¿Qué clase de casamiento?
INFORMES noticieros de diversos países relatan que los casamientos asumen muchas formas. Por ejemplo, dos acróbatas alemanes fueron casados mientras estaban en un trapecio a gran altura sobre una plaza de pueblo. Luego hubo una pareja de paracaidistas que se lanzaron a tierra en paracaídas, seguidos de un sacerdote que los casó en el sitio donde aterrizaron.
Aunque éstos posiblemente sean ejemplos raros, impelidos por la publicidad, cada vez más parejas que desean casarse han decidido expresar su individualidad de otras maneras. Tales “individualistas” han observado que muchos casamientos convencionales son asuntos sumamente formales y costosos en los que se da énfasis a la etiqueta, a detalles aparentemente interminables y ritual regido por la costumbre solo para impresionar a amigos y parientes. Sin duda tal preocupación con la “exhibición ostentosa” a menudo detrae del significado verdadero y placer de la ocasión.
En rebelión contra esto, se ha desarrollado en la década pasada el llamado “Nuevo Casamiento.” En éste a menudo la pareja desconoce costumbres establecidas y las opiniones de sus mayores conservadores. Puede que se casen en la falda de una montaña, en la playa o en una cueva, en vez de en una iglesia o en la sala de un juez. En un “Nuevo Casamiento” posiblemente la pareja lea un fragmento de poesía en vez de repetir los votos de matrimonio convencionales (imitando un casamiento que se presentó en una película reciente). En uno de esos casamientos cerca de Los Ángeles, California, una pareja recitó lo siguiente:
“Yo hago lo mío, y tú haces lo tuyo. No estoy en este mundo para elevarme a la altura de tus expectativas. Y tú no estás en este mundo para elevarte a la altura de las mías. Tú eres tú y yo soy yo y si por casualidad nos encontramos el uno al otro, es hermoso.”
Ahora bien, en la opinión de usted, sin duda, ambos extremos son indeseables. Es probable que usted convenga en que no es necesario ser esclavo abyecto de las “reglas de la etiqueta” que abarcan todo detalle. Pero es probable que usted también crea que un casamiento no debe ser una maniobra sensacional que hace caso omiso de los sentimientos de otros y de la naturaleza y dignidad de la ocasión.
¿Cuál, entonces, es un derrotero razonable entre estos extremos? Cuando hacen planes para un casamiento, los testigos cristianos de Jehová consideran lo que realmente se necesita y lo que será un casamiento modesto y dignificado. Es por eso que a menudo los observadores quedan impresionados con lo que ven cuando asisten a casamientos en Salones del Reino.
ÉNFASIS A LA BIBLIA
Aunque el Salón del Reino de los Testigos de Jehová esencialmente es un lugar donde la congregación se reúne para estudio de la Biblia, a veces también se celebran allí matrimonios.a Esto es apropiado puesto que la Biblia misma muestra que el matrimonio es una institución divina.—Gén. 2:24.
Como es apropiado para una ceremonia en el Salón del Reino, se presenta un discurso bíblico sobre el significado del matrimonio y los privilegios y responsabilidades del esposo y la esposa. Luego, en la conclusión del discurso edificante, se puede tomar un voto o se puede convenir en él, amoldándose a lo que requiere la ley local.
En El Salvador y en algunos otros países no se puede verificar un matrimonio en un edificio religioso. Tiene que ser ejecutado por un magistrado civil, como en la alcaldía. Sin embargo, en estos países los testigos de Jehová a menudo siguen ese matrimonio civil con un discurso bíblico en el Salón del Reino. Esto, aunque no es necesario, es un paso excelente. El día cuando uno se casa es una ocasión feliz, y también una ocasión apropiada para tener presente el consejo sabio del Originador del matrimonio.—Sal. 119:1.
VOTO MATRIMONIAL
Como se mencionó, a veces la ley local requiere que la novia y el novio hagan una declaración pública o voto en presencia de otros, y los testigos de Jehová acatan esta ley. Pero aun en países donde esto no se requiere, a menudo se acostumbra que la pareja repita un voto matrimonial o convenga en él.
El ejemplo del “Nuevo Casamiento” que citamos antes ilustra que aun en lo que toca al voto matrimonial hay una tendencia a “hacer lo propio de uno.” A veces la pareja compone su propio voto; en otros casos el clérigo lo hace. Así sucede que en una iglesia el ministro “casó” a dos lesbianas por “tanto tiempo como haya amor.” Otro pastor casó a una pareja desnuda por “tanto tiempo como sea de su agrado.”
En contraste refrescante con tales tendencias, que deshonran el estado del matrimonio dado por Dios, los testigos de Jehová usan el siguiente voto, como se recomendó en La Atalaya del 15 de agosto de 1969:
Para el novio: “Yo ———— te acepto ———— para que seas mi esposa en matrimonio, para amarte y cuidarte con ternura de acuerdo con la ley divina como se delinea en las Santas Escrituras para los esposos cristianos, mientras ambos vivamos juntos en la Tierra de acuerdo con el arreglo marital de Dios.”
Para la novia: “Yo ———— te acepto ———— para que seas mi esposo en matrimonio, para amarte, cuidarte con ternura y respetarte profundamente, de acuerdo con la ley divina como se delinea en las Santas Escrituras para las esposas cristianas, mientras ambos vivamos juntos en la Tierra de acuerdo con el arreglo marital de Dios.”
Pero ¿incluye más un casamiento en el Salón del Reino?
FELIZ, DIGNIFICADO Y PERSONAL
Un reportero observó: “El casamiento norteamericano es un reflejo de nuestros intereses dominantes: amor y dinero, envolviendo grandes dosis de romanticismo y búsqueda de prestigio.” Esto a menudo puede ser cierto en otros países también. Sin embargo, los cristianos en todos los países dan énfasis a los aspectos bíblicos, espirituales, del casamiento. Esto, a su vez, los ayuda a ser moderados y equilibrados, a ‘dejar que todos conozcan lo razonable que son ellos.’—Fili. 4:5.
¿Significa esto que todos los casamientos en el Salón del Reino son iguales, o que son asuntos sombríos o espartanos? No, de ninguna manera. Estos casamientos son dignificados y al mismo tiempo ocasiones gozosas, como eran los casamientos en tiempos bíblicos. (Sal. 45:13-15; Isa. 62:5; Rev. 19:7, 8) A menudo hay indumentaria especial, flores y agradable música basada en la Biblia tomada del cancionero que se usa en el Salón del Reino; todo esto ayuda a que sea un asunto festivo.
Y hay variedad según el gusto individual. En tiempos bíblicos la novia era ataviada con varios adornos y prendas de vestir festivas. (Isa. 49:18; 61:10; Rev. 21:2) Así también en un casamiento en el Salón del Reino, se puede observar variedad en esto. Por ejemplo, quizás la novia se ponga un traje nupcial especial, o quizás opte por ponerse algo que también será adecuado para usar en futuras ocasiones festivas.
También puede haber variedad en cuanto a los que participan en el casamiento. En el Líbano la novia y el novio normalmente tienen un amigo allegado cada uno para que les sirva de compañero. (Mat. 25:1; Juan 3:29) Por lo general los que son escogidos para ser los compañeros muy allegados en esta ocasión feliz son hermanos y hermanas espirituales, personas que también esperan servir eternamente a Jehová. En otras partes, quizás se acostumbre que el padre o la madre se incluyan en el grupo del casamiento. Pero si no hay requisitos legales, la manera en que la pareja arregle este aspecto de su casamiento puede reflejar su gusto personal.
De modo similar, la pareja puede planear lo que le gustaría en cuanto a otros asuntos. Queda con ellos decidir si cambiarán anillos, si entrarán en el salón de cierta manera, si tendrán refrescos en otra ubicación después del casamiento, etcétera. Conocen las costumbres locales, pero no es necesario que estén atados servilmente a la tradición.b Más importante será tener un casamiento feliz y dignificado, uno que todos los convidados hallen agradable y espiritualmente edificante.
¿QUIÉNES PUEDEN USAR EL SALÓN?
Por supuesto, no hay objeción alguna a que los testigos de Jehová se casen en casa o en algún lugar donde se efectúan matrimonios civiles. Pero si se interesan en tener un casamiento en el Salón del Reino, deben hablar con el comité de tres ministros de la congregación que son responsables de tales asuntos.
Estos ministros se asegurarán de que los dos cónyuges en perspectiva estén bíblicamente libres para casarse y en buena posición en la congregación. También, determinarán de parte de la pareja la clase de ceremonia que tienen planeada. El comité reconoce que los gustos personales difieren, y no quieren imponer sus preferencias a nadie. Sin embargo, examinarán para asegurarse de que nada de lo planeado parezca ser algo que causaría tropiezo o afectaría adversamente la paz y unidad de la congregación.—1 Cor. 1:10; 14:33.
En armonía con el consejo claro de la Biblia —‘casarse solo en el Señor’— los testigos de Jehová definitivamente no aprueban el matrimonio de un cristiano con alguien que todavía no esté bautizado y sirviendo a Jehová. (1 Cor. 7:39) Si alguien no sigue ese consejo bíblico, él o ella se enfrentan a la probabilidad de muchos problemas y mucha aflicción, como lo han probado las experiencias de otros. (Neh. 13:25-27) Pero ¿se permitiría un casamiento de esta clase en el Salón del Reino?
Le toca al comité de superintendentes decidir sobre eso. Quizás un caso tenga que ver con un cristiano nuevo que prosigue con planes de casarse con una persona con quien estaba comprometido o comprometida antes de aprender la verdad de la Palabra de Dios. En el siguiente caso las circunstancias pudieran ser muy diferentes. Por eso, cada situación se considera individualmente. Puesto que estos ministros conocen los hechos y las posibles reacciones localmente, pueden determinar lo que será para el mayor bien de todos.
En ciertos casos parejas que todavía están estudiando la Biblia con los Testigos han sido casadas en el Salón del Reino. Por ejemplo, una pareja en Dinamarca quería tener un discurso de matrimonio en un Salón del Reino cerca del hogar de la novia, antes de mudarse al país donde él vivía, España. Los ministros encargados de la congregación concedieron permiso. Discernieron que la pareja estaba progresando realmente hacia ser cristianos y creyeron que la pareja y sus amigos y parientes sacarían provecho del consejo bíblico que se da en el discurso de matrimonio.
Por lo tanto, si usted tiene oportunidad de asistir a un casamiento en un Salón del Reino, sin duda hallará que es un asunto deleitable, dignificado, feliz y espiritualmente provechoso. Quizás haya algunos rasgos que reflejen las costumbres locales de la zona. Probablemente otros aspectos patenticen los gustos personales del novio y su novia. Pero usted también oirá un discurso útil y edificante en cuanto al matrimonio que se basa en la Palabra inspirada de Dios.
[Notas]
a Naturalmente, al hacer arreglos para un casamiento y cualquier preparativo para él se toma en cuenta el horario normal de los servicios en el Salón.
b Observaciones más detalladas en cuanto a las costumbres de casamientos se publicaron en las páginas 377 a 381 de La Atalaya del 15 de junio de 1969. Información en cuanto a recepciones se publicó en el número del 15 de septiembre de 1969, páginas 571 a 574.