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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1978 | 1 de mayo
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Ponderando las noticias
La inmoralidad puede matar
● Al decir que “ningún acto sexual jamás mató a nadie,” el sacerdote católico Depaul Genska, de Chicago, cree que la Iglesia debe dejar de condenar a las rameras o prostitutas y los homosexuales. Él favorece la legalización de la prostitución, y declaró que “la prostitución es como cualquier otro negocio,” según informa “The News” de San Antonio, Texas.
Pero los actos sexuales incorrectos pueden matar, de varias maneras. En tiempos antiguos un sinnúmero de personas fueron exterminadas por enfermedades venéreas transmitidas por relaciones sexuales inmorales. Hoy, estas enfermedades todavía matan a muchas personas cada año, o resultan en inhabilitaciones como ceguera e hijos deformes. También, Dios destruyó a las ciudades antiguas de Sodoma y Gomorra porque los habitantes ‘habían cometido fornicación excesivamente e ido en pos de carne para uso contranatural,’ entre lo cual estaba la homosexualidad y sodomía. (Gén. 19:1-25; Jud. 7) Y las personas inmorales perderán la vida cuando Dios juzgue a este mundo porque su Palabra declara: “No se extravíen. Ni fornicadores . . . ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres . . . heredarán el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10.
El sacerdote se remitió a las palabras de Jesús que dijo que “las rameras van delante de” los hipócritas religiosos al reino de Dios. (Mat. 21:31) Pero lo que el sacerdote no mencionó fue que ni las rameras ni los hipócritas entrarán en el reino de Dios a menos que cambien de proceder. Es verdad que Jesús y sus seguidores llevaron su mensaje a toda clase de pecadores. Pero estos hombres de Dios enseñaron con claridad que para conseguir el favor de Dios el malhechor tendría que dejar de quebrantar las leyes de Dios.
Por eso, después de declarar que las personas inmorales no entrarían en el reino de Dios, la Biblia dice: “Sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados.” (1 Cor. 6:11) Aquellas personas anteriormente inmorales se hicieron aceptables a Dios después de abandonar su derrotero inmoral, y luego amoldaron su vida a la voluntad de Dios.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1978 | 1 de mayo
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Preguntas de los lectores
● Comprendo que el aborto es incorrecto desde el punto de vista bíblico, porque es quitar deliberadamente la vida. Yo entendía que Éxodo 21:22, 23 apoyaba este hecho. Pero recientemente leí una versión de la Biblia que da a estos versículos un significado diferente. ¿Qué dicen y significan en realidad esos versículos?
La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras vierte Éxodo 21:22, 23 así: “Y en caso de que haya hombres luchando el uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y efectivamente salgan sus hijos pero no ocurra un accidente fatal, sin falta ha de imponérsele el pago de daños conforme a lo que le imponga el dueño de la mujer; y tiene que darlo por medio de los jueces. Pero si ocurre un accidente mortal, entonces tiene que ser alma por alma.”
Sin embargo, otras traducciones vierten este pasaje de tal manera que alguien pudiera inferir que el aborto no es cosa tan grave. Por ejemplo, la Versión Moderna dice: “Cuando riñeren hombres y uno de ellos diera un golpe a una mujer preñada, de modo que aborte, sin que suceda daño, será ciertamente multado. . . . Mas si resultaré daño, darás vida por vida.” La impresión que esto le pudiera dejar a uno es que solo hay preocupación seria por la mujer, no por el feto. Alguien pudiera inferir de tal traducción que si el daño hubiera causado un aborto pero ningún otro daño a la mujer, al hombre culpable simplemente se le habría de imponer una multa. De modo que pudiera parecer que el aborto no fuera cosa seria.
Quizás en versiones como ésa de ese pasaje haya influido la manera en que Flavio Josefo, historiador judío del primer siglo, parafraseó estos versículos: “El que da puntapiés a una mujer encinta, de modo que la mujer aborte, que pague una multa en dinero, según la determinen los jueces, por haber disminuido la multitud [de la nación] por la destrucción de lo que estaba en su vientre; y que también le dé dinero al esposo de la mujer el que le dio de puntapiés; pero si ella muriera del golpe, que también sea ejecutado él, pues la ley juzga equitativo que se dé vida por vida.” El profesor William Whiston, que tradujo los escritos de Josefo, declara que esta manera de entender Éxodo 21:22, 23 reflejó “la exposición de los fariseos en los días de Josefo.”—Antiquities of the Jews, libro IV, capítulo viii, párrafo 33, y nota al pie de la página.
Por otra parte, los traductores que produjeron la Versión de los Setenta griega tomaron un punto de vista diferente del asunto. En su traducción, Éxodo 21:22, 23 dice que “si dos hombres disputan y golpean a una mujer encinta, y su hijo nace imperfectamente formado [o, “aborte un embrión”] se le obligará a pagar un castigo.” De modo que pensaban que si lo que se abortaba era demasiado joven para haber desarrollado rasgos humanos reconocibles, bastaría una multa monetaria. Pero si el feto estaba “perfectamente formado” o “completamente organizado,” el hombre que dio causa para el aborto tenía que pagar vida por vida.—Traducciones al inglés de la Versión de los Setenta por sir L. L. Brenton y Charles Thomson.
Habiendo tantos y tan variados puntos de vista, claramente sería prudente volver al hebreo original para ver lo que dice y lo que no dice.
Éxodo 21:22, 23 está en una parte de la ley mosaica que trata de la compensación por lesiones. Como manifiestan los siguientes versículos, el principio fundamental era “ojo por ojo, diente por diente.” Pero ¿qué había de hacerse si se lesionaba a una mujer encinta?
En realidad, pudiera haber varios resultados de tal lesión. Considere primero a la mujer. Pudiera ser que se le lastimara, hasta se le lisiara, pero no fatalmente. O el daño pudiera haberle causado la muerte. Considere después al niño o niños que se estuvieran desarrollando en su matriz. Si la preñez de ella estuviera bastante avanzada, el golpe o sacudida podría producir un parto prematuro de modo que ella diera a luz antes del tiempo debido un infante vivo. O el daño a la madre pudiera causar un aborto, una destrucción de la vida que se hubiera estado desarrollando en su matriz. Está claro que lo que la Ley decía en cuanto al daño que se le causara a una mujer encinta tenía que abarcar una variedad de posibilidades.
¿Qué decía, exactamente, la Ley? A continuación presentamos la traducción literal interlineal del hebreo al inglés por el Dr. G. R. Berry (léase de derecha a izquierda):
22 וְנָגְפוּ אִשָּׁה הָרָה
,1pregnant 2woman a strike they and
וְכִי־יִנָּצוּ אֲנָשִׁים
,men contend when And
וְלֹא יִהְיֶה אָסוֹן עָנוֹשׁ יֵעָנֵשׁ
,fined be shall he surely ;injury is not and
וְיָצְאוּ יְלָדֶיהָ
,child her forth goes and
הָאִשָּׁה וְנָתַן
give shall he and ,woman the
כַּאֲשֶׁר יָשִׁית עָלָיו בַּעַל
of husband the him upon put may as
וְאִם־אָסוֹן יִהְיֶה וְנָתַתָּה נֶפֶשׁ
23 soul give shalt thou (and) ,is injury if And
בִּפְלִלִים ׃
.judges the with
תַּחַת נָפֶשׁ ׃
,soul for
En español, línea por línea, esto sería:
22
,1encinta 2mujer una a golpeen y
,hombres contiendan cuando Y
,multado será seguro de ;lesión es no y
,niño su salga y
dará él y ,mujer la
de esposo el él sobre imponga como
23 alma darás tú (y) ,hay daño si Y
.jueces los con
,alma por
La palabra hebrea que se vierte aquí “lesión” (“daño,” Versión Moderna) es asón. Según el léxico por William L. Holladay, asón significa “accidente mortal.” Esto lo confirma el uso de asón en las tres veces en que aparece en la Biblia. (Gén. 42:4, 38; 44:29) Así, la traducción “accidente fatal” en la Traducción del Nuevo Mundo hace que uno entienda con más exactitud lo que dijo aquí la Ley.
Pero entonces surge la pregunta: ¿A quién aplica la expresión “accidente fatal”? ¿Es al niño, a la madre o a cualquiera de los dos? Hay traducciones que presentan una interpretación del asunto. Por ejemplo, la Sagrada Biblia, publicada por la Editorial Herder, dice: “Si armando pendencia algunos hombres, uno de ellos hiriere a una mujer preñada, y ésta abortase, pero no muriese, resarcirá el daño, . . . Pero si se siguiese la muerte de ella, pagará vida por vida.” (Éxo. 21:22, 23, bastardillas añadidas) Esta traducción muestra claramente que hay un accidente fatal en la cuestión, pero el “ella” interpretativo insertado deja la impresión de que si el golpe hacía que la mujer abortara pero ella vivía, entonces solo se imponía una multa. Sin embargo, ¿es eso lo que realmente dice el texto hebreo?
La lectura interlineal ya mencionada revela que el hebreo no limita la aplicación de “lesión” (accidente fatal) a únicamente la madre. Así, el respetado comentario de C. F. Keil y F. Delitzsch dice que bastaba con una multa solo cuando “no se causaba lesión [accidente fatal] ni a la mujer ni al niño que nacía.” Este comentario muestra que si la Ley hubiera querido decir que, mientras la madre viviera, una multa sencilla hubiera cubierto cualquier daño, el texto hebreo habría agregado lah, “a ella.” Así, el Éxo. 21 versículo 22 habría dicho: ‘Cuando unos hombres contiendan y golpeen a una mujer encinta y su niño salga y no se le cause a ella ninguna lesión [accidente fatal], se tiene que pagar una multa.’ Sin embargo, estos comentaristas llegan a esta conclusión: “La omisión de lah, también, por lo visto hace impracticable el remitir las palabras a [una] lesión que se le hubiera hecho solo a la mujer.”
En consecuencia, se imponía una multa cuando el daño hacía que el niño naciera vivo prematuramente, sin resultados fatales ni a la madre ni al niño. Pero si el golpe le quitaba la vida a la madre o al hijo que llevaba en la matriz, la Ley exigía “alma por alma.”
Esto armoniza con otros pasajes bíblicos que muestran que Jehová Dios no considera a un embrión o feto humano vivo como un simple pedazo de tejido en la matriz de una mujer. (Sal. 139:13-16) Confirmando eso, Jehová le dijo al profeta Jeremías: “Antes de estar formándote en el vientre te conocí, y antes que procedieras a salir de la matriz te santifiqué.” (Jer. 1:5) También, lo estipulado de “alma por alma” en el caso de un hombre que le causara la muerte a una mujer o le causara un aborto sería consistente con la enseñanza general de la Biblia de respeto a la vida y su oposición al homicidio.—Gén. 9:6; Núm. 35:30, 31; Rev. 21:8.
Por lo tanto, Éxodo 21:22, 23 de ninguna manera minimiza lo gravemente incorrecto del aborto. Más bien, muestra que en la ley mosaica se estipuló el fuerte castigo de “alma por alma” para cualquiera que le causara un “accidente fatal” a una mujer o a un niño que estuviera desarrollándose en su matriz.
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¡El infierno no es caliente!La Atalaya 1978 | 1 de mayo
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