¿Volveremos a hacerlo? De nuevo se solicitan precursores auxiliares
1 ¿Volveremos a hacer qué? ¿Seremos precursores auxiliares durante la época de la Conmemoración? El suplemento de Nuestro Ministerio del Reino de febrero de 1997 captó nuestra atención con el llamativo encabezamiento: “Se solicitan 100.000 precursores auxiliares”. Estábamos seguros de que tomarían a pecho este llamamiento. Cuando se compiló el informe de servicio de marzo de 1997, nos llenó de alegría saber que 116.335 habían sido precursores auxiliares. Si a esta cifra añadimos los 70.472 precursores regulares y los 181 precursores especiales que informaron ese mes, tendremos que casi el veinte por ciento del total de publicadores participó en el servicio de precursor. ¿Volveremos a hacerlo en esta época de la Conmemoración?
2 Elogiamos afectuosamente a cuantos hicieron un esfuerzo especial por aumentar su actividad en el servicio del campo la primavera pasada. Es obvio que fue el amor altruista a Jehová Dios y al prójimo lo que los impulsó (Luc. 10:27; 2 Ped. 1:5-8). Publicadores de toda condición hicieron sitio para el precursorado auxiliar. En una congregación hubo 51 precursores en un solo mes, entre ellos casi todos los ancianos, la madre de una niña de 15 meses, una hermana que renunció a su trabajo y se empleó de tiempo parcial para poder ser precursora, y una hermana mayor que nunca había sido precursora. El superintendente de circuito escribió: “Se está llevando a cabo una ingente labor en la predicación. [...] Esto no solo ha tenido un gran impacto en el territorio, sino que la congregación rebosa de entusiasmo. Los hermanos están muy contentos de poder conocerse mejor y de ver los excelentes frutos en el ministerio”.
3 A los jóvenes no se les excluyó. Una publicadora no bautizada de 13 años anhelaba que llegara el día en que pudiera simbolizar su dedicación a Jehová. Tras bautizarse en febrero, escribió sobre su deseo de ser precursora auxiliar en marzo: “Como ya no había ningún impedimento, entregué la solicitud de inmediato. [...] Nunca hubiéramos gozado de tan magníficas experiencias de no haber sido por su amorosa invitación al precursorado. Doy gracias a Jehová por haberme concedido el privilegio de estar entre los 100.000 hermanos que aceptaron”. Se ha propuesto hacerlo nuevamente.
4 Quizás usted fue uno de los 116.335 que sirvieron de precursores auxiliares en marzo del año pasado, o de los 78.640 en abril, o de los 56.905 en mayo. ¿Lo repetirá este año? Si no pudo la primavera pasada, ¿le será posible este año? ¿Podremos superar la cifra de 120.979 precursores auxiliares registrada en abril de 1989? Ese ha sido el máximo de precursores auxiliares alcanzado en un mes por la sucursal de Estados Unidos.
5 Concentrémonos en abril y mayo: Este año la Conmemoración cae el sábado 11 de abril, lo que convierte a abril en un excelente mes para incrementar la actividad en el ministerio (2 Cor. 5:14, 15). Los primeros once días del mes nos ocuparemos de invitar a cuantas personas interesadas sea posible. Si piensa ser precursor auxiliar, entregue la solicitud con bastante anticipación (1 Cor. 14:40).
6 Ya que mayo cuenta con cinco fines de semana completos, los publicadores que estudian o trabajan todo el día quizás hallen más fácil ser precursores auxiliares ese mes. Si programa diez horas en el servicio del campo cada fin de semana, solo necesitará diez más en el mes para cumplir las sesenta horas requeridas.
7 En abril y mayo ofreceremos ejemplares sueltos de La Atalaya y ¡Despertad!, lo que debe animar a más de nosotros a ser precursores. ¿Por qué lo decimos? Las revistas son fáciles de presentar, y es un placer utilizarlas en el ministerio. Se prestan para usarlas en todas las modalidades del servicio: de casa en casa y en las tiendas, en la calle, en los estacionamientos y en los parques, así como en otros marcos informales. Y, lo que es más importante, La Atalaya y ¡Despertad! defienden las verdades del Reino. Dirigen la atención de la gente al cumplimiento de la profecía bíblica y prueban que el Reino de Dios gobierna. Además, sus temas atañen al lector, pues tratan con comprensión de sus necesidades reales. Reflexionar sobre el efecto que han tenido estas valiosas revistas en nuestra vida, nos impulsará a distribuirlas al mayor grado posible en abril y mayo.
8 Como parte de los preparativos para esta campaña intensificada con las revistas, convendría que repasáramos los siguientes artículos: “La Atalaya y ¡Despertad!: revistas oportunas de la verdad” (La Atalaya, 1 de enero de 1994), “Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera” (Nuestro Ministerio del Reino, septiembre de 1995) y “Prepare su propia presentación de las revistas” (Nuestro Ministerio del Reino, octubre de 1996).
9 Los ancianos van a la cabeza: Para conveniencia de los muchos publicadores que fueron precursores en la primavera pasada, los ancianos de cierta congregación promocionaron un sábado del mes como un día especial de servicio para toda la congregación. Programaron varias reuniones a diferentes horas del día con objeto de que todos pudieran participar en diversas formas de predicación, como visitar los negocios, predicar en las calles, ir de casa en casa, hacer revisitas, escribir cartas y dar testimonio por teléfono. Los resultados fueron asombrosos: los 117 publicadores que participaron en el servicio del campo ese día dedicaron un total de 521 horas al ministerio y distribuyeron 617 revistas, folletos y libros. La emoción del sábado se extendió al domingo, pues la asistencia a la Reunión Pública y el Estudio de La Atalaya casi batió un récord.
10 En todas las Reuniones de Servicio de abril y mayo, debe recordarse a la congregación cuándo y dónde tendrán lugar las reuniones para el servicio del campo la siguiente semana, en especial si se han hecho planes especiales. Animamos a los precursores regulares y a los publicadores que no sean precursores auxiliares a apoyar estos grupos dentro de sus circunstancias.
11 El superintendente de servicio se reunirá con el hermano encargado de los territorios para organizar la predicación de aquellos que se visitan con menos frecuencia. Puede prestarse mayor atención a los hogares donde no hay nadie y a la predicación en las calles y en las tiendas. Asimismo, puede recalcarse la predicación al atardecer, sobre todo la primera semana de abril, cuando se cambia al horario de verano. En previsión del aumento de actividad, pidan suficientes revistas para abril y mayo.
12 Muchos publicadores pueden llenar los requisitos: La solicitud para el servicio de precursor auxiliar comienza diciendo: “Debido a mi amor a Jehová y mi deseo de ayudar a otros a aprender acerca de él y sus amorosos propósitos, quisiera aumentar mi participación en el servicio del campo por medio de servir como precursor auxiliar”. El amor a Jehová y el deseo de ayudar al prójimo en sentido espiritual son fundamentales para nuestra dedicación (1 Tim. 4:8, 10). Para ser precursor auxiliar hay que estar bautizado, gozar de buena reputación moral y poder dedicar sesenta horas al ministerio durante el mes. Al examinar las circunstancias personales, ¿pudieran algunos que nunca han sido precursores serlo este año en abril o mayo?
13 Es posible que muchos miembros de la congregación se den cuenta de que ellos también pueden ser precursores si ven que otros que se hallan en las mismas condiciones lo son. Lo han conseguido, entre otros, estudiantes, personas mayores y trabajadores de tiempo completo, incluidos ancianos y siervos ministeriales. Una madre de dos hijos que trabaja de tiempo completo llegó a las sesenta horas, distribuyó 108 revistas y empezó tres estudios bíblicos en un mes que fue precursora auxiliar. ¿Cómo lo logró? Predicando en los alrededores de su lugar de empleo durante la hora del almuerzo, dando testimonio por carta y predicando en los estacionamientos y en la calle. Además, aprovechaba su día libre cada semana para participar con la congregación en el servicio del campo. Aunque al principio creía que el precursorado auxiliar era una meta inalcanzable, el ánimo que le infundieron los hermanos y un horario práctico le ayudaron a salvar los obstáculos.
14 Jesús aseguró a sus discípulos: “Mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mat. 11:30). Este fue el título de un alentador artículo de La Atalaya del 15 de agosto de 1995. En él se relata el caso de una hermana que tenía un empleo de tiempo completo que le causaba mucha tensión. ¿Consideró que el precursorado auxiliar era imposible para ella? No. De hecho, se las arregló para ser precursora auxiliar todos los meses. ¿Por qué? Porque vio que el precursorado en realidad contribuía a su equilibrio. Enseñar a otras personas la verdad bíblica y ver los cambios que hacen en su vida para obtener la aprobación divina era lo que le causaba el mayor gozo en su vida ocupada (Pro. 10:22).
15 Cualquier sacrificio personal o cambio que tengamos que realizar para ser precursores lo compensan con creces las bendiciones que recibimos. Una hermana escribió lo siguiente sobre su experiencia como precursora auxiliar: “Me ayudó a dejar de pensar en mí misma y a centrar más la atención en ayudar a los demás. [...] Lo recomiendo para quienes puedan hacerlo”.
16 Se requiere un buen horario: En la última página de este suplemento hemos reproducido los horarios de Nuestro Ministerio del Reino de febrero de 1997. Quizás uno de ellos se acomode a sus circunstancias. Mientras los examina, considere su programa normal de actividades del mes. ¿Qué trabajos de la casa pueden efectuarse antes del precursorado o aplazarse para después? ¿Puede prescindir de algunas de las actividades recreativas o pasatiempos que realiza en sus ratos libres? En vez de fijarse en el total de sesenta horas requeridas, programe su horario sobre una base diaria o semanal. Solo se necesitan dos horas diarias o quince semanales para ser precursor auxiliar. Examine los horarios y, con el lápiz en la mano, procure elaborar un horario personal de servicio que resulte óptimo para usted y su familia.
17 La excelente respuesta y el apoyo extraordinario que dio la congregación al ministerio la primavera pasada, entusiasmó tanto a una precursora regular, que escribió: “Muchas gracias por el ánimo amoroso que dieron para que nos esforzáramos un poco más de lo usual a fin de apoyar el precursorado auxiliar. [...] Los horarios que sugirieron ayudaron a muchos hermanos que jamás habían sido precursores a darse cuenta de que podían serlo. [...] Me siento muy feliz de formar parte de la organización de Jehová y de seguir la guía feliz y amorosa del esclavo fiel y discreto”.
18 Proverbios 21:5 nos garantiza: “Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja”. Proverbios 16:3 nos exhorta: “Haz rodar sobre Jehová mismo tus obras, y tus planes serán firmemente establecidos”. En efecto, si incluimos a Jehová en nuestra decisión orándole y confiamos firmemente en que él nos ayudará a tener éxito, podemos estar seguros de que nuestros planes para ser precursores auxiliares funcionarán. Quizás después de constatar por uno o dos meses la eficacia del horario que hayamos confeccionado, estemos en condiciones de marcar la casilla de la solicitud de precursor auxiliar que dice: “Marque el encasillado si desea servir de continuo como precursor auxiliar hasta nuevo aviso”. De todas maneras, podemos hacer planes para volver a ser precursores auxiliares en agosto, que también contará con cinco fines de semana completos. Finalizaremos el año de servicio en agosto concertando nuestros esfuerzos para que todos participen al grado posible en el ministerio.
19 Jesús profetizó: “El que ejerce fe en mí, ese también hará las obras que yo hago; y hará obras mayores que estas” (Juan 14:12). Es nuestro gozoso privilegio ser colaboradores de Dios durante el magnífico cumplimiento de esta profecía. Este es el tiempo de intensificar al máximo la predicación de las buenas nuevas, comprándonos el tiempo oportuno para realizar dicha obra (1 Cor. 3:9; Col. 4:5). Ser precursores auxiliares cuantas veces sea posible es una excelente manera de hacer lo que nos corresponde como proclamadores del Reino. Esperamos ansiosos ver cuánta intensidad tendrá el canto de alabanza de los precursores auxiliares en esta época de la Conmemoración (Sal. 27:6). Pensando en los resultados de la primavera pasada, nos preguntamos: “¿Volveremos a hacerlo?”. ¡De seguro que sí!
[Recuadro de la página 3]
¿Puede usted ser precursor auxiliar?
“Sean cuales sean sus circunstancias personales, si usted está bautizado, disfruta de buena reputación moral, puede hacer arreglos para satisfacer el requisito de dedicar sesenta horas al mes al ministerio del campo y cree que pudiera servir por un mes o más como precursor auxiliar, los ancianos de la congregación se complacerán en considerar su solicitud de disfrutar de este privilegio de servicio” (Organizados para efectuar nuestro ministerio, págs. 113 y 114).
[Recuadro de la página 6]
Horarios del precursor auxiliar
Recomendaciones para predicar quince horas a la semana
Mañanas: de lunes a sábado
Puede sustituir el domingo por cualquier otro día
Día Período Horas
Lunes mañana 2 1⁄2
Martes mañana 2 1⁄2
Miércoles mañana 2 1⁄2
Jueves mañana 2 1⁄2
Viernes mañana 2 1⁄2
Sábado mañana 2 1⁄2
Total de horas: 15
Dos días completos
Puede seleccionar dos días cualesquiera de la semana
Día Período Horas
Miércoles día completo 7 1⁄2
Sábado día completo 7 1⁄2
Total de horas: 15
Dos noches y el fin de semana
Puede seleccionar dos noches cualesquiera entre semana
Día Período Horas
Lunes noche 1 1⁄2
Miércoles noche 1 1⁄2
Sábado día completo 8
Domingo medio día 4
Total de horas: 15
Tardes entre semana y el sábado
Puede sustituir el domingo por cualquier otro día
Día Período Horas
Lunes tarde 2
Martes tarde 2
Miércoles tarde 2
Jueves tarde 2
Viernes tarde 2
Sábado día completo 5
Total de horas: 15
Horario de servicio personal
Determine la cantidad de horas para cada período
Día Período Horas
Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Sábado
Domingo
Total de horas: 15