“Príncipes gobernarán con justicia”
“He aquí, un rey reinará con rectitud, y príncipes gobernarán con justicia.”—Isa. 32:1, AN.
1. ¿Qué previó Jehová respecto a los gobiernos humanos, y por eso qué prometió en el Edén?
JEHOVÁ Dios es el organizador del único gobierno de rectitud para la humanidad. Con mucha anticipación él supo que todos los sistemas de gobierno que los hombres iban a establecer sobre sí mismos serían imperfectos y resultarían injustos y fracasarían. ¿Cómo podría esperarse que los hombres imperfectos dieran a la humanidad un gobierno de absoluta rectitud y justicia, sin parcialidad y opresión? Dios supo que, además de la tendencia inherente del hombre hacia el pecado y la injusticia, había una poderosa fuerza sobrehumana que estaba ejerciendo una influencia invisible sobre la humanidad para la injusticia, a saber, Satanás el Diablo. El Señor Jesucristo llama a este inicuo “el gobernante de este mundo”. Además de gobernante, él es “el dios de este sistema de cosas”, y el apóstol Pablo así le designa. (Juan 12:31; 16:11; y 2 Cor. 4:4, NM) Este hecho ha proporcionado causa adicional para que todos los gobiernos de hombres pecadores fracasen, resultando injustos y corrompidos. Previendo cómo resultaría todo dominio humano en este mundo de Satanás el Diablo, Jehová Dios dió a conocer su propósito de establecer un reino de rectitud sin tacha que tendrá buen éxito. Su promesa dada en el jardín del Edén inmediatamente después que el hombre había entrado al pecado estuvo en perfecta armonía con este propósito del Reino. La Simiente de la mujer que fué prometida allí iba a ser el Rey de este gobierno real y, como tal, él iba a triturar la cabeza de la gran Serpiente, Satanás el Diablo.—Gén. 3:15.
2. ¿Qué se anuncia en Isaías 32:1, y quién es el rey ahí?
2 “¡He aquí! un rey reinará con rectitud, y príncipes gobernarán con justicia.” (Isa. 32:1, UTA) Con estas palabras de buen ánimo por medio de su profeta Isaías, Jehová Dios anunció el venidero gobierno justo para toda la humanidad, para toda la tierra. Para el tiempo de Isaías él había revelado que este Rey de rectitud iba a ser un descendiente real de David, el rey de Jerusalén. Más anticipadamente, por este mismo profeta, el Altísimo Dios había declarado que él nacería de una virgen y llegaría al trono del rey David: “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz. Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin; se sentará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo, y para sustentarlo con juicio y justicia, desde ahora y para siempre. ¡El celo de Jehová de los Ejércitos hará esto!” (Isa. 7:14; 9:6, 7) Estas palabras conmovedoras fueron cumplidas en Jesucristo. Por milagro de Jehová él tuvo un nacimiento de virgen en el pueblo natal del rey David, Belén de Judá, y él demostró su derecho al Reino muriendo fiel a Jehová Dios, el Autor y Fundador del reino eterno. Es absolutamente indiscutible quién es el rey que va a reinar con rectitud. Pero a menudo ha surgido la pregunta, ¿Quiénes son esos “príncipes” que se prometen gobernar con justicia al mismo tiempo con él? Aparentemente la ocasión ha llegado ahora, dentro de la providencia de Dios, para contestar esta pregunta.
HACIA IDENTIFICARLOS
3. ¿A qué período de tiempo se aplicaba Isaías 32:1? ¿Por qué?
3 Este texto, “y príncipes gobernarán con justicia,” por mucho tiempo ha sido asociado con el Salmo 45:16, que dice: “En lugar de tus padres serán tus hijos: los establecerás por príncipes en toda la tierra.” Por mucho tiempo se entendió que los que habían de ser hechos príncipes según este texto serían los testigos fieles de tiempos antiguos antes de Cristo que habrían de llegar a ser los hijos de Cristo el Rey mediante el ser resucitados de entre los muertos. Luego habrían de ser instalados como príncipes sobre el resto de la humanidad y actuar como representantes visibles del reino celestial de Cristo Jesús. (El Arpa de Dios [publicado en inglés en 1921], § 556) Porque Isaías 32:1 menciona príncipes y los relaciona con el Rey del nuevo mundo se pensó que estos príncipes eran los mismos mencionados en el Salmo 45:16. Y por eso el versículo, Isaías 32:1, se aplicaba al reinado de mil años de Cristo Jesús después de la guerra del Armagedón. Sin embargo, desde 1947 las columnas de La Atalaya no han estado citando Isaías 32:1 y aplicándolo de ese modo.
4. ¿Necesita ser demorado el cumplimiento de Isaías 32:1 hasta después que el Armagedón empiece o la resurrección terrestre comience? ¿Por qué responde usted así?
4 Sírvase notar que Isaías no dice que estos príncipes bajo el Rey de rectitud son sus hijos o están limitados a sus hijos, del modo que el Salmo 45:16 lo dice. En consecuencia, la profecía de Isaías no necesita ser limitada necesariamente a los que llegarán a ser hijos de Cristo Jesús, el “Padre Eterno”, y quienes como hijos de este Padre real están autorizados para llegar a ser príncipes por virtud de su nacimiento de un gobernante real. Por consiguiente, también, el cumplimiento de la profecía no necesita ser demorado hasta después de la guerra del Armagedón cuando la organización del Diablo y sus gobernantes y príncipes hayan sido destruídos de la tierra; ni hasta que se efectúe la resurrección de los fieles testigos de tiempos antiguos, como Abel, Abrahán, Moisés y David.
5. ¿Qué dice Isaías capítulo 2 de los príncipes en el versículo 2?
5 Además, note lo que Isaías dice acerca de estos príncipes en el versículo siguiente. La Versión Moderna de Isaías 32:2 dice: “Y será un Varón como escondedero contra el viento, y como abrigo contra la tempestad; como corrientes de aguas en un lugar de sequía, y como la sombra de una peña grande en tierra de cansancio.” A quién se refiere el varón mencionado aquí por mucho tiempo ha sido asunto de interpretación. Pero ahora se entiende que esta expresión hebrea significa “cada uno” o “todos”, y por eso traductores modernos la vierten de este modo. Una Traducción Americana dice: “Y príncipes gobernarán con justicia; y cada uno de ellos será como un escondite del viento, y un refugio de la tormenta, como corrientes de agua en un lugar seco, como la sombra de una roca grande en una tierra fatigosa.” (Isa. 32:1, 2, UTA; también Crampon y Bover-Cantera) Asimismo Móffatt dice: “Con príncipes que gobiernan rectamente, cada uno como refugio contra la tormenta,” etc. Y la Biblia Enfatizada de Rótherham dice: “Sí, aun príncipes con equidad gobernarán. De modo que cada uno llegará a ser como un escondite del viento y un refugio de la tormenta, como canales de agua en un lugar seco, como la sombra de un risco sólido en una tierra fatigosa.”—También Lutero.
6. ¿Cuándo necesitamos protección de las cosas descritas por Isaías 32:2, y a quién debemos dirigirnos para tal protección?
6 En el milenio mesiánico, cuando Satanás y todos sus demonios sean atados y estén en el abismo y cuando su organización visible sea cenizas, la humanidad no necesitará protección de tales cosas como las que aquí describe figuradamente Isaías. Es ahora, en este peligroso “tiempo del fin” del mundo inicuo de Satanás, que tenemos gran necesidad de tal protección, porque no la obtenemos del elemento oficial de la organización de Satanás. Es ahora cuando vientos fuertes de doctrina falsa y propaganda torcida están soplando, no sólo capaces de mecer a infantes en una cuna sino con suficiente fuerza para levantar del suelo a un hombre o mujer plenamente desarrollados. Es ahora cuando la gran tormenta de guerras calientes y frías de naciones mundanas está bramando contra el pueblo fiel de Jehová y éste también sufre los asaltos de las huestes visibles del Diablo. Es ahora cuando nos hallamos en una tierra mundana abrasada de sequía espiritual y donde necesitamos tanto las corrientes de agua de verdad pura y teocrática a fin de apagar nuestra sed de la Palabra revelada de Dios. Es ahora cuando los elementos gobernantes, políticos, comerciales y religiosos están tratando de brillar como el sol para iluminar este mundo que va obscureciéndose pero están dirigiendo rayos de calor opresivo contra la humanidad, y especialmente contra los testigos de Jehová dirigen el fuego de la persecución. Por eso necesitamos que la roca grande del reino de Dios se ponga en medio y nos dé sombra en una tierra fatigosa. Y puesto que no hallamos el escondite y refugio y refrigerio y sombra deseados en el elemento gobernante de la organización del Diablo, debemos dirigirnos a los siervos oficiales de la organización de Jehová. Él promete que su Rey y cada uno de sus príncipes serán esas cosas deseables para nosotros en este tiempo de necesidad. Ellos cuidarán de que obtengamos lo que es recto y justo.
7. ¿Dónde gobiernan el Rey y los príncipes, y para proteger a quiénes?
7 El Rey recto y sus príncipes gobernarán en la tierra que representa la organización teocrática de Jehová, y todos los que estén dentro o bajo esa organización obtendrán los beneficios de su gobierno recto y justo. Los que permanezcan afuera en el mundo no los obtendrán.
8. ¿Durante el tiempo de qué rey fué dada la profecía, y bajo qué amenaza extranjera?
8 Por lo tanto ahora en este “tiempo del fin” antes del Armagedón es cuando apropiadamente esperamos el cumplimiento de la profecía de Isaías (Isa 32:1, 2). Parece que la profecía fué dicha durante el tiempo del rey Ezequías en Jerusalén en el siglo ocho antes de Cristo. Durante el tiempo de Ezequías el imperio asirio, la segunda potencia mundial de la historia bíblica, estaba dominando el mundo y amenazándolo con sus crueles agresiones codiciosas. Primero efectuó una guerra fría de propaganda tremebunda y grandes mentiras contra el pequeño reino de Judá sobre el cual el rey Ezequías gobernaba, sentándose en el típico “trono de Jehová” en el monte Sión. Hubo grande persuasión para que Ezequías mirara hacia el sur y fuera a Egipto para ayuda mediante sus carros y jinetes, pero Ezequías rehusó hacerlo. Eso hubiera sido dudar de Jehová el gran Autor de salvación y dejar de buscar Su ayuda. Pero ahora la guerra se volvió caliente, y el gobernante asirio, el rey Senaquerib, invadió el territorio de Judá, tomó muchas de sus ciudades, y sitió a otras. Mientras sitiaba a Laquís, unas treinta millas al sudoeste de Jerusalén, Senaquerib envió un mensaje a Jerusalén insultando a Jehová Dios y demandando la rendición incondicional de la ciudad. Jehová mediante su profeta Isaías fortaleció a Ezequías para que rehusara esta demanda inicua. No pudiendo tomar a Laquís, Senaquerib se puso más cerca de Jerusalén y sitió a Libna a menos de veinticinco millas de distancia, y de nuevo envió una demanda presuntuosa a Ezequías, menospreciando el poder de Jehová para salvar.
9. Luego ¿cómo dejó Asiria de ser una amenaza para Judá?
9 Entonces Jehová mediante su profeta Isaías lanzó un desafío al jactancioso y blasfemo agresor asirio y predijo su derrota vergonzosa y la liberación de Jerusalén, la ciudad donde Jehová había puesto su nombre. Isaías mismo nos escribe lo que siguió, diciendo: “En efecto, salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana los que sobrevivieron, he aquí que todos ellos eran cuerpos muertos. Entonces Senaquerib rey de Asiria levantó el campamento, y se fué y volvió a su tierra, y habitó en Nínive. Y aconteció que estando él adorando en la casa de Nisroc, dios suyo, Adramelec y Sarezer, sus mismos hijos, le hirieron a espada; y escaparon al país de Armenia.” (Isa. 37:36-38; 2 Rey. 19:8-37) Después de eso los asirios nunca fueron una amenaza para el reino de Judá.
10. ¿A quién representó Ezequías, y a quién Senaquerib?
10 El apóstol Pablo nos dice que las cosas de la historia judía antigua les acontecieron a ellos como tipos o ejemplos amonestadores para nosotros que vivimos durante el tiempo del fin de los viejos sistemas de cosas. Ezequías al tiempo de esta amenaza contra Jerusalén y su liberación representó a Cristo Jesús que se sienta con Jehová en Su trono celestial y a Su diestra. (1 Cor. 10:6, 11, NM) El agresor asirio, el rey Senaquerib, representa a aquel que deshonra a Jehová Dios y que se opone a Cristo Jesús, a saber, Satanás el Diablo, “el dios de este sistema de cosas.” Por lo tanto si los versículos, Isaías 32:1, 2, tienen en mira al rey Ezequías, sólo es como tipo, y su cumplimiento sobre él fué sólo típico y parcial.
11. ¿Durante los días de quién se efectúa el cumplimiento total de la profecía, y cómo lo describe Isaías 31:5-9?
11 El cumplimiento completo llega en los días del Ezequías Mayor, Cristo Jesús, cuando el Asirio Mayor, Satanás el Diablo, está amenazando la organización visible de Jehová y blasfemando contra su poder todopoderoso. A fin de dar consuelo fuerte a los que se adhieren a su organización teocrática en estos días tensos, Jehová Dios nos dice en el capítulo anterior en sus versículos concluyentes: “Como aves que vuelan al rededor de su nido, así Jehová de los Ejércitos escudará a Jerusalem; escudando, la librará, y pasando por encima, la salvará. ¡Volveos a Aquel de quien se han rebelado con profundo intento los hijos de Israel! Porque en aquel día cada cual rechazará con desprecio sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que vuestras manos os han hecho para pecado. Y caerá el Asirio por espada, mas no de hombre, y espada, no de Adam, le devorará: y se pondrá en fuga delante de la espada, y sus guerreros escogidos serán hechos tributarios. Y su fortaleza [su dios protector] se pasará a causa del terror, y sus príncipes se amedrentarán a la vista de una bandera: lo dice Jehová, cuyo fuego está en Sión, y su horno en Jerusalem.”—Isa. 31:5-9, margen.
CUÁNDO APLICABLE Y CÓMO
12. ¿Por qué no hay nada que arguya contra el aplicar Isaías 32:1 ahora desde 1914 d. de J.C.?
12 Después de registrar estas palabras, que ahora se acercan a su cumplimiento completo, el profeta Isaías comienza el capítulo siguiente, Isa 32:1 diciendo: “He aquí, un rey reinará con rectitud, y príncipes gobernarán con justicia.” (AN) No hay nada que arguya contra la aplicación de esto ahora en estos días cuando el Asirio Mayor, Satanás, está enfurecido contra la organización visible de Jehová, el resto de la simiente de la “mujer” de Dios. Estamos ahora a treinta y ocho años después de 1914, y, ¡he aquí, el Rey ungido de Jehová reina! Él reina con rectitud desde el fin de los “tiempos señalados de las naciones” en ese año. No hay necesidad de mirar más allá de la guerra del Armagedón para que esta parte de la profecía halle su cumplimiento. Está en efecto ahora. Debido a que el Rey ahora reina legítimamente y hace justicia al nombre de Jehová, eso es por qué el Asirio Mayor, Satanás el Diablo, asalta y hace guerra contra el resto fiel y sus compañeros de buena voluntad en la tierra. Si alguien lo sabe, Satanás sabe que el Rey reina, porque el Rey lo derrotó en la guerra en los cielos y lo echó junto con sus demonios a la tierra, el escabel de Dios, bajo los pies del Rey reinante.—Luc. 21:24; Apo. 12:1-17, NM.
13. Entonces ¿qué pregunta surge en cuanto a los príncipes mencionados?
13 ¿Qué hay, entonces, de la otra parte de la profecía: “Y príncipes gobernarán con justicia; y cada uno de ellos será como un escondite del viento”? ¿Cómo podría ser verdad esto también ahora, y quiénes son estos príncipes que han de gobernar justamente y como una protección para el pueblo de Jehová? Contestamos bíblicamente como sigue:
14, 15. (a) ¿Cuál es la palabra traducida “príncipe”, y a quiénes designa? (b) ¿De qué otras maneras es esta palabra traducida y aplicada, según la Versión Autorizada?
14 La palabra hebrea traducida aquí “príncipes” es sarím, siendo la forma singular de ella sar (femenina sarah). Como se declaró en La Atalaya del 15 de mayo de 1951, en el artículo “Empezando la sociedad del Nuevo Mundo” (§ 14), esta palabra hebrea sar no siempre significa el hijo de un rey o el hijo de un príncipe político, ni siempre es traducida esta palabra “príncipe” o usada con ese sabor político en las Sagradas Escrituras. Designa el primero, el principal o delantero de cualquier clase, la cabeza de una compañía o grupo. Por ejemplo: La palabra sar aparece 419 veces en las Escrituras hebreas, desde el Génesis hasta Sofonías. De todas estas veces la Versión Autorizada (en inglés) la vierte príncipe, 208 veces; pero también capitán, 125 veces; capitán en jefe, 3 veces; capitán que tenía mando, 1 vez; gobernante, 33 veces; jefe, 33 veces; gobernador, 6 veces; guarda, 3 veces; principal, 2 veces, y general, señor, amo, administrador y capataz, una vez cada una. De modo que es traducida más veces por estas otras palabras que por príncipe. En el Génesis 21:22, 32 el general militar del rey filisteo es llamado capitán en jefe (sar). El oficial de Faraón a quien José fué vendido en Egipto se llamaba el “capitán” (sar) de la guardia o mariscal en jefe. (Gén. 37:36, margen; Gé 39:1, 21-23) El copero y el panadero de Faraón que estuvieron encarcelados con José fueron llamados el jefe copero o el jefe (sar) de los coperos y el jefe panadero o el jefe (sar) de los panaderos. (Gén. 40:2, 9, 16) Con el tiempo Faraón hizo a los hermanos de José gobernantes (sarím) del ganado real.—Gén. 47:6.
15 Después de la muerte de José el nuevo Faraón puso capataces (sarím) sobre los hebreos para agobiarlos de trabajo. (Éxo. 1:11) Cuando los israelitas en Palestina le pidieron al profeta Samuel que estableciera un rey humano sobre ellos, Samuel les amonestó que su rey reclutaría a hombres para ser capitanes (sarím) sobre grupos de mil, cien y cincuenta. Saúl, el primer rey que tuvieron hizo a su primo Abner capitán (sar) de su ejército. Después hizo a David un capitán (sar) de una tropa de mil.—1 Sam. 8:12; 14:50; 17:55; 18:13; AN, UTA.
16, 17. (a) ¿Qué muestra si Israel tuvo príncipes (sarím) antes de un rey? (b) ¿También después que su rey fué derrocado?
16 Sin embargo, note esto: Mucho antes que los israelitas pidieran y tuvieran un rey humano sobre ellos, tuvieron aquellos que fueron llamados príncipes o sarím. En el desierto del Sinaí Moisés aconsejado por su pariente Jetro asignó gobernantes (sarím) sobre grupos de mil, cien, cincuenta, y hasta de diez, para actuar como jueces auxiliares de él. (Éxo. 18:21; Núm. 31:14, 48, 52, 54; Deu. 1:15, VA) Moisés fué instruído por Jehová Dios a poner capitanes (sarím) sobre los ejércitos de Israel para conducirlos. Y cuando Datán y Abiram se rebelaron contra Moisés ellos lo acusaron de hacerse un príncipe sobre los israelitas.—Deu. 20:9; Núm. 16:13, VA.
17 En la tierra de promesa, cuando los jueces todavía gobernaban y todavía no había rey humano sobre Israel, cada una de las doce tribus tenía sus príncipes. Leemos de “príncipes de Isacar” en los días del juez Barac y Débora; de “príncipes de Sukkot” en el día del juez Gedeón, y “príncipes de Galaad” en el día del juez Jefté. (Jue. 5:15, NC; 8:6, BC; 10:18) Hubo también “príncipes de Judá” y “príncipes de Zabulón” y “príncipes de Neftalí”, como dice más tarde David en el Salmo 68:27. Aun después que el reino de Israel fué derrocado en dos aspectos por Asiria y Babilonia y los israelitas regresaron del cautiverio babilónico a Jerusalén para reconstruir el templo de Jehová allí, tuvieron príncipes sobre ellos, aunque no tuvieron ningún rey reinante de la línea de David. Tanto el sacerdote Esdras como el gobernador judío Nehemías nos dicen de los príncipes y gobernadores (todos sarím) sobre el resto restaurado de los adoradores fieles de Jehová. (Esd. 9:1, 2, 14; Neh. 3:9-19, Va; NC; 4:16; 11:1; 12:31, 32) Pero además note este hecho: hubo también jefes (sarím) de los sacerdotes y levitas, igual como en los días del reino había habido un “jefe de los levitas” y “gobernadores del santuario, y gobernadores de la casa de Dios” sacerdotales.—Esd. 8:24, 29; 10:5; 1 Cro. 15:22; 24:5, VA.
18. Por eso para tener sarím ¿era necesario un rey? ¿Eran todos políticos?
18 De modo que vemos que un rey no tenía que estar reinando entre el pueblo teocráticamente organizado de Jehová a fin de que tuvieran príncipes o sarím. Ni estaban limitados éstos a gobernantes del gobierno, sino que fueron designados entre hombres que tenían que ver con asuntos militares, asuntos judiciales y asuntos de adoración. Isaías, cuya profecía estamos considerando, usa la palabra sar 17 veces y nos dice que Cristo Jesús será llamado el “Príncipe de Paz”.—Isa. 9:6.
19. Por eso, ¿qué podía tener en la tierra ahora nuestro Rey reinante, y dónde ocuparían cargo y con qué clase de servicio?
19 Con tal amplitud de significado y variedad de aplicación de la palabra hebrea sar podemos apreciar cómo el Rey celestial reinando con rectitud podía tener sus siervos visibles en la tierra durante este tiempo peligroso y cómo éstos ocuparían la posición correspondiente a lo que Isaías 32:1 menciona como príncipes (sarím). Ellos no ocuparían tal desempeño principesco dentro de los sistemas políticos de este mundo, porque, aunque están en el mundo, no son parte del mundo. Ni tendrían ninguno de esos cargos políticos y jerárquicos combinados tales como los ocupados por los del clero superior del sistema religioso católico romano, de modo que ellos son llamados “príncipes de la iglesia”. El culto católico romano es parte de este mundo y comete adulterio espiritual con los gobernantes políticos y comerciales de este mundo. Pero los que sirven en lugares oficiales en la tierra bajo el Rey de rectitud de Jehová lo hacen dentro de la organización teocrática. Ellos representan al reino de Dios exclusivamente, y en este servicio ellos sólo manejan los intereses de Su reino, ¡servicio principesco verdaderamente!
DURANTE EL TIEMPO DE RESTAURACIÓN
20. (a) Desde que comenzó a reinar, ¿ha tenido el Rey sus sarím gobernando en la tierra con justicia? (b) ¿Por qué no son llamados ellos “príncipes”?
20 Puesto que Cristo Jesús empezó a reinar al tiempo del nacimiento del Reino en 1914, ¿debemos entender, entonces, que sus príncipes han estado gobernando con rectitud visiblemente en la tierra? Sí; pero desde el año 1919 en adelante. Bien, entonces, ¿por qué no encontramos dentro de la organización visible de Jehová a hombres designados como “príncipes”? Es porque en este mundo ese vocablo lleva una conexión política. En el hebreo original de la Biblia la palabra tiene un significado más amplio y puede aplicar a una variedad de servicios en los cuales un hombre de Dios es capitán, jefe o el principal en un ramo de servicio o en un grupo o clase. En este mundo la palabra “príncipe” lleva consigo una especie de embeleso de modo que la glorificamos fuera de sus proporciones correctas. Pero en el texto hebreo la palabra significaba no simplemente lo elevado del puesto ocupado por una persona sino también la responsabilidad grande y el trabajo duro para efectuarlo. Note ahora cómo la Palabra de Dios predijo la colocación de testigos cristianos fieles de Jehová en tales puestos de responsabilidad hacia su reino y cómo ha cumplido él esta palabra.
21. Según lo que Dios predijo, ¿cuándo sería que él pondría a hombres en tales puestos?
21 Dios predijo que él haría esto al tiempo que él restaurara al resto fiel de su pueblo a los privilegios de su organización teocrática. Es digno de notarse que cuando el Rey ungido de Jehová, Cristo Jesús, primero se presentó públicamente a los de su pueblo escogido ése era el tiempo de la restauración para ellos. Eso es por qué Jesús fué a través de la tierra de Palestina predicando, “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Si no había arrepentimiento, no habría restauración para los judíos impenitentes. Eso es por qué, también, en la sinagoga de Nazaret él leyó la profecía de Isaías que predijo la unción de Jesús para “predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despedir a los quebrantados con una exoneración”. (Mat. 4:17 y Luc. 4:18, NM) Sólo un resto de los judíos creyó, arrepintiéndose plenamente de sus pecados contra el pacto de Jehová, y éstos fueron restaurados de la esclavitud babilónica a la que sus guías religiosos apóstatas los habían forzado. Fueron introducidos en la libertad cristiana y se les asignaron privilegios de servicio en la organización teocrática libre de Jehová. Esto también es cierto de la segunda venida de Cristo en su reino.
22. ¿De qué modo es el reino mediante Cristo una restauración? ¿Qué ha querido decir su establecimiento para el pueblo de Jehová?
22 El reino de Cristo Jesús en sí mismo es una restauración del gobierno de Jehová de la tierra mediante su Rey ungido. También es Su medio para restaurar a toda la gente que desea entrar en el favor de Dios y vivir eternamente bajo su soberanía universal. Teniendo presente cómo Dios había derrocado su reino típico de Israel a manos del imperio babilónico en 607 a. de J.C., el apóstol Pedro recordó que Jehová había prometido restaurar el reino con un rey del linaje de David. De modo que en el templo él dijo a los judíos: “Por lo tanto, arrepiéntanse, y den la vuelta para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo señalado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, verdaderamente, debe contener dentro de sí mismo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de las cuales Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:19-21, NM) En consecuencia, desde el envío de Cristo Jesús con poder del Reino en 1914 es un tiempo de restauración con respecto al pueblo de Jehová en la tierra. No únicamente una restauración de verdades perdidas. No; sino también la restauración del arreglo del Reino entre su pueblo, la restauración de la organización teocrática que reconoce y se somete a la soberanía universal de Jehová, Rey de la eternidad.
23. ¿Por qué es que desde 1919 se ha efectuado esta restauración para ellos?
23 Puesto que el Reino nació en 1914, ¿por qué decimos que esta restauración se efectuó para su pueblo en la tierra desde 1919? Porque durante la I Guerra Mundial, que empezó en 1914, los del resto ungido de Jehová en la tierra no tenían entendimiento correcto. Todavía estaban manchados de cosas babilónicas y no tenían el método teocrático en operación entre ellos. De modo que cedieron al temor y a la intervención injustificable de los elementos gobernantes de este mundo y entraron en una esclavitud babilónica y fueron desterrados de la organización de Jehová. Pero en 1919 Jehová Dios, por causa de su propio nombre, efectuó su liberación. Mediante su espíritu los impulsó a reorganizarse para el servicio del Reino en el período posbélico. De este modo él los restauró como su organización activa; y mediante su Palabra y espíritu él les infundió valor y arrojo para el Reino y su Rey.
24. ¿Cómo afectó esto sus ojos, oídos, corazón y lengua?
24 Cristo Jesús aprobó a su resto como un “esclavo fiel y discreto” y puso a esta clase esclava sobre todos sus bienes terrestres. Luego mediante la organización teocrática Jehová los condujo de una verdad en otra, abriendo los ojos de su corazón y los oídos de su entendimiento para ver y oír estas verdades. Siendo enseñados a ser razonables y discretos mediante esas verdades, ya no actuaron imprudente o precipitadamente, apresurándose en el pecado, sino que obtuvieron conocimiento verdadero y hablaron con entendimiento, con una certeza de creencia, y con el valor de la convicción, no tartamudeando por más tiempo con temor e inseguridad. Resultó exactamente como el versículo tercero de la profecía de Isaías había dicho que sería cuando el rey reinara con rectitud y sus príncipes gobernaran con justicia: “Y los ojos de los que ven no se ofuscarán, y los oídos de los que oyen escucharán. Y el corazón de los precipitados entenderá el conocimiento, y la lengua de los tartamudos estará lista para hablar claramente.”—Mat. 24:45-47, NM; Isaías 32:3, 4, AN; Isa 29:18, 19; 35:3-6.
25. ¿Debido a qué estorbadores hizo Dios que su pueblo comprendiera la necesidad de tener una organización teocrática, y qué cosa prometió él?
25 Debido a sus actividades de predicar a todas las naciones las buenas nuevas de que el reino de Dios fué establecido en 1914, el Asirio Mayor, Satanás el Diablo, ahora arrojado de los cielos, asaltó con rabia contra ellos. Trató de disolver su organización mediante persecución, mediante leyes arregladas con intento malévolo, y mediante el poder de gobiernos dictatoriales y totalitarios. Entre el resto todavía permanecían personas ambiciosas que querían brillar en puestos oficiales en vez de trabajar para los intereses del Reino y que por lo tanto sirvieron de estorbo al testimonio del Reino. Por lo tanto Dios hizo que su pueblo comprendiera que para su seguridad y para su unidad y actividad armoniosa la organización teocrática tenía que ser restaurada entre ellos. Esto quiso decir llevar adelante su organización con Dios como Gobernante, ya que él está encima, y con todas las criaturas en la tierra sujetas a él como Supremo Soberano, en vez de imitar a la democracia mundana o gobierno de la gente. Jehová había predicho este limpiamiento de su resto de testigos ungidos cuando le dijo a su organización típica de la antigüedad: “¡Ah! ¡tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos! y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré enteramente tus escorias, y quitaré todo tu metal impuro [NC]; y restituiré tus jueces como fueron al principio, y tus consejeros como de primero: después de lo cual serás llamada Ciudad de Justicia, Ciudad Fiel.”—Isa. 1:24-26.