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RomanosÍndice de las publicaciones Watch Tower 1950-1985
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10:9 w84 15/8 11; w84 1/9 15-16; w82 1/1 31; w80 15/12 12; w79 15/4 15; w78 15/10 26; lp 166; w76 543; w74 128, 145, 147; w73 185, 309, 311; g63 8/2 27; g62 8/11 7; w61 407; w60 631; w54 241; w51 279-80
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Notas de estudio de Romanos. Capítulo 10La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)
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declaras públicamente. En algunas Biblias, el verbo griego homologuéō se traduce como “confesar”. Muchos diccionarios lo definen como ‘declarar públicamente’ o ‘reconocer abiertamente’. En el versículo 10 se traduce este mismo verbo con la frase “se hace la declaración pública”. Pablo explica que para obtener la salvación no basta con que los cristianos tengan fe en el corazón; tienen que hacer una declaración pública de su fe (Sl 40:9, 10; 96:2, 3, 10; 150:6; Ro 15:9). Esa declaración pública no es algo que los cristianos realicen una sola vez, por ejemplo, en el momento del bautismo, sino que también lo hacen cada vez que se reúnen con sus hermanos o proclaman las buenas noticias de la salvación a los no creyentes (Heb 10:23-25; 13:15).
Señor. Aquí se usa el término griego Kýrios (“Señor”). Aunque en las Escrituras se emplea normalmente como un sustantivo, en realidad es un adjetivo. Viene de la palabra kýros (“poder”) y describe a la persona que tiene poder o autoridad. Aparece en todos los libros de las Escrituras Griegas Cristianas excepto en la carta de Pablo a Tito y en las cartas de Juan. Jesús es el Hijo creado por Dios y también su Siervo. Por eso puede llamar “Señor” (Kýrios) a su Padre y Dios (Jn 20:17), porque es el que tiene más poder y autoridad, y es su cabeza (Mt 11:25; 1Co 11:3). Pero, en la Biblia, el título “Señor” no se limita a Jehová Dios. Este término también se aplica a Jesucristo (Mt 7:21; Ro 1:4, 7), a uno de los ancianos que vio Juan en el cielo durante una visión (Ap 7:13, 14), a ángeles (Da 12:8), a seres humanos (Hch 16:16, 19, 30, donde se traduce como “amos” o “señores”) y a dioses falsos (1Co 8:5). Algunos estudiosos afirman que la frase “Jesús es el Señor” indica que él y su Padre, Jehová, son el mismo ser. Sin embargo, el propio versículo deja claro que no puede querer decir eso, ya que indica que “Dios lo levantó [a Jesús] de entre los muertos”. Así que es el Padre el que le ha dado a Jesús la autoridad como Señor (Mt 28:18; Jn 3:35; 5:19, 30). Ver la nota de estudio de que Jesús es el Señor en este versículo.
que Jesús es el Señor. Cuando Jesús estuvo en la tierra, algunos que no eran discípulos suyos, entre ellos la mujer samaritana, le aplicaron el título “Señor” como muestra de respeto y cortesía (Mt 8:2; Jn 4:11). Sin embargo, el término griego que emplean los escritores bíblicos (Kýrios) tiene otros significados dependiendo del contexto. Por ejemplo, Jesús indicó que, cuando lo llamaban “Señor”, sus discípulos (o alumnos) lo estaban reconociendo como su amo (Jn 13:13, 16). Ahora bien, el título “Señor” adquirió un significado especialmente importante cuando Jesús murió y resucitó para ocupar un puesto superior en el cielo. Al haber dado su vida en sacrificio, Jesús pudo comprar a sus discípulos y de este modo se convirtió en su dueño (1Co 7:23; 2Pe 2:1; Jud 4; Ap 5:9, 10) y su Rey (Col 1:13; 1Ti 6:14-16; Ap 19:16). Reconocer que “Jesús es el Señor” implica más que llamarlo así. Los verdaderos cristianos deben reconocer su autoridad y obedecerlo (Mt 7:21; Flp 2:9-11).
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