Aguante la oposición de la familia con entendimiento y sabiduría
1 Las mofas, el ataque físico, el encarcelamiento, la proscripción del testimonio en el campo, la prohibición de las reuniones y asociación cristianas, la confiscación de Biblias y literatura... éstas son las cosas que por lo general asociamos con la persecución de nuestros hermanos en los países tiránicos. Pero, ¿nos damos cuenta de que muchos en la congregación con la cual nos asociamos están experimentando condiciones similares ahora mismo debido a la oposición de cónyuges incrédulos?
2 Naturalmente, no todas las personas con cónyuges incrédulos se enfrentan a dificultades tan extremas, pero sí experimentan verdaderas pruebas de su fe. (Juan 15:20; 1 Cor. 7:12-16) Por medio de nuestro estímulo y ayuda, se les fortalecerá grandemente para que puedan aguantar. (Heb. 10:24, 25) Los ancianos en particular deben suministrar refrigerio y guía.—Isa. 32:1, 2.
POR QUÉ SE OPONEN LOS CÓNYUGES Y QUÉ PUEDE HACERSE
3 Aun si parece que el cónyuge incrédulo se ha ‘endurecido’ en su oposición, la situación no debe considerarse como algo irremediable. (1 Cor. 13:7) Como prueba de esto solo necesitamos pensar en las muchas personas que ahora sirven a Jehová y que anteriormente se oponían a sus cónyuges. La oposición, la ira y hasta la violencia frecuentemente son señales exteriores de frustraciones internas y temores indefinidos. Por ejemplo, en vez de sencillamente tener aversión a la verdad, el esposo quizás tema que las actividades cristianas de la esposa puedan separarla de él, tomando mucho del tiempo e interés de ella y estorbando sus relaciones y el arreglo de familia. Puede que él se resienta ante la posibilidad de que no se le dé la atención que anteriormente recibía, y quizás le tema al bochorno social. Además de tratar de entender las razones por la oposición, ¿qué más puede hacer usted, el cónyuge creyente, para obrar prudentemente?
4 El entender las razones pudiera hacerle más fácil el desplegar el fruto del espíritu de Dios. (Gál. 5:22, 23) Al escoger ocasiones apropiadas para hablar de su fe, recuerde que es probable que el silencio respetuoso aunado a la verdadera conducta cristiana a menudo sean más eficaces. De esta manera uno no irritará al opositor por medio de continuamente sacar a relucir la Biblia en cada conversación. (1 Ped. 3:1-6) Al pasar tiempo con su cónyuge, complaciéndolo dentro de los límites de la conciencia cristiana, y ser diligente en el hogar, llegará a ser evidente para el opositor que el que uno sea cristiano, en vez de resultar en descuido de la familia y el hogar, hace de uno un mejor esposo o esposa y contribuye a un ambiente de familia ameno y afectuoso.
5 Siempre que sea posible, preséntele a los incrédulos algunos de los hermanos y hermanas cuando se presente la oportunidad. A veces los que no pertenecen al círculo familiar pueden lograr más que el cónyuge creyente, tal vez hasta puedan hacer arreglos para un estudio bíblico. Se ha podido comenzar estudios con muchos que antes eran opositores a medida que éstos llegaron a familiarizarse con otros en la congregación y llegaron a respetar su modo de vivir cristiano.
6 Aunque nosotros como cristianos debemos obedecer a Dios como gobernante más bien que hasta aquellos que son familiares muy allegados o cónyuges, los que experimentan la oposición deben hacer todo lo que sea posible por cultivar un ambiente de familia afectuoso y feliz, poniendo un ejemplo excelente en palabra y conducta y de ese modo honrar a Dios.—Hech. 5:29; 1 Cor. 7:16.