BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w93 15/10 págs. 3-4
  • Por qué aumenta el robo

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Por qué aumenta el robo
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Por qué roba la gente
  • “No debes hurtar”
  • “No debes hurtar”
    ¡Despertad! 1971
  • Hurtar
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
  • ¿Qué hay de malo en robar?
    ¡Despertad! 1995
  • ¿Constituye la pobreza una justificación del robo?
    ¡Despertad! 1997
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
w93 15/10 págs. 3-4

Por qué aumenta el robo

RÍO DE JANEIRO, domingo 18 de octubre de 1992. Las famosas playas de Copacabana e Ipanema están atestadas. De repente se ven invadidas por pandillas de jóvenes que pelean entre sí y despojan a los bañistas de todos los objetos de valor. La policía, en gran desventaja numérica, observa impotente. Para los cariocas y los turistas es una pesadilla a la luz del día.

El delito contra la propiedad verdaderamente se ha vuelto muy común. En las grandes ciudades, los ladrones roban a los jóvenes —y a veces hasta los matan— para apoderarse de sus zapatillas deportivas. Los ladrones penetran en las casas sea que sus habitantes se encuentren en ellas o no. Algunas muchachas de servicio poco honradas observan primero dónde se guardan las cosas de la casa y luego desaparecen con las joyas y el dinero. Multitudes desaprensivas saquean las tiendas. Grupos bien organizados hasta se apoderan de seres humanos, como refleja el aumento del número de secuestros en Brasil. Y es muy probable que usted pueda dar otros ejemplos de su propia experiencia o de hechos acaecidos en su comunidad. Pero ¿por qué hay tanto robo?

Por qué roba la gente

Si bien el incremento de la pobreza y el consumo de drogas son dos razones importantes, la respuesta no es del todo tan obvia. The New Encyclopædia Britannica dice: “La búsqueda de una causa única de la delincuencia se ha abandonado desde hace mucho tiempo por infructuosa”. A pesar de ello, la misma obra indica que problemas como el robo “son directamente atribuibles a los sentimientos de inutilidad y al resentimiento de los jóvenes a los que se priva de los logros materiales y las recompensas de la vida normal”. Cierto, la enorme presión del consumismo hace que muchas personas no vean otra manera de obtener lo que desean que no sea robando.

Sin embargo, es de interés lo que The World Book Encyclopedia señala: “Las tasas de criminalidad permanecen relativamente estables en las sociedades tradicionales, en las que la gente cree que su estilo de vida perdurará; pero tienden a incrementarse en las sociedades en las que se producen cambios bruscos en el lugar donde vive la gente y en su modo de ganarse la vida, así como en sus esperanzas de bienestar futuro”. Y añade: “Los jóvenes tienen cada vez menos oportunidades de empleo. Los trabajos no especializados disponibles parecen aburridos comparados con las ganancias rápidas y excitantes derivadas del robo. Además, los jóvenes están más dispuestos a correr el riesgo de ser arrestados porque tienen menos que perder”.

Con todo, muchas personas desempleadas o mal pagadas no roban, en tanto que una cantidad importante de oficinistas y obreros hurtan cosas del trabajo como si fueran parte de su salario. En realidad, algunas de las prácticas fraudulentas requieren cierta posición social. ¿No ha oído de los grandes escándalos financieros en los que están implicados políticos, funcionarios públicos y empresarios? Es indiscutible que el robo no es un delito privativo de los pobres.

Recuerde, también, que muchas veces las películas y los programas de televisión tratan en broma el robo (tal vez el héroe sea un ladrón), lo que conduce a que el público no lo considere tan reprobable. Es cierto que tales películas pueden calificarse de entretenimiento, pero al mismo tiempo enseñan a la gente a robar. ¿Acaso no sugieren sutilmente que el delito puede ser remunerador? Es indudable que la avaricia, la pereza y la idea de que todo el mundo lo hace impunemente contribuyen al aumento del robo. Es innegable que vivimos en los predichos “tiempos críticos” en los que reinarían el egoísmo y el amor al dinero. (2 Timoteo 3:1-5.)

“No debes hurtar”

Prescindiendo de los valores desvirtuados del mundo, es vital que obedezcamos el mandamiento: “El que hurta, ya no hurte más”. (Efesios 4:28.) La persona que sobrestima el valor de los bienes materiales o de los placeres puede engañarse a sí misma y creer que vale la pena robar. Pero este es un delito grave a la vista de Dios y revela falta de amor al prójimo. Además, incluso el hurto de cosas insignificantes puede endurecer el corazón. ¿Y qué sucede si la gente no nos considera honrados? ¿Quién confiará en un ladrón? La Palabra de Dios dice atinadamente: “Que ninguno de ustedes sufra como asesino, o ladrón, o malhechor”. (1 Pedro 4:15.)

Es seguro que usted deplora el incremento del robo, pero ¿cómo se las arreglan aquellos que viven en zonas plagadas de delito? ¿Cómo han podido cambiar su forma de vida algunos que en otro tiempo fueron ladrones? ¿Se acabará algún día el robo en todo el mundo? Lo invitamos a leer el siguiente artículo, titulado “Un mundo sin ladrones”.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir