La unidad de la iglesia cristiana
“Yo los he dado la gloria que tú me diste a mí, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno.”—Juan 17:22.
1. ¿Por qué se le puede llamar a Jehová el gran Unificador?
JEHOVÁ es el gran Unificador. Es el que de una manera maravillosa puede combinar a criaturas inteligentes en una unidad para cualquier propósito que desea. Por millones de años antes de que el hombre viera la luz del día, Jehová había trabajado en unión perfecta con su Hijo primogénito, por medio de quien creó todo. A medida que el trabajo de Jehová de la creación siguió adelante y el número de criaturas inteligentes aumentó en el universo, no se vio como resultado ninguna confusión. Jehová las unió a todas en una unidad armoniosa de funcionamiento suave por medio de aunarlas a él y unas a otras con vínculos de amor. Para ilustrar esta unión feliz, él se refiere a su organización universal de criaturas celestiales fieles como esposa suya con quien él está unido en matrimonio feliz.—Col. 1:16; 1 Juan 4:8, 11-13; Isa. 54:5, 6.
2. ¿Cuál es el vínculo más fuerte para hacer una unidad de la gente, y cómo llegó a ser Israel la única congregación o iglesia verdadera de Dios en sus días?
2 Cuando Jehová Dios comenzó a edificar la sociedad humana, principió con la unidad más pequeña de ella, la unión matrimonial, que normalmente es una de las uniones más fuertes de las que el hombre forma parte. Esto se debe a que el factor que aúna en el matrimonio es el amor, y ése es el vínculo más fuerte que cualquier unidad de criaturas puede tener. En realidad, es la única base sobre la cual puede durar unidad alguna. Dibujando círculos más grandes, los padres y los hijos son enlazados por vínculos fuertes de amor en la unión de familia, y fueron las familias o tribus de los doce hijos de Jacob, el patriarca, las que Jehová Dios enlazó en una unidad nacional. Se hizo un acuerdo o pacto entre él y los israelitas según el cual él no sólo debería ser su Rey sino también su Dios; y eso hizo a Israel no sólo una nación sino también una congregación o iglesia de Dios, la única iglesia verdadera de aquel tiempo.—Gén. 2:24; Éxo. 19:5, 6, 8; 20:1, 2; Hech. 7:38; Sal. 147:20.
3. ¿Fue nacionalista Jehová al escoger a Israel como su congregación?
3 ¿Por qué escogió Jehová a la nación de Israel para hacer de ella una iglesia o congregación? ¿Fue un Dios nacionalista? No, no lo fue. Fue debido a una promesa que hizo a su amigo Abrahán, el antepasado de los israelitas, que se les permitió componer el cuerpo de esa nueva iglesia. Pero Jehová no desplegó un espíritu nacionalista impidiendo que los no israelitas llegaran a ser miembros de la única iglesia verdadera mediante circuncisión. A toda la gente temerosa de Dios que quería unirse a Israel en adorar al Dios verdadero se le aceptó sin importar su nacionalidad y raza, religión o afiliaciones políticas previas. Se hicieron provisiones para hacer de tales extranjeros circuncisos una parte de la unidad que Dios tenía con Israel por medio de proveer constitucionalmente un lugar para ellos dentro de la organización de congregación bajo la cual estaba Israel. A Israel se le dijo que amara al extranjero así como Jehová le amaba. Además, Dios no mostró consideración por la nacionalidad o raza formando unidades o iglesias separadas con sus adoradores circuncisos que no eran de origen israelita. Había un solo templo donde se podía hallar a Dios, un sumo sacerdote, una Ley, una unidad o iglesia en la cual debieran estar unidos todos los adoradores. El registro bíblico muestra que algunos pueblos y tribus, tales como la muchedumbre mixta que salió de Egipto, los gabaonitas circuncisos y los recabitas circuncisos así como muchos individuos como las mujeres Rahab y Rut, llegaron a ser una unidad con Israel. Así Jehová fue el primer Unidor de naciones que lo hizo con buen éxito.—Deu. 10:17-19; 1 Rey. 8:41-43; Éxo. 12:38; 2 Sam. 21:1, 2; Jer. 35:18, 19.
4. ¿Cómo llegó a ser la congregación cristiana la iglesia verdadera de Dios?
4 La iglesia o congregación judía, sin embargo, no mostró a la larga amor a Jehová; y en consecuencia fue cortada de su unión con él, y la congregación cristiana llegó a ser la iglesia verdadera de Dios en el Pentecostés de 33 d. de J.C.
UNIDAD
5, 6. ¿Cómo sabemos que la congregación de Dios tiene que ser una, y quiénes están incluídos en la unidad?
5 Lo sobresaliente de la iglesia cristiana primitiva fue su unidad. En primer lugar, estaba unida con Jehová Dios y Cristo Jesús, y ésa es la más importante de todas las uniones. Jesús recalcó esta unidad en su ilustración de la vid: “Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste es el que produce mucho fruto, porque separados de mí ustedes no pueden hacer absolutamente nada. Si alguien no permanece en unión conmigo, es arrojado.”—Juan 15:4-6.
6 Una unión con Cristo también debe resultar en unidad entre los que están unidos con él. Por eso en su oración inmediatamente antes de ser traicionado, Jesús pide tal unidad entre sus seguidores, diciendo: “Yo hago petición, no concerniente a éstos nada más, sino también concerniente a los que ponen fe en mí por medio de la palabra de ellos, para que todos ellos sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, para que ellos también estén en unión con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Además yo les he dado la gloria que tú me diste a mí, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno. Yo en unión con ellos y tú en unión conmigo, para que ellos sean perfeccionados en uno, para que el mundo tenga conocimiento de que tú me enviaste y que tú les has amado así como me has amado a mí.” Observe las direcciones que toma esta unidad. Todos sus seguidores deben ser uno; no únicamente los que vivían entonces, sino también los que cifran su fe en él por medio de su palabra, es decir, la de sus discípulos; por lo cual la unidad alcanza hasta el futuro e incluye a todos los cristianos verdaderos que viven hoy día. Al mismo tiempo alcanza hasta el cielo e incluye a Jesucristo y Jehová Dios, para que sus seguidores estén, como dijo Jesús, “en unión con nosotros.”—Juan 17:20-23.
ALCANCE DE LA UNIDAD
7. ¿Qué hace una unión suelta y débil, y qué la hace estrecha y fuerte?
7 ¿Qué clase de unidad pidió Jesús en su famosa oración? ¿Cuántos y cuán fuertes deben ser los vínculos que la mantienen aunada? No todas las uniones son igualmente fuertes. Algunas uniones sólo afectan a un campo en particular en la vida de sus miembros. Por ejemplo, personas pueden pertenecer a la misma unión protectora de animales y no obstante estar tan separadas como Oriente y Occidente en asuntos de religión, política y otros intereses. Tales uniones son sueltas. En contraste con ellas, las uniones del matrimonio o de la familia son uniones estrechas y fuertes, porque afectan a un gran número de intereses en la vida de sus miembros. En una familia normal tales cosas como vínculos consanguíneos, amor mutuo, el hogar común, su espíritu o ambiente, el nombre de la familia, la tradición, religión, norma cultural, el fiarse al grado de hacerse confidencias unos a otros, el respeto y acuerdo todas son cosas que los miembros tienen en común; y mientras más cosas comparten las personas, más estrecha y fuertemente están enlazadas.
8. ¿Qué hizo tan fuerte la unidad de la iglesia cristiana primitiva?
8 Ahora, regresando a nuestra pregunta: ¿De qué clase de unidad hablaba Jesús, en Juan 17? ¿Fue sólo de una unión suelta, que afectara simplemente uno o dos intereses en la vida de sus seguidores? No, él pidió la unión más fuerte que puede haber. “Yo les he dado la gloria que tú me diste a mí, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno.” No podemos pensar en una unidad más estrecha y más fuerte que la que existe entre Jehová Dios y su Hijo, Cristo Jesús. La fuerza de esa unidad se probó por el derrotero obediente de Jesús aun hasta la muerte en el madero de tormento. Fue en la más estrecha unión de familia de Dios, una filiación privilegiada, en la que Jesús pidió que fueran introducidos sus discípulos, y con ese propósito les había ‘dado la gloria que Jehová le dio,’ “gloria como la que pertenece a un hijo unigénito por parte de un padre.” (Juan 1:14) Pablo menciona algunas de las muchas cosas que habrían de tener en común en Efesios 4:3-5, donde él habla en cuanto a esforzarse “por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz,” y luego prosigue y enumera: “Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, un bautismo; un Dios y Padre de todas las personas, que es sobre todos y por medio de todos y en todos.” ¡Qué cuerpo estrechamente unido y compacto deben haber llegado a ser sus seguidores considerando las numerosas cosas que tenían en común!
9. ¿Qué ilustra Pablo al referirse al cuerpo humano en el capítulo 12 de 1 Corintios, y en el capítulo 4 de Efesios?
9 Para ilustrar a mayor grado esa estrechez y unidad compacta, Pablo la compara al cuerpo humano: “Porque así como el cuerpo es una sola cosa pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, así también es el Cristo. Porque en verdad por un espíritu todos nosotros fuimos bautizados en un cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y a todos se nos hizo beber un espíritu. . . .Dios compuso el cuerpo, dando honor más abundante a la parte que le faltaba, para que no hubiese división en el cuerpo, sino que sus miembros tuvieran el mismo cuidado los unos de los otros.” “Hablando la verdad, crezcamos mediante el amor en todas las cosas en él quien es la cabeza, Cristo. De él todo el cuerpo, mediante el estar trabado armoniosamente y hecho para cooperar por medio de cada coyuntura que suministra lo que se necesita, de acuerdo con el funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.” ¿Podría haber alguna unidad más perfecta que ésa que existe entre los miembros del cuerpo humano? ¿Sería posible tener un cuerpo dividido? ¿Podría haber más de una cabeza para un cuerpo? ¡Qué excelente ilustración para mostrar el grado más elevado de la unidad y unicidad de los muchos miembros que componen la congregación cristiana!—1 Cor. 12:12-25; Efe. 4:15, 16.
10. ¿Por qué fue la iglesia cristiana una maravilla verdadera del espíritu de Dios desde su principio?
10 Desde el primer día la congregación cristiana probó que podía asimilar en su unicidad a personas no sólo de Palestina, sino también de muchos diferentes países con sus diferentes idiomas, a gente de todas las sectas del judaísmo, a judíos y a prosélitos circuncisos, haciendo que las diversas opiniones religiosas y locales cedieran al pensar cristiano. Personas de antecedentes sociales completamente diferentes, humildes pescadores, agricultores, pastores, recaudadores de impuestos, fueron introducidos en unidad con los fariseos y médicos doctos, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, hombres, mujeres y niños, y fueron enlazados en la unidad de la congregación. Fueron uno aun al grado de compartir temporariamente sus recursos materiales para hacer frente a una situación crítica que se desarrolló en Jerusalén durante la primera arremetida de miembros y que requirió inmediata acción de auxilio. “La multitud de los que habían creído tenía un mismo corazón y alma, y ni siquiera uno decía que cosa alguna de las que él poseía era suya, sino que tenían todas las cosas en común.” Fue una verdadera maravilla del espíritu de Dios. Sin embargo, durante los primeros tres años y medio de su existencia, los miembros de la iglesia siguieron siendo judíos y prosélitos judíos que habían salido del judaísmo.—Hech. 2:5-11, 41; 4:32-35.
11. ¿En qué respecto hubo un cambio en la congregación cristiana en 36 d. de J.C.?
11 Entonces en 36 d. de J.C. la congregación cristiana entró en una nueva fase de su historia. En ese año algo sucedió que sorprendió a todos: Un hombre incircunciso y su familia, gentiles que no habían estado antes en relación de pacto con Jehová Dios, de repente llegaron a ser parte de la congregación cristiana con derechos y obligaciones plenos e iguales, como lo mostró el hecho de que estos gentiles fueron bautizados y recibieron el espíritu santo al igual que los creyentes que eran de la organización judía. Ahora había de llevarse a cabo el famoso mandamiento de Jesús, “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones.” De ser una unidad u organización de los creyentes judíos, la congregación cristiana debía abrir sus puertas de par en par al resto de la humanidad y extenderse para llegar a ser una organización internacional, encarándose a todos los problemas a que las organizaciones internacionales siempre han tenido que encararse. Al hacer todo esto, la unidad verdadera debía conservarse con los vínculos de la paz y el amor.—Hech. 10:44-48; Mat. 28:19.
OTRAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
12. ¿Por qué estaba interesado el Imperio Romano en hacer una unidad de sus pueblos dominados, cómo emprendió esta tarea? ¿Tuvo buen éxito en ello?
12 El Imperio Romano pagano de aquel día edificaba y mantenía una organización internacional de la mejor manera que sabía. Después de haber conquistado casi todo el mundo civilizado, su tarea fue mantener sujetos al gobierno romano los muchos pueblos, naciones y razas. A semejanza de cualquier otra potencia mundial, los sentimientos nacionales y religiosos fueron los obstáculos mayores contra los que tuvo que contender para unir la grande variedad de gente bajo su dominio. Se hicieron esfuerzos para allanar las distinciones de clases y para reemplazar costumbres locales mediante leyes y administración uniformes, y para desalojar las religiones nacionales con una religión común, a fin de unificar todo el imperio en un bloque sólido; pero los esfuerzos jamás fueron coronados con el éxito. Dice el Hastings Dictionary of the Bible, Tomo IV, pág. 293: “Roma jamás pudo hacer una nación sólida de su Imperio. . . .El Imperio tuvo miras superiores desde el principio, y el sentido del deber para el mundo conquistado aumentó sobre él a medida que pasaba el tiempo; pero no pudo ni restaurar ni crear el patriotismo de una nación. La antigua nación romana se perdió en el mundo; y si el mundo se perdió en Roma, no constituyó una nueva nación romana. Los griegos o galos tal vez se llamaban romanos, y parecía que olvidaban a su pueblo antiguo en el orgullo del civitas [‘estado’] romano; pero seguían siendo griegos y galos. . . . Hubo pueblos en grande variedad, pero las naciones antiguas estaban muertas, y la una sola nación nueva nunca nació.”
13. ¿Por qué no tienen razón para despreciar a Roma los gobernantes mundiales de nuestro día?
13 Los gobernantes mundiales de nuestro día no tienen razón de jactarse, porque no han logrado ningún resultado mejor que los romanos, a pesar del esclarecimiento del siglo veinte y su organización de las Naciones Unidas. H. G. Wells compara los logros en A History of the World como sigue: “El pueblo romano se halló llevando a cabo casi inadvertidamente un vasto experimento administrativo. . . .Siempre estaba cambiando, jamás alcanzó alguna fijeza. En un sentido el experimento [administrativo] fracasó. En un sentido el experimento queda inacabado, y Europa y América hoy día todavía están resolviendo los enigmas del arte de gobernar con alcance mundial a que se enfrentó primero el pueblo romano.”—Capítulo 33, “El crecimiento del Imperio Romano,” páginas 149-151. Publicada en 1922.
14. Como bloques solos, ¿han resuelto Occidente u Oriente el problema de hacer una unidad verdadera de las naciones?
14 Como bloques solos de naciones, ni el Occidente democrático ni el Oriente comunista han resuelto el enigma de la unidad internacional. En el mundo occidental una alianza militar internacional como la NATO a menudo encuentra frustrada la cooperación debido a orgullo nacional de parte de algunos de sus miembros. En Oriente, cuando Yugoeslavia se separó del resto del bloque comunista y prefirió su propia marca de comunismo, un movimiento internacional tan altamente idealista como el comunista y trabajando por años bajo el lema “Únanse los obreros de todo el mundo” tuvo que encararse al hecho de que no todos los comunistas estaban preparados para sacrificar su orgullo nacional en el altar de la unidad internacional comunista. Aunque el movimiento comunista ha logrado resultados notables al unir personas de muchas naciones en torno de un programa político, no ha logrado hacer una unidad internacional de los comunistas. El nacionalismo, razas, religión, idiomas y muchos otros factores divisorios han sido semejantes a rocas en el mar contra las cuales los barcos de los gobernantes internacionales humanos han sufrido su desastre tarde o temprano.
15. (a) ¿Por qué fue mayor maravilla la iglesia cristiana internacional que la iglesia cristiana originalmente judía? (b) ¿Cómo logró sus resultados?
15 Para este mar, tan lleno de rocas submarinas y naufragios, la congregación cristiana, joven e inexperta en asuntos internacionales, ahora había de zarpar. Al extenderse y abrir sus puertas a gente de todas las naciones, al topar con todo matiz de religión y filosofía paganas, orgullo nacional, obstáculos de idiomas, controversias raciales, políticas y sociales, ¿podría mantener la unidad absoluta que había logrado? ¿Podría hacerlo sin tener que transigir en cuanto a sus enseñanzas y normas establecidas para los que quisieran hacerse miembros? ¿Todavía podría mantener inalterado su arreglo de organización teocrática, con una junta administrativa visible en Jerusalén? ¿No tendría que dividirse en grupos nacionales con alguna forma de autonomía para cada grupo y luego unirlos de algún modo? ¿Podría permanecer inalterada? Si ya la iglesia judía nacional había sido una maravilla, fue pequeña comparada con la maravilla de la iglesia internacional, especialmente al considerar los antecedentes históricos. Lo que ha sido un problema sin solución para los edificadores mundiales humanos hasta este día no fue problema para Cristo Jesús, la Cabeza de la iglesia cristiana. Los cristianos se pusieron a trabajar en la mismísima raíz de lo que divide así como une, a saber, la mente humana. Comenzaron a rehacer la mente de personas humildes y temerosas de Dios de todas partes. Muy pronto estas personas creyentes de todas las naciones experimentaron un cambio en la personalidad a medida que se pusieron a imitar a su Cabeza, Cristo Jesús, y el resultado fue asombroso: Todos los obstáculos separativos se desvanecieron a medida que gente de las naciones fue incorporada en el cuerpo de Cristo. A la congregación local de Colosas del Asia Menor Pablo escribió: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse con la nueva personalidad, la cual por medio de conocimiento acertado está siendo renovada de acuerdo con la imagen del que la creó, donde no hay ni griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, extranjero, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todas las cosas y en todos.” Y a los de la iglesia en Galacia: “Todos ustedes, en realidad, son hijos de Dios por medio de su fe en Cristo Jesús. Porque todos ustedes que fueron bautizados en Cristo se han vestido de Cristo. No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni varón ni hembra; porque todos ustedes son uno en unión con Cristo Jesús.”—Col. 3:9-11; Gál. 3:26-28.
16. ¿Qué cosa es preciso tener para que haya una sola iglesia? ¿La tuvieron los primeros cristianos?
16 La base para una sola iglesia es la unidad en enseñanza y creencia, y mientras los apóstoles y otros hermanos maduros llenos del espíritu estuvieron presentes, esta unidad se conservó. Una vez cuando hubo tendencias de edificar sectas en la congregación de Corinto, Pablo les recordó: “¿Existe dividido el Cristo?” y se les exhortó a todos a “hablar de acuerdo, y que no debe haber divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos con la misma mente y con la misma forma de pensar.” La fe común hace una iglesia común, sin importar quiénes sean los creyentes y dónde estén.—1 Cor. 1:10, 13.
17. ¿Qué otro factor contribuyó a la unidad internacional?
17 Otro factor que apoyó la unidad cristiana fue el punto de vista particular que los primeros cristianos tuvieron respecto a los gobiernos. No fueron parte de este mundo ni de su sistema político, lo cual en sí mismo puede contribuir mucho a la unidad. No obstante no se consideraban como un pueblo sin gobierno ni gobernante, sino que tuvieron confianza en las Escrituras Hebreas y en las propias palabras de Jesús en cuanto a él mismo como el verdadero Rey en un reino verdadero ejerciendo gobierno verdadero y con un ejército lo bastante fuerte como para destruir a todos los otros reinos al tiempo debido. Confesaron al Rey supernacional Jesucristo como su Señor y dedicaron su vida al reino de Dios por medio de él con lealtad inmovible. Todavía eran ciudadanos obedientes de las naciones en que vivían, pero adoptaron la posición de que en caso de un choque entre los mandamientos de su Señor y Maestro y los del hombre tenían que obedecer a Dios más bien que a los hombres; y estaban resueltos a hacer lo que decían, como lo descubrieron los Césares de Roma cuando trataron de estorbar la unión en la cual estaban aunados los cristianos con su Dios y con su Rey. No se imaginaban que el reino de Dios fuera algo que sólo estuviera en el corazón de los hombres, como se imaginan muchos cristianos profesos hoy día. Manteniéndose separados del mundo, con la vista firmemente fija en ese reino celestial y guiados por el espíritu santo productor de amor, eran “un solo cuerpo” aunque internacional.—Juan 17:16; 18:36, 37; Dan. 2:44; Hech. 5:29.
18. (a) ¿Guiaba directamente el espíritu a las congregaciones locales en la iglesia primitiva? (b) ¿Por qué pudiera uno pensar que podrían surgir complicaciones a causa de decisiones hechas por la junta administrativa visible en Jerusalén? ¿Surgieron?
18 Dado que había una sola organización, solamente podía haber una agencia administrativa central para toda la organización. Los apóstoles y los hermanos maduros de Jerusalén componían tal agencia o junta administrativa visible bajo la guía del espíritu. Prestamente la reconocían y cooperaban con ella, en todo el mundo. Los problemas que eran de significado internacional para la iglesia se llevaban a Jerusalén para que se decidiera sobre ellos. Cuando surgió el asunto de la circuncisión, Pablo no convocó a un sínodo a los superintendentes de congregación de Antioquía y del resto de la provincia de Siria con el propósito de discutir y decidir sobre el asunto, ni esperó que el espíritu de Dios diera guía directa a las congregaciones, sino que se dirigió a la junta administrativa visible en Jerusalén; y después que esa junta zanjó el asunto allí bajo la guía del espíritu, él fue enviado de regreso a las congregaciones para darles a conocer la decisión. Este procedimiento no resultó en complicaciones por parte de los no judíos, como pudiera haberse esperado en otras circunstancias. Desde un punto de vista normal mundano uno no se habría sorprendido de oir a los griegos objetar, llamando la atención a sus tradiciones orgullosas del pasado. Después de todo, ¿no eran griegos los principales historiadores, poetas, matemáticos y arquitectos del mundo? ¿No era realmente griego todo lo que se llamaba cultura aun en todo el Imperio Romano? O los romanos, los ciudadanos de la capital del mundo, confiados en sí mismos, ¿por qué deberían escuchar a los judíos despreciados, a quienes, a veces, ni siquiera se les permitió vivir en Roma? La dominación mundial de la raza semítica, ¿no había pasado de la raza semítica a la aria con la caída de Babilonia? Entonces, ¿por qué deberían aceptar los romanos y griegos arios las órdenes que les dieran los judíos semíticos de habla aramea de Jerusalén? ¿No podían pensar por sí mismos? No hay nada en los registros que indique que tal pensar nacionalista o racial mundano haya carcomido a semejanza de comejenes las raíces de la unidad cristiana. Evidentemente todos lo consideraban del mismo modo que Pablo: “No hay distinción entre judío y griego, puesto que hay el mismo Señor sobre todos.” Lejos de que eso haya causado disensión, el registro dice: “Y según viajaban por las ciudades entregaban a los que estaban allí para observancia los decretos sobre los cuales habían hecho decisión los apóstoles y hombres de mayor edad que estaban en Jerusalén. Por lo tanto, verdaderamente, las congregaciones continuaban siendo hechas firmes en la fe y aumentando en número de día en día.”—Hech. 15:2, 41; 16:4, 5; Rom. 10:12.
19. ¿En qué respecto fue la iglesia cristiana primitiva algo nunca antes visto?
19 En verdad la iglesia fue una maravilla y una excepción sobresaliente en la historia de la humanidad; una organización internacional, no obstante caracterizada por “un mismo corazón y alma,” “la misma mente,” y “la misma forma de pensar,” ‘un cuerpo, un espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre.’ (Hech. 4:32; 1 Cor. 1:10; Efe. 4:4-6) Algo jamás visto antes. Un producto verdadero del espíritu de Dios. Ciertamente, Jehová había cumplido la oración de Jesús por la unidad de la iglesia cristiana.—Juan 17:20-23.