Parte 4
¡Usted puede librarse del hábito!
“FUE la cosa más fácil que jamás hice.” Así describió el famoso escritor Mark Twain el dejar de fumar. Luego agregó: “Yo debo saber de ello, pues lo he hecho miles de veces.”
Sí, el verdadero desafío no es el de dejar de fumar, sino el de no volver a hacerlo. Millones de fumadores dejan de fumar —tal vez por un día, o hasta por una semana o por varios meses— pero entonces emprenden el hábito de nuevo. A menudo lo más difícil de la batalla no es el vencer la dependencia física con relación a la nicotina... es resistir el fuerte deseo de volver a fumarse un cigarrillo.
No obstante, si uno realmente quiere hacerlo, puede librarse del hábito de fumar. ¿Hay prueba de ello? Una sociedad entera de personas, la de los testigos de Jehová, está libre del tabaco. Pero, como miembros de la sociedad en general, estas personas no siempre estuvieron en esa condición.
En muchos países la tercera parte o más de los adultos fuman. Eso significa que más o menos la tercera parte de los más de 2.000.000 de Testigos fumaban en un tiempo. ¿Cómo se libraron del hábito de fumar al llegar a ser Testigos estos centenares de miles de personas?
El conocimiento y una decisión
Según explicó el Dr. Charles F. Tate en American Medical News: “La decisión tiene que brotar desde lo más profundo de la persona. Una vez que se toma la decisión, se ha completado la mayor parte de la batalla.” En otras palabras, uno realmente tiene que querer dejar de fumar. ¿Qué puede darle a uno esta resolución?
El conocimiento puede. Pero, ¿conocimiento acerca de qué? Bueno, en el caso de muchos se trata del conocimiento de que el fumar puede matar. “Un paciente tras otro viene a ver los resultados de una radiografía,” dice el Dr. Tate. “Les muestro una radiografía en la que aparece un tumor. Preguntan si es cáncer. Me veo obligado a confirmar su sospecha, y ellos no quieren volver a mirar un cigarrillo.”
Pero cuando alguien llega a ser testigo de Jehová lo que hace que deje de fumar no es simplemente el conocimiento de que el fumar puede quitarle la vida. Más bien, es el conocimiento acerca de Jehová Dios... el saber que, como dice la Biblia, “es él que nos ha hecho.” (Sal. 100:3) Puesto que saben que al que los creó no le agrada que se contamine el cuerpo, los Testigos se abstienen del fumar.—2 Cor. 7:1.
Algo que también influye en su decisión firme de no fumar es el saber que al hacerlo causarían daño a otros. Por un lado, los niños adquieren este hábito mortífero de los mayores, y, además, el humo mismo puede contribuir a la muerte prematura de personas que no fuman. Al saber esto, el cristiano verdadero halla que se le hace imposible fumar. Por eso, en obediencia a la ley de Dios, la de: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo,” todo fumador que se hace testigo de Jehová deja de fumar.—Mat. 22:39.
Esto no quiere decir que el dejar de fumar siempre sea fácil para los que se hacen Testigos. Para algunos es toda una agonía... es la cosa más difícil que jamás hayan hecho en la vida. Pero han dejado de fumar, con la ayuda que se les ha proporcionado. Y usted puede hacerlo también.
La ayuda que se necesita
Según informa New Scientist: “Rápidamente los remedios contra el fumar están haciéndose tan potencialmente lucrativos como las ayudas para rebajar de peso.” No obstante, después de hacer un repaso de una variedad de terapias y programas, esta publicación concluye: “Sin excepción, las ayudas que actualmente están en el mercado ofrecen poca ayuda verdadera al fumador.” Evidentemente las preparaciones químicas para contrarrestar el fumar tienen valor limitado, o tal vez nulo.
Las ayudas o los programas en contra del fumar son de beneficio al fumador como medio de proporcionarle apoyo, como algo para darle confianza, como un sistema en que pueda creer. Muchos fumadores no logran dejar de fumar, porque no están convencidos de que realmente puedan hacerlo. Por eso, lo que necesitan es algo que les ayude a sentirse convencidos de que pueden tener éxito. Son de valor inestimable las amistades comprensivas, especialmente si ellas mismas han dejado de fumar y por lo tanto pueden corroborar que es posible hacerlo. Fumadores que se han hecho testigos de Jehová han recibido esta clase de ayuda para dejar de fumar.
Pero lo que especialmente se necesita para deshacerse del hábito de fumar es la ayuda de Dios. El apóstol Pablo habló la verdad cuando dijo: “Para todas las cosas tengo las fuerzas en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:13) Un ama de casa de Brooklyn, Nueva York, que fumaba de tres a cuatro cajetillas de cigarrillos al día, relató cómo ella pudo adherirse a su decisión de dejar de fumar:
“Las manos me temblaban. Lloraba casi constantemente. Estaba enferma; el deseo de fumar era una agonía. Pero yo había hecho una resolución, y con la ayuda de Jehová me adherí a ella. Ahora he quedado convencida de que las personas que no logran dejar de fumar realmente no desean dejar de hacerlo. Su amor al fumar todavía excede a su amor a Jehová.”
He aquí una clave para dejar de fumar... el tener un deseo genuino de agradar a Dios. El fumar puede proporcionar placer, al igual que el usar la marihuana y el participar en relaciones sexuales promiscuas y en otras formas de comportamiento ilícito. Por eso, como dijo un fumador, a quien se le hizo muy difícil el dejar de fumar: “Con el tiempo admití en oración a Jehová que realmente me gustaba el fumar, pero que quería dejar de hacerlo a fin de agradarle a Él. . . . Por fin me libré del hábito.”
Usted también puede librarse. Si usted desea agradar a Dios, escriba a los que publican la revista ¡Despertad! y ellos con gusto enviarán a su hogar, sin costo para usted, a un ministro capacitado que le proporcionará información bíblica y la clase de apoyo moral que ha ayudado a muchísimas personas a dejar de fumar.
[Ilustración en la página 13]
Millones de personas se han librado del hábito de fumar