Una mirada a más allá de la “paz y seguridad” de hechura humana
En realidad los humanos nunca podrán traer paz verdadera ni duradera. ¿Por qué no? Porque no son los verdaderos violadores de la paz, aunque comparten la culpa por su historia manchada de sangre. El verdadero violador de la paz es más poderoso que el hombre. Es nada menos que Satanás el Diablo, de quien la Biblia dice que está “extraviando a toda la tierra habitada”. (Revelación 12:9.)
LA Biblia dice: “El mundo entero yace en el poder del inicuo [Satanás]”. (1 Juan 5:19.) Por eso, para alcanzar paz verdadera y seguridad duradera es necesario que Satanás sea eliminado junto con el sistema mundial que él ha establecido y que obviamente domina. (Compárese con Isaías 48:22; Romanos 16:20.) Humanos no pueden lograr eso.
Entonces, ¿cómo se puede alcanzar paz y seguridad? Mediante el poder de Aquel que es infinitamente más poderoso que Satanás. El Dios Todopoderoso ha fijado un tiempo para poner fin a la actividad de Satanás entre la humanidad. Cuando llegue ese tiempo, “destrucción repentina” vendrá sobre el mundo que yace en el poder de Satanás. (1 Tesalonicenses 5:3-7.) Todas las pruebas nos llevan a la conclusión de que eso sucederá pronto.
¡Paz y seguridad ahora!
Sin embargo, ¿qué hay de la actualidad? Podemos disfrutar de una medida de verdadera paz y seguridad aun hoy. ¿Cómo? No por medio de inmiscuirnos en los asuntos políticos de este mundo, como muchos líderes religiosos lo han hecho, sino al obedecer los mandatos y consejos de Dios.
¿Realmente produce paz hacer eso? ¡Claro que sí! Por ejemplo, los testigos de Jehová han hecho la prueba y han hallado que en verdad se puede disfrutar de paz genuina y de una medida de seguridad. El obedecer los mandatos divinos como se revelan en la Biblia les ha permitido reunirse en paz verdadera como una organización internacional, prescindiendo de su raza, nacionalidad o lenguaje. (Salmo 133:1.)
En obediencia a la ley divina, simbólicamente ‘han batido sus espadas en rejas de arado y no aprenden más la guerra’. (Isaías 2:2-4.) Se sienten seguros en el amor de Dios y confían en que sus hermanos espirituales se interesan en ellos. (Romanos 8:28, 35-39; Filipenses 4:7.) Si usted duda que eso sea verdad, lo invitamos a visitar a los Testigos en uno de sus Salones del Reino para que usted mismo se cerciore de ello.
Paz y seguridad mundial
No obstante, ese no es el cumplimiento final de la promesa bíblica de verdadera paz y seguridad. ¡De ninguna manera! Es solo una muestra por anticipado de cómo sería este mundo si todos obedecieran las leyes divinas. Pero lo que esto anuncia será una realidad dentro de poco.
El apóstol Pablo dijo: “Cuando los hombres [que no sirven a Dios] estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’ [al creer que por fin han traído paz y seguridad por su propia cuenta], entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. (1 Tesalonicenses 5:3.) Dios determinará cuándo Satanás habrá llegado al fin del tiempo que tiene para extraviar a la humanidad. Entonces se le quitará de la escena junto con el corrupto sistema mundial bajo su poder. En ese tiempo se cumplirá esta profecía de Daniel: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. (Daniel 2:44.)
¿Será ese un acto injusto de Dios? De ninguna manera. La destrucción repentina vendrá solo sobre los que la merecen según el juicio divino, según las normas de Dios. ¿Confía usted en que el Creador decidirá eso con justicia? ¡Ciertamente podemos dejar el asunto en sus manos con toda confianza! ¿Y qué resultado tendrá su juicio? El proverbio dice: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra”. (Proverbios 2:21, 22.) ¿Se lamentará alguien porque se elimine a los inicuos?
Cuando se elimine a los violadores de la paz, toda la humanidad disfrutará de verdadera paz y seguridad bajo la gobernación benéfica del Reino de Dios. “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isaías 11:9.) ¿Cree usted en esa promesa bíblica? ¿Confía en que estas condiciones serán una realidad pronto? Si tiene alguna duda al respecto, lo animamos a examinar más a fondo este asunto. En realidad, la meta anhelada, la verdadera paz y seguridad, le vendrá al hombre cuando sea establecida a la manera de Dios.
[Fotografías en la página 8]
El pueblo de Jehová disfruta de verdadera paz y de una buena medida de seguridad hoy