Por qué difiere la cuenta de tiempo judía
LA CRISTIANDAD cuenta el tiempo a partir de lo que se supone que es el año del nacimiento de Jesús, A.C., “año de Cristo.”a Este tiempo también se designa d. de J.C., “después de Jesucristo.” Las fechas de antes de ese año se designan a. de J.C., “antes de Jesucristo.” Los musulmanes cuentan el tiempo a partir del año en que Mahoma huyó de la Meca, A.R., “año de hégira (huída),” que fué en 622 d. de J.C. Los judíos cuentan el tiempo a partir del comienzo de la creación, anno mundi, A.M., “año del mundo.” (Wébster) Para evitar dar reconocimiento a Jesús como Señor o Cristo algunos, particularmente entre los judíos, evitan las abreviaturas a. de J.C. y d. de J.C. o A.C. y en lugar de éstas usan a. de la E.C., “antes de la era común,” y E.C., “era común,” que el Nuevo diccionario internacional de Wébster (en inglés) dice es igual a la era cristiana, o era vulgar.
Vez tras vez los lectores de La Atalaya han preguntado por qué hay tan grande diferencia entre el modo judío de contar el tiempo y la cuenta de tiempo según se publicó en La Atalaya del 1 de junio de 1951. Según el calendario judío, transcurrieron 3,760 años desde la creación de Adán hasta 1 a. de J.C., mientras que el calendario de La Atalaya dió 4,024 (desde el otoño de 4025 a. de J.C. hasta el otoño de 1 a. de J.C.), una diferencia de 264 años entre los dos. Así que los judíos actualmente llaman 5719 A.M. al año 1959 en vez de llamarlo 5983 A.M. ¿Por qué?
Por más extraño que parezca, aunque la fecha 5719 A.M. para 1959 tiene uso muy extenso entre los judíos, muy pocos de ellos ponen fe alguna en los 3,760 años de antes de Cristo en los cuales supuestamente se basa. De hecho, hay gran diferencia de opinión entre los mismos eruditos judíos en cuanto a los méritos de la cronología bíblica. Así, el Dr. Edgar Frank, en su libro Talmudic and Rabbinical Chronology (1956) deliberadamente evita una consideración de los siguientes importantísimos factores controversiales respecto a la fecha tradicional judía. Él mismo cataloga estos factores como sigue:
“La prueba de la exactitud de los datos cronológicos en la Biblia.
“La relación entre el Seder Olam, la base de la cronología judía, y las fechas dadas en la Biblia.
“Contradicciones entre los datos en la cronología judía y la historia antigua comprobada.”
No es sorprendente, por lo tanto, el descubrir que la Jewish Encyclopedia (1925), en una nota al pie de la página, declare: “Ya que la base de la cronología bíblica es todavía un asunto de discusión, se considera deseable presentar divergentes puntos de vista en artículos separados”; lo cual hace sin tratar de armonizar puntos de vista contradictorios.—Tomo 4, pág. 64.
Más definida es The Universal Jewish Encyclopedia (1941), porque ésta declara: “La cronología bíblica no sigue ningún sistema uniforme, sino que varía según los escritores de los libros de los cuales la Biblia consiste . . . Los críticos consideran que en su mayoría estas cifras de la Tora [el Pentateuco] son míticas. La edad de los antediluvianos aparentemente se deriva de la mitología babilónica, mientras que se sostiene que la de los patriarcas está exagerada.”—Tomo 3; pág. 393.
Sin embargo, hay excepciones. En contraste vívido con los escritores arriba mencionados está el Dr. Felipe Biberfeld. En su Jewish Universal History, tomo 1, él trata de reconciliar el período tradicional judío de 3,760 años tanto con la cronología bíblica como con la historia seglar. Podría decirse que hombres como él usan con lógica 5719 A.M. para 1959 d. de J.C. Pero no se entiende claramente por qué otros judíos lo usan. Tal vez lo hagan para evitar el uso del calendario “cristiano”; o debido a incertidumbre; o por tenerle respeto a la tradición; o porque no consideran vital el asunto de la autenticidad. Sea como fuere, será de interés notar cómo se llegó en primer lugar al período de 3,760 años y cómo el Dr. Biberfeld trata de reconciliarlo con la cronología bíblica y la historia seglar.
DESDE ADÁN HASTA ABRAHÁN
¿Quién es el responsable de la tradición judía de los 3,760 años? ¿Quién fué el primero que llegó a esa computación? Y, exactamente, ¿en dónde difieren sus cálculos de lo publicado en La Atalaya para que se entienda la diferencia de 264 años? Generalmente se conviene en que la fecha judía es producto de José ben Halafta, erudito talmúdico del segundo siglo. Se le llama el Seder Olam (“Sucesión de la historia del mundo”), y aparece en el Seder Nizikim del Talmud babilónico.
Aceptando el registro de Génesis, este calendario concuerda con la Biblia hasta el tiempo del Diluvio. A ese punto su compilador cometió el error común de contar el diluvio como viniendo después de cumplir Noé 600 años, cuando éste vino en el segundo mes del año sexcentésimo de Noé. (Gén. 7:11) El calendario judío a este punto tiene un año más de lo que debería tener, marcando éste el comienzo del Diluvio como en 1656 A.M. en vez de en 1655.
El calendario judío luego da los años desde el Diluvio hasta el nacimiento de Abrahán como 292 años, colocando el nacimiento de Abrahán cuando Taré tenía setenta años. Pero según Génesis 11:32 hasta 12:4 Abrahán tenía setenta y cinco años cuando murió Taré a la edad de 205 años. Taré, por lo tanto, tenía 130 y no setenta años cuando Abrahán nació. ¿Cómo fué que este error de sesenta años —uno muy común—se cometió? Debido al entender erróneamente Génesis 11:26, que dice: “Y Taré siguió viviendo setenta años, después de lo cual llegó a ser padre de Abrán, Nacor y Harán.”
Note usted que este pasaje no declara explícitamente que Abrahán nació cuando Taré tenía setenta años, sino meramente que Taré vino a ser padre de tres hijos después que cumplió los setenta años. Exactamente cuándo nació cada uno de los tres hijos este pasaje no lo dice, pero de otros pasajes está claro que Abrahán nació cuando Taré tenía 130 años. El hecho de que Abrahán es el primero que se menciona no significa necesariamente que él fué el primero que nació. Él sin duda fué mencionado primero debido a su prominencia, debido a ser escogido por Jehová. (Así también se menciona a Jacob antes de su hermano, aunque Esaú era el mayor.) En este punto al calendario judío le faltan cincuenta y nueve años, puesto que éste da el nacimiento de Abrahán como en 1948 A.M. en vez de 2007 A.M.
DESDE ABRAHÁN HASTA LA ERA COMÚN
El calendario judío entonces anota 500 años desde el nacimiento de Abrahán hasta el éxodo de Egipto. Sin embargo, Abrahán tenía setenta y cinco años cuando Dios hizo su pacto con él, según está anotado en Génesis 12:1-4. Y otro testimonio bíblico (Éxo. 12:41; Gál. 3:17) muestra que transcurrieron 430 años entre la formación de este pacto y la formación del pacto de la ley, inmediatamente después del Éxodo. No podemos, por lo tanto, concluir otra cosa que no sea que desde el nacimiento de Abrahán hasta el Éxodo pasaron 505 (75 + 430) años, no 500 años. Como cosa que hace más notable esta diferencia, hallamos que el calendario judío permite 210 años para los israelitas en Egipto, mientras que el período debe de haber sido de 215. En este punto el calendario judío pierde cinco años más, apuntando la fecha del Éxodo como 2448 A.M. en vez de 2512 A.M. (1513 a. de J.C.), una carencia de sesenta y cuatro años como total.
Al contar 480 años completos desde el Éxodo hasta la construcción del templo de Salomón el calendario judío gana, pero también hace un error de un año. (1 Rey. 6:1) ¿Por qué? Por cuanto el número implicado es ordinal, el año 480, no uno cardinal, 480 años. Eso significa que sólo 479+ años transcurrieron entre los dos acontecimientos que están bajo consideración. A causa de este error, otro que se comete comúnmente, el calendario judío viene a quedar con sesenta y tres años de menos, señalando el comienzo del templo de Salomón como cosa que ocurrió en 2928 A.M. en lugar de 2991 A.M. (1034 a. de J.C.).
Llegando al próximo período de tiempo, el número de años que el “primer” templo, o el templo de Salomón, permaneció en pie, el calendario judío asigna sólo 410 años, mientras que éste permaneció en pie 427 años, según los reinados de los diferentes reyes de Judá tal como están registrados en los dos libros de los Reyes. Esta carencia de diecisiete años hace que para este tiempo le falten ochenta años al calendario judío. No obstante, reconoce que duró setenta años el período de desolación, de modo que su déficit de ochenta años también aplica a la fecha que da para el regreso de los judíos desde Babilonia: 3408 A.M. en vez de 3488 A.M. (537 a. de J.C.).
La cifra final implicada en el calendario judío tradicional tiene que ver con el período de tiempo que duró el segundo templo, el cual se calcula desde el regreso de los judíos desterrados desde Babilonia hasta la destrucción del templo en 70 d. de J.C. Da éste como 420 años. Sin embargo, hay mucha confusión entre los eruditos judíos en cuanto a si el rabí Halafta, su compilador, fechó correctamente la destrucción del segundo templo. Debido a un déficit de dos años algunos dicen que él cometió un error de dos años; otros dicen que él consideró el año de la creación de Adán como 3 A.M. en lugar de 1 A.M. En cualquiera de los dos casos, tienen que añadirse dos años, o antes de la creación de Adán o al período entre el regreso de los judíos desde Babilonia y 1 d. de J.C. para llegar a los 3,760 años tradicionales de antes de la era común. Así que este último período implica 353 años. Ya que 537 a. de J.C. es una fecha fija, síguese que llegado a este punto le falta al calendario judío tradicional un total de 184 años. Esto añadido al déficit anterior de ochenta años, nos da el total de 264 años, notado ya.b
UN ESFUERZO SINCERO PERO INÚTIL
Como ya se mencionó en lo susodicho, el Dr. F. Biberfeld afirma haber armonizado la cronología judía tradicional de 3,760 años de antes de la era común tanto con la Biblia como con la historia seglar. ¿Cómo trata él de hacerlo? Y ¿lo hace? No, no lo hace, como se verá.
Puesto que él concuerda con la cronología judía tradicional hasta el tiempo de la entrada de los judíos, o más bien de los israelitas, en la tierra de Canaán, hasta ese punto su cronología ya tiene un déficit de sesenta y cuatro años, como hemos visto previamente. En seguida él se opone a los 480 (479+) años que 1 Reyes 6:1 dice que transcurrieron entre el Éxodo y la construcción del primer templo. El opina que no vivieron suficientes generaciones—según se anotan éstas en la genealogía de David—como para explicar tan largo período de tiempo, y por eso él concluye que lo que el escritor de los Reyes quiso decir fué la muerte de José unos 140 años antes. En lugar de 479 años él cuenta sólo 341 años, un déficit de 138 años, y así su calendario a este punto tiene un déficit de 202 años.
¿Tiene Biberfeld un argumento fuerte aquí? No, no lo tiene; porque, como se ha señalado previamente en las publicaciones de la Watch Tówer, parece que, debido a la enemistad de la simiente de la Serpiente, la línea de descendencia de la simiente de la mujer experimentó muchas dificultades para permanecer inquebrantada; a menudo nacía un hijo cuando el padre era muy viejo.c Note, por ejemplo, que el hijo de Noé, Sem, nació cuando Noé tenía más de 500 años, mientras que el término medio de la edad de los padres en las nueve generaciones anteriores era sólo de unos 110 años hasta que naciera el próximo en la línea. Entonces también, Taré parece haber engendrado su primer hijo cuando tenía setenta años, pero Abrahán le nació cuando Taré tenía 130 años. Igualmente, fué cuando Abrahán estaba mucho más allá de la edad de poder engendrar un hijo que engendró a Isaac, por el poder del espíritu santo de Dios. También es de interés notar que una generación fué saltada al proceder la simiente de Judá por medio de su nuera Tamar en vez de por medio de los hijos de su esposa legal. (Gén. 38:1-30) Se podrían citar más ejemplos, pero esto bastará para mostrar que no hay motivo para dudar de los 479 años entre el Éxodo y el primer templo a causa de las pocas generaciones anotadas en la ascendencia de David.
Biberfeld luego asigna 385 años como el tiempo que duró el primer templo, en vez de 427 años, y de ese modo pierde otros cuarenta y dos años, haciendo un déficit de 244 años en conjunto. El reconoce el período de setenta años de desolación, pero anota la duración del segundo templo, o sea el período desde el regreso de los judíos desde Babilonia hasta la destrucción del segundo templo en 70 d. de J.C., como un período de 586 años. Si contamos hacia atrás desde 70 d. de J.C., 586 años nos traen a 517 a. de J.C. Puesto que tanto la Biblia como la historia seglar se han unido para probar que los judíos regresaron en 537 a. de J.C., aquí le faltan a Biberfeld otros veinte años, lo que hace que haya una diferencia de 264 años entre la cronología de él y la de la Biblia. Así se ve que él no ha logrado armonizar la cronología judía tradicional ni con la Biblia ni con la historia seglar.
Recapitulando lo visto: Los dos calendarios judíos que se basan en el período de 3,760 años de antes de la era común, o era cristiana, difieren del calendario que se basa en la Biblia y que se publica en la literatura de la Watch Tówer en los siguientes respectos:
Período envuelto Watch Tówer Halafta Dif. Biberfeld Dif.
Desde Adán hasta el Diluvio 1655 1656 1 1656 1
Hasta el nacimiento de Abrahán 352 292 60 292 60
Hasta el Éxodo 505 500 5 500 5
Hasta el primer templo 479 480 1 341 138
Hasta la desolación 427 410 17 385 42
Hasta el regreso de los desterrados 70 70 — 70 —
Hasta el 1 d. de J.C. (otoño) 537 353 184 517 20
Hasta el año actual 1957 1957 — 1957 —
Totales 5982 5718 264 5718 264
[Notas]
a Según se ha señalado previamente en esta revista, Jesús nació alrededor del 1 de octubre de 2 a. de J.C.
b Para calcular el total de años desde cualquier fecha de a. de J.C. hasta cualquier fecha d. de J.C. no sólo hay que sumar las dos cifras, sino también restar un año debido a que no hay ningún año 0 d. de J.C. ni a. de J.C. De manera que desde 1 a. de J.C. hasta 1 d. de J.C. no hay dos años sino solamente un año. Síguese por lo tanto que al retroceder 420 años desde la destrucción del templo en 70 d. de J.C. se llega hasta 351 a. de J.C., no 350 a. de J.C. Es muy probable que algunos cronólogos judíos hayan pasado por alto este hecho.
c Véase Preservation, página 333.