Cómo afrontar la situación
LOS embates contra la moralidad sexual comienzan en las primeras etapas de la vida con programas de televisión, libros, revistas, películas y música que destacan el sexo. La juventud se ve empujada a adoptar los patrones de conducta sexual de los adultos sin poseer todavía la debida estabilidad emocional. Y por si la presión sexual fuera poca, algunos padres incluso permiten los noviazgos a una edad temprana. La influencia de los amigos también fomenta en los jóvenes el deseo de salir con alguien del otro sexo, y muchos de los que tienen novio o novia formal pronto bajan la guardia e inician una vida sexual activa. “Cuántas veces sucede [...] que una quinceañera que no se siente querida por sus padres [...] se funde en un abrazo sexual con su novio con la idea equivocada de encontrar amor e intimidad”, comentó Luther Baker, profesor de relaciones familiares.
Los jóvenes tienden a vivir los años de la adolescencia como si se les estuviera acabando la vida, en lugar de verlos como una preparación para la vida. “Entusiasmados con su nueva capacidad y convencidos por los amigos de que para ser hombre hace falta un cúmulo de proezas sexuales, muchos jóvenes se convierten en depredadores sexuales” durante la adolescencia, dijo el profesor Baker. Hace unos treinta años, el historiador Arnold Toynbee se lamentó de esta traición que se perpetra contra nuestra juventud, pues, en su opinión, la historia ha demostrado que parte de la energía creativa del mundo occidental moderno proviene de la aptitud para posponer el ‘despertar de la sexualidad’ en los adolescentes a fin de permitirles concentrarse en adquirir conocimiento.
Padres que constituyen una influencia positiva
Los padres que no permiten que sus hijos adolescentes salgan a divertirse a solas con alguien del sexo opuesto demuestran un verdadero interés por la salud y felicidad futuras de sus hijos. Cuando los progenitores tienen normas morales elevadas y mantienen abiertas las líneas de comunicación con sus hijos, constituyen una influencia positiva en la vida de estos. Los estudios sobre el comportamiento sexual de los jóvenes indican que “dicha influencia puede motivar a los hijos a postergar las relaciones sexuales”, mencionó la revista Journal of Marriage and the Family.
Los padres que obtienen mejores resultados son los que inculcan en sus hijos un marcado sentido de autodisciplina y responsabilidad. “Cuando los padres y sus hijos adolescentes poseen valores que enfatizan el sentido de responsabilidad, las posibilidades de que estos tengan hijos sin estar casados se reducen considerablemente”, testifica cierto estudio. Para ello hace falta que los padres se interesen por las actividades de sus hijos: que supervisen sus tareas escolares, que sepan adónde van y con quién están, que les fijen metas educativas realistas y que les impartan valores espirituales. Los hijos que crecen en este ambiente de estrecha interacción con sus padres se sienten más a gusto consigo mismos y con su sexualidad.
El mejor consejo tanto para padres como para hijos se encuentra en las sabias palabras de la Biblia. A los padres de la nación de Israel se les mandó que comunicaran a sus hijos elevados valores morales. Jehová les formuló esta pregunta: “¿Qué gran nación hay que tenga disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales justas como toda esta ley que estoy poniendo delante de ustedes hoy?”. Estas “disposiciones reglamentarias” eran las que tenían que enseñar a sus hijos en el calor y la intimidad del entorno familiar. “Tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” A los hijos se les dio la siguiente admonición: “Observa [...] el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre”. La comunicación y la instrucción íntima y afectuosa por parte del padre y de la madre ayudaría a los hijos a desarrollar una actitud equilibrada con relación a la vida y a la sexualidad, la cual ‘vigilaría’ al joven a lo largo de toda su vida. (Deuteronomio 4:8; 6:7; Proverbios 6:20, 22.)
Jóvenes, ¿por qué arruinar su futuro cediendo a los impulsos sexuales? Los años de la adolescencia son aproximadamente siete. Deberían utilizarlos para madurar mental, emocional y espiritualmente, y para cultivar una actitud equilibrada tocante a la sexualidad, en preparación para los siguientes cincuenta o sesenta años de su vida. Padres, tomen en serio la responsabilidad que Dios les ha impuesto, y protejan a sus hijos del sufrimiento de corazón que ocasionan las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. (Eclesiastés 11:10.) Permitan que sus hijos vean en ustedes cómo el amor y la consideración ayudan a entablar relaciones duraderas con otras personas.
Cómo salir airosos de la situación
No permitan que la obsesión que reina hoy día por el sexo distorsione su modo de ver la vida y arruine su oportunidad de gozar de un futuro satisfaciente y feliz. Mediten en los muchos ejemplos de relaciones humanas que hay en la Biblia. Pueden estar seguros de que la vida y el amor continúan teniendo fuerza y sentido mucho después de la adolescencia. Reconocer este hecho, teniendo presente la voluntad divina para los hombres y mujeres cristianos, es el fundamento para una unión verdaderamente íntima y duradera entre dos personas enamoradas.
Cuando examinen algunas parejas bíblicas como Jacob y Raquel, Boaz y Rut, y el pastor y la doncella sulamita, percibirán un elemento de atracción sexual en sus relaciones. Sin embargo, al leer detenidamente los capítulos 28 y 29 de Génesis, el libro de Rut y El Cantar de los Cantares, observarán que hay otros elementos importantes que enriquecen estas relaciones.a
Acepten las provisiones de Jehová para la vida
Jehová, el Creador del hombre, comprende la sexualidad humana y los impulsos que la acompañan. Él nos ha creado amorosamente a su imagen, no con “genes promiscuos”, sino con la capacidad de controlar nuestras emociones de acuerdo con la voluntad divina. “Esto es la voluntad de Dios: [...] que se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual tal como el que también tienen las naciones que no conocen a Dios; que nadie llegue al punto de perjudicar y abuse de los derechos de su hermano en este asunto.” (1 Tesalonicenses 4:3-6.)
Los testigos de Jehová viven de acuerdo con estas pautas en todo el mundo. Respetan las elevadas normas de Dios para los hombres y mujeres cristianos. A los hombres mayores se les trata como a padres, “a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de más edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas, con toda castidad”. (1 Timoteo 5:1, 2.) ¡Qué ambiente tan sano para que los jóvenes crezcan hasta convertirse en hombres y mujeres, sin la presión de un noviazgo o matrimonio prematuro o de una enfermedad de transmisión sexual! La familia cristiana practicante, fortalecida por la congregación cristiana, constituye un refugio seguro en un mundo enloquecido por el sexo.
Al aplicar los principios bíblicos en su vida, los jóvenes cristianos se mantienen libres de la obsesión por el sexo y hallan deleite en prestar atención a la admonición que se da en la Palabra de Dios: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero sabe que debido a todas estas el Dios verdadero te traerá a juicio. Por eso, quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad; pues la juventud y la flor de la vida son vanidad”. (Eclesiastés 11:9, 10.)
[Nota]
a Véase la página 247 del libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Comentario de la página 10]
No permitan que la obsesión por el sexo arruine su oportunidad de gozar de un futuro satisfaciente y feliz
[Ilustraciones de la página 9]
Cuando los jóvenes participan en actividades familiares, es menos probable que vayan en busca de intimidad sexual