De nuestros lectores
EL ABORTO
Asisto a una escuela vocacional y hay 29 alumnos en mi clase. El tema “Aborto... sí o no” se presentó para consideración en clase. Yo fui la única persona que consideraba que el aborto es cometer asesinato. Había llevado conmigo varios ejemplares de la “¡Despertad!” que trataba sobre este tema y le di uno a la profesora. Ella lo leyó y hasta hizo que se sacaran copias del artículo “Diario de una criatura no nacida” y las distribuyó a toda la clase. Muchos de los alumnos reflexionaron acerca de los argumentos que se presentaron durante esta consideración, y por último cambiaron de su punto de vista anterior. Cuando la profesora volvió a preguntarnos qué parecer teníamos en cuanto al aborto, casi todos concordaron en que era cometer asesinato.
S. U., Alemania
La serie de artículos que ustedes publicaron respecto al aborto fue realmente conmovedora, y la ilustración acerca de ‘los piececillos... de un aborto a las diez semanas’ es verdaderamente enternecedor. Entregué este número de la revista a una señora en mi ruta de revistas. Hace poco me dijo tocante al buen efecto que esta información tuvo en ella. Esta señora estaba encinta, y cuando recibió la revista había hecho arreglos para someterse a un aborto. Después de leer la revista hubo noches en que no podía dormir. La misma noche antes de tener que presentarse para hacerse el aborto ella pidió a Dios en oración que le suministrara las fuerzas para no cometer un acto tan malo como el de quitar la vida a una criatura no nacida. Conmovida por lo que había leído en la revista “¡Despertad!,” ella canceló su cita para el aborto. Tanto ella como su esposo están sumamente agradecidos por la excelente información que les ayudó a proceder sabiamente.
J. A., España
Mientras participaba en la obra de predicar, descubrí unas cuantas puertas que antes yo había pasado por alto puesto que estaban ocultas en un pequeño callejón que queda entre dos edificios. Puse un número de “¡Despertad!” por debajo de una de las puertas. Este número tenía los artículos acerca del aborto. Después de volver varias veces, por fin encontré a una joven. Me dijo que su madre estaba en el hospital, donde acababa de haber dado a luz. Tres semanas después volví y encontré a la señora e inmediatamente me invitó a pasar y con mucho orgullo me mostró el miembro más reciente de la familia. Parece que el mismo día en que había hecho arreglos con su médico para someterse a un aborto, al volver a casa encontró la revista que yo había dejado por debajo de la puerta. Gracias a la “¡Despertad!,” lo que se había planeado que fuera un aborto resultó ser el “orgullo y gozo” de esta pareja.
G. D., Alemania
EL SUICIDIO
Deseo valerme de esta oportunidad para sugerirles que se concentren en un tema que, según mi parecer, ustedes han pasado por alto. Es con respecto al “suicidio entre la juventud.” Creo que este problema, que ha ido en aumento en estos últimos años, es muy urgente, y espero que estén de acuerdo conmigo. Para ser justo con ustedes, permítanme agregar que ¡ciertamente son pocos los ‘temas que ustedes pasan por alto’ en su publicación!
G. E., Dinamarca
Concordamos en que este es un problema serio. Sírvase considerar “¡Despertad!” del 22 de diciembre de 1981, para una consideración en cuanto al suicidio, incluso algunas referencias acerca del problema de los suicidios entre la juventud.—La dirección.