¿Cuál es el punto de vista bíblico?
¿Se han cumplido las profecías acerca del Mesías?
LAS inspiradas Escrituras Hebreas (comúnmente llamadas el “Viejo Testamento”) prometen que un día toda la familia humana disfrutará bendiciones eternas de parte del Creador. Estas bendiciones se harán disponibles por medio de un individuo al que se llama el “Mesías,” que significa “ungido,” un descendiente de Abrahán a través del rey David.—Gén. 12:1-3; 22:18; 2 Sam. 7:12-16; Dan. 9:25, 26.
En Daniel 7:13, 14 se describe al Mesías como un rey glorioso que vendría “con las nubes del cielo” y a quien, “todos los pueblos, naciones y lenguajes” servirían. (Jewish Publication Society Translation, JP) ¿Acontecerá alguna vez esta profecía acerca de la unión de “todos los pueblos, naciones y lenguajes” bajo el gobierno del Mesías?
Bajo el encabezamiento: “Mesías,” Reuben S. Brookes escribe en A Dictionary of Judaism: “El judaísmo no dice nada definido acerca de estos asuntos.” Pero, ¿cuál es el punto de vista bíblico? ¿Se han cumplido algunas profecías del Mesías?
El punto de vista bíblico acerca de este asunto no es bien conocido. ¿A qué se debe? The Book of Jewish Knowledge declara: “Nuevas ideas, esotéricas y místicas, . . . gradualmente se han infiltrado dentro del pensamiento religioso judío desde el comienzo del cautiverio en Babilonia.” The Jewish Encyclopedia añade: “Además, muchos elementos extraños se deslizaron en este tiempo y llegaron a ser parte de la mezcolanza general de imaginería relacionada con el Mesías.” El resultado fue que la idea judía del Mesías ahora “encierra una multitud de fantasías extravagantes que no es posible reconciliar o entretejer en nada que se asemeje a un cuadro coherente.” Así es que si una persona quiere obtener un cuadro verdadero de ese “ungido” de Dios tiene que volver a la Biblia.
El punto de vista bíblico de la obra del Mesías
Las Sagradas Escrituras enseñan que el Mesías tendría que hacer algún trabajo preparatorio para asegurar que toda la humanidad disfrutara la bendición de su gobierno. ¿Qué tipo de preparación requeriría esto? Para que la gente se beneficiara verdaderamente de su gobierno, el “ungido” de Dios debería suministrar lo necesario para eliminar la causa básica de tantas de las dificultades de la Tierra... la imperfección humana. La Biblia llama a esta imperfección “pecado” y muestra que la heredamos en la concepción. El rey David exclamó: “He aquí que en iniquidad fui dado a luz, y en pecado mi madre me concibió.”—Sal. 51:7, JP (51:5, Valera).
Tocante a este aspecto de la obra del Mesías, Isaías profetizó: “Se le hirió por causa de nuestras transgresiones.” “Expuso su alma hasta la muerte, . . . llevó el pecado de muchos, e intercedió por los transgresores.”—Isa. 53:5, 12, JP.
¿Habla verdaderamente este pasaje de un Mesías que sufriría y moriría? El rabino judío Isaac Abravanel (1437 a 1508) reconoció: “Yonathan ben Uzziel en el Targum lo interpreta como referente al futuro Mesías; y ésta es también la opinión de nuestros hombres ilustrados en la mayoría de sus Midrashim [una clase de comentario de la Biblia judía].”
Daniel 9:24-27, también, declara que el Mesías vendría “para terminar la transgresión, y para poner fin al pecado, y para perdonar la iniquidad.” (Dan. 9 Versículo 24, JP) Zacarías 9:9 y Zac. 12:10 añaden que el Mesías vendría “humilde, y cabalgando sobre un asno” y que la gente lo “traspasarían,” después de lo cual “se lamentarían por él, . . . y penarían por él.”—JP.
¿Qué hay acerca del primer siglo?
¿Cuándo se cumpliría esta parte de la obra del Mesías? Daniel 9:25 especifica: “Desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas,” o un total de sesenta y nueve semanas. Autoridades judías, de acuerdo con la obra cronológica Seder Olahm Rabbah, señalan que estas son semanas de años, cada una de siete años de duración. Así es que las sesenta y nueve semanas (7 + 62) sumarían 483 años.
Según Nehemías 2:1-6 “la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén” (no solo el templo) salió en el año veinte del reinado del rey persa Artajerjes Longímano. ¿Cuándo fue eso? Las mejores autoridades indican que fue en el año 455 antes de la E.C. Si contamos 483 años a partir de ese punto llegamos al año 29 E.C.
Las Escrituras Griegas Cristianas (o “Nuevo Testamento”) señalan que se esperaba al Mesías en ese período de tiempo. (Luc. 2:25, 38; 3:15) Las autoridades judías concuerdan con esto. Varios individuos en el primer siglo E.C. afirmaron ser el Mesías. Pero solo uno apareció en el año 29 E.C. Ese fue Jesús de Nazaret. ¿Cómo sabemos eso?
El relato del Evangelio de Lucas nos informa que el precursor de Jesús, Juan el Bautista, comenzó su actividad pública “en el año decimoquinto del reinado de Tiberio César,” el cual se extendió hasta el año 29 E.C. (Luc. 3:1) La Biblia indica que Jesús fue bautizado unos seis meses más tarde, en el otoño de 29 E.C. En ese tiempo él fue “ungido” con el espíritu de Dios en cumplimiento de Isaías 61:1 y comenzó su carrera como el Mesías o el “ungido” de Dios.—Luc. 3:21-23; 4:16-21.
Daniel 9:26, 27 muestra que el Mesías sería “cortado” en una muerte sacrificatoria tres años y medio después, “a la mitad” de la septuagésima “semana” de años, precisamente cuando murió Jesús, durante la primavera en el día de la Pascua de 33 E.C. (Mat. 26:2; Juan 13:1-3) La profecía prosigue a predecir que de ahí en adelante “el pueblo de un príncipe que vendrá [las legiones romanas bajo el general Tito] destruirán la ciudad y su santuario.” (JP) Así es que el Mesías tendría que ser “cortado” antes de la destrucción de Jerusalén y de su templo por los romanos en 70 E.C.
¿Aceptado o rechazado?
¿Cómo sería recibido el Mesías cuando apareciera en humildad? Isaías 53:3, 4 (JP) lo describe de antemano: “Fue despreciado, y rechazado por los hombres, . . . y no lo consideramos . . . lo consideramos plagado, castigado por Dios, y afligido.” ¿Por qué actuaron de esa manera para con su Mesías prometido, Jesús?
Por la misma razón por la cual algunos judíos en el primer siglo aceptaron y siguieron a otros que declararon ser el Mesías. The Book of Jewish Knowledge comenta: “Ahora bien, la cosa extraordinaria acerca de estos pretendientes del primer siglo a la distinción mesiánica fue que cada uno sirvió como punto de reunión para las revueltas judías en contra del gobierno romano. A diferencia de Jesús, . . . los otros ‘mesías’ de ese período fueron, sin excepción, agitadores militantes y patriotas.”
Así es que Jesús no cumplió las esperanzas políticas y nacionalistas de los judíos de su día. Sin embargo, él sí cumplió lo que la Biblia había predicho concerniente a la venida del Mesías en el primer siglo. Esto garantiza que todas las otras profecías del gobierno del Mesías como rey poderoso igualmente llegarán a acontecer por medio de él.