La mayoría favorece una “práctica inmoral”
Cuando los miembros de una iglesia ortodoxa griega de Schenectady, Nueva York, votaron 43 a 13 a favor de que se comenzara a jugar bingo en la iglesia, el párroco se opuso y dijo: “Opino que la iglesia no debe introducir ninguna forma de juego por dinero para sobrevivir.” De modo que renunció y dio la siguiente razón para ello: “No cabe duda de que nuestro salón se llenaría de gente que viniera a jugar bingo. El salón no se llena para una conferencia o instrucción religiosa. Si tengo una iglesia a la que asisten 30 personas para rendir adoración y 500 para jugar bingo, ¿para qué sirve la iglesia? Sería sencillamente un club social.”
La renuncia hizo que el arzobispo de la ciudad de Nueva York escribiera una carta, con palabras firmes, al cuerpo civil administrativo de la parroquia local. “Paternalmente les recomendamos y exhortamos a no introducir el juego de bingo en su parroquia,” decía la carta. “Es una práctica inmoral.” ¿Cuál fue la respuesta del consejo? “La arquidiócesis vuelve la cara. Dice que no se debería hacer, pero las iglesias lo hacen.” El hecho es que en los Estados Unidos unas 50 de las 500 parroquias de la Iglesia Ortodoxa Griega efectúan la “práctica inmoral.”