¿Está usted enseñando a sus hijos?
“Estas palabras que te estoy mandando . . . tienes que inculcarlas en tu hijo.”—Deu. 6:6, 7.
1. ¿Por qué es tan importante que los padres enseñen a sus hijos?
¿SE INTERESA usted sinceramente en ver que sus hijos lleguen a ser personas honradas, rectas que amen a Dios y a sus semejantes? Sin duda éste es uno de sus más vehementes deseos. Pero, ¿se da cuenta usted de que el realizarse este deseo o no depende en gran manera de cómo les enseñe usted? Esto es cierto. Y es especialmente cierto ahora cuando hay tantas presiones sobre los jóvenes para que se den a la inmoralidad sexual, al abuso de las drogas y a otras formas de delincuencia. Por eso el enseñar a sus hijos es una de las actividades más importantes que ustedes, padres, desempeñarán en la vida. ¿Lo considera usted así de importante? ¿Sabe usted lo que puede suceder, y realmente está sucediendo en las familias donde los padres no han mantenido comunicación regular y libre con sus hijos?
2, 3. ¿Qué experiencia verdadera ilustra lo que puede suceder cuando se paralizan las comunicaciones entre padres e hijo?
2 Recientemente una revista popular informó acerca de una familia en Long Island, Nueva York, en la que hubo una paralización de las vías de comunicación. El muchacho desarrolló períodos de mal humor, silencio y beligerancia. Con el tiempo empezó a tomar drogas. Los padres lo supieron, pero realmente no pudieron considerar el asunto con él. En vez de eso, solo había argumentos encolerizados, y el muchacho despreciaba las órdenes de sus padres de dejar de usar drogas. En muchas otras familias en el círculo de amigos de los padres, los hijos también usaban drogas. ¡De hecho, un fiscal calculó que tres cuartas partes de los jóvenes en el condado habían experimentado con marihuana y otras drogas!
3 En esta familia en particular, se deterioraron las condiciones a tal grado que el padre le gritaba a su hijo, y su hijo le respondía a gritos y hasta amenazaba a sus padres. Finalmente, el domingo por la tarde del 27 de febrero de 1972, cuando estaba bajo la influencia de drogas, el muchacho atacó a su padre con un cuchillo para cortar carne. El padre sacó el revólver que llevaba para protegerse y le disparó a su hijo en el corazón. Cuando le preguntaron más tarde por qué apuntó a matar, el padre dijo: “Todo lo que pude pensar fue que si solo hería al muchacho, regresaría y mataría a Carol [su madre] y a mí. Había habido tantas amenazas.” ¡Qué tragedia!—Life, 5 de mayo de 1972.
4. (a) Como indica 2 Timoteo 3:14, 15, ¿cuándo debe uno comenzar a enseñar a sus hijos? (b) ¿Cómo pueden mantenerse abiertas las vías de comunicación a medida que los jóvenes crecen?
4 ¡Es evidente que existe una necesidad vital de que los padres se interesen amorosamente en enseñar a sus hijos y en siempre mantener abiertas las vías de comunicación libre y sin inhibiciones! La Biblia muestra que el tiempo para empezar a trabajar sobre esto es cuando los niños son muy jóvenes, aun desde la infancia. (2 Tim. 3:14, 15) Entonces hay que continuar con los esfuerzos día tras día, año tras año, desde la infancia hasta que pasen los años de la adolescencia. No se puede disminuir el programa de enseñar. Si los hijos han de recibir la guía que tanto necesitan, los padres tienen que trabajar continuamente para mantener una relación que estimule a sus hijos a hablar libremente con ellos y a confiar en ellos.
GUÍA DIVINA QUE NECESITAN LOS HIJOS
5, 6. (a) Aunque algunos padres tratan de criar a sus hijos apropiadamente, ¿por qué tienen resultados trágicos? (b) ¿Qué instrucciones valiosas dio Dios a su pueblo Israel sobre criar a los hijos?
5 Sin embargo, aun algunos padres que hacen un verdadero esfuerzo por criar a sus hijos apropiadamente tienen resultados trágicos, como se patentiza en el caso de la familia que se mencionó antes. El padre, por ejemplo, trataba de ayudar a su hijo sacando libros de la biblioteca sobre animales y cómo cuidarlos, algo en lo cual mostraba interés el hijo. Y ambos padres animaban al muchacho a interesarse en los deportes. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, evidentemente faltaba algo, como sucede en tantos hogares hoy día. ¿Y qué es lo que falta? Los padres no prestan atención cuidadosa a las instrucciones de DIOS sobre criar a los hijos. Hace mucho Jehová Dios dio a su pueblo Israel consejo sobre cómo criar a sus hijos. Y felizmente se ha conservado esta guía en su palabra, la Biblia, de modo que los padres puedan beneficiarse de ello hoy día.
6 Jehová Dios usó a su vocero Moisés para dar estas instrucciones a su pueblo: “Ahora bien, éstos son el mandamiento, las disposiciones reglamentarias y las decisiones judiciales que Jehová su Dios ha mandado que se les enseñe . . . Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová. Y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma y toda tu fuerza vital. Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes. Y tienes que atarlas como señal sobre tu mano, y tienen que servir de venda frontal entre tus ojos; y tienes que escribirlas sobre los postes de las puertas de tu casa y sobre tus puertas.”—Deu. 6:1, 4-9.
7. (a) En estas instrucciones de Dios, ¿qué primer elemento esencial se nota para criar hijos con éxito? (b) ¿Por qué es importante pasar tiempo con los hijos aunque esto requiera ajustes en los horarios?
7 En vez de considerar este consejo divino a la ligera, examinémoslo detenidamente. ¿Qué está enfatizando a los padres? Ante todo, ¿no muestra la importancia de que los padres pasen tiempo con sus hijos? Note que habla de padre e hijo estando juntos cuando ‘se sientan en la casa, cuando andan por el camino, y cuando se acuestan y cuando se levantan.’ La importancia de pasar tiempo con sus hijos difícilmente puede enfatizarse demasiado. Esto se debe a que los hijos cuyos padres tienen poco tiempo para ellos con frecuencia se envuelven en maldad. Es cierto que el hacer arreglos para estar con sus hijos posiblemente requiera forjar planes, quizás hasta requiera que usted renuncie a ciertos placeres y otras actividades personales. Pero la recompensa de ver a sus jóvenes crecer y llegar a ser hombres y mujeres respetuosos, observantes de la ley, ciertamente hace que valga la pena el esfuerzo.
8. (a) ¿Qué más muestra Dios que deben hacer los padres, y son hoy las personas de mayor edad generalmente diligentes en cuanto a hacerlo? (b) Si uno verdaderamente está ocupado cuando los hijos quieren hablar, ¿qué podría hacer uno? ¿Por qué?
8 Sin embargo, el simplemente estar con sus hijos no es todo lo que se necesita. Note que la instrucción de Dios también dice “hablar” con los hijos. Los padres jamás deberían subestimar la importancia de hablar con sus jovencitos. Y no olviden, una parte importante de una conversación bilateral es escuchar. “La queja fundamental de los jóvenes norteamericanos,” hizo notar un escritor bien conocido, es “que no pueden hablar con los adultos. . . . Sus esfuerzos por comunicarse con nosotros son rechazados invariable y completamente.” Por desgracia, a menudo esto es cierto. Los padres con frecuencia despiden a su hijo inquiridor con una voz áspera: “Vete; ¿no puedes ver que estoy ocupado?” ¡Jamás permita que esto suceda en su hogar! Si es cierto que usted realmente está ocupado, ¿por qué no le dice a su hijo que usted considerará el asunto con él más tarde, y luego lo considera? Así su hijo percibirá que usted realmente se interesa en él y estará más dispuesto a confiar en usted. Por eso ¡preste atención al consejo divino de la Biblia! Hable con sus hijos, y hágalo con regularidad, como Dios dice: “Cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.”
USTED TIENE QUE ENSEÑAR “ESTAS PALABRAS”
9. (a) ¿Qué preguntas se hacen en cuanto a “estas palabras” que Dios dice que se les debe enseñar a los jóvenes? (b) ¿Qué clase de instrucciones, aunque importantes, se ha hallado que no bastan?
9 Pero el pasar tiempo con sus hijos y hablar con ellos todavía no basta. Volviendo a considerar las instrucciones de Dios, usted notará que Él explica lo que deben hablar los padres a sus hijos. Él dice: “Estas palabras . . . tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas.” ¿Cuáles son “estas palabras”? ¿Tienen que ver con instrucción general, con enseñar a sus hijos a apreciar la buena música, la buena literatura, las maravillas de la vida y otras cosas maravillosas a nuestro alrededor? ¿Tienen que ver con modales por excelencia y hábitos apropiados, como el ser nítidos, ordenados, puntuales, y cosas semejantes? Ciertamente éstas son cosas buenas que enseñar a los jóvenes. Pero, ¿no es verdad que muchos padres que les han enseñado estas cosas a sus hijos han recibido la sacudida de enterarse de que sus jovencitos se han envuelto en el uso ilegal de las drogas, u otra actividad criminal, o que sus hijas han quedado encintas como resultado de ilícitas relaciones sexuales? Obviamente hay algo aun más valioso que los padres tienen que enseñar a sus jóvenes.
10. (a) ¿Qué, principalmente, son “estas palabras” que los padres deben enseñar a sus hijos? (b) ¿Qué significa la palabra “inculcar,” y por eso qué está diciendo Dios, de hecho, a los padres?
10 Un examen más cuidadoso de las instrucciones de Dios revela que Dios está hablando en cuanto a impartir asuntos espirituales a los hijos. “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová,” se dice a los padres. “Y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma y toda tu fuerza vital. Y estas palabras . . . tienes que inculcarlas en tu hijo.” Sí, lo que los padres deben enseñar principalmente a sus jóvenes tiene que ver con Jehová Dios —que él es el único Creador y Dador de Vida— y que es digno de nuestro amor y devoción de toda alma. Y note que Dios no dice que estos asuntos simplemente han de decirse a los hijos, sino que dice: “Tienes que inculcarlas en tu hijo.” Según el Diccionario del español moderno de Martín Alonso, la palabra “inculcar” significa “infundir una idea, un concepto, etc., a fuerza de repetirlo.”a De modo que aquí Dios está, de hecho, animando a los padres a instituir un programa planeado de instrucción bíblica que tiene el propósito explícito de impresionar en la mente de sus hijos asuntos espirituales.
11. ¿Qué otras cosas se incluyen en “estas palabras” que los padres han de inculcar en sus hijos, y cómo lo sabemos?
11 Pero “estas palabras” que han de inculcarse en los hijos también incluyen las normas o requisitos morales de Dios. Esto se indica por el contexto en el cual se hallan estas instrucciones a la nación de Israel. El profeta Moisés acababa de reiterar los mandamientos principales de la ley de Dios a Israel, a saber, no dar falso testimonio, no hurtar, no asesinar, no cometer adulterio, etcétera. (Deu. 5:6-21) Y puesto que poco después Moisés pasó a decir: “Y estas palabras . . . tienes que inculcarlas en tu hijo,” es evidente que a los padres se les estaba impresionando la importancia de impartir valores morales a sus hijos. Es instrucción similar la que los padres cristianos tienen que suministrar hoy a sus hijos si han de garantizar para ellos un futuro seguro, feliz.—Mat. 22:37-40; 1 Cor. 6:9, 10; Rev. 21:8.
12, 13. (a) ¿Quiénes son principalmente responsables de enseñar a los hijos? (b) ¿Qué significa criar a los hijos en la “regulación mental de Jehová”?
12 El que tanto el padre como la madre tienen el privilegio y responsabilidad de participar en dar esta instrucción lo muestra el mandato bíblico a los hijos: “Observa, oh hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre.” (Pro. 6:20) Sin embargo, indicando quién es el que carga con la responsabilidad principal de enseñar a los hijos, la Palabra de Dios dice: “Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efe. 6:4) Sí, es a los padres cristianos que principalmente se les confía la responsabilidad de enseñar a sus hijos.
13 Sin embargo, ¿qué significa que los padres críen a sus hijos en la “regulación mental de Jehová”? “Regulación mental,” en el griego original, tiene la idea de “poner mente en.” Y por eso aquí, de hecho, se está instando a los padres cristianos a que pongan la mente de Jehová Dios en sus hijos. ¡Y qué protección será esto para sus jóvenes! Pues si a los hijos se les inculca en la mente los pensamientos de Dios, su modo de pensar, esto será una maravillosa salvaguarda contra el que participen en cualquier maldad.
PONIENDO LA MENTE DE DIOS EN SUS HIJOS
14. ¿Qué más se requiere por lo general para poner la mente de Dios en los hijos además de simplemente decirles las leyes de Dios?
14 Pero se reconoce que no es fácil criar a los hijos en la regulación mental de Jehová. El simplemente decirles qué piensa Dios sobre los asuntos a menudo no basta para hacer que acepten lo que Dios dice. Por lo tanto un padre puede leerle a su hijo o hija de la Biblia en cuanto a las leyes de Dios que prohíben la fornicación, hasta haciéndolo muchas veces. (Gál. 5:19, 21; Efe. 5:5) Esta repetición puede impresionar en los jóvenes cuál es la ley de Dios. Sin embargo, el poner la mente de Dios en ellos a menudo requiere más. Hay que ayudar a los niños a razonar sobre el valor de la ley de Dios para que queden convencidos de que realmente es correcta y buena, y es para provecho de ellos. Cuando usted razona con ellos sobre lo correcto de las Escrituras, llegarán a estar plenamente de acuerdo con el punto de vista de Dios. Entonces, de hecho, puede decirse que usted ha puesto la mente de Dios en ellos.
15. (a) ¿Qué es bueno saber a fin de poner la mente de Dios en los jóvenes, y cómo puede averiguar esto un padre? (b) ¿Cómo pudiera responder sabiamente el padre si su hijo expresa puntos de vista incorrectos?
15 Convencido de que usted debe esforzarse por poner la mente de Dios en su hijo, puede dar un importante paso preliminar en dirección a realizarlo al averiguar el pensar de su hijo. A menudo las preguntas apropiadas harán que él dé a saber sus verdaderos sentimientos. Por ejemplo, al hablarle acerca de la ley de Dios que prohíbe la fornicación, usted pudiera preguntar: “¿Crees que sacamos provecho al obedecer esta ley de Dios, o nos roba felicidad?” O usted pudiera preguntar: “¿Importa el que vivamos en armonía con la ley de Dios o no?” Después de hacer una pregunta como éstas, reciba con regocijo las expresiones de su jovencito. Si usted lo regaña o lo critica severamente cuando no son correctos los puntos de vista que él expresa, esto puede paralizar la comunicación. Más bien, ¿por qué no le da gracias por haber expresado sus pensamientos en una forma tan directa y sincera, y lo anima a que siempre hable sin reservas con usted? Usted ha logrado mucho si su hijo le expresa sus verdaderos sentimientos. Lo coloca a usted en una posición mejor para hablar con él.
16. ¿Cómo podría ayudar un padre a su jovencito a apreciar lo correcto de la ley de Dios que prohíbe la fornicación?
16 Si usted halla que los puntos de vista de su jovencito son incorrectos, entonces esté preparado para razonar con él sobre el asunto. Usted pudiera, por ejemplo, llamar su atención al proceso verdaderamente milagroso de la reproducción en el cual la célula fecundada se divide y se multiplica de acuerdo con un plan arreglado de antemano para llegar a ser un bebé humano, y luego pregunte: “¿No crees que Aquel que diseñó este maravilloso proceso reproductivo es el mejor juez de cómo los humanos deberían usar sus facultades de reproducción dadas por Dios?” (Sal. 139:13-17) O usted pudiera preguntar: “¿Crees que nuestro Creador amoroso haría una ley para robarnos el disfrute de la vida? O ¿crees que sus leyes fueron hechas para aumentar nuestra felicidad?” (Sal. 145:16) Preguntas como éstas pueden hacer que su jovencito realmente se ponga a pensar sobre el asunto. Luego quizás usted pueda llamar su atención a algunos ejemplos de cómo la inmoralidad sexual ha resultado en desilusión, enfermedades venéreas y calamidad. (2 Sam. 13:1-33) Así se le ayuda al niño a ver lo razonable y lo correcto de la ley de Dios. Como resultado, quizás llegue a aceptar los puntos de vista de Dios, y así usted habrá puesto la mente de Dios en él.
17. ¿Qué ayuda puede ser la oración para criar a los hijos en la “regulación mental de Jehová”?
17 De modo similar, usted querrá poner la mente de Dios en sus hijos sobre muchos otros asuntos, inculcando en ellos, por ejemplo, las leyes de Dios en relación con el ser verídicos, bondadosos, pacíficos, amorosos, etcétera. Pero si usted tiene problemas al enseñar a sus hijos, ¿qué puede hacer? Manoa, el padre de Sansón, oró a Jehová pidiendo guía para poder entrenar a su muchacho. (Jue. 13:8-14) ¿Por qué no seguir este ejemplo? La oración a Jehová puede efectuar mucho. Un padre explicó que en ocasiones cuando su hijo se ponía de mal humor o deprimido y hablaba poco, iba a su recámara en la noche y, después de tocar, entraba y decía: “Hijo, no pude menos que notar que no has sido el mismo estos pocos días pasados. ¿Hay algo que te preocupa, algo de lo que podemos hablar?” Por lo general podían hablar, y el padre sugería pedir la ayuda de Jehová, diciendo: “¿Está bien si yo la pida por los dos?” Después de la oración, y una vez que habían considerado bien el asunto, el hijo por lo general sacaba mucho provecho. Cuando surgen problemas, el orar con sus hijos, pidiendo la guía de Jehová, resultará ser una ayuda para criarlos en la “regulación mental de Jehová.”
18. ¿Qué se necesita, además de habilidad para enseñar, a fin de criar a los hijos en la “regulación mental de Jehová”?
18 De veras que se requiere mucho para poner la mente de Dios en sus hijos, incluso mucho tiempo, esfuerzo y habilidad para enseñar. Sin embargo, no es cuestión de perfeccionar algunos métodos docentes académicos, sino, más bien, es el amor de usted a sus hijos, evidenciado por enseñarles con ahínco, convicción y entusiasmo, lo que resultará ser especialmente eficaz para criarlos en la “regulación mental de Jehová.” (Pro. 3:1-7) También, les será una ayuda a sus hijos si les explica que usted, también, está bajo la obligación de obedecer las leyes de Dios, y que usted está agradecido por estas leyes porque le han ayudado a disfrutar de una vida más feliz. ¿Tiene usted un programa regular de enseñar a sus hijos, empezando a hacerlo cuando son muy jóvenes, aun desde la infancia?
UNA AYUDA VALIOSA PARA ENSEÑAR A LOS HIJOS
19. (a) ¿Qué ayuda suministró la Sociedad Watch Tower para ayudar a los padres a enseñar a sus hijos? (b) ¿Cuáles son algunas de las lecciones que se enseñan en esta ayuda docente?
19 Debido a que la Sociedad Watch Tower comprendió el trabajo difícil que tienen los padres al criar a sus hijos en este inicuo sistema de cosas, arregló que se suministrara una ayuda que los padres pueden usar al enseñar a sus jóvenes. Comenzando con el número de La Atalaya del 1 de octubre de 1970, se imprimió una serie de artículos ‘preparados especialmente para que los padres los lean con sus hijos.’ Estos artículos se publicaron en casi todas las revistas hasta el número del 15 de abril de 1972, inclusive. Luego en el verano de 1972 se presentó para su circulación el librito Escuchando al Gran Maestro. No solo contiene estos artículos de La Atalaya en forma revisada, sino también muchos otros temas. Cada tema está preparado para impresionar en la mente del niño algún principio o instrucción de la Palabra de Dios. En total, hay cuarenta y seis temas que se basan en las ilustraciones, enseñanzas, milagros y experiencias de la vida del Gran Maestro, Jesucristo. Por ejemplo, el tema intitulado “Un buen prójimo” impresiona el punto de que debemos ser bondadosos con todos; “Un leproso dio gloria a Dios” muestra que no debemos olvidar el decir ‘Gracias’; “El esclavo que no perdonó” recalca la importancia de ser perdonador; “Felices son los pacíficos” explica por qué no debemos envolvernos en peleas; “Dos personas que no dijeron la verdad” enseña que siempre debemos decir la verdad, y hay muchas otras valiosas lecciones que se enseñan.
20, 21. ¿Qué beneficios se han realizado por usar esta ayuda docente?
20 Cuando empezó a publicarse este material, empezaron a recibirse veintenas de cartas expresando aprecio por esta ayuda docente. Escribió un padre: “Los resultados han sido asombrosos. No solo nuestra hija ya no es rebelde, sino que ansiosamente espera que venga La Atalaya para poder leer estos artículos.” Una madre explicó: “Tenía mucha dificultad cada vez que hacía que mis hijos estudiaran la Biblia conmigo. Trataban toda cosa imaginable para no estudiar. Ahora, debido al entusiasmo que muestran, mi esposo, que no era creyente, ha comenzado a estudiar la Biblia.” Un padre escribió: “He tenido dificultad en comunicar a mis hijos las verdades de Jehová porque hay que explicárselas de cierta manera en que pueda entenderlas un niño. Estos artículos me han ayudado a hablar con ellos de manera más interesante y deleitable. Después de terminar de leer los artículos juntos, los niños, todos los cinco, dicen: ‘¿No hay más?’”
21 Aun personas que no son testigos de Jehová han hallado que ésta es una ayuda valiosa para enseñar a los niños. Un maestro que había recibido el libro Escuchando al Gran Maestro dijo: “Muchas gracias. Es exactamente lo que he estado buscando. Muchos de estos niños reciben poco entrenamiento en casa de modo que tenemos que enseñarles muchas cosas básicas como el no mentir, hurtar, etcétera. Les leí el primer capítulo hoy porque tendrán que saber quién es el Gran Maestro.” Un niño de siete años de edad en una escuela de Indiana ofreció leer el libro a su clase. En unos cuantos meses les había leído treinta capítulos, y muchos en la escuela obtuvieron libros para ellos mismos.
22. ¿Cuál es el mejor don que los padres pueden dar a sus hijos?
22 ¿Está usted usando esta ayuda valiosa al enseñar a sus hijos? Ciertamente usted necesita toda la ayuda que pueda recibir para inculcar en sus jóvenes el consejo espiritual y los valores morales que Dios ha mandado que se les enseñe a los hijos. Muchos padres han hallado que el libro Escuchando al Gran Maestro es exactamente lo que han necesitado a fin de hacer esto. Por eso no deje de usarlo con regularidad. ¡Verdaderamente, no hay mejor don que usted pueda dar a sus hijos que el impartirles instrucción espiritual que ponga en ellos la mente de Dios!
[Nota]
a Este, también, es el sentido de la palabra hebrea original, una forma intensiva de shanán, que significa “repetir,” “volver y volver a decir,” “impresionar agudamente.”