Un solo mundo, un solo gobierno, bajo la soberanía de Dios
“Y el Señor será el rey de toda la tierra.”—Zac. 14:9, Versión Torres Amat.
1. ¿Qué definición se da para soberanía, y cómo ha sido afectada nuestra Tierra por la soberanía?
POR SIGLOS se ha alegado que la fuente básica o fundamental de la soberanía del gobierno está en el pueblo gobernado.a En el campo de la ciencia política se dice que soberanía es, “en un Estado, el poder supremo por el cual se administra el gobierno.”b Recientemente ha ido aumentando la cantidad de los países que se han pasado a la opinión de que la soberanía reside en el pueblo.c Sin embargo, en algunos países todavía se reconoce que el poder supremo del Estado lo posee el soberano, como lo que sería el rey o el emperador. Sea cual sea el caso, hoy no hay ningún hombre o grupo nacional de personas que por sí solo ejerza soberanía sobre toda la Tierra. Más bien, en nuestra Tierra radican muchas soberanías. Esto es una causa principal de contienda y conflicto. En la Tierra no hay descanso, no hay paz global.
2. ¿Por qué nos afectan a todos las soberanías nacionales que hay alrededor de la Tierra, y qué posición patriótica adoptan algunos con relación a su gobierno nacional?
2 A todos nos afectan las soberanías que se ejercen alrededor de la Tierra. Relativamente pocos de nosotros somos individuos a los que pudiera llamarse “un hombre sin patria.” La mayoría de nosotros somos miembros de alguna nación, ciudadanos de algún país. En tal calidad, se espera que tengamos orgullo nacional. Se nos hace fácilmente excitables en cuanto a nuestra nacionalidad, y como resultado nos sentimos agraviados y ofendidos por cualquier insinuación malévola que se haga contra la nación que representamos. Durante disputas internacionales muchos devotos de un gobierno nacional adoptan la posición patriótica que se expresa en las palabras: “¡Por mi patria... esté en lo correcto o esté equivocada!”
3. ¿Qué soberanía en asuntos interiores y qué soberanía en asuntos exteriores ejercen hoy las naciones?
3 No tiene paralelo en la historia humana la gran cantidad de naciones que hoy demandan la lealtad de sus ciudadanos. El cuerpo mundial conocido como las Naciones Unidas cuenta en la actualidad con ciento cuarenta y cuatro naciones miembros de diverso carácter político. Además hay otras naciones todavía no incorporadas en la organización de las Naciones Unidas. Cada una de estas naciones, sea que estén dentro o fuera de las Naciones Unidas, vigila celosamente su soberanía en asuntos interiores y su soberanía en asuntos exteriores. Cada nación reclama y salvaguarda los poderes gubernamentales que el Estado político posee en lo interior sobre sus propios ciudadanos y hasta sobre extranjeros que moren dentro de las fronteras nacionales y sobre las embarcaciones particulares de sus ciudadanos en alta mar. En el ejercicio de la soberanía en asuntos exteriores cada nación insiste en su derecho de entrar en relaciones con cualquier estado político extranjero y lo ejerce, ya sea por la celebración de un tratado en condiciones de paz o por la declaración de guerra. Desde el punto de vista humano de hoy, todo esto parece correcto y natural. ¡Patriótico!
4. Durante este siglo, ¿qué movimiento político se esparció como epidemia, y qué pregunta surge en cuanto a hermandad entre las naciones y los individuos?
4 Los hechos de la historia moderna muestran que el nacionalismo ha adquirido prominencia en este siglo veinte, desde la primera guerra que se peleó en escala global. Según lo que afirmó el lado ganador, se peleó para hacer seguro el mundo para la democracia. Como epidemia se esparció por todas partes la lucha de los pueblos por soberanías nacionales producidas por la creación de nuevos estados políticos. El nacionalismo se convirtió en plaga para toda la humanidad. En vez de pacificar las condiciones mundiales al satisfacer a los pueblos locales que deseaban nacionalidad, condujo a la multiplicación de los problemas nacionales e internacionales. Tras diecinueve años de funcionamiento de la ahora difunta Sociedad de Naciones y, después, treinta años de funcionamiento de las Naciones Unidas, hoy no hay ninguna hermandad de las naciones, tal como no hay ninguna “hermandad del hombre.” Y sin embargo, descontando las diferencias superficiales, ¿no son hermanos todos los hombres? ¿No son naciones fraternas todas las naciones, por estar compuestas de ciudadanos que, descontando las diferencias superficiales, son hermanos? Entonces, ¿por qué hay por todo el mundo esta ausencia de la hermandad que debería hacer que todos los hombres por todas partes se comportaran como hermanos amorosos que pertenecieran a una sola gran familia humana?
5. ¿Tenemos en la Tierra “un solo mundo” bajo “un solo gobierno”? ¿Para quiénes sería esto una cosa deseable?
5 Nos vemos obligados a confesar que la humanidad hoy no es “un solo mundo” y que, a pesar de la existencia de las Naciones Unidas, no está bajo “un solo gobierno.” ¿Quisiéramos que toda la humanidad viviente fuera “un solo mundo” y estuviera bajo “un solo gobierno”? Considerando la experiencia de la humanidad durante los pasados seis mil años, eso sería algo sumamente deseable para todos los que deseamos armonía, paz, justicia, seguridad, compañerismo humano y el gozo de vivir.
6, 7. (a) ¿Por qué nunca antes han estado los pueblos de la Tierra en tan estrecha proximidad o ha habido tanta dependencia mutua entre ellos? (b) ¿A cuántos afectaría otra guerra mundial, y por qué?
6 Nosotros todos, la gente, prescindiendo de dónde vivamos en este planeta, nos hallamos confinados a esta Tierra. Es verdad que seis vuelos espaciales han permitido el aterrizaje de hombres en la Luna, pero estos hombres, para sobrevivir, han tenido que regresar a esta Tierra. Se han alegrado de volver a esta Tierra. Estaban hechos para vivir aquí, y es solo aquí donde las criaturas humanas, como seres humanos, pueden vivir para siempre. Dondequiera que vivan en este planeta, los hombres son convecinos, porque todos habitan la una sola Tierra. En general, tienen las mismas necesidades de la vida. Y ahora los medios de rápida comunicación por teléfono, telégrafo, radio y televisión, y los diversos medios de viajar por tierra, por mar y por los cielos, han puesto a todos los pueblos en más estrecha proximidad que nunca. Nunca antes ha habido tanta dependencia mutua entre los pueblos de la Tierra.
7 Como en el caso de un solo gran cuerpo humano, lo que le sucede a una parte en particular de la familia humana afecta a toda otra parte de la sociedad humana. Considerando los adelantos en la ciencia bélica moderna, otra guerra mundial, una guerra en la cual se emplearan armas nucleares con proyectiles balísticos intercontinentales, tendría efectos desastrosos en todas las criaturas de nuestra Tierra, humanas y animales.
8, 9. (a) ¿Ante qué mismo peligro se encuentra toda la humanidad, y qué necesitan todas las naciones para evitar lo peor? (b) ¿Qué advertencia en cuanto a perdición vino desde el Lejano Oriente en enero de 1975, y de quiénes pedía la cooperación?
8 Toda la humanidad se encuentra ahora ante un mismo peligro de extinción. Ahora se reconoce que, para impedir una calamidad mundial de esa índole, se necesita un mismo esfuerzo humano mancomunado por todo el globo. Un franco propio interés por parte de la gente exige tal cosa. Pero, ¿dónde entre la gente de hoy que busca sus propios intereses se encuentra la opinión de que hay una necesidad extrema de mutua cooperación para evitar lo peor? Una llamada a ello viene desde el Lejano Oriente:
9 Bajo los titulares “Miki: La humanidad perdida si no hay cooperación,” el Times de Singapur, Asia, con fecha de 26 de enero de 1975, informa: “TOKIO, sáb.—El primer ministro Takeo Miki advirtió ayer que el mundo está perdido si se buscan los intereses nacionales individuales ‘en un sentido estrecho, de corto plazo.’ El Sr. Miki dijo en un discurso clave presentado ante la Dieta (parlamento): ‘El mundo sigue encogiéndose y la humanidad en su totalidad comparte la misma suerte a bordo de la misma embarcación.’ Recalcó la necesidad de cooperación internacional y dependencia mutua entre las naciones. . . . ‘Lamentamos, sin embargo, que el mundo no haya alcanzado una etapa en la cual se haya realizado plenamente esta dependencia mutua. Si esta situación persiste, está claro que en el futuro no muy lejano estaremos perdidos. En esta era, ya no hay ninguna nación ni individuo por sí mismo que pueda valérselas prósperamente a solas. El objetivo final del esfuerzo diplomático de todo país es, por supuesto, asegurar sus intereses nacionales. Sin embargo, no se debe interpretar esta expresión en un sentido estrecho, de corto plazo.’”
LO QUE FALTA EN LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL
10. ¿Qué perjudicaría la fuerza unificadora de la cooperación internacional que se recomendó?
10 Ciertamente fue una advertencia grave esta advertencia del primer ministro japonés. ¡Él retiene la firme convicción de que la humanidad ahora tiene que escoger entre plena cooperación internacional y la perdición! Sin embargo, según su punto de vista no se ha de sacrificar la soberanía nacional de cada estado político, ni siquiera mientras esté en vigor esta cooperación. Por consiguiente, el “objetivo final del esfuerzo diplomático” ha de ser el de asegurar los intereses nacionales de cada país. De este modo, dondequiera los grupos nacionales continuarían apegándose a su soberanía nacional. Esto permitiría la subsistencia del orgullo nacional con todos sus efectos divisivos. Esto, pues, obraría contra la verdadera unidad interna entre los grupos nacionales. Sería una debilidad que perjudicaría la fortaleza de la cooperación internacional. ¡Nunca se produciría de esto “un solo gobierno”! ¡Ni “un solo mundo”!
11. ¿Qué cosa de gran importancia faltaría en esa cooperación internacional?
11 En vista de eso, pues, ¿es simplemente la cooperación entre estados políticos soberanos lo que se necesita para salvar de la perdición o destrucción al mundo de la humanidad? Es patente que se necesita algo más, algo de gran importancia. La Sociedad de Naciones, ahora difunta, no suministró lo que se necesitaba. Las Naciones Unidas que ahora funcionan no lo suministran tampoco. Los de la ciencia política del mundo pudieran preguntar: ¿Qué se necesita, qué falta en esas organizaciones para la cooperación internacional? Respondemos: Es la cooperación altruista con Aquel a quien muchas naciones afirman que adoran. Podemos determinar Quién es Ése por la canción que solía tratarse como himno nacional en un país de la América del Norte. Se intitula “My Country, ’Tis of Thee” (Mi patria, es a ti), o, sencillamente, “America” (América). La última estrofa de esta canción, al tocarse la cual el auditorio se ponía de pie, pudiera traducirse al español así:
“Dios paterno de nos,
Que libertad nos dio, te cantaré.
Danos por siempre ver la luz de libres ser.
Guárdenos Tu poder,
Gran Dios y Rey.”
12. (a) ¿Cómo alega cierta nación que Dios es su Soberano celestial? (b) ¿Cómo da prueba esa nación cantante de si Dios es su Soberano o no?
12 Además, este himno se cantaba según la melodía del himno nacional británico, intitulado “God Save Our Gracious King (Queen)” (Dios salve a nuestro compasivo rey [nuestra compasiva reina]). Conviniendo con esa última estrofa de “America,” el Tribunal Supremo de esa nación ha dictado el fallo de que los Estados Unidos de América es una nación cristiana. Además, en Inglaterra todavía hay una unión de Iglesia y Estado, pues la Iglesia de Inglaterra o Iglesia Anglicana es la iglesia estatal establecida. En la canción la deidad a la cual se alude es el Dios de la Santa Biblia. Todas las naciones de la cristiandad afirman que adoran a este Dios de las Santas Escrituras. Al cantarle las palabras “Gran Dios y Rey,” los estadounidenses que pueden cantar juntos esa canción patriótica están reconociendo melódicamente a Dios, el “Dios paterno de nos,” como el soberano, más encumbrado que el jefe del Estado de los Estados Unidos de América. Pero, ¿están diciendo más de lo que quieren decir los que cantan ese himno? ¿Le dejan ellos realmente ser el Soberano de su propia nación así como de lo demás del universo? Los cantantes dan prueba de si Él es su verdadero Soberano o no al cooperar sumisamente con él o no hacerlo.
13. (a) ¿Quién es el Soberano del Universo según lo muestra la Versión Autorizada del rey Jaime de la Biblia? (b) ¿Cómo únicamente puede realizarse el “un solo mundo” bajo “un solo gobierno”?
13 La traducción de la Santa Biblia al inglés que fue autorizada por el rey Jaime I de la Gran Bretaña en 1611 para que se leyera en las iglesias de aquel país señala a la soberanía de este Dios. En Salmo 83:18 dice: “Para que los hombres sepan que tú, único cuyo nombre es JEHOVÁ, eres el Altísimo sobre toda la tierra.” En cumplimiento de la oración que contiene ese Salmo, todos los hombres, todos los habitantes de la Tierra, todavía habrán de saber que el Dios cuyo nombre es Jehová es el Más Alto Soberano de todos y, por lo tanto, el Soberano sobre nuestra Tierra también. Hoy la mayoría de las naciones políticas no adoran a Jehová como su Dios, según afirman que lo hacen las naciones de la cristiandad. Pero, mientras que las naciones llamadas “cristianas” afirman que adoran al Dios cuyo nombre, según dice la Biblia, es Jehová, en realidad no cooperan con Él. Por eso, en realidad, ni siquiera una de las naciones que son miembros de la organización de las Naciones Unidas está cooperando con el Dios Altísimo, Jehová. Solo cuando toda la humanidad viva coopere obedientemente con este Soberano Universal puede realizarse “un solo mundo” bajo “un solo gobierno.”
¿A FAVOR DE LA SOBERANÍA DE QUIÉN DECIDIREMOS?
14. ¿Por qué es necesario ahora que cada uno de nosotros tome una decisión personal en cuanto a la cuestión que tiene que resolverse para toda la tierra?
14 ¿Es eso lo que queremos con todo el corazón? Puesto que los estados políticos no desean eso a la manera de Dios y puesto que rehúsan cooperar con Él, entonces le toca a cada uno de nosotros tomar su propia decisión personal en cuanto a la cuestión que pronto tendrá que resolverse para toda la tierra. ¿Ofrecerá cada uno de nosotros sus respetos a la soberanía universal de Jehová y vivirá en armonía con ella? Solo si hacemos eso tendremos el privilegio de disfrutar del “un solo mundo, un solo gobierno, bajo la soberanía de Dios.”
15. ¿Qué explicación hay para el hecho de que los proyectos de las naciones hayan fracasado a pesar de la cooperación internacional?
15 Cuando todos cooperamos y obramos como un cuerpo unido, por lo general podemos lograr algo. Cuando trabajamos junto con el Señor Soberano Dios Jehová, podemos estar seguros de que nuestro trabajo va encaminado al buen éxito. Este hecho nos ayuda a entender por qué las naciones no han tenido buen éxito en sus proyectos internacionales. Es verdad que las naciones, en su desesperado aprieto de hoy, procuran unir al mundo bajo un solo arreglo mundial. ¡Pues, hasta se habla de entregar la soberanía mundial a la organización de las Naciones Unidas! Sin embargo, en cuanto al “un solo mundo” de la humanidad bajo “un solo gobierno” que las naciones quisieran producir para tener paz y seguridad mundial, ¿es ése el “un solo mundo” bajo el “un solo gobierno” que tiene presente el Señor Soberano Dios? ¿Es lo que Él ha predicho en su infalible Palabra escrita, la Santa Biblia?
16, 17. (a) ¿Cómo cooperaron mutuamente las naciones en mal sentido hace diecinueve siglos en Jerusalén? (b) ¿En qué términos se dirigieron a Dios los que oraron y mencionaron esta cooperación en lo malo, y qué Le pidieron que hiciera?
16 Sabemos que criaturas humanas y naciones pudieran cooperar en una obra mala así como en una obra buena. Hace poco menos de dos mil años ciertas naciones se juntaron en una obra mala. Cooperaron mutuamente, pero no en cooperación con el Dios Altísimo del cielo. A esto se llamó atención de manera muy solemne en la ciudad de Jerusalén, después que a dos hombres se les había arrestado por predicar en el templo de la ciudad, se les había sometido a juicio en el Tribunal Supremo y se les había puesto en libertad después de habérseles amenazado. Acerca del choque de soberanías que estuvo envuelto en aquel momento y en aquella ocasión, el relato histórico nos dice, en las siguientes palabras, según la Versión Reina-Valera Revisada de la Biblia:
17 “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: [‘]Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: [“]¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.[”] Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo [“los pueblos,” NM] de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra.[’]”—Hech. 4:23-29; también La Santa Biblia, Versión E. M. Nieto; NM.
18. ¿Qué le pidieron a Dios que los ayudara a hacer aquellos cristianos que oraron, y en qué resultó la respuesta a su oración?
18 Aquellos discípulos de Jesús el Mesías tomaron sus decisiones individuales y se declararon de parte de la soberanía universal del Creador del cielo y la Tierra. Por eso oraron a Él para que los ayudara a pasar por alto el fallo y las amenazas del Tribunal Supremo nacional y seguir adelante con la predicación prohibida del mensaje de Dios acerca de su Siervo ungido, Jesús el Mesías. Denunciaron la conspiración política entre el rey Herodes Antipas, representante del grupo nacional de los idumeos, y el gobernador Poncio Pilato, representante del Imperio Romano y Tiberio César, y los judíos que no se habían convertido al cristianismo. La oración de ellos fue contestada, y la predicación de las buenas nuevas por estos sostenedores de la soberanía del Señor Dios Jehová continuó, tanto entre los judíos como, más tarde, entre las naciones gentiles. Como resultado de esto, miles de creyentes se declararon de parte del Señor Soberano Jehová, para cooperar con él en su propósito mesiánico.
19. En contraste con la situación de hace diecinueve siglos, ¿a qué cumplimiento de las palabras de David en el Salmo 2 Dos hemos llegado, y por qué debemos ejercer cuidado en cuanto a la decisión que tomamos?
19 Hoy hemos llegado a la culminación en este desenvolvimiento de acontecimientos que bajo guía divina lleva a “un solo mundo” bajo “un solo gobierno” sobre lo cual Dios es el Soberano Universal. Las palabras proféticas de David que se incluyeron en la oración que ofrecieron los discípulos del Mesías hace diecinueve siglos en Jerusalén solo tuvieron un cumplimiento inicial o en miniatura. En éste habían estado envueltos el rey Herodes y el gobernador Poncio Pilato y el pueblo judío y los soldados romanos que fueron usados por éstos para clavar a Jesús el Mesías a un madero de tormento. En nuestro siglo veinte, los acontecimientos mundiales desde el estallido de la I Guerra Mundial en el año 1914 suministran la prueba de que hemos llegado al cumplimiento final y en escala completa de esas palabras de David que se encuentran en el Salmo 2 Dos. Ahora, más que en todo otro tiempo en el pasado, se presenta para ser resuelta la cuestión de la soberanía divina. Nuestra decisión personal en cuanto a esta cuestión tendrá las más serias consecuencias para cada uno de nosotros.
20, 21. (a) En busca de guía para tomar la decisión correcta, ¿a quién podemos dirigirnos con buen éxito? (b) Según Salmo 73:24, 25, 28, ¿a quién acudió el salmista en busca de consejo?
20 Como ayuda en tomar la decisión que llevará a que disfrutemos de “un solo mundo, un solo gobierno,” bajo la soberanía divina, necesitamos guía. ¿Podemos dirigirnos a las naciones mundanas en busca de guía con relación a esto? No, porque están desconcertadas, y se hunden cada vez más profundamente en el cenagal de la perplejidad por no conocer el camino de escape que les permita salir de sus crecientes dificultades. No podemos acudir a las instituciones religiosas de las naciones y esperar buen éxito, porque el consejo religioso que éstas han dado a los gobernantes políticos ha llevado a las naciones al atolladero internacional de la actualidad. Para el necesitado consejo al día, con apego a la realidad, práctico, que nos guíe de la manera correcta, tenemos que dirigirnos a la Palabra escrita que suministró para nosotros el Mismo que mucho tiempo atrás predijo esta angustia mundial. Este fue el sabio proceder que adoptó el salmista inspirado de la antigüedad. Dirigiéndose al Autor divino de esa Palabra profética, el salmista dijo:
21 “Con tu consejo me guiarás, y después me llevarás aun a la gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y además de ti no tengo en efecto otro deleite en la tierra. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es bueno para mí. En el Señor Soberano Jehová, he puesto mi refugio, para declarar todas tus obras.”—Sal. 73:24, 25, 28.
22. Por eso, ¿de qué podemos estar seguros, según las palabras del salmista?
22 Al escoger ahora al Soberano de todo el universo para que sea nuestro refugio, nosotros, también, podemos estar seguros de que él nos guiará con su consejo y después nos llevará a gloria inmarcesible.
[Notas]
a La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, aprobada por el Congreso Continental en Filadelfia, Pensilvania, el 4 de julio de 1776, declaró en su segundo párrafo: “. . . Que para garantizar estos derechos, entre los hombres se instituyen gobiernos que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados.”
b Vea la Encyclopedia Americana, tomo 25, página 317, edición de 1959.
c Desde el fin de la I Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918, y hasta cuando se escribe esto, se han establecido 60 nuevas repúblicas y gobiernos democráticos.
[Comentario de la página 196]
‘¿Por qué hay por todo el mundo la ausencia de la hermandad que debería hacer que todos los hombres por todas partes se comportaran como hermanos amorosos en una sola gran familia humana?’
[Comentario de la página 198]
‘Lo que falta es la cooperación altruista con el Dios de la Santa Biblia, Jehová, el Soberano Universal.’
[Comentario de la página 199]
‘Ahora, más que en todo tiempo en el pasado, se presenta para ser resuelta la cuestión de la soberanía divina. Usted tendrá que tomar una decisión personal en cuanto a esta cuestión.’