La “congelación” de lo nuclear... ¿puede traer paz y seguridad?
Como una ola marina que va creciendo y ganando ímpetu, el movimiento pro “congelación” de lo nuclear ha aumentado en tamaño e intensidad, y ha atraído a millones de personas. A medida que este movimiento se ha ido difundiendo por Europa, el Japón y los Estados Unidos, los esfuerzos de sus partidarios ya han influido en políticos y han alterado la actitud nacional tocante a la guerra. Dicho movimiento es poco común en varios sentidos.
Las personas que estudian seriamente la Biblia quizás se pregunten si esto desempeñará algún papel en el cumplimiento de las palabras de la profecía bíblica de “¡Paz y seguridad!”. ¿O decaerá este movimiento como una moda pasajera? (1 Tesalonicenses 5:3.)
¿Qué es?
El objetivo del movimiento en pro de la “congelación” de lo nuclear es detener, o congelar, la producción, las pruebas y el despliegue de toda arma nuclear. Hace un llamamiento para que se congelen todos los arsenales de armas nucleares, es decir, que se interrumpa la acumulación de armas al nivel actual. No se trata meramente de un movimiento de protesta. Un portavoz prominente del movimiento dijo que su objetivo principal es “congelar la producción de armas para que éstas no quemen a la gente”.
Los comienzos del movimiento pro “congelación” nuclear tuvieron lugar en Europa occidental en 1979. Varios ciudadanos holandeses que estaban preocupados ejercieron presión en el gobierno holandés para que prohibiera los mísiles nucleares en su país. Entonces recibieron apoyo de Noruega y Dinamarca para que ni siquiera se abrigara la idea de tener mísiles nucleares en estos países. En la primavera de 1980 aparecieron pequeñas olas del movimiento cuando Inglaterra despertó tocante a la cuestión de los mísiles nucleares, y para otoño de ese año este asunto llevó a 80.000 manifestantes a la Plaza de Trafalgar.
El movimiento llegó a conocerse como END (siglas que en inglés significan Desarme Nuclear Europeo), y ha crecido hasta convertirse en una ola, pues hay poderosos comités de END en Francia, Alemania Occidental, Grecia, Finlandia y Portugal, además de otros movimientos de apoyo en la mayoría de los demás países europeos. END exige que haya una zona, desde Polonia hasta Portugal, donde no haya armas nucleares, ningún arma nuclear. Esta ola llegó hasta Europa oriental, donde grupos se reunieron clandestinamente. Para el fin de 1981, el apoyo que se daba en Europa occidental a manifestaciones a favor de una “congelación” de lo nuclear alcanzó los siguientes totales de personas:
● Alemania Occidental—100.000 en Hamburgo, junio de 1981.
● Sicilia—30.000 en Comiso, octubre de 1981.
● Francia—40.000 en París, octubre de 1981.
● Inglaterra—175.000 en Londres, octubre de 1981.
● Italia—200.000 en Roma, octubre de 1981.
● Alemania Occidental—300.000 en Bonn, octubre de 1981.
● Países Bajos—400.000 en Amsterdam, noviembre de 1981.
● España—400.000 en Madrid, noviembre de 1981.
En los Estados Unidos, las semillas de la propuesta de una “congelación” de lo nuclear se plantaron en 1979 y, para 1980, brotaron en forma de grupos de ciudadanos encargados de hacer que los estadounidenses estuvieran conscientes del peligro y horror de una guerra nuclear. Aumentó la cantidad de personas que apoyaban el movimiento y éste se extendió a otros países, junto con sus manifestaciones, y hubo los siguientes resultados:
● E.U.A.—100.000 personas en 150 recintos universitarios, noviembre de 1981.
● Alemania Oriental—6.000 personas en Dresden, febrero de 1982.
● Japón—200.000 personas, en tres reuniones, en Tokio, mayo de 1982.
● E.U.A.—700.000 personas en la ciudad de Nueva York, junio de 1982.
El 12 de junio, mientras las Naciones Unidas celebraba en Nueva York la Segunda Sesión Especial sobre el Desarme, 700.000 defensores del movimiento marcharon ante las oficinas centrales de la O.N.U., culminando así una semana de manifestaciones. Durante la misma semana, en Europa, casi un millón de personas participaron en manifestaciones en Amsterdam, Amberes, Berlín, Bonn, Copenhague, Dublín, Londres, Madrid y París.
¿Quiénes la apoyan?
El rápido crecimiento y la mobilización de apoyadores de este movimiento que está extensamente difundido en la Tierra, marca este movimiento como poco común. Pero ¿quiénes son sus apoyadores?
Una amplia gama de ciudadanos, no solo los jóvenes, han suministrado la fuerza a este movimiento. Los apoyadores son personas de toda condición: amas de casa, empleados de fábricas, abogados, educadores, comerciantes, artistas, profesionales en la medicina, clérigos, científicos y hasta militares de todo rango.
Esta ola de seres humanos recibe su apoyo principalmente de tres secciones de la sociedad —a las cuales se considera conservadoras y estables— la científica, la médica, y especialmente las comunidades religiosas. La revista U.S. News & World Report dice: “La fuerza principal tras la cruzada antibélica estadounidense consiste en líderes de la mayoría de las iglesias de la nación”. Se dice lo mismo en el caso de Europa.
El bloque oriental de naciones apoya activamente al movimiento que pide la “congelación” de lo nuclear, no solo en sus respectivos países, sino también en otros países. Dicha participación franca es poco común. Grupos comunistas auspiciaron algunas de las manifestaciones europeas, y uno de los auspiciadores de la manifestación del 12 de junio de 1982 en la ciudad de Nueva York fue el Partido Comunista, E.U.A.
El que una variedad tan grande de personas de diversos antecedentes, ocupaciones y puntos de vista políticos estén envueltas en el movimiento es otra cosa que marca dicha campaña como poco común. ¿Por qué se han unido tan rápidamente a este movimiento millones de personas?
¿Por qué tan popular?
La gente tiene miedo, en realidad, se siente aterrorizada. Tiene “fobia nuclear”... temor a la guerra nuclear. Súbitamente se enfrentaron a la realidad de una guerra nuclear y la posibilidad de una destrucción total.
Sucesos recientes han aumentado el temor de la gente. Ahora se están poniendo en tela de juicio las normas de procedimiento internacionales que, durante los pasados 25 años, han mantenido estables los asuntos entre las potencias nucleares. Anteriormente, un “equilibrio de terror” había mantenido bajo control la amenaza de una guerra nuclear. Cada nación sabía que el atacar a otra resultaría en un contraataque de parte de la nación atacada, lo cual significaría la destrucción total de ambas naciones... tal vez de todas las naciones.
Este punto de vista ha cambiado. He aquí lo que alarma a la gente:
● Desde el verano de 1980 empezó a salir a luz información de que líderes mundiales habían aprobado planes de largo alcance para pelear una guerra nuclear a escala limitada. Se ha oído a representantes de las superpotencias hablar francamente sobre pelear, sobrevivir y hasta ganar una guerra nuclear a escala limitada o prolongada.
● Los desarrollos tecnológicos han hecho posible que los mísiles nucleares den en el blanco con precisión casi exacta. Con tal precisión, los mísiles pueden destruir casi todos los mísiles del enemigo que estén estacionados en tierra antes de que éste pueda usarlos para un contraataque, lo cual hace que sea más creíble lo que se dice en cuanto a pelear y ganar una guerra nuclear a escala limitada.
● No se ratificó el SALT II de 1979 (siglas en inglés que significan Tratado para la Limitación de Armas Estratégicas), que proponía la limitación de las armas nucleares.
● Los presupuestos militares están aumentando considerablemente, mientras muchos países sufren de una severa recesión económica.
● Los científicos, médicos y clérigos están trabajando celosamente para hacer que el público esté cada vez más consciente de lo devastador que un ataque nuclear sería para los humanos, el ambiente y generaciones futuras.
Una vez que el movimiento haga que la gente esté consciente de los efectos mortíferos de una guerra nuclear, ¿cuál es su meta?
¿Qué se espera que logre?
Se espera que el movimiento no solo persuada a su favor a la mayor parte de la gente, sino que también cambie las normas políticas tocante a las armas nucleares. El periódico The New York Times hizo este comentario respecto a la meta del movimiento: “Ellos creen que la cuestión principal es si pueden convertir la preocupación del público respecto a la carrera de armamentos nucleares, la cual va creciendo rápidamente, en votos en el Congreso”.
¿Han tenido éxito? La presión política de los apoyadores del movimiento influyó en gobiernos europeos de modo que revisaron sus normas sobre las armas nucleares. Helmut Schmidt, quien entonces era canciller de Alemania Occidental, advirtió que no se pasara por alto el movimiento, pues dijo que sus apoyadores “están enviando señales claras a los líderes políticos”.
En los Estados Unidos hay representantes elegidos que sienten la presión. Por ejemplo, en agosto del año pasado una resolución que pedía que se aprobara inmediatamente una “congelación” de los arsenales nucleares estadounidenses y soviéticos, presentada a la Cámara de Representantes, perdió por un escaso margen de 204 a 202 votos. No obstante, esto pintó un cuadro vívido de la fuerza que ha ganado esta cuestión en poco tiempo.
Rusia también está consciente del poder que tiene este movimiento. Por primera vez, que se recuerde, Rusia permitió que personas del exterior marcharan por la paz. En julio del año pasado un grupo de 300 manifestantes procedentes de Escandinavia encabezaron una marcha de casi un kilómetro por el centro de Moscú, llamada Marcha de Paz 82, en protesta por las armas nucleares, y llevaban un letrero grande que decía: “Quiten las armas nucleares de todo el mundo”.
¿Obligará este movimiento a los líderes gubernamentales a tomar medidas que garanticen alguna forma de paz mundial? ¿O se oirá esta proclamación solo de la boca de las masas? ¿Ejercerá el gobierno su poder para reprimir este movimiento por medio de acallar a uno de los instigadores principales del movimiento... el clero? En agosto del año pasado el presidente estadounidense Ronald Reagan se dirigió a un grupo internacional de miembros de alto rango de la jerarquía católica durante la celebración del centenario del Concilio Supremo de los Caballeros de Colón, y habló sobre este mismísimo asunto. Hizo un llamamiento a los católicos romanos para que rechazaran la “congelación” de lo nuclear.
En relación con los mencionados esfuerzos por establecer paz mundial, el apóstol Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 5:2, 3: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. Cuando Jehová Dios mismo ejecute juicio contra los gobiernos corruptos, Su acción será rápida y decisiva. Pero ¿constituirá este movimiento un paso de las naciones hacia la proclamación de “¡Paz y seguridad!”? Veremos.
Sin embargo, este hecho es evidente en sí: La emoción dominante del movimiento que quiere la “congelación” de lo nuclear es el temor. ¿Por qué hay tanto temor en todo el mundo hoy?
[Ilustración en la página 7]
¿Persuadirá a los políticos la “congelación” de lo nuclear?
[Recuadro en la página 5]
La “congelación” de lo nuclear... ¿quiénes la apoyan?
La comunidad científica
● El concilio de Pugwash, que se celebró en el Canadá en agosto de 1981, y al que asistieron científicos de 40 países, llegó a la siguiente conclusión:
“Recomendamos que se imponga una “congelación” inmediata a todo lo que se relacione con los presentes arsenales nucleares de los Estados Unidos y la Unión Soviética”. (The Bulletin of the Atomic Scientists.)
La comunidad médica
● Durante mayo de 1982, la organización llamada Físicos Internacionales para la Prevención de una Guerra Nuclear, cuyos miembros provienen de 19 países, celebró su segunda conferencia anual en Inglaterra. El vocero de la organización declaró:
“Sea cual sea nuestra patria y sean cuales sean nuestras ideologías políticas, todos concordamos totalmente en que una guerra nuclear será la epidemia final... Los médicos han querido hacer algo acerca de la locura de acumular enormes armamentos nucleares, pero no ha habido una fuerza eficaz que esté a la altura del problema. Ahora está apareciendo dicha fuerza. Si ésta recibiera la participación activa de la mayor parte de los médicos del mundo, podría convertirse en una fuerza incontenible”. (Medical World News.)
La comunidad religiosa
● La participación de los católicos romanos:
El mensaje papal sobre el desarme nuclear que se presentó a las Naciones Unidas en junio de 1982 declara: “La enseñanza de la Iglesia Católica al respecto es inequívoca y consecuente. La iglesia ha deplorado la carrera de armamentos; ha hecho un llamamiento para que se disminuyan los armamentos mutua, progresiva y verificablemente”. (United Nations General Assembly Verbatim Record.)
En el “Testimonio de Diferentes Confesiones Religiosas para Poner Fin a la Carrera de Armamentos Nucleares”, que se celebró en la ciudad de Filadelfia, E.U.A., en junio de 1982, el cardenal Krol “hizo un llamamiento a los gobiernos del mundo ‘para que desmantelaran las armas nucleares existentes’”. (The New York Times.)
● La participación de los protestantes:
El grupo asociado con la iglesia protestante de Alemania Occidental llamado Arbeitsgemeinschaft Dienst fur Frieden, AGDF (Grupo de Acción en el Servicio de la Paz), ayudó a organizar una manifestación en contra de las armas nucleares en Bonn, Alemania, en 1981. (The Christian Century.)
Desde 1980, el Concilio Británico de Iglesias ha aprobado unánimemente una moción que apoya la Campaña Mundial para el Desarme. (Carta sobre la Campaña Mundial para el Desarme.)
El Concilio de Iglesias de los Estados Unidos, las Iglesias Bautistas de Norteamérica, la Iglesia Unida de Cristo y la Iglesia Reformada de Norteamérica apoyaron la manifestación pro “congelación” que se celebró en la ciudad de Nueva York en junio de 1982. (Boletín del comité de la manifestación del 12 de junio.)
● La participación de la iglesia ortodoxa:
La Iglesia rumana ortodoxa sirvió de huésped a representantes de confesiones cristianas, judías y musulmanas provenientes de 16 países: Conferencia para el “Llamamiento al Desarme y la Paz”, que se celebró en Bucarest en 1981. El propósito de ésta fue: “Les instaremos [a los miembros de la iglesia] a participar más activamente en el servicio de la paz y a favor de la esperanza de un futuro pacífico para la humanidad. [...] a fin de impedir y eliminar de una vez para siempre el peligro de una guerra nuclear”. (Romanian Orthodox Church News, Quarterly Bulletin.)
Durante mayo de 1982, la Iglesia rusa ortodoxa patrocinó la “Conferencia Mundial de Obreros Religiosos para Salvar el Don Sagrado de la Vida de una Catástrofe Nuclear” e invitó a 600 clérigos distinguidos de todas partes del mundo. (La revista Time.)
● Participación budista:
En el Japón, “tanto los budistas como los cristianos están organizando muchas otras clases de movimientos [en contra de las armas nucleares]”. (Asahi Evening News.)
[Recuadro/Diagrama en la página 6]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
¿Qué sucedería si una bomba nuclear de un megatón explotara a una distancia de unos 1.800 metros? Zona 1: Destrucción total; no habría sobrevivientes. Zona 2: Todos los edificios serían derribados; 50% de la población moriría. Zona 3: Tormenta de fuego; 25% de los habitantes morirían. Zona 4: Daños a edificios; 10% de los habitantes morirían
20 10 0 6 12
kilómetros millas
1 2 3 4
[Recuadro/Diagrama en la página 6]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
En el mundo se gasta un millón de dólares cada minuto en la carrera de armamentos. Si se usara este dinero para la construcción de casas, se pudieran construir diariamente más de 18.230 casas nuevas. (Basado en un costo de $79.000 [E.U.A.] por cada una)