‘Una puerta que conduce a la actividad se abre’
“Una puerta grande que conduce a la actividad se . . . ha abierto.”—1 Cor. 16:9.
1. Según Hechos 14:15; 17:30; Tito 3:4, 5 y 1 Juan 5:13, ¿qué hizo Jehová Dios en el primer siglo E.C., y qué privilegio abrió esto ante los individuos?
HACE más de mil novecientos años una nueva era tuvo su albor. Se abrieron con ella maravillosas oportunidades que no han sido cerradas hasta este día. El Dios Altísimo, por medio de su Hijo primogénito, extendió a gente de toda tribu, nación y raza el privilegio de servirle con vida sin fin en mira.—Hech. 14:15; 17:30; Tito 3:4, 5; 1 Juan 5:13.
2. (a) ¿Con quiénes había tratado Jehová Dios exclusivamente por siglos antes de nuestra era común? (b) ¿Por qué solo los judíos conocían a Aquel a quien estaban adorando?
2 Durante siglos antes de que Jesús viniera a la Tierra Jehová Dios trató exclusivamente con los israelitas, o judíos. Solo a ellos “les fueron encomendadas las sagradas declaraciones formales de Dios.” (Rom. 3:2) Solo los israelitas naturales o los gentiles que se asociaban con ellos en adoración podían conseguir un entendimiento del propósito revelado de Jehová. Por eso Jesús pudo decirle a una samaritana: “Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos.” (Juan 4:22) Los samaritanos aceptaban el Pentateuco, o los cinco libros de Moisés, pero rechazaban el resto de las Escrituras Hebreas inspiradas. Por eso, su conocimiento del Dios verdadero, Jehová, era defectuoso. No lo conocían al grado que se había revelado. Sin embargo, los judíos que aceptaban todas las Escrituras Hebreas como inspiradas por Dios y que se esforzaban por adorar según la manera que se bosqueja en esas Escrituras ciertamente conocían a Aquel que veneraban. Adoraban según el arreglo divinamente designado que tenía como centro el templo en Jerusalén.—Deu. 12:5, 6; 1 Rey. 14:21.
3. (a) ¿A qué cambio en la adoración señaló Jesucristo cuando habló a la samaritana? (b) ¿Qué evidencia hay en las Escrituras Hebreas de que, con el tiempo, habría un cambio en el arreglo para la adoración pura?
3 No obstante, al hablarle a la samaritana, Jesús indicó que se aproximaba un cambio. Dijo: “La hora viene cuando ni en esta montaña [Gerizim, que los samaritanos consideraban sagrada], ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.” (Juan 4:21) En las Escrituras Hebreas ya se habían suministrado vislumbres anticipados de tal cambio. Jehová Dios, por medio de su profeta Jeremías, había declarado que un nuevo pacto reemplazaría al viejo pacto de la Ley. (Jer. 31:31-34) Por medio del inspirado salmista David, el Altísimo había revelado que el puesto de sumo sacerdote se otorgaría a uno que no era de la línea de Aarón. Este sería rey-sacerdote como lo fue Melquisedec el de la antigua Salem. En Salmo 110:4 leemos: “Jehová ha jurado (y no sentirá pesar): ‘¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!’” Este cambio del sacerdocio también exigía un sacrificio diferente. Esto, también, se había señalado proféticamente. Salmo 40:6 nos dice: “En sacrificio y ofrenda no te deleitaste; estos oídos míos los abriste [“pero un cuerpo preparaste,” Versión de los Setenta]. Ofrenda quemada y ofrenda por el pecado no pediste.”
4. ¿Por qué es solo por medio de Jesucristo que se puede rendir adoración aceptable?
4 De las Escrituras Griegas Cristianas aprendemos que Jesucristo es el Mediador del nuevo pacto, que él es el rey-sacerdote según la manera de Melquisedec y que su cuerpo humano perfecto constituye el sacrificio de expiación que es acepto a Dios. (Heb. 7:15-28; 8:6; 9:15; 10:1-10) En armonía con esto, la aceptación de Jesucristo como el único medio de acercarse al Padre llegó a ser esencial para todos los que desearan adorar de la manera correcta. El Hijo de Dios dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.” (Juan 14:6) Junto con este cambio de adoración vino la magnífica oportunidad individual de formar parte de la nueva nación del Israel espiritual, con “ciudadanía” en el reino de los cielos.—Fili. 3:20.
5. ¿Qué tenían que hacer los discípulos de Jesús para que otros aprendieran acerca de la manera de adorar a Dios aceptablemente? (Rom. 10:10-15)
5 Pero ¿cómo aprendería la gente acerca de esto? La respuesta se encuentra en la comisión que Jesucristo dio a sus discípulos después de haber resucitado de entre los muertos: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Sí, se tenía que efectuar una obra de proclamar y enseñar la verdad de Dios a otros. Durante los tres años y medio que Jesucristo enseñó públicamente, los apóstoles y otros discípulos habían sido entrenados para efectuar esa obra importante. A causa de esta actividad vital, se abrieron otras oportunidades ante los que eran aptos y estaban prestos a hacerse disponibles para el servicio.
LA CONGREGACIÓN CRISTIANA EMPIEZA A FUNCIONAR
6. ¿Cuándo comenzó la congregación cristiana, y cómo mostró Jehová que ya no estaba utilizando a la congregación judía?
6 Llegó el día del Pentecostés del año 33 E.C. Esa fecha marca el principio de la congregación cristiana. Entonces se suministró evidencia inequívoca de que la congregación que Dios estaba usando ahora constaba de los discípulos de su Hijo. En aquel día, el Altísimo, por medio del Señor Jesucristo, derramó el espíritu santo sobre unos 120 discípulos congregados en una habitación de los altos de una casa en Jerusalén. Este derramamiento del espíritu fue precedido de “un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte.” Ese ruido atrajo la atención de muchos judíos y prosélitos e hizo que se congregaran en los alrededores de la casa donde estaban situados los discípulos. Estos discípulos, facultados por el espíritu santo, empezaron a hablar en lenguajes extranjeros “acerca de las cosas magníficas de Dios.” Los judíos y los prosélitos que habían venido a Jerusalén de lugares lejanos sencillamente quedaron pasmados de asombro al oír a galileos hablar en sus lenguas nativas.—Hech. 2:1-12.
7. ¿Cómo podían los judíos y prosélitos llegar a ser miembros de la congregación cristiana?
7 El apóstol Pedro le explicó entonces a la muchedumbre congregada que el espíritu de Dios había sido derramado en cumplimiento de la profecía de Joel. Continuando, mostró que Jesús, a quien habían fijado en el madero, había sido resucitado de entre los muertos y que de veras era el Cristo, el Señor del rey David, sentado a la diestra de Dios. ¿Qué respuesta hubo a las palabras de Pedro? El relato nos dice: “Cuando oyeron esto se sintieron heridos en el corazón, y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: ‘Varones, hermanos, ¿qué haremos?’” Pedro respondió: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don gratuito del espíritu santo.” Unas 3.000 personas obraron en armonía con este estímulo.—Hech. 2:14-41.
8. ¿Qué arreglos se hicieron para que los que habían venido a Jerusalén desde lugares lejanos pudieran quedarse para sacar provecho de la enseñanza de los apóstoles?
8 Estos nuevos creyentes y los muchos otros que entraron en asociación con la congregación cristiana después de eso tenían mucho que aprender. Los apóstoles, que habían sido entrenados personalmente por Jesucristo, ciertamente estaban en la mejor posición para enseñarles. Pero los apóstoles no podían viajar a todas las partes lejanas de la Tierra de las cuales los judíos y los prosélitos habían venido a Jerusalén. Para poder dedicarse a la enseñanza de los apóstoles, por lo tanto, los nuevos conversos extendieron su estancia en la ciudad. Se les ayudó a hacerlo cuando muchos de sus compañeros de creencia voluntariamente vendieron sus posesiones y entregaron los fondos a los apóstoles para que fueran distribuidos a los necesitados.—Hech. 2:44, 45; 4:34, 35.
9. Al crecer en tamaño la congregación de Jerusalén, ¿qué nombramientos se hicieron, y por qué?
9 El crecimiento de la congregación de Jerusalén abrió ante otros además de los apóstoles oportunidades de servir en atender las necesidades de todos. Muy al principio en la historia de la congregación leemos acerca de jóvenes que evidentemente rendían servicios manuales para los apóstoles. Es posible que éstos hayan estado con regularidad a la mano para hacer mandados necesarios. (Hech. 5:6, 9, 10) ¡Qué excelente entrenamiento para el futuro estaban recibiendo estos jóvenes al estar en asociación estrecha con los apóstoles! Con el tiempo, la obra de socorro sencillamente pasó de lo que los apóstoles podían supervisar. Cuando surgió un problema en relación con la distribución de alimento a las viudas necesitadas, los apóstoles se dieron cuenta de que sería incorrecto que ellos desatendieran sus responsabilidades de enseñar para atender este asunto menos importante. Por consiguiente, invitaron a los hermanos de la congregación a escoger de entre ellos mismos a siete varones capacitados para que se encargaran de la distribución diaria del alimento. Después de haber orado, los apóstoles nombraron a estos hombres imponiéndoles las manos. Los siete eran varones de calificaciones espirituales sobresalientes, “llenos de espíritu y de sabiduría.” (Hech. 6:1-6) También, a medida que la congregación fue creciendo, los apóstoles deben haber nombrado a hombres aptos “llenos de espíritu y de sabiduría” para que sirvieran junto con ellos como ancianos en atender las necesidades espirituales de los discípulos.
SE MANTIENE CONTACTO CON LAS CONGREGACIONES NUEVAS
10. (a) ¿Qué efecto tuvo en la diseminación de las “buenas nuevas” un grave estallido de persecución contra la congregación de Jerusalén? (b) ¿Cómo mantuvo contacto el cuerpo de ancianos de Jerusalén con otras congregaciones?
10 Poco después del establecimiento de la congregación en Jerusalén surgió contra ella una gran persecución, y esto obligó a la mayoría de los discípulos a salir de la ciudad. Los que fueron esparcidos aprovecharon aquella oportunidad para diseminar las “buenas nuevas.” Como resultado, brotaron congregaciones en ciudades como Samaria y Antioquía. (Hech. 8:1, 4-8; 11:19-21) Cuando se supo de estas congregaciones y sus necesidades en Jerusalén, se hicieron arreglos, sin duda hechos por el cuerpo de ancianos de allí, para suministrar ayuda espiritual. Los apóstoles Pedro y Juan fueron enviados a la ciudad de Samaria y, mientras regresaban a Jerusalén, se encargaron de declarar las “buenas nuevas” en muchas aldeas samaritanas. (Hech. 8:14-17, 25) También leemos de la visita posterior de Pedro a las congregaciones de Lida y Jope. (Hech. 9:32-43) Fue desde Jope que Pedro, por la dirección del espíritu de Dios, fue a Cesarea, para abrir ahí por primera vez a los gentiles incircuncisos —Cornelio, su casa y amigos íntimos— la oportunidad de llegar a ser discípulos de Jesucristo.—Hech. 10:23-48.
11. ¿Por qué fue Bernabé a Antioquía, y cómo obtuvo ayuda para vigorizar la congregación allí?
11 La congregación de Jerusalén envió al discípulo Bernabé a Antioquía, donde éste logró mucho en cuanto a estimular a sus compañeros de creencia. (Hech. 11:22-24) Puesto que necesitó ayuda para adelantar la adoración verdadera en aquella ciudad, Bernabé tomó la iniciativa de buscar a Pablo en Tarso e invitarlo a participar en la obra en Antioquía. Esto probablemente fue unos doce años después que Pablo, un ex-perseguidor de los seguidores de Cristo, hubo llegado a ser creyente. Juntos, Pablo y Bernabé pasaron un año con la congregación de Antioquía. (Hech. 11:25, 26) Durante este tiempo profetas de Jerusalén visitaban la congregación de Antioquía. (Hech. 11:27) Uno de estos profetas, Ágabo, predijo una gran hambre. Esto movió a la congregación de Antioquía a organizar medidas de socorro para los hermanos de Judea y luego enviar a Pablo y Bernabé con la contribución de ellos a Jerusalén. (Hech. 11:28-30) Acompañados por Juan Marcos, el primo de Bernabé, los dos hombres regresaron a Antioquía.—Hech. 12:25.
12. (a) ¿Por qué salieron Pablo y Bernabé de Antioquía para abrir nuevos territorios? (b) ¿Cómo llegaron a tener cuerpos de ancianos las nuevas congregaciones que establecieron? (c) ¿Cómo supo la congregación de Antioquía acerca de la actividad de Pablo y Bernabé?
12 Después de eso, por dirección del espíritu santo Pablo y Bernabé fueron apartados para trabajo especial. (Hech. 13:1, 2) En armonía con la guía del espíritu, Pablo y Bernabé viajaron por Chipre y partes de Asia Menor, predicando las “buenas nuevas” y estableciendo nuevas congregaciones. Al revisitar estas congregaciones nombraban ancianos para que atendieran las necesidades espirituales de los discípulos. (Hech. 14:21-23) Al regresar a Antioquía, ‘reunieron a la congregación y contaron las muchas cosas que Dios había hecho por medio de ellos, y que había abierto a las naciones la puerta a la fe.’—Hech. 14:27.
13. (a) ¿Por qué surgió un problema en la congregación de Antioquía tocante a los creyentes gentiles? (b) ¿Por qué fue lógico que el asunto se decidiera en Jerusalén?
13 Entonces surgió un problema. Ciertos hermanos de Judea vinieron a Antioquía e insistieron en que los no judíos que abrazaban el cristianismo tenían que ser circuncidados y que se les debía mandar que obedecieran la ley de Moisés. De otra manera no podrían ganar la salvación. (Hech. 15:1) ¿Dónde se podía resolver este asunto? El lugar más lógico sería Jerusalén, pues aquélla era la congregación con la cual estaban asociados los apóstoles. Además, era desde allí que la obra de predicar y hacer discípulos se había esparcido a todos los muchos lugares donde estaban situadas entonces las congregaciones. Por consiguiente, los ancianos de la congregación de Jerusalén ocupaban la posición de un cuerpo central al cual otros ancianos podían dirigir consultas. De modo que hallamos que Pablo y Bernabé fueron enviados a los “apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa [de la circuncisión].”—Hech. 15:2.
14. (a) ¿Qué proceder siguió el cuerpo central de ancianos de Jerusalén para resolver la cuestión de la circuncisión? (Hech. 15:6-21) (b) ¿Cómo se informó a las otras congregaciones tocante a la decisión que se tomó? (Hech. 15:22-29)
14 El cuerpo central de ancianos, entre ellos los apóstoles, consideraron a grado cabal el asunto. Se presentó testimonio que mostró que Dios mismo había aceptado a los no judíos en su condición incircuncisa y había derramado sobre ellos su espíritu. Así se hizo patente que el que se hubiera puesto a los gentiles en asociación con la congregación cristiana había cumplido profecía de la Escritura Hebrea. Se llegó a una decisión y se escribió en forma de carta. (Hech. 15:6-21) Esta carta declaraba:
“Los apóstoles y los ancianos, hermanos, a los hermanos de Antioquía y Siria y Cilicia que son de las naciones: ¡Saludos! Dado que hemos oído que algunos de entre nosotros los han perturbado con discursos, tratando de subvertir sus almas, aunque nosotros no les dimos instrucción alguna, hemos llegado a un acuerdo unánime y nos ha parecido bien escoger a unos varones para enviarlos a ustedes junto con nuestros amados, Bernabé y Pablo, hombres que han entregado sus almas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto estamos despachando a Judas y a Silas, para que ellos también de palabra informen acerca de las mismas cosas. Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”—Hech. 15:23-29.
15. ¿Cómo ayudaron a las congregaciones las decisiones del cuerpo central de ancianos de Jerusalén y las visitas de hermanos fieles?
15 Por medio de cartas como aquélla del cuerpo central de ancianos de Jerusalén y las visitas de varios hermanos fieles, se vigorizó y fortaleció a las congregaciones para que continuaran declarando las “buenas nuevas” y ayudando a los creyentes compañeros a permanecer firmes en la fe. (Hech. 15:30-32; 16:4, 5) Adicionalmente, las cartas inspiradas de Pablo, Pedro, Santiago, Judas y Juan hicieron mucho en cuanto a fortalecer espiritualmente a los discípulos.
16. (a) ¿Qué oportunidades para rendir servicio se abrieron ante todos los discípulos tanto hombres como mujeres, con el advenimiento de la era cristiana? (Mat. 28:19, 20; Gál. 2:9; 6:10; 1 Tim. 5:10; Tito 2:3-5) (b) ¿Qué otras oportunidades de servicio se abrieron ante los hombres capacitados que se hicieron disponibles?
16 Verdaderamente con el principio de la era cristiana se abrieron grandes oportunidades de rendir servicio. Todos los discípulos, tanto hombres como mujeres, tuvieron el privilegio de proclamar las “buenas nuevas,” y de estimular a compañeros de creencia y ayudarlos en tiempo de dificultad o de maneras espirituales. Se necesitaron evangelizadores para declarar las “buenas nuevas” en nuevos territorios. También hubo necesidad de hermanos capacitados que pudieran pasar tiempo visitando a las congregaciones y trabajando con ellas por algún tiempo para fortalecerlas y para participar en hacer nombramientos de ancianos y siervos de congregación. Puesto que una pesada carga de responsabilidad caía sobre estos hermanos viajantes, recibían ayuda de hombres jóvenes que podían hacerles mandados y de otras maneras rendir servicios personales. ¿Qué hay del día presente? ¿Hay todavía abiertas oportunidades de esta clase?
[Ilustración de la página 621]
Pedro explica el cumplimiento de la profecía de Joel a judíos y prosélitos congregados
[Ilustración de la página 624]
Al admitirse gentiles en la congregación cristiana, el cuerpo central de ancianos dio instrucciones para mantener la unidad