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Preguntas sobre la Biblia
ijwbq artículo 144
Una urna de cenizas junto a una foto de la fallecida

¿Qué dice la Biblia sobre la cremación?

La respuesta que da la Biblia

La Biblia no habla de manera concreta sobre la práctica de la cremación o incineración. No especifica si hay que enterrar o cremar a los muertos.

En la Biblia se menciona que algunos siervos de Dios enterraron a sus seres queridos. Por ejemplo, Abrahán hizo un gran esfuerzo para encontrar un lugar donde enterrar a su esposa, Sara (Génesis 23:2-20; 49:29-32).

La Biblia también explica que algunos siervos de Dios quemaron cadáveres. Por ejemplo, cuando el rey Saúl y tres de sus hijos murieron en una batalla, sus cuerpos quedaron en territorio enemigo y no recibieron la honra debida. Al enterarse de la situación, unos soldados israelitas recuperaron los cadáveres, los quemaron y enterraron los restos (1 Samuel 31:8-13). La Biblia muestra que lo que esos hombres fieles hicieron con los cadáveres fue correcto (2 Samuel 2:4-6).

Conceptos erróneos sobre la cremación

Lo que algunos creen: La cremación deshonra el cuerpo.

La verdad: La Biblia dice que, al morir, la persona vuelve al polvo, y eso es lo que le pasa a un cadáver cuando se descompone (Génesis 3:19). La cremación, que reduce el cuerpo a cenizas (o polvo), simplemente acelera este proceso.

Lo que algunos creen: En tiempos bíblicos solo se quemaban los cadáveres de quienes no contaban con el favor de Dios.

La verdad: Es cierto que se quemaron los cadáveres de algunas personas desobedientes, como los de Acán y su familia (Josué 7:25). Sin embargo, esa fue una excepción, no la regla (Deuteronomio 21:22, 23). Como se mencionó antes, también se quemaron los cadáveres de algunos siervos fieles de Dios, como por ejemplo el de Jonatán, un hijo del rey Saúl.

Lo que algunos creen: La cremación impide que Dios pueda resucitar a la persona.

La verdad: Dios puede resucitar a una persona sin importar que su cadáver haya sido enterrado, cremado, se haya perdido en el mar o lo hayan devorado animales salvajes (Revelación [Apocalipsis] 20:13). El Todopoderoso puede hacerle un cuerpo nuevo con facilidad (1 Corintios 15:35, 38).

Cómo decidir entre la cremación y el entierro

Para decidir qué hacer con el cuerpo de un fallecido, tome en cuenta los siguientes factores:

  • Los deseos del difunto. La Biblia menciona algunos casos en los que los familiares respetaron los deseos de una persona sobre qué hacer con su cuerpo después de su muerte (Génesis 50:4, 5; Éxodo 13:19).

  • Las costumbres locales. Estas suelen determinar lo que se hace con el cuerpo de un fallecido (Juan 19:40). Por ejemplo, en tiempos bíblicos lo habitual era enterrar a los muertos (Génesis 49:31; 1 Samuel 28:3). En la actualidad, se pueden seguir las costumbres locales sobre qué hacer con los cuerpos de los fallecidos siempre que esas costumbres no vayan en contra de los principios bíblicos.

  • Las leyes del país. La Biblia nos dice que debemos obedecer a las autoridades (Romanos 13:1). En algunos lugares, las autoridades establecen leyes sobre qué hacer con los cadáveres. Por ejemplo, en el caso de la cremación, en algunos países existen limitaciones respecto a dónde arrojar las cenizas.

  • Los sentimientos de otras personas. La Biblia nos anima a tener en cuenta los sentimientos de los demás (Filipenses 2:4). Al decidir qué haremos con el cuerpo de un fallecido, preguntémonos: “¿Qué piensan otros familiares sobre la cremación y el entierro? ¿Cómo se ven estas costumbres donde vivimos?”.

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