Siervos jóvenes de tiempos bíblicos
LA Biblia menciona a muchos jóvenes de estimables cualidades que tomaron en serio su servicio a Dios y fueron muy bendecidos por ello. Seamos jóvenes o gente de edad avanzada y canosa, esos excelentes ejemplos bíblicos pueden estimularnos muchísimo.
José tenía solo 17 años de edad cuando fue vendido como esclavo y llevado a Egipto. Allí, lejos de su familia y de los que lo conocían, demostró su integridad. Cuando la esposa de Potifar trató de seducirlo, dijo: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”. Aun frente al gran Faraón, el rey más poderoso de sus días, José aprovechó la oportunidad para honrar a Dios por permitirle interpretar los sueños de Faraón. José recibió muchas bendiciones. Dios lo utilizó para salvar de la muerte por hambre tanto a los egipcios como a su propia familia, y para hacer bajar desde donde estaban a Egipto a su padre Jacob y su familia. (Génesis 37:2; 39:7-9; 41:15, 16, 32.)
Moisés y otros, fieles en la juventud
Aunque la hija de Faraón tomó a Moisés como hijo propio, los padres de Moisés pudieron enseñarle acerca del Dios verdadero. La Biblia dice que Moisés ya crecido “rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado”. Dios utilizó a Moisés para liberar de Egipto a su pueblo, dar mediante él la Ley en Sinaí y escribir una parte importante de la Biblia. Prescindiendo de la edad suya, ¿está usted cada vez más resuelto a servir a Dios como lo hizo Moisés? (Hebreos 11:23-29; Éxodo 2:1-10.)
Las Escrituras nos hablan de “los pequeñuelos” que escuchaban junto con el resto de la nación cuando la Ley de Dios se leía a Israel. (Deuteronomio 31:10-13.) “Todos los de suficiente inteligencia como para escuchar” estuvieron de pie “desde el amanecer hasta el mediodía” para oír la Ley en los días de Nehemías. (Nehemías 8:1-8.) Aunque los pequeñuelos no pudieran entenderlo todo, podrían comprender que tenían que amar, adorar y obedecer a Jehová Dios. Sea cual sea su edad, ¿presta atención usted a lo que se enseña de la Palabra de Dios en las asambleas? ¿Ha aprendido que es importante obedecer a Jehová, como lo hicieron aquellos jóvenes israelitas?
David, Josías y Jeremías
Dios escogió a David —el más joven de ocho hermanos— para un servicio especial, y dijo de él: “He hallado a David, hijo de Jesé, varón agradable a mi corazón, que hará todas las cosas que yo deseo”. Dios lo escogió para que fuera “pastor” de su pueblo, y por muchos años David desempeñó aquel servicio mientras demostró su amor a Jehová. Escribió más de 70 de los Salmos y fue antepasado de Jesucristo. Sea usted joven o de edad avanzada, ¿aprecia los caminos de Dios, y cumple con Sus deseos, como lo hizo David? (Hechos 13:22; Salmo 78:70, 71; 1 Samuel 16:10, 11; Lucas 3:23, 31.)
Josías empezó a reinar cuando tenía solo ocho años de edad. Como a los 15 años, “siendo todavía muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su antepasado”. Antes de cumplir 20 años, Josías emprendió una campaña contra la adoración falsa. Más tarde ordenó que se reparara el templo, y restauró la adoración pura en su país. Leemos: “Durante todos los días de él, no se desviaron de seguir a Jehová el Dios de sus antepasados”. No toda persona puede ser rey como Josías, pero sí podemos servir a Dios y mantenernos firmes contra la adoración falsa, sin importar nuestra edad. (2 Crónicas 34:3, 8, 33.)
El Dios todopoderoso le dijo a Jeremías: “Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. Jeremías presentó la objeción de que era demasiado joven para ser profeta: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Mira que realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho”. Jehová respondió: “No digas: ‘Solo soy un muchacho’. Antes bien, a todos aquellos a quienes te envíe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes hablar”. Por más de 40 años Jeremías hizo precisamente así, y aun cuando quiso darse por vencido, no pudo hacerlo. La palabra de Dios “resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en [sus] huesos”. ¡Tenía que hablar! Prescindiendo de su edad, ¿está usted desarrollando la clase de fe que tuvo Jeremías y progresando en el servicio a Dios como lo hizo él? (Jeremías 1:4-8; 20:9.)
Daniel, Jesús y Timoteo
¿No ha oído usted acaso acerca de Daniel? Puede que Daniel haya tenido menos de 20 años de edad cuando, con otros “niños”, fue llevado cautivo a la corte del poderoso Nabucodonosor, rey de Babilonia. Aunque joven, Daniel estaba resuelto a obedecer a Dios. Él y sus compañeros rehusaron contaminarse con alimentos que quizás violaban la Ley de Dios o habían sido profanados por ritos paganos. Por más de 80 años Daniel se mantuvo firme en su integridad; desplegó fidelidad hasta el punto de no obedecer la orden de que dejara de orar a Dios, aunque esto resultaría en que lo echaran a los leones. ¿Considera usted con seriedad como esa su servicio a Dios y sus oraciones? Así debería ser. (Daniel 1:3, 4, 8; 6:10, 16, 22.)
Cuando Jesús tenía 12 años de edad se le halló sentado en medio de los maestros religiosos en el templo de Jerusalén, “escuchándoles e interrogándolos. Pero todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas”. ¿Se habría interesado usted, como Jesús, en tener una conversación bíblica con hombres mayores en el templo? ¿Habrían quedado asombrados algunos por su entendimiento y sus respuestas? Hoy muchos Testigos jóvenes que estudian, escuchan cuidadosamente y participan en las reuniones cristianas poseen un conocimiento bíblico que sorprende a personas mayores. (Lucas 2:42, 46, 47.)
¿Es usted como Timoteo, quien desde la infancia recibió instrucción de “los santos escritos”? En por lo menos dos congregaciones “los hermanos [...] daban buenos informes acerca de” Timoteo cuando era joven. El apóstol Pablo lo escogió como su compañero de viaje, no para que fuera un simple sirviente, sino para que le ayudara en la obra de instruir a otros. ¿Lo escogerían a usted para privilegios como esos? ¿Se dan “buenos informes” de su actividad no solo en su propia congregación, sino también en otras? (2 Timoteo 3:15; Hechos 16:1-4.)
¿Qué clase de futuro desea usted?
¿Pueden los jóvenes de hoy ser tan fieles como lo fueron José, Moisés, David y otros? Sí; pueden serlo. Es cierto que a muchos jóvenes solo les interesa divertirse. Pero hay otros que están usando su juventud sabiamente, esforzándose por conocer a Dios y su voluntad para ellos. En estos se cumple la profecía bíblica: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. [...] Tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío”. (Salmo 110:3.)
Esos jóvenes que manifiestan excelentes cualidades muestran una sabiduría que va más allá de su edad, pues Dios puede ayudarles a tener éxito en la vida actual, así como darles un glorioso futuro en el nuevo mundo venidero. (1 Timoteo 4:8.) Pero ¿cómo puede un joven hoy desarrollar una fe como la de los jóvenes mencionados en la Biblia? Si quiere saberlo, le invitamos a leer el artículo de la página 10 de esta revista: “Jóvenes felices en el servicio de Jehová”.
[Ilustración en la página 7]
En Israel hasta los pequeñuelos escuchaban cuando se leía la Ley de Dios. ¿Lo hace usted?
[Ilustraciones en la página 5]
La riqueza de Egipto no sedujo al joven Moisés
El joven David fue agradable al corazón de Jehová
[Ilustraciones en la página 6]
Aunque Jeremías se consideraba ‘solo un muchacho’, predicó con valor un mensaje impopular
A los 12 años Jesús asombró a sus mayores por su entendimiento de la Palabra de Dios