer? b) ¿Qué pueden hacer los ancianos si alguien está enfermo en sentido espiritual?
19 ¿Qué debe hacer usted si en su caso se ha desarrollado una enfermedad espiritual? Definitivamente necesita ayuda amorosa, y la tiene a su alcance, pues Santiago dice: “¿Hay alguno enfermo entre ustedes? Que llame a sí a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él, untándolo con aceite en el nombre de Jehová”. (Santiago 5:14.) Sí, acuda a los ancianos. Como médicos espirituales, ellos pueden ayudarlo a llegar a la raíz de la enfermedad espiritual. Lo frotarán suave pero eficazmente con el aceite curativo de la Palabra de Dios. Si usted ha cometido pecados pero está arrepentido, tenga la seguridad de que Jehová sin duda lo perdonará. (Salmo 103:8-14.) Mientras los ancianos oran con usted y por usted, ¿qué puede esperar? Santiago contesta: “La oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si hubiera cometido pecados, se le perdonará”. (Santiago 5:15.)
La salud espiritual lleva a vida eterna
20. a) ¿Qué consejo dio el cuerpo gobernante del primer siglo para conservar la salud espiritual? b) ¿Qué puede ayudarnos mientras esperamos las bendiciones del nuevo mundo?
20 “¡Buena salud a ustedes!” Con estas palabras el cuerpo gobernante del pueblo de Jehová del primer siglo concluyó su carta sobre las “cosas necesarias” que se requerían de los cristianos. Estos habían de ‘seguir absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación’. (Hechos 15:28, 29.) Esa receta para la buena salud espiritual no ha caducado. Y mientras esperamos las bendiciones del nuevo mundo, podemos conservar nuestra fe y nuestra salud espiritual si seguimos predicando con celo las buenas nuevas del Reino y defendiendo el nombre de Jehová en este mundo enfermo. El mantenernos ocupados de este modo impedirá que nos impacientemos por recibir las bendiciones del nuevo mundo que tan cerca está. Es cierto que “la expectación pospuesta enferma el corazón, pero la cosa deseada es árbol de vida cuando sí viene”. (Proverbios 13:12.)
21. ¿Qué bendiciones están reservadas para los que logran conservar su fe y su salud espiritual en este mundo enfermo?
21 No se pierda las magníficas bendiciones que Jehová tiene reservadas para los que lo aman. No habrán sido en vano todos los esfuerzos que haya hecho por resistir las influencias mundanas, luchar contra sus debilidades carnales y desviar los proyectiles encendidos del Diablo. En el nuevo mundo que Jehová ha prometido, usted podrá ser testigo ocular del tiempo en que “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. (Isaías 33:24.) Esto se hará realidad debido a la provisión de Dios mediante el sacrificio de rescate de Jesucristo, aquel que “tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias”. (Mateo 8:17; Isaías 53:4.) Usted podrá beber del simbólico “río de agua de vida” y comer de los “árboles de vida” que tienen hojas “para la curación de las naciones”. (Revelación 22:1, 2.) Su recompensa por conservar su fe y su salud espiritual en este mundo enfermo será vida sin fin en perfección y felicidad.
¿Recuerda usted?
◻ ¿Por qué es más importante ser saludable en la fe que tener buena salud física?
◻ ¿Cuáles son los tres peligros principales que amenazan la fe y la salud espiritual?
◻ ¿Qué relación hay entre la buena salud espiritual y el corazón figurativo?
◻ Si uno está enfermo en sentido espiritual, ¿qué debe hacer?
[Fotografías en la página 16]
Podemos tener fe firme y buena salud espiritual hasta en medio de un mundo enfermo
[Fotografías en la página 18]
La buena salud espiritual depende de que participemos con celo en la actividad cristiana y tomemos con regularidad el alimento espiritual que se provee al tiempo apropiado