Capítulo 6
¿Qué ha estado haciendo Dios?
1. (a) Cuando ciertos individuos dicen que “Dios está muerto,” ¿qué quieren decir? (b) ¿Concuerda usted con esas personas?
EN LOS últimos años ciertos individuos, notablemente líderes religiosos, han estado diciendo que “Dios está muerto.” ¿Quieren decir que Dios no existe? En la mayoría de los casos, no. Por lo general lo que quieren decir es que no creen que esté interesado activamente en la Tierra o que esté haciendo cosa alguna en cuanto a los problemas que afligen a la humanidad. Pero la verdad es que Dios está muy vivo, que sí se interesa en lo que acontece. Es verdad que quizás no haya hecho lo que los hombres esperaban que hiciera. Pero eso no quiere decir que no haya hecho nada. De hecho, él ha estado activo a favor de la humanidad desde el principio de la historia humana y a través de ella hasta el mismo día actual.
2. ¿Cómo puede afectar lo corto de la vida del hombre la manera en que él piensa sobre este asunto?
2 Una razón por la cual algunas personas piensan que “Dios está muerto” es la corta duración de la vida del hombre. Esto hace que el hombre se impaciente por lograr cosas en el breve período de tiempo que la vida le permite. A veces sus esfuerzos resultan prematuros, y por eso no alcanzan la meta que él intentaba lograr. Pero su deseo de ver resultados durante su propia vida domina su pensamiento. Equivocadamente, tiende a juzgar a Dios con esa experiencia humana como base, con todas sus limitaciones.
3. ¿Cómo afecta la largura de la vida de Jehová el que él pueda tratar con las situaciones en el mejor tiempo posible?
3 Por otra parte, Jehová vive para siempre. (Salmo 102:24 [101:25, TA]; Isaías 44:6) Él no tiene que impacientarse. Puede hacer un examen de la situación y ver precisamente dónde en la corriente del tiempo sus actos lograrán el mayor bien para todo el que esté envuelto en el caso, así como para dar desarrollo eficaz a su propósito. (Isaías 40:22; 2 Pedro 3:8, 9) Eso es exactamente lo que Dios ha hecho.
CÓMO SE HA REVELADO DIOS
4. ¿Qué ha declarado Jehová que es su propósito, y por eso qué conocimiento ha suministrado para la humanidad?
4 El propósito declarado de Jehová es suministrar una administración justa para toda la creación, una que haga posible que la humanidad viva en paz y unidad, disfrutando de seguridad completa. (Efesios 1:9, 10; Proverbios 1:33) Sin embargo, Dios no obliga a nadie a servirle. Él recoge bajo su administración sólo a los que de buena voluntad reconocen Su puesto y que aman Su gobernación. Para colocar un fundamento para un mundo entero de humanidad que viviría en armonía con sus requisitos, Dios procedió a suministrar a la humanidad conocimiento de las normas y principios de su administración justa y cómo ésta opera. Al mismo tiempo estuvo haciendo posible para la humanidad adquirir conocimiento vital acerca de Dios mismo y sus cualidades personales.—Juan 17:3.
5. Por las obras de creación, ¿qué podemos aprender acerca de Dios?
5 Siendo espíritu, Jehová, por supuesto, es invisible al hombre. Por eso, ¿cómo haría que hombres de carne sangre entendieran estas cosas? Mucho se puede aprender acerca de las cualidades del Creador por su obra. (Romanos 1:20) Las maravillosas interrelaciones de los procesos terrestres de la vida dan testimonio de su sabiduría. El tremendo poder que se manifiesta en los océanos, en las condiciones del tiempo y en el movimiento controlado de los cuerpos celestes da evidencia de su omnipotencia. (Job 38:8-11, 22-33; 40:2) Y la variedad de alimentos que la Tierra da, junto con la belleza de las flores, las aves, las salidas y puestas del Sol, y las piruetas juguetonas de los animales, todas estas cosas hablan del amor del Creador a la humanidad y de Su deseo de que disfrutemos de la vida. Sin embargo la revelación que da Dios de sí mismo no termina con solo estas cosas.
6. (a) ¿Por medio de qué cosas ha suministrado Dios revelaciones específicas de su voluntad? (b) ¿Qué otros medios ha usado Dios para revelar sus principios y cualidades al hombre?
6 En varias ocasiones él ha hablado también desde los cielos, en algunos casos personalmente, y otras veces por medio de ángeles. Así, ha familiarizado gradualmente al hombre con Sus normas justas y Su voluntad. Hizo esto en el monte Sinaí en la península Arábiga, donde habló de manera inspiradora de temor, dando su ley a los millones de israelitas que se habían reunido allí. (Éxodo 19:16-19; 20:22) Entonces, por medio de sus profetas se comunicó con los hombres durante un período de muchos siglos, e hizo que ellos pusieran por escrito las revelaciones de su voluntad. (2 Pedro 1:21) Además de esto, Dios ha decidido revelar sus principios y cualidades por medio de tener tratos con su pueblo, de ese modo añadiendo el atractivo cálido de la experiencia humana a su Palabra registrada por inspiración. ¡Cuánto más instructivo, convincente y emocionante es no solo oír y leer las declaraciones de propósito de Dios, sino también poder ver en el registro histórico imborrable ejemplos que hacen posible que entendamos lo que es su voluntad para nosotros! (1 Corintios 10:11) ¿Qué revela ese registro?
7. (a) ¿Cómo ha demostrado Dios que no tolera para siempre la injusticia? (b) Al aprender cómo considera Dios esa conducta, ¿qué debemos hacer?
7 Le suministra al hombre la evidencia de que Dios no tolera para siempre la injusticia o iniquidad. Es verdad que dejó que la prole de Adán fuera por su propio camino, produciendo el inevitable registro que muestra que el hombre no puede gobernarse a sí mismo con buen éxito. Pero Dios no dejó a la humanidad sin evidencia de Su juicio contra sus caminos injustos. Así, hizo que hubiera un diluvio en el día de Noé debido a que ‘la tierra había llegado a estar llena de violencia.’ (Génesis 6:11-13) Destruyó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, depravadas en cuanto a lo sexual. (Génesis 19:24; Judas 7) Dejó que la nación de Israel, que afirmaba servirle, fuera al destierro porque practicó la falsedad. (Jeremías 13:19, 25) Al aprender cómo Dios considera esa conducta, tenemos la oportunidad de hacer cambios en nuestra vida para mostrar el amor que le tenemos a la justicia. ¿Haremos eso?
8. Cuando Dios trae destrucción, ¿hay sobrevivientes? Ilustre.
8 Otro punto vital que el registro le revela al hombre es que Dios no quita al justo con el inicuo. En el diluvio global, Dios no destruyó a Noé, que era “predicador de justicia,” sino que lo dejó vivo a él y a otros siete. (2 Pedro 2:5) Y, antes que lloviera fuego y azufre sobre Sodoma, se hizo posible que el justo Lot y su casa escaparan.—Génesis 19:15-17; 2 Pedro 2:7.
9, 10. (a) ¿Qué piensa usted de la manera en que Jehová trató con Israel, en vista de que los instó vez tras vez a apartarse de la maldad? (b) Además de que él es paciente, ¿qué otra cosa nos enseñan estos relatos acerca de Dios?
9 Cuando el pueblo de Israel, que estaba en relación de pacto con Dios, le resultó infiel, ¿qué hizo él? No los rechazó inmediatamente. Como les dijo por medio de su profeta Jeremías: “Seguí enviando a ustedes todos mis siervos los profetas, madrugando diariamente y enviándolos.” Pero ellos no escucharon. (Jeremías 7:25, 26) Aun a medida que se acercaba el tiempo para el sitio mismo y la destrucción de Jerusalén, Jehová dijo lo siguiente por medio de su profeta Ezequiel: “‘¿Acaso me deleito de manera alguna en la muerte de alguien inicuo,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová, ‘y no en que se vuelva de sus caminos y realmente siga viviendo? . . . Por lo tanto hagan un volverse y sigan viviendo.’”—Ezequiel 18:23, 32.
10 Entonces, ¿qué vemos? Que, de manera que toca profundamente el corazón de las personas que aman lo justo, Jehová ha manifestado claramente su gran paciencia para con la humanidad. Al mismo tiempo, por sus tratos también deja vigorosamente impresionado en nosotros el amor que le tiene a la justicia y la importancia de vivir en armonía con sus requisitos.
11. (a) ¿Qué declaración de propósito hizo Jehová en Edén? (b) ¿Qué ha estado haciendo Dios desde entonces?
11 Otra cosa, muy fundamental, se destaca. Desde el principio, vemos que Dios ha tenido un propósito claro en todo lo que ha hecho, y nunca ha dejado de actuar cuando el cumplimiento de su propósito ha exigido acción. Su propósito fundamental fue declarado, aunque en lenguaje velado, en el mismo Edén. Al dictar juicio contra Satanás, Jehová predijo que Satanás tendría oportunidad de levantar una “descendencia,” los que manifestarían sus características y harían su voluntad. También predijo la producción de otra “descendencia,” un libertador justo. Éste administraría un golpe mortífero a “la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás,” y así libertaría a la humanidad de la dominación inicua de éste. (Génesis 3:15; Revelación 12:9) Después de hacer esta declaración de propósito, Jehová procedió a hacer preparaciones claras para al fin administrar los asuntos de la Tierra bajo la prometida “descendencia.” Esta obra preparatoria tomaría tiempo, como veremos.
POR QUÉ TRATÓ ESPECÍFICAMENTE CON ISRAEL
12, 13. (a) ¿Por qué seleccionó Dios a Israel y dio sus leyes a solo aquella nación? (b) Por eso, ¿qué podemos aprender de la historia de Israel y de la de otras naciones?
12 Mucho tiempo antes que las naciones de nuestro tiempo actual existieran, Dios seleccionó a una nación como su propio pueblo por centenares de años. ¿Por qué? Para hacer una demostración viva de la operación de sus principios justos. Esa nación estuvo compuesta de descendientes de Abrahán, un hombre que había desplegado gran fe en el Creador. A ellos Jehová dijo: “No fue por ser ustedes el más populoso de todos los pueblos que Jehová les mostró afecto de modo que los escogiera, porque eran el más pequeño de todos los pueblos. Antes bien, fue por amarlos Jehová, y por guardar la declaración jurada que él había jurado a sus antepasados.”—Deuteronomio 7:7, 8; 2 Reyes 13:23 [4 Reyes 13:23, TA].
13 Después de librarlos de la esclavitud en Egipto, Jehová los llevó al monte Sinaí y allí ofreció tomarlos en relación de pacto consigo. Ellos respondieron: “Todo cuanto ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo.” (Éxodo 19:8) Jehová entonces procedió a darles sus disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales. Esto los separó de todas las demás naciones y suministró información detallada para los hombres en cuanto a las propias normas justas de Dios. (Deuteronomio 4:5-8) Por eso, la historia israelita suministra un registro de lo que sucede cuando las leyes sabias y justas de Dios son u obedecidas o desobedecidas. Al mismo tiempo, la historia de otras naciones suministra un contraste, revelando el resultado que les viene a los que viven sin la ley de Dios.
14. (a) ¿Cometió Dios un mal contra las naciones no israelitas al no intervenir en sus asuntos? (b) Sin embargo, ¿de qué manera se beneficiaban de la bondad inmerecida de Dios?
14 ¿Qué sucedía con las otras naciones? Iban por su propio camino, escogiendo sus propias formas de gobierno. La gente de estas naciones no estaba totalmente privada de toda bondad en sus vidas. Todavía tenían la facultad de conciencia, y esto a veces los movía a actuar con interés humanitario en sus semejantes. (Romanos 2:14; Hechos 28:1, 2) Pero su herencia de pecado y su rechazamiento de la guía divina hacía que fundamentalmente siguieran un proceder de egoísmo. Esto llevaba a guerras crueles y prácticas depravadas para satisfacer sus pasiones egoístas. (Efesios 4:17-19) Dios no era responsable de los ayes que se causaban a sí mismos. Su proceder en la vida era lo que ellos mismos habían escogido. Dios no interfería en las cosas de ellos, excepto cuando las actividades de ellos estaban en conflicto con el cumplimiento de Sus propósitos. Sin embargo, en su bondad inmerecida, él les permitía disfrutar del sol y la lluvia, las bellezas de su creación y el fruto de la tierra.—Hechos 14:16, 17.
15. ¿Qué arreglos estaba efectuando Dios para que gente de estas naciones recibiera bendición al fin?
15 Tampoco dejó Jehová a estas naciones sin oportunidad de estar entre los que al fin podrían recibir bendiciones por medio de la Descendencia prometida. A Abrahán se le dijo que la Descendencia sería producida por medio de su linaje familiar, y acerca de los resultados de esto Jehová dijo: “Por medio de tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz.” (Génesis 22:18) Así vemos que, aunque Jehová estuvo tratando exclusivamente con Israel, estaba ejecutando imparcialmente su propósito de bendecir a las otras naciones más tarde, aunque ellas no conocían ese hecho.—Hechos 10:34, 35.
16. (a) Durante todo este tiempo, ¿qué estaba haciendo Dios con relación a la promesa acerca de la Descendencia? (b) ¿Quién resultó ser esa Descendencia prometida?
16 Durante el tiempo en que Jehová estuvo tratando con el Israel carnal, suministró muchas profecías que satisfarían una necesidad vital. Harían posible que hombres de fe identificaran a la Descendencia prometida, el Ungido de Jehová, cuando éste al fin llegara. Su línea de familia —a través de la tribu de Judá y la casa de David— fue especificada. (Génesis 49:10; Salmo 89:35, 36 [88:36, 37, TA]) El lugar de su nacimiento, Belén, fue mencionado. (Miqueas 5:2) Con siglos de anterioridad, se señaló el tiempo mismo en que él, como hombre crecido, sería ungido, llegando a ser así el Mesías. (Daniel 9:24-27) Sus servicios sacerdotales a favor de la humanidad fueron prefigurados, así como lo fue el sacrificio de sí mismo que él ofrecería para abrir el camino para que personas de todas las naciones obtuvieran la oportunidad de tener vida eterna cuando llegara el Día de Juicio de Dios. (Hebreos 9:23-28) Así, cuando llegó el tiempo señalado, todo identificó inequívocamente a Jesucristo como aquel a quien Jehová había enviado como la Descendencia de la promesa, aquel por medio de quien al fin vendrían bendiciones a toda la humanidad.—Gálatas 3:16, 24; 2 Corintios 1:19, 20.
LA PREPARACIÓN DE GOBERNANTES PARA LA HUMANIDAD
17. Por medio de Jesús, ¿qué iba a hacer Dios que sucediera, y cómo se dio énfasis a esto al tiempo de su nacimiento?
17 Aquí estaba aquel por medio de quien Dios otorgaría paz a la humanidad. Antes de su nacimiento un ángel de Dios le había dicho a su madre María que a su hijo se le daría un reino eterno. Pastores cerca de Belén recibieron notificación de su nacimiento, y entonces escucharon a una multitud de los ejércitos del cielo alabar a Dios y decir: “Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.”—Lucas 1:31-33; 2:10-14.
18. (a) ¿De qué manera lo prepararon para los puestos de rey y sacerdote sus experiencias en la Tierra? (b) ¿Qué efecto tuvo su muerte en la obtención de la paz?
18 Considere los beneficios de que este futuro rey celestial hubiese vivido en la Tierra. Como hombre llegó a conocer y entender los problemas de la humanidad. Vivió y trabajó con los hombres, compartiendo el contristarse de ellos y sufriendo penalidades personalmente. Bajo las pruebas más severas probó su lealtad a Jehová y su amor a la justicia. Todo esto fue parte de la manera en que Dios lo preparó para ser Rey sobre el cielo y la Tierra y Sumo Sacerdote para administrar beneficios dadores de vida a la humanidad. (Hebreos 1:9; 4:15; 5:8-10) Además, por medio de su propia vida entregada como sacrificio, Jesucristo abrió el camino para que la humanidad vuelva a obtener relaciones pacíficas con Dios.—1 Pedro 3:18.
19. (a) ¿Cómo sabemos que Jesús fue resucitado y ascendió al cielo? (b) En cuanto a su posición de rey, ¿qué hizo él después de regresar al cielo?
19 Después de su muerte, Dios lo levantó a la vida de nuevo y se encargó de que hubiera más de quinientos testigos humanos que dieran testimonio del hecho de que esto era lo que realmente había acontecido. (1 Corintios 15:3-8) Entonces, cuarenta días después, mientras sus discípulos observaban, él ascendió hacia los cielos y desapareció de la vista de ellos. (Hechos 1:9) Desde el cielo procedió a ejercer su posición de rey para con sus propios fieles seguidores, y los beneficios de su gobernación hicieron que ellos se destacaran en contraste con el resto de la humanidad. Pero, ¿era ahora el debido tiempo para que él recibiera autoridad de rey sobre las naciones? No, porque otros asuntos en el gran programa de Dios exigían atención.—Hebreos 10:12, 13.
20. ¿Qué nueva obra había hecho accesible Jesús para sus discípulos en la Tierra?
20 Una obra de gran importancia tenía que efectuarse por toda la Tierra. Antes de la muerte y resurrección de Jesús, los israelitas no habían salido como predicadores a convertir a otras naciones... aunque cualquiera que deseara emprender la adoración de Jehová siempre podía recibir bendiciones con Israel. (1 Reyes 8:41-43 [3 Reyes 8:41-43, TA]) Con el principio del cristianismo, sin embargo, se comenzó una nueva obra. Jesucristo mismo puso primero el ejemplo en Israel. Entonces, mientras todavía estaba con sus discípulos, antes de ascender al cielo, les dijo: “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.”—Hechos 1:8.
21. En vez de la conversión del mundo, ¿qué estaba logrando Dios por medio de aquella testificación?
21 ¿Era el objeto de esto la conversión del mundo? No. Más bien, como mostró Jesús en una ilustración acerca del “reino de los cielos,” lo que se lograría durante el período que se extendería hasta penetrar en la “conclusión del sistema de cosas” sería un recogimiento de “los hijos del reino.” Sí, los otros miembros del venidero gobierno del Reino tenían que ser seleccionados. (Mateo 13:24-30, 36-43) Cualquiera que lee las Escrituras Griegas Cristianas puede ver fácilmente que, comenzando con el Pentecostés de 33 E.C., la esperanza que se ofreció a los creyentes fue la de participar con Jesucristo en su gobernación del Reino en el cielo.—2 Timoteo 2:12; Hebreos 3:1; 1 Pedro 1:3, 4.
22. (a) ¿Qué cualidades requería Dios en estos herederos en expectativa del reino celestial? (b) Por eso, ¿se hizo apresuradamente la selección?
22 La selección de estas personas que en el futuro serían cogobernantes sobre la humanidad tomaría tiempo. ¿Por qué? En primer lugar, aquella esperanza, algo que era más precioso que la mejor de las joyas, había de extenderse a personas de todas las naciones. Aunque muchos afirmaron tenerla firmemente asida, pocos verdaderamente resultaron ser fieles seguidores del Hijo de Dios. (Mateo 13:45, 46; 22:14) Había que satisfacer normas elevadas. Los cristianos no han vivido como un grupo nacional separado de otras personas, como lo hizo el Israel carnal. Como resultado de esto, su fe y aguante han sido sometidos a prueba severamente. Han sido como extranjeros en el mundo abogando por otro modo de vida, uno en armonía con los principios justos de Dios. (1 Pedro 2:11, 12) Para ser aprobados, tienen que mantenerse limpios de las prácticas inmorales y corruptas del mundo que los rodea. (1 Corintios 6:9, 10) Si verdaderamente han de ser “hijos de Dios,” tienen que probar que son “pacíficos,” no participando en las guerras de las naciones ni pagando con venganza cuando se les persigue por su fe. (Mateo 5:9; 26:52; Romanos 12:18, 19) Se ha exigido que demuestren lealtad sin vacilación a la gobernación ejercida por Dios, rehusando ser identificados como promovedores de los gobiernos políticos de la humanidad, a los cuales la Biblia llama ‘bestias.’ (Revelación 20:4, 6) Debido a esto, y debido a que se han adherido al nombre de Jesucristo como el rey ungido de Dios, han sido “objetos de odio de parte de todas las naciones.” (Mateo 24:9) Por eso, los que han de ser los gobernantes celestiales de la humanidad junto con Cristo no han sido escogidos apresuradamente.
23. (a) ¿Cuántos han de estar en ese cuerpo administrativo celestial con Cristo? (b) ¿De entre quiénes han sido seleccionados, y por qué?
23 Lo largo del tiempo que se ha tomado no se debe a que el número escogido hubiese de ser grande. Según las Escrituras, Dios limitó el número de este cuerpo administrativo selecto bajo Jesucristo a 144.000 personas. (Revelación 14:1-3) Pero Dios las ha escogido cuidadosamente. Han sido tomadas “de toda tribu y lengua y pueblo y nación.” (Revelación 5:9, 10) Entre ellas hay personas de todo ramo de actividad en la vida, hombres y mujeres, personas que han compartido todos los diversos problemas de la humanidad. Mientras se han estado vistiendo de la nueva personalidad cristiana, sencillamente no hay problema a que algunos de ellos no se hayan enfrentado y que no hayan vencido. (Efesios 4:22-24; 1 Corintios 10:13) ¡Cuánto nos debe alegrar esto, puesto que nos da la garantía de que serán reyes y sacerdotes compasivos y misericordiosos, que podrán ayudar a hombres y mujeres de toda clase, rindiéndoles asistencia para que obtengan la provisión de Dios para vida eterna!
24. ¿Qué hay de los millones de otras personas que vivieron y murieron durante este tiempo, muchas de ellas sin saber nada de la Biblia?
24 ¿Qué hay de la humanidad fuera de esta congregación cristiana? Durante todo este tiempo, Dios no estuvo interviniendo en los asuntos gubernamentales del mundo. Dejó que los hombres fueran por el camino que escogieran. Por supuesto, millones de personas vivieron y murieron, y muchas de estas personas jamás oyeron acerca de la Biblia ni del reino de Dios. Pero Dios no se había olvidado de ellas. Se estaba preparando para el tiempo acerca del cual el apóstol Pablo le habló a un gobernador romano de su día, diciendo: “Tengo esperanza en cuanto a Dios . . . de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hechos 24:15) Entonces, bajo las condiciones más favorables, en el nuevo orden de Dios, se les daría la oportunidad de aprender los caminos de Jehová y decidir de parte de quién se pondrían personalmente en la cuestión de soberanía universal. Si demostraban que eran amadores de la justicia, podrían vivir para siempre.
A MEDIDA QUE SE ACERCA “EL FIN”
25, 26. (a) Al debido tiempo, ¿qué autoridad adicional se le daría a Cristo, y contra quiénes procedería? (b) ¿Cómo afectaría esto las condiciones en la Tierra?
25 Antes de la entrada de ese nuevo orden, acontecimientos emocionantes habían de tener lugar. La Biblia predijo un cambio trascendental en los asuntos mundiales. Jesucristo sería entronizado como rey, no meramente para gobernar sobre sus propios discípulos, sino con autoridad para proceder para con el mundo entero. En este tiempo se haría esta proclamación en el cielo: “El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.” (Revelación 11:15) Autorizado por Dios para proceder contra sus enemigos, él primero se movería contra “el gobernante del mundo” mismo, Satanás el Diablo, y sus demonios. (Juan 14:30) Estas fuerzas inicuas serían arrojadas desde los cielos, y confinadas a la vecindad de la Tierra. ¿Qué resultado tendría esto?
26 La descripción profética de este acontecimiento, según se halla en Revelación, registra que una voz del cielo dijo: “A causa de esto ¡alégrense, cielos y los que residen en ellos! Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Revelación 12:12) Disturbio sin precedente acontecería entre las naciones, pero el fin no vendría inmediatamente.
27. (a) A medida que se acercara “el fin,” ¿qué gran obra de separación acontecería, y cómo? (b) ¿Qué alcance tendrá la predicha destrucción mundial?
27 Este sería el tiempo en que se haría una gran obra de separación. Bajo la dirección de Jesucristo desde su trono celestial, sus fieles seguidores llevarían la predicación de “estas buenas nuevas del reino” a toda la tierra habitada para un testimonio a todas las naciones. (Mateo 24:14; 25:31-33) A personas de todas partes se les daría la oportunidad de mostrar su actitud con relación a la gobernación divina. Logrado esto, como Jesús explicó, “entonces vendrá el fin.” Será una “tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mateo 24:21) Nunca más preguntarán los hombres: ¿Qué ha estado haciendo Dios? Los únicos que habrán sobrevivido serán los que se interesaron lo suficiente como para averiguar lo que él estaba haciendo y que pusieron sus vidas en armonía con sus requisitos antes que llegara la destrucción mundial.
28. (a) ¿Cuándo acontecerá el entronizamiento de Cristo y la división de gente de todas las naciones? (b) Por eso, ¿qué es urgente que hagamos individualmente?
28 Pero, ¿cuándo han de acontecer estas cosas? ¿Cuándo se le da a Cristo el poder de gobernar como rey y efectuar la separación de gente de todas las naciones? Los hechos muestran que éstas son cosas que Dios ha hecho en el siglo veinte. Cristo ya está en su trono celestial y la obra de separación está por quedar completa. El tiempo que queda en el cual usted puede identificarse como persona que está del lado de Jehová en la cuestión de la soberanía universal es muy corto. ¡La “tribulación grande” se ha acercado! Un examen cuidadoso de la profecía bíblica a la luz de la historia reciente prueba que esto es verdad. Lo instamos con urgencia a considerarla cuidadosamente.