¿Qué se debe hacer?
HOY el problema de la contaminación afecta a cada uno de nosotros a cierto grado. En el futuro cercano la solución permanente de Dios para el problema nos afectará aun más. Tendrá una relación directa con la existencia continua de cada persona en esta Tierra, incluso usted.
En vista de esto, ¿qué se debe hacer? Hay dos cosas que considerar. La primera es lo que uno puede hacer ahora para disminuir el problema de la contaminación. Además, hay la consideración mucho mayor: lo que uno puede hacer para sobrevivir al fin de este sistema de cosas y vivir en el paraíso que Dios traerá a esta Tierra.
¿Qué se puede hacer acerca de la contaminación?
Hay muchas cosas prácticas que uno puede hacer para disminuir la contaminación.
Un ofensor principal es el automóvil, especialmente en cuanto a contaminación del aire. Aunque uno compre gasolina no emplomada, su auto todavía despedirá sustancias contaminadoras, en particular si uno no lo mantiene afinado. El hacer menos viajes innecesarios, y viajar en grupos que compartan un solo auto puede disminuir mucho la participación de uno en la contaminación.
El mantener los hornos domésticos en apropiada condición de funcionamiento también ayudará. ¿Y qué hay de las muchas personas que se quejan acerca de la contaminación del aire pero que entonces causan contaminación de sus propios pulmones (y de los de otros) fumando cigarrillos? ¿Qué consistencia hay en eso?
Uno puede ayudar a controlar la contaminación del agua no usándola innecesariamente, no desperdiciándola. Para lavar la ropa, uno quizás pueda comprar productos de limpieza que sean “biodegradables” y estén libres en gran parte de fosfatos, un contaminador principal.
En cuanto al terreno, ¿dónde echa usted sus desperdicios? Quizás no se dé cuenta de ello, pero todo el modo de pensar de uno sobre el problema de la contaminación puede reflejarse en lo que haga con la basura, incluso artículos menores como servilletas de papel o envolturas pequeñas. Es verdad que uno no puede hacer que otros se deshagan apropiadamente de los desperdicios y mantengan limpias las calles y los parques. Pero por lo que uno haga con los desperdicios muestra si respeta a otras personas, la propiedad de ellas, o aun la de uno.
Estas cuantas sugerencias quizás parezcan muy pequeñas en comparación con el vasto problema que existe. Esto, por supuesto, es cierto. Haga uno lo que haga para evitar la contaminación, no afectará mucho el cuadro general. Sin embargo, el hacer lo que las circunstancias de uno le permitan es importante. ¿Por qué? Porque demuestra que uno tiene respeto al Creador y su creación. Hace mucho escribió el salmista: “A Jehová pertenece la tierra y lo que la llena.”—Sal. 24:1.
En el nuevo orden de Dios es probable que se pida cuentas a los que causen contaminación, puesto que eso fue lo que sucedió en el Israel de la antigüedad cuando estaba bajo el régimen de Dios. El campamento de Israel se había de mantener limpio en todo aspecto, moral y físicamente. No se permitía la contaminación por deshacerse incorrectamente de las aguas de albañal. Así fue como Dios trató con su pueblo en tiempos pasados, y probablemente sea así que trate con su pueblo en su prometido nuevo orden. (Deu. 23:10-14) Ciertamente de todos los que vivan entonces se requerirá que trabajen en armonía con sus leyes que rigen la creación natural. ¿Lo querrá él a usted en ese nuevo orden?
Lo que más se debe considerar
Prescindiendo de lo dignos de encomio y deseables que sean, los esfuerzos de uno por reducir la contaminación jamás cambiarán el derrotero que ha emprendido este mundo. Solo acción por Dios puede efectuar esto. Su propósito expresado claramente es “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18) Sin falta él limpiará esta Tierra tanto de contaminación mental como física y de los que la causan.
Por lo tanto, usted se encuentra ante una selección. ¿Preferirá y tratará de hallar su felicidad en el sistema actual que los hombres han desarrollado y que —expresándolo francamente— está haciendo un lío de la Tierra, o mostrará que no está en armonía de corazón con este sistema egoísta, que usted sinceramente quiere hacer lo que resulte en honra y alabanza al Magnífico Creador de la Tierra? ¿Cifrará usted su confianza en la tecnología y los programas gubernamentales humanos para resolver el problema, o acudirá al Soberano sapientísimo del universo, Jehová Dios, y a su reino por Cristo Jesús?
Los hombres no previeron los resultados catastróficos que tendrían sus innovaciones y caminos. Dios sí, y lo predijo en su Palabra inspirada, la Biblia. Los hombres, especialmente los científicos, están seriamente preocupados en cuanto a hallar una salida del dilema global. La Palabra de Dios da la única esperanza segura de un futuro feliz. ¡Cuánto más prudente e infinitamente más apegado a la realidad es que acudamos a Dios por alivio más bien que a los hombres falibles, moribundos!
Cómo puede demostrar su selección
¿Cómo puede usted mostrar que se ha puesto en armonía con el Creador en este asunto? Quizás diga: “Pero yo voy a la iglesia.” Quizás sí, pero como hemos visto, la clave para una Tierra libre de contaminación es amor y consideración a otros. La Biblia nos dice que: “El que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano.” (1 Juan 4:20, 21) Por otra parte, quizás usted diga: “Pero yo amo a mi prójimo... trato de hacer el bien a los demás.” Bueno, ¿cuál es el mayor bien que uno puede hacer a otros ahora? La Palabra de Dios dice que Él va a ponerle final orden actual e introducir un nuevo orden justo. Declara que la voluntad de Dios es que la gente en todas partes sea informada de esto para que pueda tener la oportunidad de ponerse en armonía con Su propósito y sobrevivir para vivir en una Tierra que será semejante a un jardín. (Mat. 24:14) ¿Lo ha equipado a usted su iglesia para ayudar a otros de este modo?
Hay personas que están ayudando a otros a estar equipados de esta manera. Los testigos cristianos de Jehová efectúan esto por una obra educativa de la Biblia en los hogares de la gente por toda la Tierra. Simplemente escribiendo a los publicadores de esta revista, usted también puede recibir esa instrucción bíblica gratis en su propio hogar. ¿Qué significará ello para usted?
El adquirir conocimiento de la Palabra de Dios le ayudará a combatir la contaminación mental tan imperante hoy día. La gente es bombardeada por la propaganda de este mundo, por su atracción al materialismo, su inmoralidad, sus teorías desorientadoras y promesas vanas de hombres imperfectos. Todo esto puede convertir la mente de una persona en un basurero. Pero al adquirir los pensamientos de Dios, aprendiendo sus caminos, usted puede empezar a transformar su mente en un jardín, en el cual los frutos del espíritu de Dios florezcan. (Gál. 5:22, 23) La Biblia aconseja tocante a esto: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.”—Rom. 12:2.
Aprenda ahora el propósito de Dios para nuestro día y el papel que usted puede desempeñar en ese propósito. Así logre “asirse firmemente de la vida que lo es realmente,” la vida eterna en un nuevo orden paradisíaco donde nunca jamás amenazara el hombre convertir esta Tierra en una pila de basura. (1 Tim. 6:19) Sí, bajo la dirección del reino de Dios, participe en convertir esta Tierra en un parque global, para deleite de las personas de corazón sincero y honrado por toda la eternidad.