JUECES, LIBRO DE
Este libro de la Biblia abarca básicamente un período de unos trescientos treinta años, entre la conquista de Canaán por Israel y el principio de la monarquía. (Véase CRONOLOGÍA [gráfico], págs. 376, 377.) Los israelitas habían sido advertidos con anterioridad de que si no expulsaban a los habitantes de la tierra, como Dios les había mandado, esto les llevaría a adoptar las prácticas religiosas degradadas de los cananeos. Y a su vez, esto resultaría en la desaprobación de Jehová y en que finalmente los abandonase en manos de sus enemigos. (Éxo. 23:32, 33; 34:11-17; Núm. 33:55; Deu. 7:2-5.) El registro histórico que se halla en el libro de Jueces muestra cómo esta advertencia llegó a cumplirse. Sin embargo, más bien que tratar con detenimiento la infidelidad de Israel y la consiguiente opresión extranjera, el libro principalmente recoge las hazañas de los jueces y las maravillosas liberaciones que Jehová realizó por medio de ellos. Por lo tanto, se resaltan el poder que Jehová tiene para salvar, su gran paciencia, misericordia, bondad inmerecida y justicia. Los mismos jueces sobresalen como excelentes ejemplos de fe. (Heb. 11:32-34, 39, 40.)
ORDEN DEL LIBRO
Las palabras de apertura de Jueces enlazan este relato con el libro bíblico que le precede: “Y después de la muerte de Josué […]”. Sin embargo, algunos de los acontecimientos narrados evidentemente ocurrieron antes de la muerte de Josué. Por ejemplo, Jueces 2:6 dice: “Cuando Josué despidió al pueblo, entonces los hijos de Israel procedieron a irse, cada cual a su herencia, para tomar posesión de la tierra”. Por lo tanto, parece ser que Jueces 1:1-3:6 sirve como una introducción en la que el escritor recurrió a sucesos que tuvieron lugar antes y después de la muerte de Josué, con el fin de proveer un fondo histórico al relato que viene a continuación. La porción que se registra desde el versículo 7 del capítulo 3 hasta el final del capítulo 16 está básicamente en orden cronológico y relata las hazañas de doce jueces (sin incluir a Débora), empezando con Otniel y concluyendo con Sansón. La última parte del libro se podría considerar una especie de apéndice, y corresponde a un período muy anterior al tiempo en el que juzgaba Sansón. Parece razonable suponer que la captura de Lais a cargo de los danitas aconteciese antes de la muerte de Josué. (Compárese con Josué 19:47; Jueces 18:27-29.) El crimen sexual que, en conjunto, cometieron los hombres de Guibeah, así como los acontecimientos posteriores que casi resultaron en el exterminio de la tribu de Benjamín, es probable que ocurrieran pocos años después de la muerte de Josué. (Jue. 19:1-21:25; Jos. 24:31.) Esto permitiría suficiente tiempo como para que los benjamitas aumentaran desde unos 600 hombres (Jue. 20:47) a casi 60.000 hombres de guerra para el tiempo del reinado de David. (1 Cró. 7:6-12.)
CUÁNDO Y POR QUIÉN FUE ESCRITO
La propia evidencia interna da base para determinar cuándo se escribió el libro de Jueces. Se compiló cuando gobernaba un rey sobre Israel. De otro modo el escritor, al referirse al pasado, no habría dicho: “En aquellos días no había rey en Israel”. (Jue. 17:6; 18:1; 19:1; 21:25.) No obstante, durante este tiempo los jebuseos todavía habitaban en Jerusalén. (Jue. 1:21.) Ya que David tomó la “fortaleza de Sión” (una parte de Jerusalén) a los jebuseos en 1070 a. E.C. y transfirió su capital allí (2 Sam. 5:6-9), el libro de Jueces debió ser escrito antes de aquella fecha, probablemente durante el reinado de Saúl. En aquel tiempo, Samuel era el principal defensor de la adoración verdadera y, como profeta de Jehová, parece lógico que fuera él quien registrase este libro.
AUTENTICIDAD
No puede haber ninguna duda de que el libro de Jueces esté encuadrado apropiadamente en el canon bíblico. Es franco y honrado, y no esconde los pecados crasos de Israel. De principio a fin da la gloria y el honor no a los jueces humanos, sino a Jehová Dios como el verdadero Libertador de Israel. Muestra que los jueces actuaron bajo el poder del espíritu de Dios (Jue. 3:9, 10; 6:34; 11:29; 13:24, 25; 14:6, 19; 15:14, 18; 16:20, 28-30), y ellos, a su vez, reconocieron a Jehová como Juez (11:27) y Rey (8:23). Otros libros bíblicos inspirados hacen referencia a los acontecimientos que se registran en el libro de Jueces. (1 Sam. 12:9-11; 2 Sam. 11:21; Sal. 83:9-12; Isa. 9:4; 10:26; Heb. 11:32-34.)
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
I. Los antecedentes y las condiciones existentes durante el tiempo de los jueces (1:1-3:6).
A. Aunque fueron tomando posesión de las herencias gracias al esfuerzo individual y de las tribus, los israelitas no obedecieron el decreto de Dios de expulsar a los cananeos y destruir todo lo que estuviese relacionado con la idolatría (1:1-2:5).
B. Después de la muerte de Josué y de la generación de más edad, los israelitas caen en la adoración falsa de los cananeos que aún quedaban en el país; Jehová abandona a su pueblo en manos de sus enemigos pero levanta jueces para liberarlos cuando estos se arrepienten (2:6-3:6).
II. Registro de las opresiones que llevaron a cabo los enemigos, y de las posteriores hazañas de los jueces (3:7-16:31).
A. Ocho años bajo el control del rey Cusán-risataim; liberados por Otniel, hijo de Quenaz (3:7-11).
B. Por dieciocho años están sometidos al rey moabita Eglón; el benjamita Ehúd, después de matar a Eglón, reúne a los israelitas para la guerra y derrota a Moab (3:12-30).
C. Samgar derriba a 600 filisteos con una aguijada de ganado y salva a Israel (3:31).
D. Veinte años de opresión por parte de Jabín, el rey de Hazor; la profetisa Débora juzga a Israel; se comisiona a Barac para llevar la delantera en la lucha contra el enemigo (4:1-5:31).
1. Barac reúne a las fuerzas israelitas en el monte Tabor, atrayendo los carros de guerra del enemigo al valle torrencial de Cisón (4:11-13).
2. Jehová le da la victoria a Barac, y en esta acción se basa la canción de Débora y Barac (4:14-5:31).
E. Los israelitas son hostigados por los madianitas, los amalequitas y los orientales durante siete años; Gedeón es comisionado por Dios como libertador (6:1-24).
1. Gedeón obra en armonía con su asignación: de noche, con la cooperación de diez hombres, demuele el altar de Baal, corta el poste sagrado, edifica un altar a Jehová y sacrifica un toro; cuando las fuerzas del enemigo acampan en la llanura baja de Jezreel, Gedeón reúne un ejército y, por medio de dos pruebas, se asegura de que tiene el respaldo de Jehová (6:25-40).
2. Las fuerzas israelitas formadas por 32.000 hombres acampan junto al pozo de Harod; 22.000 temerosos son despedidos y, al someter a los restantes a una prueba, finalmente el ejército se reduce a 300 hombres (7:1-8).
3. Gedeón inspecciona el campamento enemigo; después, él y sus hombres tocan los cuernos, rompen los jarrones, sostienen en alto las antorchas y lanzan un grito de guerra; Jehová pone en confusión al enemigo haciendo que los amalequitas, madianitas y orientales se vuelvan unos contra otros (7:9-22).
4. Las otras tribus de Israel son convocadas para participar en la batalla; los efraimitas capturan a los príncipes madianitas Oreb y Zeeb, pero después buscan contienda con Gedeón por no haberles llamado antes; Gedeón, con tacto, evita el conflicto (7:23-8:3).
5. Gedeón continúa persiguiendo al enemigo; al regresar victorioso, castiga a los hombres de Sucot y mata a los hombres de Penuel por no prestar ayuda; también ejecuta a los dos reyes de Madián: Zébah y Zalmuná (8:4-21).
6. Rehúsa ser rey, pero hace un efod del botín de la guerra, efod que más tarde se convierte en un objeto de veneración idolátrica (8:22-28).
F. Gedeón llega a tener una familia grande; pero, después de su muerte, matan a casi todos sus hijos, y Abimélec llega a ser rey (8:30-9:5).
1. Abimélec, el hijo que Gedeón tuvo con una concubina de Siquem, asesina a todos sus medio hermanos a excepción de Jotán, el menor, y llega a ser rey en Siquem (8:31; 9:1-21).
2. Surgen fricciones entre los siquemitas y Abimélec; finalmente, Abimélec destruye Siquem y después, mientras le pone sitio a Tebez, le hacen pedazos el cráneo y él mismo ordena a su servidor que le mate (9:22-57).
G. Tolá y Jaír juzgan a Israel por veintitrés y veintidós años respectivamente (10:1-5).
H. Israel se vuelve de nuevo a la adoración falsa y llega a estar bajo la opresión filistea y ammonita; se usa al juez Jefté como libertador (10:6-12:7).
1. Jefté encabeza la lucha contra los ammonitas, se le bendice con una victoria y, por esta razón, cumple un voto con respecto a su hija (11:1-40).
2. Los efraimitas se sienten menospreciados y acusan injustamente a Jefté de no haber solicitado su ayuda; como resultado, hay lucha y los efraimitas son derrotados (12:1-6).
3. Jefté juzga a Israel durante seis años (12:7).
I. Ibzán, Elón y Abdón sirven como jueces por un total de veinticinco años (12:8-15).
J. Israel cae bajo la dominación filistea por cuarenta años; Sansón es su salvador (13:1-16:31).
1. Jehová designa como salvador a Sansón, el hijo que nacería por medio de la esposa del danita Manóah (13:2-25).
2. Sansón, impulsado por el espíritu de Jehová, realiza grandes hazañas durante los veinte años que sirve como juez; traicionado por Dalila, el objeto de su amor, Sansón es puesto en prisión por los filisteos, pero, finalmente, a la hora de morir, mata más filisteos que durante toda su vida (14:1-16:31).
III. Más información histórica que describe las condiciones durante el tiempo de los jueces (17:1-21:25).
A. El efraimita Miqueas participa en idolatría y utiliza los servicios de un joven levita: “Jonatán hijo de Guersom” (17:1-13; 18:30).
B. Ciertos danitas roban los ídolos de Miqueas y también se llevan al levita consigo a Lais; capturan Lais y el levita empieza a servir como sacerdote para ellos (18:1-31).
C. El crimen sexual que, en conjunto, cometieron los hombres de Guibeah, ciudad benjamita, provoca una guerra civil cuando los benjamitas rehúsan entregar a los culpables; casi se aniquila a la tribu de Benjamín (19:1-21:25).
Véase el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, págs. 46-50.