Evitando una brecha entre generaciones en su hogar
“Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.”—Pro. 22:6.
1, 2. (a) ¿Quiénes no pueden eludir una porción de la culpa por la brecha entre generaciones, y por qué? (b) ¿Qué comentario se ha hecho en cuanto a muchos de los jóvenes de hoy día?
HOY los adultos no pueden eludir su porción de culpa por la brecha entre generaciones que se halla en todo el mundo. Muchos padres, por ejemplo, han mostrado una actitud demasiado permisiva para con sus hijos, con resultados malos. (Pro. 29:15) No solo ha habido una resultante brecha entre generaciones, sino que los jóvenes que “han ido por su propio camino” a menudo han hecho un lío de su vida. De hecho, ahora vivimos en lo que se ha llamado “la era del desaliñado.” Recientemente, Theodore M. Black, miembro de la Junta de Regentes del Estado de Nueva York, mientras consideraba los exámenes de los regentes como patrones para medir el logro educacional, expresó este pensamiento:
2 “Por lo menos en parte debido a nuestra propia negligencia y por ser permisivos vivimos en lo que estoy obligado a designar como la Era del Desaliñado... un tiempo en que el desaliño en la higiene personal, apariencia, habla y hábitos, inmoralidad y obscenidad públicamente desplegadas, un desempeño descuidado y perezoso de las tareas de uno y una monumental egocentricidad que se manifiesta no simplemente con falta de cortesía sino con una grosera desatención de los derechos de otros y de las finuras de las relaciones humanas en una sociedad verdaderamente civilizada... todo parece ser la orden del día.”—Times de Nueva York, 24 de junio de 1972.
3. Si un niño ha de crecer con excelentes cualidades cristianas, ¿qué tienen que hacer los padres, y cuándo?
3 Los padres que se interesan en sus hijos no quieren que crezcan así. Pero si un niño habrá de crecer con elevadas normas morales, mostrando cualidades cristianas, incluso diligencia, bondad, benignidad y amor, el padre cristiano o la madre cristiana no pueden esperar hasta que el niño tenga suficiente edad para ir a la escuela para entrenarlo en el camino correcto... el camino de Dios. No, sino tal como fue cierto del joven cristiano Timoteo, así es aconsejable hoy día. De él, el apóstol Pablo dijo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:15) Es importante empezar a entrenar a los hijos, entonces, cuando son pequeñuelos. Los principios piadosos no son innatos en los niños. En cambio, “la tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él.” (Pro. 22:15) Desde una edad temprana necesitan entrenamiento y disciplina apropiados para contrarrestar las tendencias incorrectas.
4, 5. (a) ¿Qué excelente consejo da Proverbios 22:6? (b) Cuando hay excepciones a lo que se declara en la Palabra de Dios, ¿por qué no anula esto la escritura?
4 Por eso la Biblia aconseja: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.” (Pro. 22:6) O como vierte ese versículo la New English Bible: “Inicia al muchacho en el camino correcto, y aun en la vejez no lo abandonará.” Otra traducción de este versículo dice: “Educa al niño según los requisitos de su vida; aun cuando sea viejo no virará de ello.”—The New Berkeley Version.
5 Sin embargo, quizás algunos padres digan: “Sé el caso de hijos que fueron entrenados en los caminos de la Biblia, pero resultaron malos.” ¿Anula la escritura el hecho de que algunos jóvenes se hayan desviado de las verdades de Dios? ¡No! Lo que la Biblia ha declarado en Proverbios 22:6 es una regla general. Hay excepciones, tal como hay excepciones a lo que se declara en Proverbios 15:1: “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia, pero una palabra que causa dolor hace subir la cólera.” Esto no siempre es cierto; a veces una persona continúa en su camino encolerizado prescindiendo de cuán apacible pudiera ser nuestra respuesta. Pero la regla es buena y produce resultados excelentes en la mayoría de los casos.
6, 7. ¿Por qué es tan vital el entrenamiento temprano de los hijos, y con qué probable resultado?
6 Aplica la regla general: hay gran beneficio en entrenar a un muchacho o muchacha en los caminos de Jehová desde la infancia. El entrenamiento temprano es vital, porque los primeros cuatro o cinco años de la vida de un niño son cruciales. Durante este tiempo sus modelos y habilidades mentales están estableciéndose. Dice el Dr. Joseph M. Hunt de la Universidad de Illinois: “Es durante los primeros cuatro o cinco años de la vida que el desarrollo de un niño alcanza su grado más rápido y está más sujeto a modificación. Durante este período el niño adquiere las habilidades sobre las cuales se basarán sus habilidades posteriores. Quizás el 20 por ciento de esas habilidades básicas se desarrollen antes de su primer cumpleaños, quizás la mitad antes que llegue a los cuatro años de edad.”
7 Por lo tanto, el dedicar tiempo para inculcar principios piadosos en los hijos jóvenes es vital. Los resultados serán que, si el niño tiene un buen corazón, irá por el camino correcto cuando sea de mayor edad. Se le ayuda a evitar el ser víctima de la extensa brecha entre generaciones.—Efe. 6:4; Deu. 6:6, 7.
MANTENGA ABIERTO EL CONDUCTO DE COMUNICACIÓN
8. ¿Qué pueden hacer los padres para establecer y mantener el conducto de comunicación con sus hijos?
8 Hay muchas cosas que los padres pueden hacer para establecer y mantener el conducto de comunicación con sus hijos. Por lo general, los vínculos de familia son más fuertes si los padres suministran estrecha supervisión personal, en vez de confiar ampliamente en el entrenamiento de las escuelas, parientes, niñeras, etcétera. Es importante principiar tan temprano como sea posible a hablar libremente con un niño. Igualmente importante es la necesidad de contestar las preguntas de un niño, especialmente de la Palabra de Dios, la Biblia, cuando eso es posible. (2 Tim. 3:16, 17) Esto requiere el escuchar con genuina consideración lo que diga un jovencito. Por eso es preciso que ustedes padres aprendan a escuchar. Averigüen cuáles son los problemas de su hijo. Jamás piensen que sus problemas son demasiado insignificantes para que ustedes se molesten con ellos.
9, 10. (a) ¿Cómo se puede preparar a un jovencito para que se enfrente a la vida de un modo que se apegue a la realidad? (b) ¿Cómo pueden los padres animar a sus hijos y mantener comunicación libre?
9 Se mantiene mejor la comunicación cuando los padres tienen presente que los hijos no son perfectos, así como ellos mismos no son perfectos. De hecho, hay que preparar al jovencito para aceptar las imperfecciones... en él mismo, en su familia, y en otros. De modo que es bueno criar a un niño con la plena comprensión de que cometerá errores. Esto es inevitable en la imperfección y en este sistema de cosas. (Sal. 51:5; Rom. 3:23; Sant. 3:2) Pero los padres pueden animar a su hijo a seguir mejorando, y a seguir trabajando en cultivar cualidades cristianas. (Col. 3:12-15) Dé crédito y alabanza cuando correspondan éstos.
10 Para facilitar la comunicación libre entre los padres y los hijos, es provechoso que la familia participe junta de las comidas en vez de desarrollar el hábito de comer por separado. El conversar con regularidad a la hora de las comidas mejora la comunicación de familia.
11. ¿Qué pueden hacer los padres para mantener abierto el conducto de comunicación y evitar que los hijos se hagan egocéntricos?
11 Es preciso que los padres expresen amor continuo y lo estimulen. El fuerte vínculo del amor une a las familias cristianas. (Efe. 5:25; Tito 2:4) Con amor permanece abierto el conducto de comunicación. A veces los niños se hacen egocéntricos si los padres siempre hablan con sentimiento crítico de otros, denigrando a otros o desenterrando lo que es malo. (Pro. 12:18; 16:27) Pero los padres que atenúan las flaquezas y faltas de otros, y que adoptan una actitud bondadosa, amorosa, ayudan a sus hijos a ser amorosos y perdonadores, y a interesarse en otras personas. (Efe. 4:32) Cuando los padres muestran hospitalidad, aun preguntando a sus hijos: “¿En qué podemos servir a Fulano?” no solo están edificando en ellos el gozo de dar sino también están manteniendo abierto el conducto de comunicación, tan necesario para evitar una brecha entre generaciones. Si los padres aprenden la verdad de Dios cuando los hijos están en la adolescencia, un esfuerzo constante ayudará a reabrir las líneas de comunicación.
LAS COMPARACIONES DESFAVORABLES TIENDEN A SER CONTRAPRODUCENTES
12, 13. ¿Qué comentarios han hecho algunos jóvenes al hablar de los problemas que tienen con respecto a comunicarse con sus padres?
12 Es interesante notar lo que dicen los jóvenes cuando consideran en grupo los problemas con respecto a comunicarse con sus padres. Una muchacha adolescente reveló: “Mi hermana es de la clase que siempre se ofrece voluntariamente a ayudar. De veras... a ella le gusta el trabajo doméstico. Entonces mi madre me dice: ‘Mira cuánto hace tu hermana. ¿Por qué no puedes ser como ella?’” Esta adolescente comentó que comparaciones como ésta la desanimaban y estorbaban la comunicación con sus padres.
13 Otra niña comentó: “No es justo. Saco la basura y lavo los trastos y arreglo mi cuarto, y al día siguiente mi madre dice: ‘¡Vaya! ¡vaya!, el perro hace más aquí en la casa que tú.’ A otros muchachos se les compara con sus hermanos y hermanas, pero a mí hasta se me compara con el perro.”
14. (a) Cuando tratan de animar a sus hijos, ¿qué posiblemente olvidan a veces los padres? (b) En la escuela, ¿cómo responden por lo general los adolescentes a las comparaciones desfavorables?
14 La mayoría de los padres, por supuesto, saben que los hijos en la misma familia difieren en gustos y aversiones y en personalidades y cualidades. Sin embargo a veces, especialmente bajo presión, los padres quizás olviden ese mismísimo punto y traten de mover a un joven a imitar a otros cuyo comportamiento es más deseable en cierto respecto. Pero es probable que tales esfuerzos sean contraproducentes. Dice el tomo Today’s Teen-Agers: “Los maestros han descubierto que las comparaciones desfavorables tienden a desanimar en vez de inspirar a los estudiantes en el salón de clase.”
15-18. (a) ¿Cómo podrían los padres beneficiarse del ejemplo de los ancianos en la congregación cristiana y del punto de vista que expresó Jesús según se registra en Mateo 13:23? (b) ¿A quiénes se les anima a todos en la congregación cristiana a que miren como ejemplos? (c) Por eso, ¿cómo deberían los padres cristianos querer tratar a sus hijos?
15 Los padres hacen bien en imitar a los ancianos en la congregación cristiana que siempre se esfuerzan por aplicar principios bíblicos. Estos ancianos saben cuán imprudente sería comparar a un cristiano con otro, o preguntar a una persona: “¿Por qué no puede usted hacer más? El hermano Fulano, que tiene más responsabilidad que usted, hace esto y esto.” ¿Inspiraría esta comparación a algún cristiano? ¿O desanimaría?
16 ¿Y qué hay si estas comparaciones desfavorables se hicieran públicamente, al oído de otros? ¿No tendría esto un efecto doblemente desalentador, resultando ser completamente contraproducente como medio para animar a alguna persona?
17 Los ancianos en la congregación cristiana no hacen tales comparaciones. Saben que el Señor Jesucristo habló favorablemente de los cristianos que compartían las buenas nuevas de la Palabra de Dios, fuese a treinta por uno, sesenta por uno o ciento por uno. (Mat. 13:23) Además, en la congregación cristiana, los ancianos animan a la congregación a ‘hacerse imitadores de Dios, como hijos amados,’ también a ser imitadores de Cristo, y a imitar a compañeros cristianos solo a medida que imitan a Cristo. (Efe. 5:1; 1 Cor. 11:1) De esto vemos que aquellos a quienes debemos mirar como ejemplo y con los cuales debemos medirnos deben ser Jehová Dios y el Señor Jesucristo. El ejemplo fiel de compañeros cristianos puede estimularnos, pero las comparaciones con otros cristianos no han de usarse para hacernos pensar que somos inferiores a otros o mejores que otros. (2 Cor. 10:12; Gál. 6:4) Tenemos ejemplos perfectos y éstos son los que debemos imitar.
18 Por eso, puesto que se ha notado tanto en la congregación cristiana como en los salones de clase mundanos que el hacer comparaciones desfavorables en vez de tratar a todos como individuos ha resultado imprudente, los padres cristianos que quieren evitar una brecha entre generaciones hacen bien en reflexionar mucho antes de usar tales comparaciones.
PASE TIEMPO CON SUS HIJOS
19-21. ¿Por qué es tan importante que los padres muestren interés amoroso en sus hijos pasando tiempo con ellos, y qué han dicho algunas autoridades en cuanto a las consecuencias de la negligencia de los padres?
19 Es necesario que los padres muestren interés amoroso en sus hijos. No pueden esperar que sus hijos salgan buenos si ellos mismos son amadores de placeres o de riquezas más que amadores de sus propios hijos. (1 Tim. 6:9, 10) Por lo tanto, tocante a un adolescente que vino a ser víctima de la brecha entre generaciones y que salió mal, se nos dice: “León fue alejado de sus padres, pues los dos trabajaban y se hallaban demasiado ocupados para darle la atención que tanto anhelaba.”
20 El modo de vivir de hoy día con sus muchas presiones y distracciones hace difícil el que los padres pasen tiempo con sus hijos. Pero hay que dedicarles tiempo. El profesor Urie Bronfenbrenner en el libro Two Worlds of Childhood: U.S. and U.S.S.R. contiende que demasiados padres se han retirado de la vida de sus hijos, dejando un vacío moral que se llena con sus condiscípulos y la televisión. Escribe el Dr. Bronfenbrenner:
“Estamos pasando por un derrumbe en el proceso de hacer humanos a los seres humanos. Lo que se necesita es un cambio en nuestro modo de vivir que vuelva a introducir a los adultos en la vida de los hijos y a los hijos en la vida de los adultos. . . . Si los adultos no vuelven a estar envueltos en la vida de nuestros hijos, habrá dificultad en el futuro.”
21 Y McCann escribió en Delinquency—Sickness or Sin?: “Las listas de nuestros tribunales de menores . . . revelan en un niño tras otro una experiencia común: indiferencia, negligencia, rechazamiento por parte de los padres.”
22. ¿Qué les sucedió a los hijos de un actor de televisión cuando él no pasó suficiente tiempo con ellos, y cómo describió su propia situación y la de muchos padres?
22 Tuvo dificultades un bien conocido actor de televisión de cuarenta y cuatro años cuyos hijos se dieron a las drogas. Explicó más tarde a la prensa: “El padre de término medio no lleva mi vida, pero es lo mismo. Va a trabajar, llega a casa, dice que no quiere oír en cuanto a los problemitas porque ha tenido un día difícil en la oficina, conecta la televisión y luego se acuesta. . . . Veo a hombres que tienen buen éxito al dirigir compañías con centenares de hombres; saben tratar toda situación, cómo disciplinar y recompensar en el mundo comercial. Pero el negocio más grande que están dirigiendo es su familia y en esto fallan. . . . Yo pensaba que porque tuve buen éxito a una edad temprana, lo sabía todo. No sabía nada.”—Times de Nueva York, 1 de agosto de 1972, pág. 26.
23. ¿Qué averiguó un investigador en cuanto a las consecuencias de la indiferencia de los padres?
23 Por lo tanto, cuando a los niños se les deja por su cuenta y se muestra poco interés en ellos y sus actividades, resulta una brecha entre generaciones, con graves consecuencias. Recientemente se hicieron públicos los hallazgos de un veterano detective-investigador de narcóticos de San Antonio, Texas. Después de nueve meses como agente secreto que reunía información, se enteró de que parecía que muchos jóvenes que tomaban drogas no hacían esfuerzo alguno por ocultar el hecho de que las usaban. La conclusión a la que llegó este investigador fue que el uso de drogas por los jóvenes es, a un grado extenso, el resultado de la indiferencia de los padres. Habló de jóvenes que contaban que sus padres les daban dinero y luego los dejaban solos para hacer lo que quisieran los fines de semana. “Parece que los chicos no podían entender por qué sus padres no querían pasar tiempo con ellos,” dijo el detective-investigador.—News de San Antonio, 28 de enero de 1972.
24-26. (a) ¿Cuándo podrían los padres pasar tiempo ventajosamente con sus hijos? (b) ¿Qué principio estableció Dios en el Israel de la antigüedad que se relaciona con los “pequeñuelos” en las familias cristianas hoy día?
24 ¡Qué importante es, entonces, que los padres pasen tiempo con sus hijos! El pasar tiempo juntos hace natural la comunicación, y ayuda a los padres a conocer los puntos de vista de los jovencitos. Resulta mucho bien cuando el padre pasa tiempo tanto con los hijos como con las hijas trabajando en la casa. El participar en el trabajo, así como en la diversión, entrena a la familia a disfrutar de las cosas con otros, no solo a seguir tras intereses personales.
25 Y, por supuesto, el pasar tiempo juntos en instrucción bíblica en privado y en la congregación es vital. Dios estableció ese principio en el Israel de la antigüedad. Mandó a los padres no solo que enseñaran a los hijos los caminos de Dios en casa, sino también que llevaran a sus hijos consigo cuando fueran a las asambleas que se celebraban con el propósito de adorar y alabar a Jehová. El mandato divino por medio de Moisés fue: “Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeñuelos . . . a fin de que escuchen y a fin de que aprendan, puesto que tienen que temer a Jehová el Dios de ustedes y cuidar de poner por obra todas las palabras de esta ley.” A los “pequeñuelos” no se les dejaba en casa. Así mismo hoy es preciso que los hijos acompañen a sus padres y asistan a las reuniones de la congregación cristiana.—Deu. 31:12, 13; Neh. 12:43; Luc. 2:41-50; Mat. 19:13, 14.
26 Los padres que siguen la Palabra de Dios tienen sabiduría divina para ayudarles a criar a sus hijos, y si entrenan a sus hijos en el camino en que deben ir, pasando tiempo con ellos, enseñándoles a ser imitadores de Dios y de su Hijo amado, es probable que tengan buen éxito.
VIGILANDO SU ASOCIACIÓN
27-29. (a) ¿Qué principio bíblico declaró el apóstol Pablo en cuanto a asociación? (b) ¿Qué es asociación, y cuándo es mala?
27 Es menester que los padres que quieren que sus hijos eviten el ser víctimas de la brecha entre generaciones, con las consecuentes zambullidas al abismo de tomar drogas o de la inmoralidad, reconozcan la importancia de vigilar las asociaciones de los jóvenes. La Biblia expone claramente el principio para el buen éxito: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” “La mala compañía arruina la buena moralidad” (Revised Standard Version).—1 Cor. 15:33.
28 De lo que el apóstol Pablo está advirtiendo aquí no es el simple contacto con las personas mundanas. ¿Por qué? Bueno, ¿qué es asociación? El término griego significa “estar en compañía con” o “tener trato, comunicación con.” La palabra española proviene de una palabra latina que significa “unido a,” “unido con, aliado.” En otras palabras, uno llega a ser compañero o aliado de alguien cuyo compañerismo está buscando. Es confraternizar, participar en las actividades y placeres de aquellos con quienes se asocia. Esto es malo si la asociación es con personas mundanas, puesto que sufrirán la buena moralidad y los buenos hábitos.
29 A veces los padres descubren a las duras que el vigilar la asociación de sus hijos es la clave para evitar congojas. Pero ¿por qué aprender las cosas a las duras? La Palabra de Jehová contiene la guía que necesitan los padres para criar con buen éxito a los hijos.
BENDICIONES DEL ENTRENAMIENTO CORRECTO
30. (a) ¿Qué galardones reciben los padres que dan a sus hijos entrenamiento correcto desde la infancia? (b) ¿Cómo se ilustra esto por una experiencia en la secundaria?
30 ¡Qué recompensas hay para los padres que entrenan a sus hijos en el camino en que deben ir! Alcanzan gran gozo y evitan el desconsuelo y la congoja y la vergüenza que ciertamente habrán de recibirse cuando un niño llega a ser víctima de la brecha entre generaciones y sigue su propio camino. (Pro. 17:21; 29:15) Durante una discusión en clase de los problemas sociales en una clase de niñas en la secundaria se introdujo el asunto de la brecha entre generaciones. La discusión fue unilateral, de modo que se extendió la invitación para que las muchachas trajeran a sus padres a la siguiente sesión. Los padres de una estudiante Testigo hicieron arreglos para estar presentes. Dijo el padre:
“Fuimos los únicos padres presentes. También estuvieron presentes dos maestros. Para iniciar la discusión las muchachas alzaron la mano e hicieron preguntas cuando se lo pedíamos. Las muchachas estaban interesadas en nuestra actitud para con la disciplina, el castigo, la libertad, la diversión, las causas de la brecha entre generaciones, etcétera. Nuestras respuestas se basaban en la Biblia, a la cual nos remitíamos a medida que lo requería la ocasión.
“Explicamos que cuando una familia vive en armonía con los principios bíblicos no hay brecha entre generaciones. Las muchachas parecieron estar profundamente impresionadas, y al fin del período de cuarenta minutos preguntaron si podíamos quedarnos para un segundo período, lo cual hicimos.
“Fue obvio para las muchachas que no había brecha de comunicación en nuestro hogar. Después de habernos ido, algunas de las muchachas comentaron con nuestra hija que les gustaría poder cambiar padres con ella. Muchas estuvieron de acuerdo en que preferirían vivir en un hogar donde había disciplina aunada a amor que en un hogar donde los padres y los hijos no podían comunicarse entre sí.”
31. Vuelva a declarar los excelentes principios que ayudarán a los padres a evitar una brecha entre generaciones en su hogar.
31 Sí, los excelentes principios de la Biblia suministran el puente sobre el cual los padres y los hijos pueden intercomunicarse, mientras se dan cuenta de que tanto los adultos como los adolescentes son hijos de un Gran Padre que sabe disciplinar en amor. De modo que entrene a los hijos desde la infancia, y esmérese en mantener abierto el conducto de comunicación, animándolos, no mediante comparaciones desfavorables contraproducentes, sino con los Ejemplos más Elevados que debemos imitar. Pase tiempo con sus hijos, y vigile la asociación de ellos. Entonces las bendiciones de este entrenamiento correcto serán suyas, pues “el padre de un justo sin falta estará gozoso; el que llega a ser padre de un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán, y la que te dio a luz estará gozosa.”—Pro. 23:24, 25.