Cómo organizar una biblioteca teocrática
SHEREZADE, una inteligente niña española, tenía 4 años de edad cuando su maestra mandó a la clase que pintara dibujos de “Santa Claus”. La niña enseguida pidió que se la excusara. Explicó que su conciencia no le permitía hacerlo.
Sorprendida por la objeción, la maestra le dijo que era como colorear el dibujo de un muñequito, y que no había nada malo en ello. Sherezade contestó: “Si solo es un muñequito, yo prefiero hacer una muñequita. Si le da igual, yo me quedo más tranquila”.
En otra ocasión se mandó a la clase pintar la bandera nacional. Sherezade pidió de nuevo hacer otro trabajo, y contó a la maestra, a modo de explicación, la historia de Sadrac, Mesac y Abednego. (Daniel 3:1-28.)
Poco después, la maestra telefoneó a la madre de Sherezade para expresarle su perplejidad. “Su hija en repetidas ocasiones ha venido a mí y me ha hablado de su conciencia —dijo—. ¿Se imagina? Una niña tan pequeña, dando explicaciones de por qué le molesta la conciencia. Mire, no estoy de acuerdo con lo que le enseña, pero tenga la seguridad de que está teniendo éxito. Y quiero que sepa que ante su hija me quito el sombrero.”
¿Cómo puede tener una conciencia educada por la Biblia una niña de 4 años de edad? Su madre, Marina, explica que Sherezade tiene su propia biblioteca teocrática en el dormitorio. Guarda sus ejemplares personales de la revista La Atalaya, que ella misma ha subrayado, sus publicaciones para la predicación y todo lo que la Sociedad ha publicado desde que ella nació. El artículo favorito de su biblioteca es el juego de casetes Mi libro de historias bíblicas, que escucha todas las noches siguiendo la lectura en su libro. Estos relatos bíblicos le permitieron tomar las decisiones supracitadas.
¿Podría ayudarles a usted y a sus hijos una biblioteca teocrática bien organizada? ¿Por qué es necesaria una biblioteca en casa?
“Una biblioteca no es un lujo”
“Una biblioteca no es un lujo, sino una de las necesidades de la vida”, dijo Henry Ward Beecher. Casi todos nosotros tenemos una de estas “necesidades de la vida”, quizá sin saberlo. ¿A qué nos referimos? A la Biblia, pues puede decirse que esta constituye una biblioteca.
La Biblia es, en realidad, la biblioteca teocrática por excelencia. En el siglo IV E.C., Jerónimo acuñó la expresión latina Bibliotheca Divina con referencia a la colección completa de los libros inspirados que llamamos la Biblia. Jehová nos suministró esta biblioteca sagrada para facilitarnos ayuda, instrucción y guía prácticas. Nunca deberíamos darlo por sentado. La mera posesión de una Biblia completa significa que tenemos una biblioteca más amplia que la que tuvieron la mayoría de los siervos de Dios en el pasado.
En el tiempo en que únicamente existían costosos manuscritos, era muy reducido el número de hogares que podía enorgullecerse de poseer una Biblia completa, si es que había alguno. Cuando Pablo quiso estudiar las Escrituras durante su último encarcelamiento en Roma, tuvo que pedirle a Timoteo que le llevara algunos rollos de Asia Menor, probablemente secciones de las Escrituras Hebreas. (2 Timoteo 4:13.) No obstante, se guardaban y almacenaban colecciones de rollos en las sinagogas, y tanto Jesucristo como el apóstol Pablo se aprovecharon de estas bibliotecas en su predicación. (Lucas 4:15-17; Hechos 17:1-3.) Afortunadamente, las Escrituras son hoy mucho más accesibles que en el siglo I.
Gracias a la invención de la imprenta, hoy casi todos los siervos de Dios, independientemente del idioma que hablen, pueden conseguir la Biblia completa a un precio razonable. También tenemos la oportunidad singular de complementar esta “biblioteca” sagrada. Por más de un siglo, el “esclavo fiel y discreto” se ha encargado de proporcionar alimento espiritual al tiempo apropiado. (Mateo 24:45-47.)
Pero es posible que no obtengamos todo el provecho de esta inapreciable información si no organizamos una biblioteca teocrática personal. ¿Cómo puede hacerse? El primer paso, por supuesto, es conseguir los libros necesarios. El esfuerzo vale la pena, pues nos permitirá tener al alcance de la mano la información precisa que necesitamos para solucionar problemas y contestar preguntas bíblicas.
¿Qué libros necesito?
¿Se ha preguntado usted alguna vez cómo solucionar un problema de comunicación en su matrimonio o cómo enseñar a sus hijos a decir “¡No!” a las drogas? ¿Cómo podría ayudar a un amigo aquejado de depresión? ¿Puede explicar con claridad qué pruebas tenemos de la existencia de Dios y por qué permite él la maldad? ¿Qué representa la bestia de color escarlata del capítulo 17 de Revelación?
Con una biblioteca teocrática adecuada usted podrá contestar estas y muchas otras preguntas. La Sociedad Watchtower ha publicado libros, folletos y artículos de revistas que tratan sobre un amplio espectro de temas bíblicos. Además, esas publicaciones analizan asuntos familiares, promueven la fe en Dios y en la Biblia, nos permiten mejorar nuestra predicación y nos ayudan a entender las profecías bíblicas.
La mayoría de las publicaciones que la Sociedad ha impreso durante los últimos veinte años aún pueden conseguirse. Si usted ha entrado en la verdad recientemente, le sería conveniente adquirir las publicaciones disponibles en su idioma. Es posible que aún haya volúmenes encuadernados de La Atalaya de años pasados en su idioma. También se han publicado en varios idiomas importantes obras de consulta, como Perspicacia para comprender las Escrituras y la Gran Concordancia. No obstante, la adquisición de estos libros es solo el primer paso.
Organice su biblioteca
Una cosa es saber que tiene el libro en alguna parte, y otra, encontrarlo cuando lo necesita. Si tenemos que perder mucho tiempo buscando el libro de consulta que precisamos, lo más probable es que perdamos interés en el asunto. Por otra parte, si tenemos los libros bien organizados en un lugar conveniente, será mucho más fácil que dediquemos tiempo a la investigación.
Si es posible, es mejor tener la mayor parte de los libros teocráticos en un mismo lugar. Si no podemos permitirnos comprar una estantería para este propósito, podemos prepararla en casa, normalmente a muy poco costo, y no tiene por qué ocupar mucho espacio. También es importante colocar la biblioteca en un lugar accesible. Los libros almacenados en altillos hacen poco más que empolvarse.
El siguiente paso es organizar los libros. Colocarlos en orden lógico resulta muy práctico y no toma mucho tiempo.
¿Y si la mayor parte de su familia no es testigo de Jehová? Aunque no le sea posible organizar una biblioteca como quisiera, puede tener en su propio cuarto un estante con algunas publicaciones bíblicas.
Una biblioteca teocrática edifica la espiritualidad
Una vez organizados los libros, necesitamos un sistema para localizar la información. La memoria puede fallarnos, y es posible que no conozcamos el contenido de todos los libros de nuestra biblioteca teocrática. No obstante, podemos hallar cualquier información contenida en nuestra biblioteca. El Índice de las publicaciones Watch Tower puede ayudarnos a encontrar en poco tiempo información específica sobre prácticamente cualquier tema.
Julián, que es precursor especial y anciano desde hace muchos años, explica que el Índice le ha sido de gran valor para enseñar a su hijo menor a efectuar su estudio personal. “Jairo, que tiene 7 años, vino del colegio el otro día y me preguntó: ‘Papá, ¿qué ha dicho la Sociedad sobre los dinosaurios?’. Enseguida consultamos el Índice, y en poco tiempo encontramos un artículo de portada de ¡Despertad! sobre el tema [8 de febrero de 1990]. El mismo día Jairo empezó a leerlo. Ya sabe que nuestra biblioteca teocrática tiene información sobre casi cualquier tema. Personalmente, estoy convencido de que cuando nuestros hijos saben aprovechar una biblioteca teocrática, les ayuda a crecer en sentido espiritual. Aprenden a razonar y, además, se dan cuenta de que el estudio personal puede ser agradable.”
Fausto, el padre de Sherezade, mencionada al principio, cree que nunca es demasiado temprano para enseñar a los hijos a utilizar una biblioteca teocrática. “Ya a sus 6 años le estamos enseñando a Sherezade a usar el Índice —explica—. Puesto que la perspectiva del paraíso en la Tierra le fascina, empezamos mostrándole la palabra ‘paraíso’ en el Índice y a continuación buscamos los artículos que se citaban de La Atalaya. Por lo general, nos limitamos a mostrarle los dibujos. No obstante, mediante este sistema aprendió que el Índice es la clave para encontrar información en nuestra biblioteca. Supimos que había captado la idea cuando volvió del colegio cierto día con una pregunta sobre la celebración de la Pascua [Florida]. ‘¿Podemos buscar algo en el Índice?’, le preguntó a su madre.”
Sin importar la edad que tengamos, la Biblia nos anima a ‘asegurarnos de todas las cosas; adherirnos firmemente a lo que es excelente’. (1 Tesalonicenses 5:21.) Para ello es necesario examinar lo que dicen las Escrituras. (Hechos 17:11.) Si tenemos una biblioteca teocrática bien organizada, tal investigación puede ser un placer. Cada vez que usemos nuestra biblioteca para preparar un discurso, hallar consejo práctico para solucionar un problema, o buscar información interesante, veremos con más claridad su valor práctico.
Los padres de Sherezade dicen: “En un hogar cristiano, una biblioteca teocrática ciertamente no es un lujo”.
[Fotografía en la página 31]
Sherezade ya es una buena estudiante de la Biblia
[Fotografía en la página 31]
Este niño ya utiliza una biblioteca teocrática
[Recuadro en la página 30]
¿CÓMO PUEDE ORGANIZAR LOS LIBROS?
No hay reglas estrictas sobre cómo organizar sus libros. No obstante, las siguientes divisiones lógicas ilustran un modo de organizarlos según su contenido.
1. Libros que contienen un análisis versículo por versículo de ciertas secciones de la Biblia
(Ejemplos: El hombre más grande de todos los tiempos; Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!; “Las naciones sabrán que yo soy Jehová”... ¿cómo?; “Hágase tu voluntad en la Tierra”)
2. Libros sobre la vida de familia
(Ejemplos: Cómo lograr felicidad en su vida familiar; Lo que los jóvenes preguntan.—Respuestas prácticas; Mi libro de historias bíblicas)
3. Biblias y obras de consulta
(Ejemplos: Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias); otras Biblias; Índices de las publicaciones Watch Tower; Gran Concordancia; Perspicacia para comprender las Escrituras; The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures; un buen diccionario)
4. Libros que se utilizan actualmente en el Estudio de Libro de Congregación y en la Escuela del Ministerio Teocrático
5. Casetes y vídeos
6. Volúmenes encuadernados de La Atalaya y ¡Despertad!
7. Historia de los testigos de Jehová
(Ejemplos: Anuarios de los testigos de Jehová; Los testigos de Jehová, proclamadores de Reino de Dios)
8. Libros y folletos que usamos normalmente en nuestro ministerio
(Ejemplos: Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra; Razonamiento a partir de las Escrituras; La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?; El hombre en busca de Dios; Unidos en la adoración del único Dios verdadero)