Jehová: Marido, Padre y Maestro
“Todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y grande será la paz de tus hijos.”—Isa. 54:13.
1. ¿Quién puede mostrar mejor que nadie la relación de Jehová con sus siervos, y cómo puede crecer nuestro aprecio de ella?
NADIE aprecia la relación del Dios verdadero con sus criaturas como lo aprecia Jehová mismo. Él puede describirla mejor que nadie, y lo hace en términos variados que podemos entender. Aplicándonos a la Palabra de Dios podemos crecer en aprecio de la relación de Jehová con los que le sirven.—Juan 17:15-21, NM.
2. Muestre lo correcto que es que Jehová se llame “marido” de su organización.
2 Si un hombre formara una organización, se dedicara a los propósitos de ella, trabajara por los intereses de ella, fuera fiel a ella, cuidara del bienestar de todos sus miembros, le diera tiempo y atención, se regocijara en su productividad, y de esa manera se uniera a ella íntimamente, ¿no podría decirse correctamente que dicha persona está “casada” con esa organización? Sí, porque, figuradamente, “matrimonio” significa precisamente dicha unión estrecha. Es consistente y de todo buen gusto que Jehová Dios se designe como marido de su organización. Quizás esto parezca extraño cuando por primera vez se piensa en ello; pero ¿cómo podríamos describir esta relación de unión estrecha de mejor manera? Tenemos presente el buen arreglo referente al esposo en los matrimonios entre los adoradores de Jehová, al observar las referencias que Dios hace a sí mismo como esposo, de la nación del Israel natural como un ejemplo.
3, 4. En el caso ilustrativo de la nación de Israel, ¿cómo fué Jehová un marido?
3 ¿Cómo fué Jehová esposo de la nación de Israel? En que se amoldó al caso ilustrativo del individuo mencionado en el párrafo anterior. Entre otras cosas, hacia Israel él no fué esposo con muchas esposas terrestres. No; por lo contrario, él declaró a Israel: “A vosotros solos he conocido de entre todas las parentelas de la tierra.” (Amós 3:2) Jehová fué fiel a Israel, pero esa nación infringió la ley de Dios y se desvió de él, y por eso leemos en Jeremías 3:14: “¡Volveos, oh hijos reincidentes! dice Jehová, porque yo soy vuestro marido.” Mirando adelante proféticamente a través de los años después de haber desechado a la “esposa” infiel, Israel: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob y con la casa de Judá: No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, bien que fuí yo un marido para ellos, dice Jehová.”—Jer. 31:31, 32, Va.
4 Esta relación, y la constancia de Jehová como esposo y su justificación en desechar a la nación que se hizo impía, volviéndose en contra de él, las muestra proféticamente Oseas: “¡Contended contra vuestra madre, contended, (porque ella no es mi mujer, ni yo soy su marido,) para que aparte sus fornicaciones de su presencia, y sus adulterios de entre sus pechos!” (Ose. 2:2) En el versículo siete la calidad de esposo original se muestra en conjunción con esta acusación devastadora de la organización infiel Os 2:7 : “Y perseguirá a sus amantes, mas no los alcanzará, los buscará también, mas no los hallará. Luego dirá: ¡Iréme y volveré a mi primer marido; pues que entonces me iba mejor que ahora!”
5. Dé prueba bíblica de que Jehová es como un marido a su organización universal.
5 La relación de esposo no está limitada a la organización de Israel. Esa nación, hace mucho tiempo desechada, fué profética de cosas mayores y durables. “Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre.” (Gál. 4:26; Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11, NM) Seguramente Jehová considera a la organización universal de sus criaturas como una esposa, en relación amorosa, y correctamente se designa a sí mismo como esposo suyo. ¿Se identifica él en alguna otra capacidad en relación con su organización y los miembros de ella? Sí.
PADRE
6. ¿Cuál es otra capacidad en que Jehová se revela?
6 Una consulta al significado de la palabra inglesa “parent” en el Nuevo diccionario internacional de Wébster, segunda edición, confirma nuestro entendimiento general del significado de las palabras “padre” y “madre”. Como sustantivo quiere decir: “uno que engendra, o da a luz, prole; un padre o una madre; una fuente; autor; también, una causa”; como adjetivo: “lo que constituye la fuente original de la cual algo brota o fluye; lo que sostiene, protege, o controla a otros como subsidiarios; como, una organización padre o una organización madre.” ¿Podríamos decir que el Dios que hace la organización y es su esposo también es el padre de los individuos que esa organización produce y que llegan a ser miembros de ella? Sí, y Jehová se revela como el gran Padre.
7, 8. ¿Quiénes están incluídos como hijos de Jehová?
7 Aquellos a quienes él da vida son sus hijos. Un ejemplo de esto es el Logos. Se muestra que el “Logos”, o la “Palabra”, fué creación directa de Jehová y que fué su agente activo en la creación de otros hijos espirituales de Dios así como de todas las otras cosas. “Originalmente la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. Este estaba originalmente con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a la existencia.”—Juan 1:1-3, NM.
8 Las criaturas que se producen mediante la operación de su organización y que son hechas miembros de su organización igualmente son sus hijos. Ejemplos de tales son los hijos espirituales de Dios. Estos ángeles, querubines y serafines, estuvieron incluídos en las creaciones de Dios mediante el Logos. Esto es cierto de Adán también. Lucas indica esto en el capítulo 3, versículo 38 Lu 3:38 (NM): “. . . Adán, el hijo de Dios.” No sólo fué el Logos el Hijo unigénito, como ya se mencionó, sino que, habiendo sido enviado a la tierra como el bebé humano Jesús, se muestra que es la “Simiente” de la organización de Dios, organización que aparentemente estaba estéril de la simiente de promesa hasta que Jesús nació como niño varón.—Gál. 3:16, NM.
9. En Israel, ¿quiénes eran los hijos de Dios?
9 La declaración de Jeremías, capítulo treinta y uno, a la que se ha hecho referencia previa, corrobora el hecho de que los miembros individuales, los judíos individuales, de la nación de Israel, eran hijos (de manera secundaria o típica) de Dios, siendo hijos de la organización de Israel. “Así dice Jehová: Si se midieren los cielos arriba, o se escudriñaren los cimientos de la tierra abajo, entonces podré yo también desechar toda la simiente de Israel, a causa de todo lo que ellos han hecho, dice Jehová.”—Jer 31:37.
10. (a) ¿Cómo son los miembros del cuerpo de Cristo hijos del gran Padre? (b) ¿Qué hay de otros que adoran a Jehová?
10 ¿Qué hay de los cristianos? Son hijos de Dios de manera singular si son miembros del cuerpo de Cristo, la congregación cristiana ungida: “Dios envió a su Hijo, el cual fué producido de una mujer y quien vino a estar bajo ley, para que librara por compra a aquellos bajo ley, para que nosotros a nuestra vez recibiéramos la adopción como hijos. Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones y éste exclama: ‘¡Abba, Padre!’ Por eso, entonces, usted ya no es un esclavo sino un hijo; y si un hijo, también un heredero mediante Dios.” (Gál. 4:4-7, NM) Esto no hace referencia a la ficción de la “paternidad universal” de Dios para con todo el mundo de la humanidad, sino que está hablando acerca de individuos, que ya no están bajo el pacto de la ley judío que terminó con la muerte de Jesús como un arreglo del pacto de la ley usado por Dios, pero que están en el nuevo pacto mediante Cristo Jesús como miembros del cuerpo de Cristo. (Heb. 8:7-13, NM) Estos son producidos por la Palabra de Jehová, que los conduce a llegar a ser siervos de Dios, por su espíritu, que es el poder de Dios e incluye su mensaje según se revela en su Palabra, y por su organización justa mediante Cristo Jesús, y ellos son sus hijos. Puesto que todas las perspectivas de vida dependen de las provisiones de Dios, otros cristianos de buena voluntad, asociados con los que están en el nuevo pacto, correctamente se dirigen a él como su Padre, porque él ha de ser su Abuelo mediante el Padre eterno, Cristo Jesús.—Juan 10:16, NM; Isa. 9:6, Va.
11. ¿Qué se hace notar aquí relativo a esterilidad?
11 En los días de la nación de Israel bajo la ley mediante Moisés, era motivo de lamento para una esposa el no tener hijos. La esterilidad traía reproche y angustia. Este cuadro abarcado en los hechos relacionados a las esposas literales en Israel también aplica a las “esposas” simbólicas, o sea organizaciones, cuando real o aparentemente son infecundas, improductivas de hijos, sin aumento y real o aparentemente sin efectuar su propósito.
¡AHORA, EL MAESTRO!
12, 13. (a) ¿Qué más es Jehová hacia su pueblo? (b) ¿Cuáles son sus cualidades, y en quién se reflejan?
12 En este número de La Atalaya hemos considerado la exclusividad de Jehová, que él tiene un nombre, que hay criaturas que defienden su nombre. Hemos observado su identificación como gran Hacedor, que, entre otras cosas, crea organizaciones, y que para con su organización a veces se representa como un Marido y asimismo es un gran Padre de los hijos de su organización justa. Ahora llegamos a otra capacidad mediante la cual Jehová muestra su relación para con su pueblo: él es el gran Maestro.
13 La educación exclusiva pertenece a él. Él tiene las cualidades del mejor maestro. Él tiene todo el conocimiento, sabe sus propósitos, tiene su corazón puesto en el bien de sus criaturas, tiene paciencia completa y toda la habilidad para enseñar, y refleja estas cualidades mediante aquel a quien ha asignado como su gran representante, el glorificado Cristo Jesús.—Heb. 1:1-3, NM.
14, 15. ¿A quiénes ha dado Jehová instrucción?
14 Él no se ha negado a dar información correcta a sus criaturas en ninguna ocasión. Temprano en la historia del hombre Dios le dió su palabra. Él habló a Adán. (Gén. 1:28, 29; 2:16, 17) “No se contuvo de castigar a un mundo antiguo, pero mantuvo a Noé, predicador de justicia, en seguridad con siete otros cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía.” (2 Ped. 2:5, NM) Fué mediante Noé que Jehová efectuó la predicación de la justicia en ese tiempo. La palabra de Jehová y su espíritu y su organización sobre la tierra se hallaron en Noé y su familia, y Jehová fué el maestro.—Gén. 6:8-9:29.
15 A su nación de Israel Dios dió su palabra y su ley, puso su espíritu sobre ella, le dió la organización docente del sacerdocio y los profetas para cuidar del bienestar de la entera organización de la nación. Dijo Jetro a Moisés: “Ahora pues, oye mi voz; yo te aconsejaré, y será Dios contigo. Se tú el representante del pueblo delante de Dios, para que traigas las causas a Dios. Tú les enseñarás, pues, los estatutos y las leyes, y les darás a conocer el camino en que deban andar y la obra que deban hacer.” (Éxo. 18:19, 20) Además: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo.”—Éxo. 20:1.
16. ¿Cómo se muestra esto en el caso de Jesucristo?
16 Su enseñanza igualmente se muestra en sus tratos con y mediante Cristo Jesús. Él dió a Cristo Jesús su palabra. Jehová puso su espíritu sobre él, y en el capítulo 12 de Juan leemos: “Sin embargo, Jesús exclamó y dijo: ‘El que pone fe en mí pone fe, no sólo en mí, sino también en aquel que me envió; y el que me contempla también contempla a aquel que me envió. Yo he venido como una luz al mundo, para que todo el que ponga fe en mí no permanezca en las tinieblas. Pero si alguien oye mis dichos y no los guarda, no lo juzgo, porque vine, no para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día; porque no he hablado por propio impulso, sino que el Padre mismo que me envió me ha dado un mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar. También sé que su mandamiento significa vida eterna. Por tanto las cosas que hablo, tal como el Padre me las ha dicho, así las hablo.’”—Jn 12:44-50, NM.
17. ¿Qué preguntas se proponen, y cómo se resumen sus respuestas?
17 Aquí estamos en 1953, y los días de Adán, Noé, el tiempo de la nación de Israel y el ministerio terrestre de Jesús de hace muchos años todos han pasado. ¿Qué puede decirse concerniente a la enseñanza de Jehová, el gran Maestro, en este día? ¿Hay algo en las circunstancias presentes respecto a las instrucciones de Dios para nosotros? En esta civilización moderna, arrogante, inicua, ¿qué puede decirse concerniente a las enseñanzas de Jehová Dios? ¡Mucho! Y se resume en el hecho de que Jehová enseña a los hijos de su organización.
18. ¿Qué corroboración da Isaías 54:13?
18 El profeta Isaías lo expresa de esta manera: “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y grande será la paz de tus hijos.” (Isa. 54:13) Una lectura del contexto que rodea a este versículo nos muestra que se habla a Sión (Jerusalén). Isaías habló de la desolación de Israel y también de su restauración. Sin embargo, prestamente se reconoce que estas palabras del capítulo 54 de la profecía de Isaías encuentran su aplicación y cumplimiento, no sólo en los hechos que acontecieron en escala pequeña en la antigüedad, sino con mayor fuerza en la obra de Jehová Dios a un tiempo bastante distante de cuando se dió la profecía.—Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11, NM.
19. ¿Cuándo y cómo aplicó Jesús Isaías 54:13?
19 Jesús mismo hizo una aplicación de Isaías 54:13, y con eso lo saca de un marco nacionalista judío en lo que toca a su cumplimiento. En el capítulo seis de Juan el relato muestra a Jesús identificándose como la provisión de Dios para la bendición de los que quieran servir a Jehová, y la necesidad de que todos los que quieran tener vida eterna ejerzan fe en el Hijo. “Por tanto los judíos empezaron a murmurar en contra de él porque dijo: ‘Yo soy el pan que descendió del cielo,’ y ellos empezaron a decir: ‘¿No es éste Jesús el hijo de José, cuyo padre y cuya madre conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: “He descendido del cielo”?’ En respuesta Jesús les dijo: ‘Dejen de murmurar entre ustedes. Ningún hombre puede venir a mí a menos que el Padre, quien me envió, lo atraiga, y yo lo resucitaré en el día postrero. Está escrito en los Profetas, [Isa. 54:13] “Y todos ellos serán enseñados por Jehová.” Todo el que ha oído la enseñanza del Padre y que ha aprendido viene a mí. No que algún hombre haya visto al Padre, salvo aquel que procede de Dios; éste ha visto al Padre. Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna.’”—Juan 6:41-47, NM.
20. ¿Aceptaron todos la enseñanza de Jehová por medio de Cristo Jesús?
20 Este fué un mensaje ofensivo para aquellos judíos que por mucho tiempo habían hecho de su adoración profesa a Jehová Dios una cosa nacionalista. Aunque eran judíos naturales, si hubiesen dejado que Dios les enseñara mediante Cristo Jesús, hubieran permanecido como discípulos suyos, o enseñados suyos, así como él declaró, en Juan 8:31, 32 (NM), a los judíos que habían creído en él: “Si permanecen en mi palabra, ustedes verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Por eso, al aplicar Isaías 54:13, “estas cosas las dijo mientras enseñaba en una sinagoga en Cafarnaúm. Debido a esto muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no querían andar con él.”—Juan 6:59, 66, NM.
21. ¿Cómo se muestra la enseñanza exclusiva por Jehová mediante Cristo Jesús y la congregación cristiana?
21 Entre otras cosas, esto muestra el desechamiento de la organización judía infiel de quien Jehová una vez fué marido, y la enseñanza exclusiva por Jehová mediante la congregación cristiana de la cual Cristo Jesús era la cabeza. Así la evidencia interna misma del capítulo 54 de Isaías halla apoyo concluyente en la aplicación que Jesús hizo mostrando que la profecía se extiende a mucho más allá de los límites de sólo el Israel natural y que Israel mismo solamente era representativo de cosas venideras. Con razón, entonces, la congregación cristiana, desde el comienzo más primitivo, aceptó indiscutiblemente y confió de todo corazón en las Escrituras hebreas, muchas de cuyas profecías tuvieron su cumplimiento en Jesucristo, en la congregación cristiana, y en los tratos de Jehová Dios con ella.—1 Ped. 1:10-12; 2 Ped. 1:19-21, NM.
22. ¿Debilita el transcurso del tiempo la palabra de la profecía?
22 La profecía del capítulo 54 de Isaías fué registrada mucho antes de que el apóstol Pablo se dirigiera por escrito a la congregación cristiana en Roma, pero, en vez de debilitar la fuerza de las profecías de la antigüedad, el transcurso del tiempo testificó de su conservación por su gran Autor. Defendiendo cabalmente la palabra revelada de Dios, y reconociendo que Israel era profético en sí mismo, Pablo dice agradecidamente: “Porque todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestro aguante y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza. Ahora que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre ustedes mismos la misma actitud mental que Cristo Jesús tuvo, para que unánimemente con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Rom. 15:4-6, NM) No se nos deja en duda en cuanto al tiempo y manera de la aplicación y cumplimiento de la profecía del capítulo 54 de Isaías. El Maestro llena todas las necesidades; ¡su organización produce a Su debido tiempo!
EL DOMINIO ESTÁ IMPLICADO
23. ¿Qué gran necesidad se reconoce en la profecía antigua y las esperanzas cristianas?
23 La historia y los sucesos del día hacen evidente el hecho de que la santificación del nombre de Jehová, la operación de sus justas leyes del Reino, y el hacer su perfecta y santa voluntad, no han sido la orden general del día sobre la tierra y no lo son ahora. No, la adoración de Jehová no es el producto de este viejo sistema de cosas, y no obstante no es asunto cualquiera el que él haya sido despreciado por los hombres en general. Tan suprema en importancia es la vindicación del nombre de Jehová, con su resultante gobierno justo y la bendición de aquellos que están sobre la tierra que le adoran, que repetida y continuamente se hace de ella el tema de la profecía bíblica. No sólo la profecía bíblica muestra que es el propósito de Jehová efectuar su voluntad en cuanto a estos asuntos, sino que los cristianos siempre han hecho de eso un tema de oración, el deseo y anhelo de su corazón estando sinceramente a favor de que se realice la voluntad de Jehová. Tan fundamentales son estos asuntos en la vida y esperanzas del cristiano que Cristo Jesús los combinó en uno al decir: “Ustedes, pues, deben orar de este modo: ‘Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.’” (Mat. 6:9, 10, NM) Cuando Jesús dió este consejo sobre la oración, más de 630 años habían pasado desde que había habido sobre la tierra lo que siquiera fué un gobierno en miniatura o escala pequeña de Jehová Dios por medio de la organización teocrática de Israel, el que fué derrocado en 607 a. de J.C. debido a infidelidad a Dios.
24. ¿Cómo está implicado el dominio con la adoración de Jehová?
24 A todo tiempo en los tratos de Jehová con los hombres se muestra el hecho de que su adoración y su dominio son inseparables. Es decir, los que adoran a Dios son sus súbditos; como Dios de ellos él es su Gobernante. Jesús reconoció esto, y Jesús lo predicó, haciéndolo sobre el fundamento de los profetas. Dado que creyeron lo que observaban en la ley y los profetas concerniente a la restauración del dominio del Reino sobre la tierra, los asociados personales de Jesús esperaban que él exhibiera poder regio de alguna manera. “Mientras estaban escuchando estas cosas él añadió una ilustración, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos estaban imaginándose que el reino de Dios iba a manifestarse al instante. Por tanto él dijo: ‘Cierto hombre de noble nacimiento viajó a una tierra lejana para conseguirse poder regio y volver.’”—Luc. 19:11, 12, NM.
25. ¿Qué confianza y qué pregunta manifestaron los cristianos primitivos, y cómo se muestra esto?
25 Después de su empalamiento y su resurrección de entre los muertos, Jesús por un tiempo estuvo en asociación con sus seguidores: “A éstos también por muchas pruebas positivas se mostró vivo después que había sufrido, siendo visto por ellos por espacio de cuarenta días y diciendo las cosas acerca del reino de Dios.” (Hech. 1:3, NM) No había duda de que con el tiempo la adoración de Jehová por toda la tierra, e inseparablemente con esto su dominio mediante su organización del Reino, sería establecida, pero la pregunta era, ¿Cuándo? “Ahora, cuando se habían reunido, se pusieron a preguntarle: ‘Señor, ¿va a restaurar usted el reino a Israel en este tiempo?’ Él les dijo: ‘No les pertenece a ustedes obtener conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción.’” (Hech. 1:6, 7, NM) Que sus asociados y seguidores llegarían a tener un entendimiento más claro de los propósitos de Dios en este respecto lo aseguran estas palabras de él: “Pero ustedes recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos míos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8, NM) Después de eso Jesús ascendió al cielo, y se dejó con la iglesia primitiva la promesa de su venida futura.—Hech. 1:11, NM.
26. ¿Cómo sirvieron la predicación y las señales para contestar la pregunta tocante a cuándo la adoración y el dominio de Jehová serían restaurados plenamente?
26 Después de la ascensión de Jesús al cielo el espíritu de poder de Dios vino sobre los miembros de la iglesia primitiva, y ellos identificaron a la organización cristiana que ellos formaban como el instrumento que Jehová estaba usando. Esta identificación fué segura por su predicación de las verdades del Reino y por las señales que ejecutaron mediante el poder de Dios. El tercer capítulo de los Hechos da el relato de que a Pedro y Juan les solicitó un mendigo lisiado que le dieran ayuda material, y la respuesta de Pedro: “Plata y oro no poseo, pero lo que tengo es lo que le doy: ¡En el nombre de Jesucristo el nazareno, ande!” (Hech. 3:6, NM) El lisiado fué sanado por el poder de Dios, para sorpresa y asombro de la gente que supo de la curación milagrosa. Entonces Pedro dió un testimonio poderoso concerniente a Cristo Jesús como el agente de vida de Dios, y el cumplimiento de las profecías en él, y dijo además a esas personas: “Por lo tanto, arrepiéntanse, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo señalado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, verdaderamente, debe contener dentro de sí mismo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de las cuales Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo. De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios producirá para ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. A él tienen que escuchar conforme a todas las cosas que les hable. Realmente, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruída de entre el pueblo.’ Y todos los profetas, de hecho, desde Samuel en adelante y los que siguieron en sucesión, tantos como han hablado, también dieron a conocer estos días claramente. Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios pactó con sus antepasados, diciendo a Abrahán: ‘Y en tu simiente todas las familias de la tierra serán bendecidas.’ A ustedes primero Dios, después de producir a su Siervo, lo envió para bendecirlos volviendo a cada uno de sus actos inicuos.” (Hech. 3:19-26, NM) Como la simiente de la serpiente o los hijos del Diablo, lo cual eran, y, como es su costumbre a todo tiempo, los falsos sacerdotes religiosos se sintieron “molestos” debido a las enseñanzas de Pedro y Juan e hicieron que los arrestaran.—Hech. 4:1-3, NM.
27. ¿Cómo es el tiempo un factor importante en conexión con la fecundidad por parte de la “esposa” de Jehová?
27 Esta poderosa súplica por arrepentimiento hecha por Pedro señala a Cristo Jesús como el asignado de Jehová, muestra que el cielo tenía que contenerle hasta cierto tiempo desde entonces, el tiempo de la restauración, y que de estas cosas Dios habló mediante la boca de sus profetas, todos los profetas, de hecho, incluyendo a Isaías. Jesús siendo un rey celestial, por supuesto, no establecería ni estableció un reino terrestre. El tiempo es un factor importante, y eso es verdad respecto al cumplimiento del capítulo cincuenta y cuatro de Isaías. El tiempo del dominio de Jehová es el tiempo de la fecundidad de su organización y la enseñanza de los hijos de Sión; pero ¿cuándo? ¿cómo? ¿por quién? Considere estos dos artículos como base para la consideración adicional de este tema en nuestro próximo número.