Que nadie eche a perder nuestros hábitos útiles
“No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.” (1 CORINTIOS 15:33.)
1, 2. a) ¿Qué sentimientos abrigaba Pablo con respecto a los cristianos de Corinto, y por qué? b) ¿Qué consejo en particular vamos a examinar?
¡QUÉ emoción tan intensa es el amor de los padres! Les hace sacrificarse por los hijos, educarlos y aconsejarlos. Aunque el apóstol Pablo quizás no era un padre biológico, les escribió a los cristianos de Corinto: “Aunque ustedes tengan diez mil tutores en Cristo, ciertamente no tienen muchos padres; porque en Cristo Jesús yo he llegado a ser padre de ustedes mediante las buenas nuevas”. (1 Corintios 4:15.)
2 Tiempo atrás Pablo había viajado a Corinto, donde predicó a judíos y griegos, y ayudó a fundar la congregación corintia. En otra carta, Pablo asemejó su cuidado al de una madre que criaba, aunque para los corintios era como un padre. (1 Tesalonicenses 2:7.) Como haría un padre biológico amoroso, Pablo aconsejó a sus hijos espirituales. Usted puede beneficiarse del siguiente consejo paternal que recibieron los cristianos de Corinto: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.) ¿Por qué escribió Pablo este consejo a los corintios? ¿Cómo podemos aplicar su recomendación?
Consejo para ellos y para nosotros
3, 4. ¿Qué sabemos de la ciudad de Corinto del siglo primero y su población?
3 En el siglo primero, el geógrafo griego Estrabón escribió: “A Corinto se le llama ‘rica’ por su comercio, pues está situada en el istmo y domina dos bahías: una que lleva directo a Asia, y otra, a Italia; y facilita el intercambio de mercancías de ambas tierras”. Cada dos años, los famosos juegos ístmicos atraían a multitudes a Corinto.
4 ¿Cómo era la gente de esta ciudad, centro tanto de la autoridad civil como del sensual culto a Afrodita? El profesor T. S. Evans explicó: “La población [era] probablemente de unos cuatrocientos mil habitantes. [Era una] sociedad de elevada cultura, pero de moral laxa o incluso depravada. [...] Los habitantes griegos de Acaya se caracterizaban por el desasosiego intelectual y el ansia insaciable de novedades. [...] Su egoísmo era como el combustible que quedaba listo para la antorcha del sectarismo”.
5. ¿A qué peligro se enfrentaban los hermanos corintios?
5 Con el tiempo, hasta la congregación quedó dividida por culpa de individuos a los que aún atraía la especulación arrogante. (1 Corintios 1:10-31; 3:2-9.) Un problema fundamental era que algunos decían: “No hay resurrección de los muertos”. (1 Corintios 15:12; 2 Timoteo 2:16-18.) Sin importar cuál era exactamente su creencia —errónea—, Pablo tuvo que corregirlos y darles prueba clara de que Cristo había sido “levantado de entre los muertos”. Por consiguiente, los cristianos podían confiar en que Dios les daría la “victoria mediante nuestro Señor Jesucristo”. (1 Corintios 15:20, 51-57.) De haber estado usted en aquella congregación, ¿se habría visto afectado?
6. ¿A quiénes, en particular, se podía aplicar el consejo de 1 Corintios 15:33?
6 En el curso de su argumentación a favor de la resurrección de los muertos, Pablo les dijo: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. Su consejo se dirigía principalmente a quienes pertenecían a la congregación pero discrepaban de esta en la doctrina de la resurrección. ¿Era tan solo que no estuvieran seguros respecto a un punto que no entendían? (Compárese con Lucas 24:38.) No. Pablo escribió: “Dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de los muertos”, de modo que estas personas manifestaban su disconformidad y rayaban en la apostasía. Pablo se daba perfecta cuenta de que podían echar a perder los buenos hábitos y la actitud de los demás. (Hechos 20:30; 2 Pedro 2:1.)
7. ¿En qué circunstancias podemos aplicar 1 Corintios 15:33?
7 ¿Cómo podemos aplicar la advertencia de Pablo tocante a las compañías? Él no quería decir que nos negáramos a ayudar a alguien de la congregación que tuviera dificultades para entender un versículo o enseñanza de la Biblia. Es más, Judas 22, 23 nos insta a tener misericordia de las personas sinceras que abrigan dudas y a ayudarlas. (Santiago 5:19, 20.) Sin embargo, el consejo paternal de Pablo aplicaría indudablemente si alguien no dejara de objetar a lo que sabemos que es la verdad bíblica o de hacer comentarios escépticos o negativos. Debemos rehuir con cuidado el compañerismo con este tipo de personas. Por supuesto, si alguien se volviera claramente apóstata, los pastores espirituales tendrían que tomar medidas para proteger el rebaño. (2 Timoteo 2:16-18; Tito 3:10, 11.)
8. ¿Cómo podemos actuar con discernimiento cuando alguien no está de acuerdo con una enseñanza bíblica?
8 También podemos aplicar las palabras paternales que escribió Pablo en 1 Corintios 15:33 con relación a las personas de fuera de la congregación que promueven enseñanzas falsas. ¿Qué podría llevarnos a tener compañerismo con ellas? El que no distinguiéramos entre aquellos a los que podemos ayudar a aprender la verdad y los que solo desean polemizar para difundir una enseñanza falsa. Por ejemplo, cuando damos testimonio, quizás encontremos a una persona que discrepa en algún punto, pero que está dispuesta a analizarlo con más detalle. (Hechos 17:32-34.) Esta situación en sí no plantea ningún problema, pues con gusto explicamos la verdad bíblica a todo el que desea conocerla, e incluso regresamos a presentarle pruebas convincentes. (1 Pedro 3:15.) No obstante, algunos quizás no tengan verdadero interés en aprender la verdad bíblica.
9. ¿Cómo debemos reaccionar ante los desafíos a nuestras creencias?
9 Muchas personas se pasan horas debatiendo, semana tras semana, pero no porque busquen la verdad, sino tan solo porque quieren socavar la fe de los demás y alardear de su supuesta formación en hebreo, griego o ciencias de la evolución. Algunos Testigos se han encontrado con ellas, se han sentido desafiados y han acabado pasando mucho tiempo discutiendo sobre creencias religiosas falsas, filosofías o errores científicos. Ha de notarse que Cristo no dejó que eso le ocurriera a él, aunque podría haber ganado debates con dirigentes religiosos instruidos en hebreo o griego. Cuando lo desafiaban, Jesús daba una respuesta breve y volvía a dirigir su atención a los humildes, a las verdaderas ovejas. (Mateo 22:41-46; 1 Corintios 1:23–2:2.)
10. ¿Por qué es propio que ejerzan cautela los cristianos que tienen computadoras y acceso a los tableros de anuncios electrónicos?
10 Las computadoras modernas han abierto otras vías por las que podemos tener malas compañías. Algunas empresas comerciales permiten al abonado enviar mensajes mediante el ordenador y el teléfono a tableros de noticias electrónicos; de este modo, colocan mensajes en el tablero de noticias, que está al acceso de todos los abonados. Esto ha dado origen a los llamados “debates electrónicos” de temática religiosa. El cristiano pudiera envolverse en estos debates y pasar muchas horas con un pensador apóstata que haya sido expulsado de la congregación. Las instrucciones de 2 Juan 9-11 hacen hincapié en el consejo paternal que dio Pablo de evitar las malas compañías.a
Evite ser extraviado
11. ¿Qué oportunidad brindaba la situación comercial de Corinto?
11 Como se ha explicado, Corinto era un centro comercial, con multitud de tiendas y negocios. (1 Corintios 10:25.) Muchos de los que acudían a los juegos ístmicos moraban en tiendas de campaña, y durante estos juegos los mercaderes vendían en casetas desmontables o tenderetes cubiertos. (Compárese con Hechos 18:1-3.) Esta circunstancia posibilitó que Pablo encontrara trabajo en aquella población fabricando tiendas de campaña. Y desde su taller podía dar impulso a las buenas nuevas. El profesor J. Murphy-O’Connor escribe: “Desde una tienda en un mercado concurrido [...] que daba a una calle muy transitada, Pablo no solo tenía acceso a sus compañeros de trabajo y clientes, sino a la multitud del exterior. Cuando disminuía la actividad comercial, podía quedarse a la puerta y abordar a los que le parecía que escucharían [...]. Es difícil imaginar que su personalidad dinámica y pleno convencimiento no le convirtieran rápidamente en una ‘figura’ de la vecindad, lo que atraería a los curiosos, y no solo a los desocupados, sino también a los que querían de verdad aprender. [...] Las señoras casadas y sus sirvientes, que habían oído hablar de él, podían visitarlo con el pretexto de ir a comprar. En tiempos difíciles o cuando existiera la amenaza de persecución o siquiera de hostigamiento, los creyentes podían reunirse con él como clientes. El taller también le puso en contacto con las autoridades municipales”.
12, 13. ¿Cómo podemos aplicar apropiadamente 1 Corintios 15:33 en el lugar de empleo?
12 Pablo debió haber reconocido, sin embargo, que en el lugar de empleo podía tener “malas compañías”. Lo mismo hemos de hacer nosotros. Es interesante que Pablo indicó que la actitud que predominaba entre algunas personas era la de “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir”. (1 Corintios 15:32.) Inmediatamente prosiguió con su consejo paternal: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. ¿Cómo pudieran combinarse el lugar de empleo y la búsqueda de diversión para crear un posible peligro?
13 Los cristianos desean ser amigables con los compañeros de trabajo, y muchas experiencias muestran que esta disposición prepara eficazmente el camino para dar un testimonio. Sin embargo, el compañero puede malinterpretar la amigabilidad como una invitación a confraternizar y pasarlo bien juntos. Quizás le invite informalmente a almorzar, a tomar una copa después del trabajo o a divertirse el fin de semana. El compañero quizás parezca amable y de buenas costumbres, y la invitación, inocente. No obstante, Pablo nos advierte: “No se extravíen”.
14. ¿De que manera han extraviado las compañías a algunos cristianos?
14 Algunos cristianos se han extraviado. Han ido adoptando paulatinamente una actitud relajada sobre las relaciones sociales con los compañeros de trabajo. Esta quizás comenzó con intereses comunes en un determinado deporte o pasatiempo. O puede que un no cristiano sea excepcionalmente educado y amable, de modo que cada vez se pasa más tiempo con él e incluso se prefiere su compañía a la de algunos hermanos de la congregación. La relación con él pudiera llevar posteriormente a perderse una sola reunión. Podría ocurrir que salieran hasta tarde por la noche, y a la mañana siguiente, contrario a su costumbre, no fuera al ministerio del campo. Quizás resulte en ver una película o vídeo que el cristiano normalmente rechazaría. Pero tal vez pensemos: ‘Eso no me va a ocurrir a mí nunca’. Es posible que la mayoría de los que se han extraviado hayan respondido de este modo. Tenemos que preguntarnos: ‘¿Hasta qué punto llega mi resolución de aplicar el consejo de Pablo?’.
15. ¿Qué actitud equilibrada debemos tener respecto a los vecinos?
15 Lo que acabamos de explicar con respecto al lugar de empleo, es aplicable también a la relación con los vecinos. Es obvio que los cristianos de la antigua Corinto tenían vecinos. En algunas comunidades es normal ser bastante amigable con ellos y apoyarlos. En las zonas rurales los vecinos quizás se ayudan entre sí a causa del aislamiento. Los vínculos familiares son especialmente fuertes en algunas culturas, lo que da origen a muchas invitaciones a comidas. Es evidente que, como Jesús, hay que adoptar una postura equilibrada. (Lucas 8:20, 21; Juan 2:12.) En el trato con vecinos y parientes, ¿nos sentimos inclinados a obrar como antes de ser cristianos? ¿No convendría revisar la relación que tenemos con ellos y fijar los límites debidos?
16. ¿Cómo hay que entender las palabras de Jesús recogidas en Mateo 13:3, 4?
16 En cierta ocasión Jesús comparó la palabra del Reino a semillas que “cayeron a lo largo del camino, y vinieron las aves y se las comieron”. (Mateo 13:3, 4, 19.) En aquellos días, el terreno que estaba a lo largo de un camino se endurecía mucho con las pisadas del ir y venir de la gente. Así sucede en el caso de muchas personas. Su vida está llena de vecinos, parientes y otras personas que vienen y van, y las mantienen ocupadas. El terreno de su corazón es pisoteado, por decirlo así, dificultando que las semillas de la verdad arraiguen. En el que ya es cristiano pudiera desarrollarse una insensibilidad parecida.
17. ¿Cómo puede afectarnos el compañerismo con los vecinos y otras personas?
17 Algunos vecinos y parientes mundanos pueden ser amigables y serviciales, aunque nunca se hayan interesado en lo espiritual ni hayan mostrado amor a la justicia. (Marcos 10:21, 22; 2 Corintios 6:14.) No vamos a volvernos huraños ni ser poco amistosos porque nos hayamos hecho cristianos. Jesús nos aconsejó que nos interesáramos de verdad en los demás. (Lucas 10:29-37.) Pero el consejo que dio Pablo de tener cuidado con las compañías es igualmente inspirado y necesario. Queremos poner en práctica el primer consejo sin descuidar el segundo. Si no tenemos presentes ambos principios, nuestros hábitos pueden verse perjudicados. ¿Cómo son sus hábitos tocante a la honradez o la obediencia al César en comparación con los de sus vecinos o parientes? Por ejemplo, ellos quizás opinen que a la hora de los impuestos, está justificado, o incluso es necesario para sobrevivir, declarar menos ingresos o ganancias comerciales que los reales. Quizás le defienden sus opiniones de modo persuasivo mientras se toman una taza de café o durante una breve visita. ¿Cómo pueden afectar las opiniones que ellos tienen su manera de pensar y sus hábitos honrados? (Marcos 12:17; Romanos 12:2.) “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.”
También los hábitos de la juventud
18. ¿Por qué aplica 1 Corintios 15:33 también a los jóvenes?
18 A los jóvenes les afecta mucho lo que ven y oyen. ¿Se ha fijado en que hay niños que tienen los mismos ademanes y estilo que sus padres o hermanos? No debería sorprendernos, por consiguiente, que los muchachos con los que juegan o van a la escuela influyan mucho en los hijos. (Compárese con Mateo 11:16, 17.) Si sus hijos andan con jóvenes que hablan sin respeto de sus padres, ¿se cree que eso no les va afectar? ¿Y qué pasará si escuchan habitualmente el lenguaje grosero de los demás jóvenes? ¿Qué ocurrirá si a sus compañeros de escuela o a sus vecinos les seduce un nuevo estilo de calzado o unas joyas de moda? ¿Debemos imaginarnos que los jóvenes cristianos son inmunes a su influencia? ¿Limitó Pablo 1 Corintios 15:33 a una edad mínima?
19. ¿Qué opinión deben inculcar los padres en sus hijos?
19 Si usted es padre o madre, ¿tiene presente este consejo cuando razona con sus hijos y toma decisiones que les afectan? Algo que le puede ayudar es reconocer que no se quiere decir que todos los jóvenes con los que se relacionan sus hijos en la vecindad o en la escuela son malas personas. Algunos pueden ser agradables y decentes, como en el caso de algunos de sus vecinos, parientes y compañeros de trabajo. Intente que sus hijos comprendan este punto y vean que usted pone en práctica con equilibrio el consejo paternal que Pablo dio a los corintios. Cuando se den cuenta de cómo equilibra usted los asuntos, les será más fácil imitarle. (Lucas 6:40; 2 Timoteo 2:22.)
20. Jóvenes, ¿a qué desafío se encaran ustedes?
20 Ustedes, los que aún son jóvenes, traten de entender cómo aplicar el consejo de Pablo, sabiendo que es importante para todo cristiano, sea joven o mayor. Aunque supone un desafío, ¿por qué no estar dispuestos a encararse a él? Recuerden que el que conozcan a algunos jóvenes desde la infancia no quiere decir que no puedan perjudicar sus hábitos, que no puedan echar a perder los hábitos que están adquiriendo como jóvenes cristianos. (Proverbios 2:1, 10-15.)
Pasos decididos para proteger nuestros hábitos
21. a) ¿Qué necesidad tenemos referente a las compañías? b) ¿Por qué podemos estar seguros de que algunas compañías son peligrosas?
21 Todos necesitamos compañerismo. No obstante, debemos tener en cuenta que las compañías nos afectan, sea para bien o para mal. Así ocurrió en el caso de Adán y en el de todas las personas que han vivido en el transcurso de los siglos. Por ejemplo, Jehosafat era un buen rey de Judá que contaba con el favor y la bendición de Jehová. Pero al permitir que su hijo se casara con la hija de Acab, el rey de Israel, entabló amistad con Acab. Esta mala compañía casi le costó la vida. (2 Reyes 8:16-18; 2 Crónicas 18:1-3, 29-31.) Si no seleccionamos con prudencia nuestras amistades, puede ser igual de peligroso.
22. ¿Qué consejo debemos tomar a pecho, y por qué?
22 Por tanto, tomemos a pecho el amoroso consejo que nos da Pablo en 1 Corintios 15:33. No son simples palabras que nos sabemos de memoria por haberlas oído mucho. Revelan el cariño paternal que tenía Pablo a sus hermanos corintios y, por extensión, a nosotros. Sin duda, contienen el consejo que nuestro Padre celestial nos da porque quiere que nuestros esfuerzos prosperen. (1 Corintios 15:58.)
[Nota a pie de página]
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¿Recuerda usted?
◻ ¿Por qué razón particular escribió Pablo 1 Corintios 15:33?
◻ ¿Cómo podemos aplicar el consejo de Pablo en el lugar de empleo?
◻ ¿Qué actitud equilibrada debemos tener tocante a nuestros vecinos?
◻ ¿Por qué es especialmente apropiado para los jóvenes el consejo de 1 Corintios 15:33?
[Fotografía en la página 18]
Otros jóvenes pueden echar a perder tus hábitos cristianos
[Ilustración en la página 17]
Pablo se valió de su lugar de trabajo para dar impulso a las buenas nuevas